Ya sabeis, los personajes de Kishi sensei.

Advertencias: Pos siguiendo en mi linea, otro relato con situaciones fuertes, no apto para sensibleros. Leerlo bajo vuestra propia responsabilidad.

Cuando el verdugo descubre su faz, los ojos inertes del reo graban en su retina el rostro de aquel que le ha producido el daño...

Cuando Iruka mira a Kakashi, no ve la máscara de un verdugo, si no el fulgor brillante del hacha que empuña...

Culpable.

Episodio 6: Miradas culpables.

Han pasado dos días en los que la prensa y los medios se han hecho eco de los acontecimientos.

La población comienza a no sentirse protegida y se nota. Hay un extraño ambiente pululando por toda la aldea y todos se miran con recelo y hablan en susurros. Odio cuando se me quedan mirando mientras paso de largo.

Sigo con mi vida y los padres de mis alumnos lo comentan en voz baja.

¿Cómo es posible que alguien se haya atrevido a matar a asesinos de élite con tanta impunidad?

Ahh, la verdad es que es una muy buena pregunta... y aunque conozco la respuesta el amo me mantiene cuerdo y con la boca cerrada. ¡Menos mal!

He estado a punto de salir a la calle y gritar a pleno pulmón que lo hice yo, pero el amo tiene razón.

Kakashi dice que nadie me creerá...

La hokage y los médicos encargados de los cuerpos están totalmente desorientados. Fue muy buena idea llevar los trofeos de una casa a otra... poner los trozos o la sangre de un objetivo en el siguiente ha hecho que los investigadores se vuelvan locos buscando razones, haciendo perfiles, estudiando delincuentes habituales conocidos... si, lo sé kakashi, lo sé, estoy fuera de todas esas listas...

Mi jornada laboral termina y me encamino al edificio médico. Nuestra líder ha requerido mi presencia en la sala de autopsias para hablar conmigo y no está bien hacer esperar a una dama... y mucho menos a una como esta, creedme.

Recorro los pasillos del hospital con prisa. No soporto la limpieza extrema del entorno, el olor, los quejidos... todo es tan deprimente...

Cuando por fin llego a la sala de autopsias la imponente presencia de la mujer me espera a la puerta, mirando por la pequeña ventana de la misma hacia dentro, pensando en algo que no quiere mostrar su duro rostro.

El amo me pide que haga ruido, que sepa que hemos llegado y le hago caso. Yo tampoco me fío mucho.

Llego a su altura y le hago un gesto amable con la cabeza acompañada por una de mis célebres sonrisas castas. Me mira y asiente.

Por lo visto estos dos últimos días he estado yendo al apartamento de Kakashi y quedándome en las inmediaciones quieto, muy quieto, con la mirada fija en la puerta. Si digo la verdad, no lo recuerdo, pero a ella se lo han dicho y está preocupada por mí. "Sabe" que Kakashi y yo éramos amigos (se me hace raro escucharla hablar de él en pasado con el amo justo a mi lado) y quiere ayudarme a asimilar su marcha ¡Que considerada!

Me asomo por la ventana mientras ella junta palabras en frases que pretenden mitigar mi "dolor" y de repente detiene su perorata. La sangre se me hiela al darme cuenta de que el cuerpo que está sobre la mesa de autopsias es el de mi Kakashi. La sábana de blanco impoluto cubre su perfecto y musculoso cuerpo pero sus cabellos, de un inconfundible plata asoman por el borde. ¡Es él! ¡Es "MI KAKASHI"! Mío, mío, mío y solo mío.

Recorro la distancia hasta el borde de la fría mesa metálica temblando de arriba abajo. La hokage se aparta lo suficiente como para permitirme el paso y los ninja médicos de la sala me miran fijamente. Están intrigados, expectantes. Supongo que se preguntarán como voy a reaccionar al igual que yo me pregunto como se han atrevido a meter sus sucias manos en el cuerpo del amo.

El ambiente en el cuarto está tan cargado que por un momento creo que voy a perder el conocimiento. Más allá del amo están los demás, igualmente dispuestos en sus camas metálicas y cubiertos con sábanas de blanco cegador. Me da lo mismo, solo puedo mirarle a él... y ellos, los que se han atrevido a mancillar a mi amo me miran a mi...

