MACROSS SCHOOL

Destinos Entrelazados

¿Alguna vez te has preguntado si tu vida fuera distinta del camino que decidiste tomar, si el destino te llevara por otros lares, de todas formas conocerías a las mismas personas¿Conocerías al amor de tu vida en cualquiera de las opciones que hayas podido elegir?

… Yo creo que si.

¡Quiero ser Militar como tú…!

¡Quiero seguir con la tradición de la familia del Circo Aéreo…!

Dos personas distintas en dos lugares distantes cuestionaban a sus respectivos padres acerca de lo que querían ser en la vida, de las opciones que conocían por tradición familiar y del camino que querían tomar. Estas dos personas no se conocían aún, pero ninguno sabía lo importante que iba a ser en la vida del otro, ya que de una u otra forma ellos dos estaban destinados a encontrarse y a enamorarse, aunque definitivamente el camino para lograrlo no seria sencillo…

No, la guerra termino y yo quiero una forma de vida distinta para ti, además tu madre estaría feliz de que tengas la oportunidad de vivir una vida normal, lejos de la milicia

Pero papá, toda la familia ha estado en el ejército y yo es lo que quiero hacer….

Por eso precisamente. Además eres mujer y esa vida es muy difícil.

Pero yo…

¡He dicho…!

No, el circo aéreo no es una forma de vida… no para alguien con tu potencial, eres inteligente hijo quiero que tengas en la vida las oportunidades que yo no pude

Pero papá toda la familia ha estado en el circo y yo es lo que quiero hacer….

Por eso precisamente no hemos tenido oportunidades. ¡Tú las tienes!

Pero yo…

¡He dicho…!

Y así fue como muy a regañadientes Lisa Hayase y Rick Hunter, dos personas distintas, ingresaron a la Universidad Autónoma de Macross (UAM) sin saber ni siquiera que su destino estaría escrito entre los muros de la sabiduría…

Lisa ya llevaba tres años en la UAM. Se había caracterizado por ser una estudiante modelo, con las más altas calificaciones no sólo de su carrera sino de toda la universidad. Era querida por sus maestros y respetada por todos sus compañeros. Tenía premios y diplomas de todos los concursos en los que había participado, medallas al mérito de la propia universidad y un sin fin de reconocimientos. Era la candidata ideal para titularse con honores y su futuro como científica era prometedor.

La Astrofísica avanzada no era fácil pero para ella era algo muy natural y sencillo. Se le podía ver rodeada de libros, trabajando en el observatorio, investigando algo o estudiando en la biblioteca. Por supuesto en sus ratos libres tenia actividades extracurriculares en las que también sobresalía, en especial en el piano, cuyos dotes la había llevado a dar algunos recitales.

Además no era fea, al contrario era muy bonita, pero se veía siempre triste, casi siempre sola. De no ser por sus compañeras de departamento, no compartía con nadie más su vida. De hecho el vivir con esas chicas le ayudaba mucho, pero su triste mirada no cambiaba. Se sabia que había tenido un gran amor, un Médico Militar que había muerto en la guerra llamado Karl Riber y nunca mas se había vuelto a enamorar, creando muros impenetrables a su alrededor lo que evitara que muchos de sus pretendientes mantuvieran la distancia. Ella era un especie de "súper chica", aunque algunas compañeras celosas de su inteligencia, belleza y cariño de sus maestros la nombraban "La Reina del Hielo". Y aunque ella sabía eso, no parecía importarle; su vida era el estudio, la ciencia y el piano.

En el edificio en donde vivía compartía el departamento con Claudia, una chica alegre quien se había convertido en su mejor amiga desde el primer momento. Aunque ya estaba por salir de la Universidad, ella y su novio Roy, un chico que era todo un galán profesor de ahí mismo, eran los mejores amigos de Lisa. Además contaba con las tres chicas del departamento de abajo, Vanessa, Kim y Sammy que no solo eran muy bonitas y agradables, sino también populares aunque, bueno digamos que un poco alocadas también.

