Nota de la autora: Esto es algo que escribí para 101 kisses, en LJ. La idea es que ellos te dan 101 temas y tienes que escoger una pareja y escribir algo (que incluya un beso) para cada tema. No pude meterme a la comunidad oficialmente, porque Sirius y Remus ya estaban tomados... pero puedo escribir si me da la gana ¿a que sí?

Pues eso... Aquí van mis primeros 2 besos (y 99 por delante). No creo que vaya a actualizar esto muy seguido, pero trataré de que cada actualización valga la pena .

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Voces

Tema 85: Teaching (enseñando), Tema 74: Voice (voz)

"Muy bien. Cinco puntos para Ravenclaw." El timbre anuncia el final de la clase, y Remus apenas puede oírse a sí mismo decir "continuaremos la próxima semana," por encima del tumulto de maletines, sillas y carpetas haciéndose a un lado. Sonríe. Le gusta enseñar.

Está recogiendo sus cosas cuando oye las voces. Son apenas susurros al fondo del salón, pero el oído aguzado del Lobo las capta con claridad.

Por un momento, piensa que su mente empieza a jugarle trucos (tenía que suceder, tarde o temprano). Pero no. Los timbres de voz pertenecen a personas reales (dos de sus alumnos de quinto año, de hecho). Son la entonación y las palabras las que parecen llegar de rincones perdidos en el tiempo... de los recuerdos que con tanto esfuerzo intentaba mantener dormidos.

"¿Por qué no le pides ayuda al Profesor Lupin?"

"Porque quiero que me ayudes tú..."

Casi puede ver el brillo de malicia en los ojos grises... (El profesor era otro entonces, pero las palabras, la suave coacción, las excusas para buscar un momento a solas, eran las mismas.)

"Sabes perfectamente que no necesitas ayuda con este curso... ni con ninguno."

"Mmm... De acuerdo. Soy un genio. ¿Ahora puedes, por favor, meterte a un salón vacío conmigo y pretender que me estás explicando Defensa Contra las Artes Oscuras?"

Puede escuchar la suave sacudida de cabeza, divertida. Y el silencio absoluto que se apodera del aula por un segundo, después. Absoluto, porque hasta el corazón de Remus J. Lupin deja de latir durante el segundo que dura ese beso.

"¿Estás loco? Lupin está aquí."

"Estoy loco," asiente la segunda voz. "¿Podemos ir a buscar un salón ya?"

Y las voces parten.

Pero es tarde. Dos muchachos de dieciséis años, muy diferentes a los que acababan de abandonar el aula, ocupan ahora todos los rincones.

Una nueva voz llena el ambiente, con claridad aplastante. Una voz divertida y peligrosa, que incita a lo prohibido y parece capaz de convertir cualquier palabra en algo obsceno. Hace bromas estúpidas y ríe a ladridos. Se suaviza y pide melosa que se cumplan sus deseos. Lo llama desde cada esquina... a gritos... en susurros... entre gemidos...

'Vamos, Moony no hay nadie...' '¡Moony¿vienes o no?' 'Moony... ¿te quedas después de clase?' 'Moony... por favor...' 'Moony...'

Remus gira, renuente.

Sirius lo jala de la camisa detrás de la puerta y le roba un beso rápido mientras él, tímido y delgado, abre los ojos como platos. Sirius le envía notas en medio de la clase, riéndose al verlo rojo como un tomate. Sirius le habla al oído mientras salen de clase y ambos ríen. Sirius lo besa con furia contra la puerta cerrada del aula vacía, frotándose contra su cuerpo, desesperado. Sirius saca toda la lengua y la pasa por su rostro, como un perro. Sirius le sonríe desde su carpeta, y Remus, casi veinte años después, todavía siente que todo dentro se le hace un nudo.

Había tratado de evitarlo. No podía evitar el mundo, los carteles, los artículos de El Profeta... ¿Cómo pensó, por un segundo, que podría evitar Hogwarts? No podía, por supuesto. Hogwarts estaba plagado de Sirius como nada más lo estaba, y Remus tendría que aprender a vivir con los fantasmas.

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Un secreto

Tema 42: Riddle (acertijo)

Lo besa en la frente bajo la luz de la luna menguante.

James y Peter están dormidos. Lleva un mes compartiendo la cama con Remus, y todavía le sorprende lo bien que tomaron todo. Mucho mejor que él, de hecho, que se pasó seis meses dándole vueltas al asunto antes de atreverse a hacer un movimiento.

Pero es que ¿a quién se le iba a ocurrir que a Remus Lupin le gustaban los chicos?. ¿Y que de todos los chicos de Hogwarts se iba a fijar justo en él?

Claro que a él le pasó lo mismo... Pero eso se veía venir. Siempre exagerado, siempre rebelde, siempre rodeado de chicas y sin interesarse en ninguna, siempre preocupado por Moony, siempre cuidándolo más que al resto, notándolo más que al resto, sintiéndolo más que al resto...

A Remus, en cambio, no se le notaba nada. Un rubor casi imperceptible... una mirada velozmente escondida... signos vagos, ambiguos... detalles que solo años de práctica en Remus Lupin le habían permitido percibir. Y ahora, desnudo y dormido entre sus brazos, encontraba un Remus que nunca antes había conocido. ¿De dónde salía esa fuerza, esa intensidad?

¿Quién eres realmente, Moony?

Remus es un acertijo.

No. Un acertijo no. Un secreto.

Un acertijo es un juego en el que adivinas pistas, te rompes la cabeza, y reinterpretas palabras buscando una respuesta. Pones toda tu lógica a trabajar, te obsesionas, y una vez que consigues resolverlo disfrutas la sensación de victoria y pasas a otra cosa. Los acertijos más importantes, como las pruebas de una esfinge, pueden abrir las puertas de algo más grande, pero no dejan de ser instrumentos (y no fines).

Un secreto no busca ser descubierto (y, por lo general, existen razones por las que permanece oculto). Un secreto, a diferencia de un acertijo, no es un juego. No hay pistas que enlazar ni palabras que torcer. Lógica, interpretaciones... pueden llevarte a sospechas. Pero un secreto no se descubre con la cabeza... se intuye en el alma. Y cuando lo descubres, no disfrutas tu victoria y pasas alegremente a la siguiente tarea. Descubrir un secreto es convertirse en su guardián. Trae poder y responsabilidad, y uno debería estar muy seguro de querer conocerlo antes de levantar el velo. Hay cosas que no es necesario saber (y se vive mejor sin saberlas). Descubrir un secreto es convertirse en parte de él. Es dejar que el secreto se convierta en parte de uno.

Remus Lupin es un secreto. Y Sirius quiere descubrirlo, más que nada en el mundo.