Hola: heme aquí con otra más de mis locas historias, he decidido publicarla este día ya que hoy es mi día especial. Sí es mi cumpleaños y quería que este universo alterno dedicado a Darien y Serena se estrenara hoy y sin más preámbulos he aquí la historia.

PORFAVOR RECUERDEN QUE NINGUNO DE LOS PERSONAJES DE "SAILOR MOON" ME PERTENECEN ESE HONOR ES DE NAOKO TAKEUCHI.

P.D No sean malos y dejen review.

PROLOGO

Era una mañana soleada de mediados de Abril, los rayos del sol primaveral hacían relucir los hermosos cabellos dorados de una pequeña de no más de cinco años, la cual miraba absorta como aquellos desconocidos colocaban la caja de cristal donde dormía su madre en aquella zanja, para después cubrirla con tierra, fue en ese momento que su joven mente comprendió que nunca la volvería a ver.

-MAMÁ- Grito al tiempo que las lagrimas comenzaban a correr por sus mejillas y su cuerpo se abalanzaba sobre la recién colocada lapida. No tuvo tiempo para desahogar el dolor que se había apoderado de su pecho, ya que fue levantada bruscamente por un hombre de cabellos plateados.

-Serena, que crees que estas haciendo???- La niña se limito a observarlo por un segundo para después volver a fijar la mirada sobre la lapida en la que con un gran esfuerzo logro leer el nombre de sus padres –Ya es hora de irnos-el hombre perdió la poca paciencia que aún tenía, al ver que la pequeña no se movía –Que no escuchaste Serena?, dije que ya nos vamos- dijo al tiempo que la sujetaba del brazo y la arrastraba hacia el mercedes color negro que los esperaba.

El camino de regreso a la casa pareció toda una eternidad, por fin ante sus celestes ojos a pareció su hogar, aquella casa que le parecía de muñecas, con sus preciosos jardines tapizados por los rosales de diferentes colores, que hacían resaltar aún más el blanco del Mármol de las fachada. Cuando el coche se detuvo frente a la puerta principal, pudo distinguir la fina silueta de su tía Ikuko.

-Mamá Ikuko- dijo la pequeña mientras corría hacia ella

-Sere, pequeña- dijo Ikuko tomándola en brazos

-Que haces, tú aquí??- pregunto el hombre cuando hubo bajado del coche- Pensé que te había quedado claro que no eres bienvenida en MI casa-

-En primera nada de esto te pertenece, la única dueña de todo es Serena-

-Si pero yo soy su albacea y tutor, hasta que cumpla la mayoría de edad-

-Eso no es verdad, mi hermana no pudo dejarte la custodia de Serena, no después del infierno que vivió los últimos dos años a tu lado Black-

-Vete haciendo a la idea cuñadita, Serena ahora me pertenece al igual que la fortuna Tsukino-

-Serena no le pertenece a nadie, quédate con el dinero y las propiedades, pero déjame a la niña-

-Para que cuando cumpla la mayoría de edad, me lo quiten todo, ni loco- él hombre tomo la cara de Serena con una de sus manos, al tiempo que la acercaba a él- además tengo otros planes para el dulce ángel-

-Que le piensas hacer??-

-Eso ya lo veras con el tiempo cuñadita, ahora largo- dijo mientras los guardias de seguridad se hacían presentes

-Sere pequeña, nunca olvides que no estas sola, algún día nos volveremos a ver- dijo Ikuko mientras era sacada a la fuerza de la que un día fue su casa.

-Mamá Ikuko!!!- Grito la pequeña mientras luchaba por soltarse de los brazos de su padrastro, el cual la conducía al interior de la casa.

-No, no, no, no princesa, tu te quedas a mi lado, eres mi pasaporte al paraíso- ante las palabras de su padrastro los ojos de la rubia se llenaron de lagrimas-LUNA!!!!-

-Si señor??- dijo una joven de no mas de quince años de tez blanca y largos cabellos negros

-Lleva a Serena a su habitación y ayúdala a preparar su equipaje, mañana a primera hora sale para el instituto "Milenio de Plata" para señoritas- Los azulados ojos de la muchacha no pudieron ocultar el asombro ante aquellas palabras.

-Pero señor, ese instituto no admite a niñas tan pequeñas como lo es la señorita- dijo tímidamente

-Eso ya lo se, pero como ahora soy el presidente del patronato del instituto, me han concedido su admisión, con la condición de que su NANA vaya con ella, así que a arreglar las cosas que mañana mismo se largan-

-Como usted ordene señor, vamos señorita- Cuando ambas salieron de la vista de aquel hombre se fundieron en un gran abrazo, Luna tomo a Serena en brazos y la condujo a su habitación

-Luna…-

-Ya Sere, no debes llorar, debes ser una niña fuerte por tu mamá, prométeme que serás fuerte Sere- la niña movió la cabeza afirmativamente- además yo voy a estar a tu lado "Aún que tenga que profesar y unirme a las hermanas que dirigen el instituto"- Ambas sonrieron y se dispusieron a hacer sus maletas, Luna sabia que las hermanas del instituto eran muy estrictas, por eso solo empaco lo absolutamente necesario, sin olvidarse de esconder algunas cosas de valor, tanto monetario como sentimental.

Al día siguiente antes del amanecer, ambas se encontraban en la puerta de la mansión, los ojos de Serena luchaban por contener las lagrimas, nunca en sus cinco años se había alejado de su hogar, observo la casa como si fuera la ultima vez, la mirada de su padrastro le seguía cualquier movimiento y como si hubiera adivinado sus pensamientos le dijo con un tono burlón.