Fijamente...

Me acusan con la mirada...

Lo saben...

Cabrones...

Y el amo se ha ido, me ha abandonado junto a su cuerpo inerte...

Silencio en mi cabeza, silencio en la habitación... duro y aplastante silencio que hace que me sienta...mmm ¿Culpable? Jajaja, no, eso nunca... Me siento pletórico y en cierto modo feliz, aunque no he conseguido la felicidad que buscaba cuando inicié esta locura. Por un momento soy consciente de mi mismo y de lo que voy a hacer. Pienso en mí, pienso yo solo... vuelvo a ser Iruka, el profesor, el ninja, el dulce mortal.

Yo.

Con dedos temblorosos acaricio la tela, sintiendo en mis yemas los contornos, las curvas y los valles tras la prenda mientras rodeo la camilla. No quiero perderme ni un milímetro y me tomo mi tiempo en deslizar lo suficiente para ver su rostro.

Me quedo de piedra cuando su piel queda expuesta. Tengo que taparme la boca con fuerza para no ponerme a gritar y lo único que siento en todo el cuerpo es la mano de la hokage aferrándose con firmeza a mi hombro, el resto de mi persona es insensible a cualquier estímulo.

Los segundos caen pesadamente, tiempo en el que no hago nada salvo mantener mi ira dentro, corroyendo mis entrañas y luchando por desgarrarme la garganta y salir a voz en grito.

Tres pares de ojos clavados en mi nuca, impasible, fríos, fijos... me acusan ¡A mí! Y son ellos los que le han hecho esto a mi querido amo.

¡Su ojo no está! Su precioso y perfecto ojo del color de la sangre no está en su sitio. En su lugar, una terrible cicatriz que ha sido descosida y vuelta a coser afea su cara. Con lo que me gustaba esa mirada siniestra que destilaba peligro...

Tengo que tocarle pero algo me lo impide. Una fuerza invisible me mantiene anquilosado en el sitio.

Me miran, me observan, analizan cada uno de mis movimientos, gestos.

Me miran, me miran, me miran ¡Dejad de hacerlo! Empiezo a enfadarme, y no quisiera perder la calma, pero no tengo mi freno puesto. ¿Por qué me has dejado amo? ¿Qué tengo que hacer ahora?

Sé que la hokage no me está mirando sin girar la cabeza. Aunque quisiera no podría apartar la vista de Kakashi.

Es él. Está ahí y es precioso.

Lo que le han hecho es imperdonable.

Suspiro profundamente más para darme valor que por falta de aire y tiro de la tela un poco mas, hasta dejarla descansando bajo su ombligo.

¡No!

A partir de este momento si soy totalmente sincero no recuerdo mucho mas... solo que todo se vuelve rojo, todo lo que está al alcance de mi visión brilla en ese tomo. Oigo gritos, golpes, huesos que se rompen, cosas metálicas que caen al suelo estrepitosamente... y todo es rojo... y brilla intensamente...

Mi cerebro se ha detenido en la visión del torso desnudo de mi kakashi, aún no sé por cuanto tiempo ni por que, pero cuando vuelvo a ser consciente de todo estoy contra la pared del pasillo con el brazo de la hokage apretando con demasiada intensidad mi cuello.

Noto las miradas de trabajadores y visitantes en mi persona. Estúpidos cotillas...

Empiezo a tener una vaga idea de lo que ha pasado concentrándome en los jadeos atropellados de la líder. La puerta de la sala de autopsias pende de un hilo y lo que se puede ver dentro tampoco parece en mejor estado.

Los médicos yacen tirados de mala manera con sus blancos atuendos adornados de brillante y preciosa sangre. Desde aquí creo ver que uno tiene un brazo roto, se le ve el hueso astillado sobresaliendo por el roto de la manga. Hay baldosas rotas y la mayoría de los cuerpos están desperdigados o a medio caer de sus lechos... menos el amo, que continua en su sueño impasible en perfecto estado.

La ayuda acude a auxiliar a los médicos y la hokage me arrastra literalmente a su despacho en el hospital. Me limito a mirarla fijamente mientras me grita cosas tan cariñosas como que en que coño estaba pensando o que si quiero pasarme una temporadita detenido, blah, blah blah... y un montón de mierda que no me importa en absoluto.

