Los personajes pertenecen en exclusiva a su autor.
Segunda version de "El aroma", la primera me quedó demasiado pequeña. Espero que os guste.
Ese aroma me atormenta
Se adentra en mi cuerpo, se cuela entre mis venas. Y me desgarra. Llevas tres días aquí, en una silla junto a mi cama, sin moverte.
Constante. Inmutable. Da igual lo que yo te diga, pues nada ni nadie va a conseguir que te aparte de mi lado. Después de tres noches en vela, estas dormida. Y me haces sonreír, con tu mano bajo tu mejilla, y la expresión de paz que te inunda.
Y sin embargo, sueño.
Sueño con retenerte entre mis brazos, que el calor que tu piel me promete sea por fin mío. Reflejarme en tus ojos, adueñarme de tu boca y que solo seas capaz de pronunciar mi nombre. Simplemente sentirte. Sentir como tu cuerpo se estremece cuando yo te estrecho, el temblor de tu piel cuando mis dedos te tocan. Dejarte sobre estas sabanas. Y ser el único que contemple tu cuerpo desnudo. Tomarte como mía. Saber que lo serás para siempre. Jamas marcharme. Hacer de esta noche eterna. Hundirme en ese aroma que me devora el corazón...
Y sin embargo...
- Shunrei... - Cuando despiertas, siento pena, es romper una belleza dulce, y casi perfecta. Alzas los ojos hacia mí. Temerosa. ¿Cuantas veces has llorado por culpa del miedo que sientes por mi vida?- Deberías dormir un poco
- Estoy bien, Shiryu- y sonríes. Y parece que de golpe se ha hecho de día en esta habitación.
Cierro los ojos. Calmo el torrente de mis venas. Silencio el grito mudo de mi cuerpo.
De la misma forma en que llego la noche, vuelve a marcharse, arrastrando consigo mis anhelos, y dejando solo la luz del alba que vuelve a despertarme. Pero tu ya no estas a mi lado. Lejos y al mismo tiempo cerca, mientras empiezas a trenzar tu negro cabello
- ¡Shiryu!- cuanto he añorado escuchar tu voz- No deberías estar levantado... Aun estas débil...
Y cada instante, me hago más débil, aunque no puedas verlo. Cada vez que me niego a ahogarme en tu piel, cada vez que rechazo a provocar un solo gemido de tus labios.
- Estoy bien, Shunrei. No debes preocuparte por mí- una caricia se me escapa de los dedos mientras atrapo un mechón de tu pelo- ¿Me permites?
- Claro... - ¿Es eso un sonrojo?
En tres partes dividen mis manos la suavidad de tu cabello, mientras intentan huir de mis manos. Freno un temblor que amenaza con hacerme caer. Con recorrer a fuerza de besos tu cuello virgen. Con descender por tu cuerpo, porque fueran mis manos en vez de tu ropa quien cubriera la curva de tu pecho de adolescente. Que estas manos que a veces han traído la muerte consiga, sirvan para atraer el merecido placer.
Que consiguieran terminar con esta angustia. Con someterme al yugo de tus caderas...
- Shiryu... Tendrás que apretar un poco mas fuerte... O sino la trenza se romperá enseguida... - comentas divertida. ¿También se romperán estas cadenas que me impiden dar el siguiente paso¿Qué me niegan adentrarme dentro de ti?
Estoy hecho de anhelos insatisfechos, de sueños que me atormentan al son de tu voz, del simple roce de tus dedos, de tu sonrisa, de tu lagrima... De esas palabras que me siento incapaz de pronunciar. Es el deseo del amor lo que me corrompe.
- Ya esta... Shunrei
Y sin embargo, anudo tu pelo, dejo que por fin se escape de mis manos. Guardo silencio. Vuelvo a encarcelarme en mi eterna prisión
- Gracias Shiryu- con el vuelo de una sonrisa huyes de esta habitación, me encadenas de nuevo. El aroma de tu piel por fin se ha marchado
Y dejo que su recuerdo destruya mi alma.
