A/N: Lmao, soy la peor autora del planeta. El otro día me puse a ponerme al día con South Park y me acordé de esta historia. Aún cuando ya han pasado casi cinco años desde la última actualización, decidí ponerme la meta de terminar de escribirlo. Espero que aún alguien por ahí le siga la pista. XD


Tweek no se dio cuenta en qué momento se había quedado dormido en los brazos de Craig, aunque no es algo que le haya sorprendido debido a que realmente había terminado agotado tanto física cómo emocionalmente, así que suponía que era el siguiente paso más lógico.

De hecho era muy probable que se hubiera quedado así hasta la mañana del día siguiente de no ser por que Craig lo despertó, sacudiéndolo ligeramente por los hombros y hablando contra su oído.

"Tweek- Tweekers, despierta."

Se sentía desorientado y aún algo somnoliento, pero sin sentir el pánico que aquello de hubiera causado en cualquier otra ocasión, incluso cuando al sentir el tibio aliento de Craig contra su rostro le había provocado un escalofrío, pero sin ser algo malo en realidad.

Lo que si comenzó a ponerlo alerta fue el ser consciente de pronto de las otras voces afuera de la casita club, voces llamando por él, específicamente; las voces de sus padres llamándolo con urgencia y, si no se equivocaba, casi al borde de la histeria.

"¿Craig?" Sentía cómo su cuerpo comenzaba a tensarse y temblar. Craig entonces lo apretó más contra él con sus brazos, buscando tranquilizarlo.

"Tweek, escúchame bien, lo que sea que pase—no hagas nada drástico, ¿de acuerdo? No importa lo que pase, déjamelo a mi, yo voy a voy a buscar la forma de solucionarlo todo, ¿en tiendes? Pero tienes que confiar en mi."

Tweek aún no entendía que era lo que estaba pasando, sólo sabía que las voces se acercaban cada vez más y que el serio tono de Craig lo estaba asustando.

"Craig…"

"¿Entiendes lo que te digo, Tweek?" Presionó Craig nuevamente con más firmeza, mirándolo directo a los ojos con una expresión que demandaba una respuesta, Tweek no se atrevía siquiera a pensar en no dársela.

"S-Si."

"Bien."

Lo siguiente pasó demasiado rápido, sus padres habían entrado a la casita club y en un instante los brazos de Craig eran reemplazados por los de su madre, quién lloraba mientras lo sujetaba fuertemente contra su pecho. Podía escuchar de fondo cómo su padre interrogaba a Craig pero sin poder distinguir bien su conversación. Se sentía débil, no había comido ya en dos días y sentía en peso de ello comenzar a asentarse en su cuerpo.

"Toma esto, cariño, te sentirás mejor."

En retrospectiva no debió aceptar esa bebida de su madre, pero no tenía muchas fuerzas para negarse y lo siguiente que supo fue cómo la oscuridad lo envolvía de vuelta.


Decir que todo se había ido a la mierda era decir poco. La situación era mala y Tweek lo sabía.

Cuando por fin había despertado del sedativo que le habían dado, se encontró con la puerta de su cuarto cerrada con llave. Tweek trató de aplastar el pánico dentro de si que comenzaba a subírsele por la garganta y provocaba que todo su cuerpo temblara.

"¿Muh-Madre? ¡Madre!"

Escuchó rápidos pasos del otro lado de la puerta pero esta nunca se abrió.

"Está bien, cariño, estoy aquí. ¿Cómo te sientes?"

Tweek entonces notó los piquetes recientes en sus brazos que lo invitaban a rascarse.

"Muh-Madre, abre l-la puerta."

Silencio. "Me temo que eso no va a ser posible, cariño."

Tweek se sentía temblar cada vez más violentamente, sus manos subiendo para jalar su cabello. "A-Abrr—GAH—Abre la puh-puerta, ¡abre la puerta!"

"Joseph, necesito que te tranquilices. Esto es por tu bien."

"C-CUH-CÓMO—GAH." Comenzó a tirar de su cabello con fuerza para luego golpear la puerta con sus puños. "N-NO PUH-PUEDES DEJ-JARME AQUÍ."

"Joseph escúchame," era la voz de su padre. "Ya nos dijeron qué fue lo que sucedió."