Aprieto la mandíbula y asiento una y otra vez... finalmente se cansa y se sienta pesadamente en su butaca mientras sigo de pie mirándola... Ella ha permitido que le hicieran todo eso mi Kakashi... Hija de puta... todo es culpa tuya.

Su voz se suaviza y me suelta un montón de tonterías sobre la lealtad y "la relación que manteníamos los dos" y otro montón de mierda igual de grande que el anterior...

No le presto atención hasta que me pide que me acerque... que necesito una cura...

Es entonces cuando me doy cuenta de que los nudillos de la mano derecha están sin piel y sangrando y que, posiblemente tenga la nariz rota. No me importa pero aún así me acerco a ella y dejo que me cure las heridas. Su tacto no me dice nada, no hace que sienta nada y un suspiro cansado sale de mis labios junto con una disculpa sincera que la líder contesta con una sonrisa... Dice que me entiende... sí claro, apuesto a que sí... y que ella también ha perdido a gente muy importante y que esta situación le viene grande.

Ja ja ja, esto si que es bueno... no me ha parecido que nada te haya impedido mutilar al amo, por que los demás cabrones seguían enteros, o casi, pero a él lo habéis manoseado a conciencia... Vete a la puta mierda zorra.

Me pide que me vaya a casa y que me tranquilice hasta el funeral, que será "pronto". Konoha necesita enterrar a sus "héroes"... ¡Diosss! esto es lo mas gracioso que he oído en mi vida... sinceramente espero que los entierren bien hondo.. por si acaso les da por salir jajaja...

Tengo que hacer acopio de todo mi auto-control para no reírme a carcajadas... Es que nuestra jefa es tan graciosa cuando se lo propone...

Mi humor se va por la ventana cuando nuestra líder mutiladora pone en mis manos "los efectos personales de Kakashi".

Miro curioso el interior y me doy cuenta de que todo lo que queda de lo nuestro está en esta bolsa.

Las manos me tiemblan al contacto y compruebo que vuelvo a tener hambre, o gases... una presión en mi estómago se hace presente... Uhmmm definitivamente creo que es hambre...

Me resulta increíble que una persona entera, una vida, una entidad, quede reducida a lo que lleve encima en el momento de su muerte; no somos nada más, sólo lo que cabe en una pequeña y plástica bolsa.

Visto así es una puta mierda.

Estoy en una especie de burbuja sensorial que me aparta de todo lo que no sea la bolsa. Me muero de ganas de husmear dentro pero soy consciente de que me siguen mirando, estudiando mis gestos;y la verdad, empieza a tocarme los cojones tanta sospecha...

Decido volver a mi madriguera y recrearme en mi propia satisfacción aunque sean unas pocas horas, hasta que empiece el velatorio y toda esa pompa inútil e inservible.

Dejo las cosas de Kakashi en la cama y me meto en el baño con prisa. Vomito desesperado y compruebo que las molestias de mi estómago no eran por el hambre. Durante unos minutos que se me hacen eternos, lo único que puedo hacer es vomitar. Me tiemblan las piernas y entre arcada y arcada consigo arrodillarme lo mas cerca posible del retrete y limpiarme las lágrimas que sin saber como caen pesadamente por mis mejillas.

Recuerdo haber estado en esta situación antes... sólo que la vez anterior me dolía el cuerpo entero y no estaba arrodillado por voluntad propia, sino por que el cuerpo no me respondía... fue justo después de la primera vez.

Aún recuerdo la sensación de terror que me inundó cuando al despertar lo vi al pie de la cama, desnudo y serio, con la cabeza ladeada y los puños cerrados...

Aún recuerdo sus palabras susurradas, en las que me preguntaba si lo amaba y que estaba dispuesto a hacer para demostrárselo...

Aún recuerdo su sonrisa lasciva a mis palabras y su respuesta : "sinceramente espero que sobrevivas"

Aun recuerdo sus dedos en mi cuerpo, reabriendo la herida que había puesto perdidas las sábanas el día anterior, usando la sangre para entrar de nuevo en mi persona, desgarrando, horadando y finalmente marcándome como suyo.