Así transcurrían los días de Lisa, tranquilos y felices además junto con el Dr. Henry Gloval, el Rector de la UAM y sus amigos eran prácticamente su familia… hasta ahora.

Los estudiantes de nuevo ingreso se encontraban en su primer día de clases. Entre ellos se encontraba Rick Hunter, un joven que había sido amigo de Roy y por tanto era precisamente a su edificio al que llegaba a vivir. De hecho iba a compartir departamento con él.

Como buen amigo que era, le organizo una fiesta de bienvenida en su departamento y claro las chicas estaban invitadas, incluyendo Lisa quien muy a su pesar había aceptado. Sin embargo, de último momento Roy y Claudia habían salido por un pastel y el trío estaba empecinado en conquistar al nuevo chico, así que no dejaban de arreglarse para la fiesta, aunque Roy les había dicho que ese chico estaba vetado para ellas.

Lisa se estiraba sentada frente a su computadora; había terminando su última tarea y antes de dirigirse a la fiesta se dispuso a darse un baño. Rick, que ya había llegado, y despistado al no encontrar a Roy, se había metido al departamento de ella en vez de al suyo.

¡Roy ya estoy aquí! – gritó mientras abría la puerta y se metía al departamento – ¿No hay nadie en casa? – volvió a preguntar sin obtener respuesta, así que confiadamente empezó a caminar hacia la sala y hacia la recamara y se metió al cuarto de Lisa

No se sorprendió al ver ropa interior femenina sobre la cama, conocía bien a Roy y sabía de su debilidad por las mujeres, así que pensó que el cuarto era de él y la ropa sería de su última conquista. Dispuesto a jugarle una broma, tomó una de las prendas íntimas y la observaba con atención. Justo en el momento en el que él tenía la prenda frente a sus ojos, Lisa entró a su habitación envuelta solo en su toalla.

Los dos se quedaron congelados en donde estaban. Rick se sonrojó hasta las orejas y Lisa comenzó a temblar de miedo, pero inmediatamente reaccionó.

¡Pervertido¡Fuera de aquí! – le gritó, tirándole encima un pesado libro que tenía a la mano.

¡Oye, no es lo que piensas¡Fue una confusión, yo estoy buscando a alguien!

¡Sí claro, cómo no!

¡De ver…dad…! – respondió él tartamudeando, pero sin poder quitarle la vista de encima a esa preciosa chica

¡Confusión o no, salga de mi recamara¡Salga de mi casa ahora! – volvió a gritarle más enérgicamente, haciendo que el otro saliera corriendo, tropezándose con todo y no paró de correr hasta salir del edificio. Pero no se percató de que se quedó con algo en la mano.

¡Hermano! – Le gritó Roy al verlo desde lejos, recargado en la puerta de la entrada, todo agitado y sudoroso.

Roy ¿Dónde estabas¡Me equivoque de departamento y una vieja comadreja empezó a gritarme y… y…! – dijo, quedándose callado y volviéndose a sonrojar al notar que sacudía la ropa interior rosa que llevaba en la mano.

¡Vaya tú no pierdes el tiempo…¡Eres un demonio, Hunter! – Le dijo Roy, abrazándolo con cariño, mientras Claudia indignada no le quitaba la mirada asesina de encima.

Vamos adentro para que dejes tus cosas – Dijo Roy y los tres subieron a instalar a Rick mientras el resto de las chicas llegaban para la fiesta.

Ya una vez instalado y presentando con Claudia, esperaban al resto de las chicas tomando un vaso de refresco, mientras que en el departamento de enfrente, el trío trataba de convencer a Lisa de que fuera.

¡Vamos Lisa¡Habías dicho que sí ibas a ir! – le rogaba Kim.

