Hermione aún no comprendía sus palabras, sin embargo, no se inmutó- Draco, presiento lo peor, siento que algo oscuro está dentro de mí- se levantó la camisa y le enseñó el tatuaje, que en esos momentos estaba la mitad negro y la mitad blanco.

Draco le acarició con tanta dulzura como siempre, y le besó- Dentro de ti sólo hay luz, mi pequeña sangre sucia, la única luz que hay en mi vida.

Ante estas palabras, Hermione sintió que se deshacía, con sus manos sostuvo las mejillas del rubio y le susurró- Hazme el amor, antes de que nos maten.


Draco tembló ante la descarada petición de Hermione, jamás se imaginó que alguna vez ella le pediría algo como eso. Le miró a los ojos, para asegurarse de que verdaderamente ella quería aquello, y con su mirada ella se lo confirmó. Sin dudarlo, con determinación se situó sobre la muchacha, entreabriendo levemente la boca se acercó a sus labios, sólo para rozarlos. Quería que el contacto fuera mínimo, disfrutar de cada sensación de ese momento. Acarició con su boca la de su amante con suavidad, y poco a poco fue necesitando más de ella, su beso se fue convirtiendo en uno más exigente. Movió levemente los labios y los cruzó con su lengua, para obtener más de aquella boca que tanto había deseado que se convirtiera en suya. Hermione mientras tanto se dejaba hacer, confundida entre el deseo, y el miedo, no sabía bien si disfrutaba o aquella situación le estaba haciendo mucho daño, lo único que tenía claro es que necesitaba a Draco dentro de sí, algo se había roto en su interior desde hacía tiempo, creándole una sed terrible que quizá sólo pudiese calmar con la protección de Draco, o peor, podría aumentarla haciéndole aún más desgraciada. Entre besos y caricias demandantes, el rubio se coló bajo las ropas y dejándose llevar por el ritmo de los latidos de su propio corazón le hizo suya aquella noche, sería su última vez y al mismo la primera que Draco haría el amor.


Tras aquella noche de pasión ambos durmieron, aunque no muy tranquilamente, un mal presentimiento comenzaba a pesarles. Y una aguda molestia bajo el vientre de Hermione les obligó a desperezarse.

-¡¡Aghh!! – gritó la chica tocándose el bajo vientre, mientras se incorporaba por el dolor.

Draco se asustó, y en un instante le estaba atendiendo. -¿Qué te pasa?- preguntó preocupado.

-Aghh- Hermione volvió a gritar de dolor- ¡Es el niño¡Creo que está por venir¡agh!- el dolor se hacía más intenso mientras ella intentaba respirar profundamente.

-¿Estás segura?- Creo que es demasiado pronto para que te duela de esa forma.

Hermione sudaba, mientras respiraba agitadamente- No, lleva doliéndome ya durante un rato, lo que pasa es que no quería alarmarte- dijo con dificultad- creía que sólo era una falsa alarma.

El chico se armó de entereza- Comenzaré a preparar todo lo necesario, quizá nuestro hijo nazca aquí mismo.

La chica ya no podía articular palabra, simplemente asintió y se dejó hacer, mientras Draco hizo una hoguera para calentar agua caliente, y preparó los únicos trapos limpios que les quedaban. Para ella el dolor era cada vez más insoportable, y mientras él se apresuraba invadido por los nervios de la situación, no quería que la muchacha sufriera más.

Cuando las contracciones se hicieron más fuertes, Draco le desvistió la parte de abajo, y se situó frente a ella, esperando a que el bebé llegara, Hermione no podía parar de ahogar gritos de dolor, sentía como algo enorme intentaba salir de ella.

Tras un rato de nerviosismo, contracciones, dolor y sudor, el rubio pudo ver como la cabeza de su hijo comenzaba a salir de la muchacha.

-¡Hermione¡Empuja que ya viene¡Ya puedo ver su cabeza¡Empuja!- gritaba casi en shock.

En apenas unos minutos pudo ver a su bebé, una pequeña recién nacida que con los ojos cerrados lloraba desesperada.