No recuerdo haberme desmayado, pero si despertarme dolorido y confuso y ser arrastrado al baño, metido en la bañera de un empujón y obligado a lavarme a conciencia, en agua helada, entre lágrimas y temblores involuntarios.

Aún recuerdo ser sacado de la bañera por un fuerte agarre en mi brazo y lanzado de nuevo a la cama de sábanas recién cambiadas solo para volver a empezar de nuevo.

Y recuerdo, después de despertar media docena de veces en la misma postura y situación, encontrarme solo y tirarme de la cama. Arrastrarme hasta el baño y entrar en la bañera gateando, entre siseos de dolor y lágrimas que emborronaban todo menos mi sentido común. Supe que a Kakashi no le gustaba ver mi sangre y me esmeré en quitarla de mi cuerpo, aunque mis manos temblaran de frío o miedo, no lo sabía. Empapé en agua helada mi labio partido, mi nariz sangrante, mi trasero desgarrado, mis costillas y dedos rotos y mis lágrimas de sangre. Me arrastré como pude fuera de la bañera y regresé al cuarto, sin secarme. Arranqué las sábanas desde mi posición en el suelo y me las arreglé para poner otras limpias y meterme entre ellas; esperé a que volviera... porque...

… ese día se convirtió en mi amo y yo... en su propiedad... un muñeco que debía demostrar a cada minuto hasta donde llegaba su amor... o lo que ese cabronazo creía que era el amor.

Ya no tengo nada mas dentro del cuerpo y es estúpido que siga aquí tirado; me levanto de un salto y tiro de la cadena...

Voy al lavabo y dejo que el agua corra durante un rato antes de meter las manos y mojarme la cara.

Estoy cansado, hambriento, dolorido, asqueado, frustrado, enfadado... libre.

En ese pensamiento levanto la vista y me fijo en mi mismo. Sonrío al espejo y el reflejo lleno de marcas de sangre imita el gesto a la perfección. Mi "yo" ensangrentado gira su rostro hacia la puerta y sonríe de forma macabra mientras señala mi cama, donde la bolsa con las cosas de Kakashi descansan.. ¡Oh, claro! debería ver que hay en el sobre sorpresa...

Vacío el contenido sobre la cama sin cuidado y voy tirando al suelo las cosas según van pasando por mis dedos. Solo una cosa hace que me sobresalte y dedique mi absoluta atención a ella. No es que sea algo extraño ni nada, es su bandana, pero hacía tanto tiempo que no me empalmaba que he tardado en recordar la sensación... Y es extrañamente gratificante, aunque la causa de mi excitación haya sido el aroma de Kakashi en este trozo de tela con la insignia de la aldea...

Aunque pueda parecer inapropiado, dadas las circunstancias, me entran ganas de hacerme una paja. Lo sé, es estúpido, debería dedicarme a limpiar la sangre que hay en mi casa y parte de mi ropa, pero hace tanto tiempo que no me desahogo, que de repente siento como si fuera a morirme si no me corro.

Kakashi reaparece a los pies de la cama cuando la cremallera del pantalón está abierta. ¡Vaya, cuanto honor! Por un momento creí que ibas a perderte el espectáculo. El amo sonríe y me pide que siga con un gesto de la mano... Empezaba a echarte de menos, grandísimo hijo de perra.

Debería subir la calefacción por que cuando me levanto la camiseta con la intención de acariciarme toda la piel expuesta se me pone de gallina; joder que frío hace de repente. Pero la necesidad apremia y la verdad, es que estoy calentándome de otra manera.

Fijo mi vista en sus ojos desiguales y pongo la bandana de Kakashi sobre la almohada antes de tenderme sobre la cama y empezar a acariciarme sobre la ropa interior.

MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

Bien, pues el fin del epi seis queda aquí.

Sé que dije que quedaban dos epis en el anterior, pero creo que necesito un poco mas de tiempo para que quede como quiero, a si que, esté episodio es el antepenúltimo, quedan dos mas ¿Vale?

Espero que os guste (¿O no?) y que comentéis que os parece, reviews serán bien recibidos.

Gracias a Voz del silencio, mprago, sanning81, susanjian y todas aquellas personas que se han molestado no solo en leer el fic, si no en dejar también un comentario. ¡Gracias de todo corazón!