Sí Lisa, vamos aunque sea un rato. ¡Por favor! – Insistía Sammy, haciendo pucheros - Así nunca vas a conocer a nadie y nunca te vas a casar – Continuó la chiquilla

En primer lugar, ya se me quitaron las ganas de ir por culpa de un tipo loco que me vino a asustar. En segundo lugar, no estoy interesada en conocer chicos y en tercer lugar, mi prioridad en la vida no es el matrimonio.

Eso dices porque nunca te has enamorado, Hayase. – Dijo Vanesa, guiñándole un ojo.

Sí me he enamorado… - Empezaba a reclamar Lisa cuando las chicas la interrumpieron

Sí, ya sabemos, Riber otra vez. Lisa pero ya no está y tú debes seguir tu vida…- La regañó Kim.

Además tú eras una niña, él te gustaba, esta bien era una ilusión, pero nada más. No estabas enamorada de él, nunca te besó…es más, nadie te ha besado nunca…- Dijo Vanessa

Sí lo amaba – Reprochó ella.

Sí, claro… tú no sabes lo que es de verdad estar enamorada... sentir que flotas, que él es como el aire que respiras – Continuó Sammy.

¡Basta chicas, déjenla! Si no quiere ir no la vamos a obligar. Además ella se lo pierde, el chico es un piloto. – Irrumpió Claudia, que había ido a ver porqué las chicas no llegaban, haciendo énfasis en la palabra Piloto, sabiendo la debilidad de Lisa por la milicia, mientras les guiñaba el ojo a las tres impacientes chicas. A Lisa le brillaron los ojos cuando escucho piloto y tratando no mostrar mucho interés se levantó, fingiendo fastidio y empezó a seguirlas.

Solo un rato¿De acuerdo?

Lo que tú digas, Hayase. – Corearon las 4 chicas que se hacían señas y guiños victoriosas

Lisa entró un poco después, así que Rick ya había sido presentado con el trío y platicaba amenamente con ellas, cuando Roy llegó detrás de él, al lado de Lisa.

Hermano ella es la chica que te conté, su nombre es Lisa Hayase – Dijo Roy al mismo tiempo que Rick giraba en redondo para quedar frente a frente a unos hermosos ojos verdes que lo observaban con curiosidad, pero que inmediatamente cambiaron de expresión al verlo.

¡EL PERVERTIDO! – Gritó Lisa.

¡LA COMADREJA! – Dijo Rick al mismo tiempo.

¡Vaya! Que bueno que ya se conozcan. – Terció Roy a la vez que golpeaba con el puño a Rick, mientras volvía a murmurar que era un demonio.

Yo… yo…- Tartamudeó Rick, sin saber que decir y poniéndose rojo como tomate. – Fue un accidente, estaba buscando el cuarto de Roy. ¡Lo siento!

Olvídelo. – Dijo Lisa y se dirigió a sentarse lo más lejos que pudo de él, al lado de Claudia.

¿Qué te pasa cariño? – Le dijo ella.

Ese chico no me agrada. Entró a mi habitación y yo estaba semidesnuda y lo encontré con mi ropa interiore en la mano.

¿Era tuya? – Se carcajeó Claudia mientras le explicaba lo que había pasado, según la versión de Rick.

Dijiste que era un piloto. – Le reclamó Lisa.

Sí lo soy. – Terció Rick, que se había acercado lentamente hacia en donde estaban.

¡Sí claro, cómo no! – Se mofó Lisa sin siquiera voltearlo a ver.

Vivía en un circo aéreo con mi padre.

¡Así que eres un piloto de circo y un pervertido!

Sí, soy un piloto de circo; lo demás no lo soy y ya te pedí disculpas.

Sí, está bien te creo. – Dijo ella sintiéndose un poco apenada por su actitud, pero aún sin mirarlo a los ojos.

Entonces empezamos de cero. – Agregó él, extendiéndole la mano.

De acuerdo – Dijo ella tomando su mano, logrando con ese pequeño toque de sus dedos que una descarga eléctrica recorriera el cuerpo de ambos, lo que provocó que se soltaran la mano inmediatamente sin entender por que habían sentido eso.