Draco no cabía en sí de felicidad, acababa de nacer el sentido de su vida, le apretó contra sí quería sentir la dulzura y la inocencia de aquel bebé, creía que si algo tan puro como aquello le tocaba, renacería de nuevo. Pero al acercarle a él, lejos de sentir paz, sintió un inmenso vacío, parecía que una oscura sombra emergía del diminuto cuerpo que daba berridos desesperados.

-Draco ¿que ha sido?- se moría de curiosidad, y de ganas por abrazar a su bebé

Pero Draco se lo pensó dos veces antes de contestar, a medida que aquel halo oscuro le llenaba, sintió que la respuesta le venía a la cabeza- Ha sido un monstruo- dijo en un tono de terror que le erizó los vellos a la nueva mamá, mientras le pasaba la criatura.

Draco comenzó a encajar todas las piezas, todo tenía sentido, de la monstruosidad de su acto había nacido la única semilla posible, la semilla del mal¿qué podía esperar como fruto de su violación hacia la chica que creía amar? Se dio cuenta que todo estaba contaminado, su amor hacia Hermione, el afecto que ella le profesaba, el mismo mundo mágico, incluso la noche parecía teñirse de sangre con aquellos tonos anaranjados que se empeñaban en cubrir el cielo. En sus pensamientos se limitó a quedarse quieto esperando la reacción de la madre, que como quién sujeta un muñeco no pudo pronunciar palabra alguna, sólo se quedó mirando a aquel hermoso bebé, que les robaba la felicidad y la esperanza con su sola presencia. En efecto había sido un monstruo pensó.

Aquella escena quedó grabada en el exótico paisaje, dos padres muertos en vida, mirando a su recién nacida, mientras su alma partida se alejaba de sus cuerpos como hojas otoñales. Ninguno de los dos opuso resistencia a lo que vino después. Una figura negra, apareció de la nada- ¡De nuevo os encontré!- es lo único que los novatos padres lograron decir antes de que el hombre les arrebatara a su hija, ninguno de los dos mostraron oposición ante tal acto en contra de la naturaleza. Un minuto después eran atravesados por el filo de una espada. Ninguno de los dos, quería vivir ya, ya nada tenía sentido para ellos. Se dejaron matar, y en sus últimos momentos, vieron cómo la semilla del mal se alejaba de ellos, aquella bestia que ambos habían creado, con dolor y odio.

Hermione se acercó a Draco, ambos se fundieron en un último abrazo lleno de desesperanza, y se dieron el último beso, un beso pleno de amargura y dolor. Entonces Draco se arrepintió de haber vuelto al pasado, de haber salvado a su hijo y también a la mujer que "amaba", pero si algo estaba claro es que ese era su destino, todo estaba escrito desde que ambos se conocieron.


Años después, Harry había muerto a manos de Voldemort, quien al tiempo pereció a manos de Ella.

Ella, quien carece de nombre, ni Voldemort, ni nadie que estuvo cerca suya quiso dárselo, hoy por hoy tiene un poder inigualable, que reside en su falta de moral y de escrúpulos, y gobierna el mundo, o lo que queda de él, y junto a sus súbditos se encuentran en una llanura, cercana a Israel, cubierta de la sangre de sus víctimas llamada "la llanura del terror".

Todo el mundo estaba equivocado al pensar que Voldemort, era el mal, por que el mal apenas había comenzado.


No me maten por este final, pero juro que ya lo tenía pensado desde que comencé la historia. Lo siento, comenzó siendo una historia oscura y del mismo modo ha terminado. Además, he estado un poco descolocada por que aún no me he leído el último libro de Harry Potter, y aunque en principio sí quería detallar una lucha entre Harry Y Voldemort, como yo creía que iba a acabar el octavo libro, la he suprimido para no "cagarla demasiado".

De nuevo os pido perdón por este final, y ante todo os doy las gracias a todos los que habéis leído mi fic por molestaros en hacerlo

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

PERDÓN

Hasta la proxima, aunque dudo mucho que vuelva a escribir un fic, de esta pareja o de Harry Potter, aunque claro, nunca digas nunca jamás-

Nota- Quizá edite el capítulo en frío para mejorarlo, pero de ningún modo cambiaré el final, a no ser que demasiados mostréis vuestro desacuerdo, y entonces crearé un final alternativo.

¡Nos vemos!