-No te preocupes preciosa, te aseguro que vas a regresar, el día en que tú y Diamante se puedan casar, hasta entonces cuídate-

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Cuantos años habían pasado??? A lo mucho 3 desde aquel día, Luna la procuro en todo pero Serena ya sabia que todo lo bueno termina, el día del cumpleaños numero 8 de Serena, Luna se vio obligada a abandonar a la que consideraba su niña ya que esta, cumplía con la edad en que las internas son admitidas en el instituto. El que Luna ya no fuera su nana, no significaba que esta no podía unirse a la orden de las hermanas encargadas del instituto, y fue así que la joven se convirtió en novicia, cosa que la mantenía al tanto de la pequeña. Fue así como supo que el mismo día en que Serena se hizo alumna oficial del instituto conoció a cuatro niñas que cambiarían su mundo las cinco compartían dormitorio por lo cual se llegaron a conocer muy bien en poco tiempo y a convertirse en grandes amigas.

Luna las miraba desde lejos supo que la pelinegra se llamaba Rei Hino, la cual era huérfana de madre y que su padre era un conocido político el cual la había internado en ese lugar debido a que su trabajo le absorbía la mayor parte del tiempo; la castaña era Lita Kino la cual era huérfana y había sido internada por una tía para no tener que cargar con la responsabilidad de procurarla; la peliazul se llamaba Amy Mizuno, hija de padres divorciados cuya madre dedicaba gran parte de su tiempo a su profesión, por lo cual se vio en la necesidad de internar a la niña en aquel instituto, mientras que de la otra rubia aun no sabia casi nada aunque estaba segura que se trataba de alguien muy especial para Serena ya que no se separaba de ella.

Un mes después de su separación Luna se encontraba esperando poder ver a la madre superiora, la cual se encontraba con una de las madres de familia, la cual había sido requerida debido al comportamiento agresivo de su hija, una joven rubia de 12 años, la cual permanecía sentada a un lado de Luna. La puerta de la oficina se abrió dejando ver una silueta conocida para las pupilas de la novicia –Señora Ikuko- dijo en un casi inaudible susurro, aunque no fue necesario más para llamar la atención de esta, la cual reconoció a la joven rápidamente

-Luna???-

-Señora Ikuko- dijo la joven mientras ambas se abrazaban

-Donde esta Serena???-pregunto Ikuko en el oído de Luna

-De interna-contesto la joven de la misma manera, para no levantar sospechas

-Señora Aino, me alegro de que conozca a la joven Luna, sabe ella es huérfana y aunque a intentado pertenecer a nuestra orden, mucho me temo que la vida religiosa no fue hecha para ella, por lo que me atrevería a pedirle que la alojará por un par de días, mientras encuentra un trabajo que le permita ganarse la vida- dijo la madre superiora desde el portal de su oficina.

-Me esta diciendo que no fui admitida para tomar los hábitos- dijo Luna entre lagrimas

-Luna, hay otras formas de cuidar a la pequeña sin que te veas en la necesidad de sacrificar tu vida, yo también estoy en contra de lo que el señor Black pretende hacer con Serena, creme que mientras este aquí, nada le ha de suceder-

-Madre, usted lo sabia???- por toda respuesta la religiosa asintió, al tiempo que sonreía.

-Como podemos saber que lo que nos dice es verdad???-

-Señora Ikuko, si no me equivoco usted es la tía de la pequeña y si sus hijas Haruka y Minako están en este internado, se debe únicamente a la facilidad que esto le da para acercarse a la pequeña- los ojos de Ikuko se abrieron a más no poder – es por eso que Minako comparte habitación con ella, crean me si no quisiera ayudarlas, no les hubiera asignado la misma habitación a Serena y a Minako-

-Es bueno saber que entre tanta oscuridad , Dios nos ha puesto un rayito de luz en el camino-dijo Ikuko

-Tranquilícense, dejemos que el tiempo marque el rumbo que hemos de tomar-

Desde aquel día Ikuko pudo volver a acerarse a su sobrina la cual la reconoció en seguida, en un principio durante los dias de clases Haruka, cuidaba de Minako y Serena, las cuales más que primas parecían hermanas, eran tan parecidas tanto en las cosas buenas como en las malas, mientras que los fines de semana y vacaciones la madre superiora aseguraba que la niña se encontraba dentro del instituto, y como su padrastro solo la visitaba el 30 de junio, la niña la pasaba de maravilla con sus familiares y en vista de que las otras tres niñas de la habitación se encontraban en situaciones de igual abandono, ellas también recibían permiso para ausentarse del colegio en compañía de la señora Ikuko.

Los años pasaron rápidamente, las niñas pronto se convirtieron en jóvenes, cada una tenia su propio carácter, Rei era fría, Lita un tanto solitaria, Amy totalmente tímida, Mina por demás despistada, mientras que Serena era poseedora de un gran corazón sin duda alguna herencia de Serenety su madre, y aunque no lo admitieran era el punto de unión de las cinco.

Ese día era el cumpleaños número 17 de Serena, ella sabia que el tiempo se le escapaba de las manos que ese día la cuenta regresiva empezaría, aun que ese año también traería grandes sorpresas a su vida.

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NOTAS DE LA AUTORA:

Espero que les gustara creo que debo a clorar que el señor Black, no es Diamante si no el padre de este.

No se desesperen ya prontito va a salir el bombonzote de Darien, así que estén al pendiente, yo se que esta historia va ha ser del agrado de algunas personitas como de mis queridísimas amigas Marina acero y Gaby Bunny,( de las cuales espero recibir reviews por que si no me voy a enojar mucho, jajajaja)

Nos vemos en el próximo Capi un beso a todos bye.