El resto del festejo fue tranquilo, y mientras las chicas acapararon a Rick, Lisa se quedo sentada conversando con Claudia y Roy, mientras Rick se desesperaba ya era con ella con quien realmente deseaba estar conversando. Su desencanto fue total cuando ella anunció que se retiraba y sólo agitó la mano para despedirse de todos.

¿Por qué se va? - Dijo él con ese tono de desencanto en su voz.

Ella es así, no le gustan mucho las reuniones sociales. Además debe tener clases muy temprano mañana. – Dijo Roy encogiéndose de hombros, sin darle mucha importancia a la pregunta de Rick.

Esa noche Rick Hunter no podía dormir, estaba preocupado, emocionado, todo. Roy entró a decirle que sabía como se sentía pero que debía descansar porque al otro día se tendría que levantar temprano e iniciar una vida distinta dentro de la Universidad. Lejos de calmarlo eso terminó poniéndolo mas nervioso de lo que ya estaba, así que sabiendo que no dormiría mucho se dedicó a observar el techo y a pensar en Lisa. ¡Vaya si esa chica le había gustado! Sus ojos verde esmeralda, su cabello color miel, la suave piel de su manos, su delicado olor fresco y su figura… no podía sacar de su mente esa imagen de ella envuelta en la toalla, pero sobre todo la independencia y elegancia que emanaban de toda ella.

¡Es hermosa! – pensó y con ese pensamiento logro conciliar el sueño

Mientras tanto en el departamento de las chicas, ellas le hacían burla a Lisa.

¡No te quitaba los ojos de encima, Lisa!

¡Lo tuviste prácticamente congelado toda la noche!

Lo flechaste amiga… quién dijera, "La Reina de Hielo" derritiendo corazones.

¡Basta chicas, de verdad basta!

Es un piloto……

¿Y eso qué?

Además no es nada feo.

¡Por favor, es como 4 años menor que yo!

¿Qué tal si tiene algunos secretos escondidos por ahí?

¡Basta chicas! Además yo estoy aquí para estudiar y no para andar enamorándome por ahí.

Pero aunque no quisiera admitirlo, las chicas tenían algo de razón. El muchacho no era feo y le atraía mucho.

Esas primeras semanas de clases entre las nuevas rutinas, las materias y los maestros se fueron rapidísimo para Rick. Apenas si tenía tiempo de ir a clases, hacer los deberes comer y dormir. Fuera de eso, en el departamento solo veía a Claudia que visitaba a Roy y al trío que lo acaparaba a cada momento, pero de Lisa… nada.

Claudia… – Le dijo cuando ella se despedía de Roy en la puerta.

Dime Rick.

¿Cómo está Lisa? Hace semanas que no la veo.

Ella es así. Se dedica a lo suyo, se enfrasca en su carrera; ama lo que hace pero se olvida del mundo. – Dijo Claudia encogiéndose de hombros.

Salúdamela¿Quieres? – Continuó Rick tímidamente.

¡Claro que sí! Nos vemos Rick.

Sí, adiós. – Suspiró el joven cada vez más decepcionado.

Vaya, no sabía que te gustaban maduritas, hermano.

¡Cállate Roy! Sólo estoy siendo amable.

Sí, claro. – Dijo dejándose caer pesadamente en el sillón al lado de Rick – Pues mira - Continuó. – Ella es todo un enigma. Es muy hermosa pero no es como el resto de las chicas; así que si tu intención es conquistarla tendrás que armarte de mucha paciencia y usar tus mejores tácticas. Además ella es como una hermana para mí, así que mas te vale, y te lo advierto de una vez, que no la lastimes. Ella ya ha sufrido mucho.

Mira Roy, en primer lugar no pienso conquistar a nadie, sólo me cae bien¿De acuerdo? Y yo no tengo "mejores tácticas" como tú. Pero dime¿Por qué ha sufrido mucho?

¡Ja¡Sabía que te interesa! Pero por ahora no voy a decirte más, ya es tarde y voy a dormir y tú deberías hacer lo mismo. Hasta mañana Rick.

Sí, hasta mañana. – Contestó sin prestar mucha atención, tratando de pensar quién podría haber dañado a Lisa y por qué.

A veces la veía en la universidad, siempre sola, siempre con la mirada triste, pero siempre activa. Y cuando se llegaban a encontrar, él la saludaba con una sonrisa que ella tímidamente le devolvía para luego desaparecer detrás de su montón de libros o de algún monitor de computadora.

Un día la vio entrar a la biblioteca y lentamente siguió sus pasos para acercarse a conversar con ella. Tardó en encontrarla pues aún se perdía en aquella gigantesca mole de libros, hasta que la vio. Estaba sentada y tenía el lápiz en la oreja, mientras hacía infinidad de anotación y revisaba varios libros a la vez. No pudo evitar sonreír al verla. ¡Se veía tan hermosa, tan intelectual, tan llena de vida! Pero ¿Por qué se veía triste…?

¡Hola! – Le dijo, saludándola con la mejor de sus sonrisas.

¡Hola! – Respondió ella, apenas levantando la vista para mirarlo.

¿Estás ocupada?

Creo que eso es muy obvio¿no?

Sí… siento la pregunta tonta, sólo que hace mucho que no te veo y quería saber si estabas bien.

Sí, gracias. – Dijo ella sin prestar mucha atención.

Quería preguntarte si… tú quisieras… ¿Te gustaría ir a tomar un café conmigo?

Uh… – Dijo ella y levantó la mirada. – ¿Me estas invitando a salir, Rick Hunter?

Sí, eso parece. – Dijo él, rascándose la cabeza nerviosamente, pero impresionado no sólo porque ella recordara su nombre, sino por el hecho de que con tan sólo escucharla mencionarlo, había logrado que el corazón le latiera sin control.

Bueno yo… no, no lo creo. Tengo mucho trabajo, pero gracias. – continuó, volviendo a lo se encontraba haciendo.

¿Tal vez en otra ocasión?

Mira Rick, de verdad te lo agradezco mucho pero yo no soy de esa clase de chicas que les gusta salir por ahí y perder el tiempo. Tengo cosas que hacer y muchas. Así que te pido que no pierdas el tiempo conmigo y que no me lo hagas perder a mí¿De acuerdo?

Lo siento. – Dijo él, poniéndose súbitamente de pie y comenzó alejarse de ahí tan rápido como pudo. Se sentía triste, confundido y torpe.

Ella lo miró alejarse y por un segundo sintió una tristeza profunda en el pecho pero inmediatamente volvió a su trabajo.

Rick salio pesadamente de la biblioteca y se detuvo mirando hacia atrás, pensando que sí, era cierto que aquella chica le atraía mucho, pero que todos tenían razón, ella no era esa clase de chicas y mas le valía sacarla de sus pensamientos ahora antes de que fuera imposible hacerlo.

Camino sin prisa hacia el edificio de apartamentos, cuando se detuvo en seco al mirar un grupo de chicas de la preparatoria vecina que se atravesaban la calle sin fijarse. La escena se congelo delante de sus ojos y en cámara lenta vio a una de ellas justo cuando un auto se acercaba peligrosamente hacia ella. Sin pensarlo dos veces se abalanzó y poniendo su vida en riesgo empujo a la chica y rodó con ella por el suelo salvándole la vida. Lisa había salido de tras de el par pedirle una disculpa y decirle que sí aceptaba salir a tomar esa taza de café y vio todo. Estaba helada sorprendida por lo que el había hecho. La gente se amontonaba alrededor y todos felicitaban al muchacho, pero el estaba preocupado por la chica que seguir en el suelo sin moverse; de pronto comenzó a sollozar y él suspiro aliviado.

¿Estás bien? – Le dijo, extendiéndole la mano y ayudándola a levantarse.

¡Gracias! - Gritó ella y se lanzó sobre él abrazándolo con fuerza y sin dejar de llorar.

Oye, está bien, ya pasó todo. – Le dijo él con infinita ternura, sintiendo que esa chica necesitaba de su protección y de su ayuda, no como la independiente y autosuficiente de Lisa.

Gracias. – Dijo nuevamente ella que se secaba las lágrimas con el puño de su suéter.

¡Minmai! – Le gritó su asustada tía que corría hacia ella desde la esquina de enfrente, desde el restaurante de comida china en el que Rick había comido algunas veces.

Estoy bien tía Lina. – Dijo ella sacudiéndose el uniforme. - Gracias a éste joven.

¡Muchas gracias, muchas gracias! – Repetía la señora mientras se inclinaba repetitivamente delante de Rick.

No fue nada. – Dijo él.

¡Pase cuando quiera al restaurante, podrá comer todo lo que quiera!

¡Gracias!

Me llamo Minmai. – Dijo la jovencita que lo miraba coquetamente.

Soy Rick Hunter.

Espero que vengas pronto a visitarnos. –

Continuó la chica china, no sin antes pararse de puntas y plantarle un beso en los labios a Rick, quien desconcertadamente no supo qué sucedía, para luego salir corriendo detrás de su tía.

Adiós. – Dijo el confundido Rick, mientras no terminaba de salir de su trance.

Toda la escena la había visto Lisa y no sabía por qué pero al ver que esa chica lo besaba, al ver como él le había hablado y cómo la había protegido entre sus brazos la llenaba de un sentimiento extraño en el pecho… ¿Eran celos? Sacudió su cabeza sacando esas ideas de su mente, pero no sabia que la verdadera pesadilla estaba por empezar.

¿Rick estás bien? – Le dijo, verdaderamente preocupada acercándose hasta donde estaba él.

Supongo que eso no te interesa ¿No? – Le contestó él bruscamente.

Bueno es que vi cómo rodaste y yo pensé que…

Olvídalo, estoy bien. – Dijo alejándose de ella, dejándola sintiendo un vacío y un frío intensos en el pecho.

Lisa se enteraba de todo lo que sucedía con Rick quisiera o no ya que él compartía departamento con Roy, así qué prácticamente, quisieran o no, los cuatro estaban enterados de la vida del resto. Eso sin contar que entre ellos tenían al trío y eso aumentaba las noticias en torno a la vida de ellos y de toda la universidad.

Así que Lisa sabía que el nombre de la chica era Lynn Minmai, que estudiaba preparatoria pero que no era una chica muy lista. De hecho, las expectativas de sus maestros eran que ni siquiera terminaría la escuela. Sabía que era muy bonita, alegre y extrovertida y que recientemente Rick iba mucho a visitarla. Lo que ella no sabía era por qué cada vez que escuchaba el nombre de esa niña se le revolvía el estomago.

Ese día ella estaba revisando sus exámenes finales; era increíble que el semestre estuviera terminando. Estaba cansada así que se había dado un relajante baño y ya tenia puesta la pijama. De pronto se encontró con su carta de servicio social que tendría que empezar el siguiente semestre… ella tendría que asesorar a muchachos de nuevo ingreso en las materias que se les dificultaran y como ella era casi buena en todo…

Pero había solicitado sólo a dos muchachos a su cargo para poder darles la asesoría necesaria. Suspiró frustrada también al pensar que se quedaría en la universidad nuevamente esas vacaciones en vez de ir a su casa. Su padre siempre estaba ocupado y pensó que ya encontraría como entretenerse.

De pronto tocaron a su puerta ella se levantó distraídamente del sillón y automáticamente abrió y levanto la cara. De pronto lo vio, era la primera vez que él iba a su departamento desde el incidente el día de su llegada. Al verlo ahí parado su corazón comenzó a latir sin control mientras trataba de pensar y articular palabras.

Yo… yo… – Dijo torpe y apenada a la vez ya que sabía que estaba ya en pijama.

Pero sobre todo porque por primera vez se miraban directamente a los ojos y aunque fueron sólo unos segundos, para ambos fueron una eternidad. Él la miraba con esos ojos azules, profundos como el mar y sumamente tiernos que a partir de ese día ella nunca podría olvidar. Ella lo veía con sus enigmáticos ojos verdes, sonrojada porque estaba en pijama, pero sobre todo porque no sabía porqué nunca lo había visto antes a los ojos. Se sentía estremecer, sentía que empezaba a temblar y su corazón latía como nunca antes en su vida lo había hecho.

Lisa yo… - Dijo él, también nervioso y odiándose por ponerse así delante de ella, sabiendo que ella no estaba interesada en él.

¡Ah, qué lejos estaba de la verdad!

- ¿Sabes? Definitivamente hemos empezado con el pie izquierdo y sé que no estás interesada sentimentalmente en mi, pero me gustaría que fuéramos amigos… ¿Crees que eso pueda ser posible?

Yo… sí claro… - Dijo ella extendiéndole la mano mientras que en su interior una voz le gritaba: "¡Dile que sí te interesa¡Díselo, díselo!"

Bien, entonces vengo a proponerte algo. – Dijo el resueltamente.

Dime. – Dijo ella aún nerviosa.

Bueno, es que yo vi que tú… es decir, tú eres… yo quería… – Dijo sin poder concentrase en decir nada con claridad mientras se rascaba la cabeza cada vez más nervioso.

¡Ja ja ja! – Rió ella de manera muy natural, logrando que él se maravillara con lo melodioso de su risa y a su vez se rió él mismo y logró tranquilizarse.

Pasa, hace frió. ¡Siéntate! – Le dijo ella, sorprendiéndose a sí misma con esa petición.

Gracias.

¿Entonces? – Continuó ella, sentándose a su lado en el sillón de la sala.

Bueno¿Sabes? He tenido un poco de problemas con una materia, hmmm… cálculo y vi que tu nombre aparece en la lista de asesores y bueno, me anoté para ser tu discípulo. No sé si te moleste pero me sentiría más a gusto si me ayudas tú…

¡Claro que no me molesta! Te agradezco la confianza. – Le dijo con una dulce sonrisa que él respondió.

Sé que empezaremos hasta el siguiente semestre, pero ¿Te importaría ver si me puedes ayudar con ésta materia? – Dijo, extendiéndole sus notas y su libro.

A ver… – Comentó ella, tomando los apuntes con interés e inmediatamente comenzó a hacerle unas preguntas, algunas correcciones y se enfrascaron en esa conversación hasta ya avanzada la noche.

Rick no dejaba de sorprenderse por la inteligencia de ella y por la facilidad que demostraba para enseñarle. Pero seguía sintiéndose cautivado por su belleza, por sus ojos, su sonrisa y su dulce aroma y se enojaba consigo mismo al saber que ella le había dejado claros sus sentimientos y que él debía sacarla de sus pensamientos. Pero no podía hacerlo…

Ella por su parte no dejaba de ver que efectivamente, esos ejercicios eran muy difíciles para alguien de primer semestre y que sin embargo él había hecho excelentes intentos por contestarlos a la perfección. Pero tampoco podía dejar de verlo de reojo y le costaba trabajo aceptar que era muy atractivo y que su perfume le inundaba los pulmones de una manera que la hacía enloquecer.

Pero lo que mas sorprendía a ambos era lo cómodos que se sintieron una vez que pasaron el momento inicial y lo fácil que fue para ellos conversar teniendo un tema sobre el cual girara la platica.

Creo que es tarde. – Dijo Rick levantándose y estirándose un poco al ver la hora.

¡Cielos, no había visto la hora! De todas formas ni debías molestarte en subir. Si Claudia no ha llegado aquí es por que de seguro está allá arriba con Roy.

Cierto…. ¿Acaso no los envidias?

Sí, supongo que sí…

Me pregunto si costara mucho trabajo encontrar a la persona ideal. – Dijo él, mirándola distraídamente mientras jugaba con su lápiz y hacia rayas sobre una de las hojas en donde habían estado trabajando.

No lo sé…según las chicas yo nunca me he enamorado, así que no tengo mucha experiencia en estos temas… - Dijo ella, encogiéndose de hombros.

¿De verdad? – Dijo él incrédulo.

Oye, no pensarás que te voy a contar mi vida así por que sí. – Dijo ella haciéndose la ofendida.

Lo siento, no quise…

¡Olvídalo, no hay problema! Pero no creo que tú tengas problemas de este tipo. – Ahora insinuó ella con curiosidad.

¿A qué te refieres?

Esa chica Minmei, del restaurente chino... es tu novia ¿No?

¿Minmei¡No¡Ja ja ja! Es una niña y no muy inteligente que digamos. Es bonita, sí… no lo sé, tal vez si se lo pida… pero no estoy seguro aún.

¿Por qué? – Comentó Lisa cada vez más intrigada.

Oye, no pensarás que te voy a contar mi vida así por que sí. – Dijo él imitándola, logrando una carcajada de ambos.

Simplemente porque no es la chica que me gustaría para mi. Es bonita y dulce como te dije pero…

No termino de hablar. Lisa lo miraba expectante. La mirada de ella capturo la de él y los dos se quedaron absortos en la mirada del otro, perdiéndose cada vez mas e incluso no notaron que estaban acercándose con la intención de… ¿besarse?

De pronto la puerta se abrió y Roy y Claudia entraron abrazados y riéndose y se quedaron boquiabiertos ante espectáculo que tenían frente a sus ojos. Rick y Lisa juntos, muy cerca uno del otro. Lisa en pijama y hojas de cuaderno tiradas por toda la sala. Roy y Claudia intercambiaron miradas cómplices pero prefirieron no hace ningún comentario.

¡Que bueno que los vemos a los dos! Queremos proponerles algo.

¿Uh? – Dijeron los dos, todavía sin salir del susto y la pena.

Bueno, nosotros siempre pasamos las vacaciones juntos y sabiendo que ni Lisa ni tú van a ir a sus casas… ¿Por qué no nos vamos todos a algún lugar a pasar unos días, eh?

¡Sería estupendo Roy! – Dijo Rick, sin pensarlo un segundo.

¿Tú qué dices Lisa? – Dijo Claudia, mirando a su amiga que no salía del asombro. – ¡Vamos Lisa no inventes cosas del trabajo y estudio¡Sólo se vive una vez, cariño!

Bueno, supongo que sí… estaría bien… – Dijo, queriendo ocultar su notable emoción y logrando una clara sonrisa en los labios de Rick.

¡Perfecto! Pues ahora a dormir. ¡Vamos Rick, dejemos a las damas descansar! Ya mañana nos organizaremos para el viaje. ¡Hasta mañana! – Dijo Roy saliendo de ahí, llevando casi a rastras a Rick.

¡Adiós Lisa y gracias por todo! – Alcanzó a gritar mientras Roy lo golpeaba y volvía a llamarlo demonio.

Bueno cariño, creo que hay algo que me tendrás que contar. – Le guiñó un ojo Claudia a Lisa.

¡Vamos Clau, no es nada! Además ya me voy a dormir. – Dijo Lisa, escabulléndose a toda velocidad hacia su cuarto pero llevando una sonrisa soñadora en los labios.

Esa noche soñó con él y ahí permaneció en sus sueños por años.

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Dedicado a mi amiga, hermana y madrina Evi que ademas es mi beta y me ha guiado y animado por estos caminos para seguir publicando...ademas de que nos divertimos mucho con esta increible pareja Rick y Lisa.

Ojala les haya gustado... nos veremos la proxima semana

Saludos¡¡¡¡¡¡¡

Sary