Tweek se detuvo en seco, escuchando la voz de su padre y sintiendo cómo el corazón le latía en los oídos. ¿Les dijeron? ¿Quién-?

"Ese amable niño Cartman nos dijo cómo ese otro chico Tucker tiró tus pastillas al suelo y te llevó con él, cómo él trató de detenerlo pero lo golpeó en el rostro."

¿Qué? Aquello era ridículo. No. No.

"E-Eso nuh-no—no-"

"Cariño, hemos hablado con los padres del chico. Él… él no es una buena influencia para ti. ¿Sabías que está bajo tratamiento igual? Pero se rehúsa a tomar su medicamento…" Hubo una pausa entonces y Tweek dejó que eso se asentara en su mente pero no tardó mucho en formular una respuesta. Es por que no lo necesita. "Joseph, tu padre y yo tememos que él haya sido el responsable que tú dejaras de tomar el tuyo al seguir su ejemplo…"

Tweek sacudió su cabeza aún cuando sus padres no podían verlo. "Nuh- No, uh-ustedes no ent-tienden." No entendían, ¿cómo podrían? Pero Craig lo hacia sentir normal a él, y él a Craig. Así funcionaba, era tan simple pero a la vez no podía explicarlo.

"Lo siento, hijo, pero será mejor que no vuelvas a verlo."

Aquello le pegó cómo una descarga eléctrica y comenzó a volver a golpear la puerta. "No."

"De hecho, tu madre y yo decidimos que sería mejor que no volvieras a la escuela."

Tweek sentía cómo un sabor amargo y ácido se le subía por la garganta al escucharlos. Golpeó con más fuerza. "NO. NUH-NO PUH-PUEDEN HACERMUH-ME ESO. NO PUEDEN T-TENERME AQUÍ ENCERRADO."

"Es lo mejor para ti, hijo."

"NO, NO." Golpeó la puerta un par de veces más antes de sentir cómo sus fuerzas lo abandonaban y cómo su mundo colapsaba a su alrededor—o quizás sólo eran sus piernas que cedieron bajo su peso y lo dejaron caer al suelo.

Sus padres nos podían hacerle esto, no podían; Craig era su amigo era- era todo, era lo único que tenía, ellos no podían quitárselo. Era el último hilo que lo mantenía cuerdo.

"Muh-madre—mamá, m-mami, por favor, duh-déjame salir."

Pudo escuchar el quejido que soltó su madre del otro lado de la puerta al escucharlo y casi podía verla con los ojos llenándose de lágrimas.

"Lo siento, cariño. L-lo siento."

Escuchó el sonido de los pasos de sus padres al alejarse de su cuarto. Tweek presionó su frente contra su puerta y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a surcar libremente por sus mejillas mientras su cuerpo temblaba sin control.

Oh Dios, ¿qué iba a hacer ahora?


Habían pasado dos semanas desde que sus padres lo habían mantenido cautivo en su propia habitación, sólo dejándole salir para ir al baño. A estas alturas Tweek ya se hubiera encontrado en un estado mental tan deplorable que le hubiera provocado ataques de pánico al menos cada tres horas, pero se mantenía extrañamente sereno.

¿Por qué? Por que lo único que lo mantenía cuerdo era recordar lo que Craig le había dicho.

Aún cuando la parte racional de su mente no podía concebir una sola forma de arreglar esto, el único posible resultado era que sus padres por fin decidieran internarlo a un sanatorio y entonces su vida terminaría. Pero aún así, una gran parte de él quería—necesitaba creerle a Craig, tanto que se aferraba demasiado a aquella esperanza y es lo único que lo hacía obedecer en todo a sus padres para evitar empeorar las cosas.

Lo que si es que a la tercera semana había conocido una nueva faceta en sus variantes estados de ánimo que hubiera preferido no conocer nunca: Depresión. Era absoluta y sofocante, tanto que había días enteros en los que no se movía siquiera de su cama, incluso aún sin los medicamentos que le daban para tranquilizarlo. No tenía ganas de nada, y varias veces se perdía dentro de si mismo sin hacerle caso a lo que dijera su madre o cuando iba a ofrecerle comida.

Sentía cómo lo iba consumiendo de a poco y no estaba seguro si podría seguir esperando.

Para su suerte la respuesta que tanto estaba esperando llegó una noche al final de la tercera semana. Era pasada la media noche y Tweek miraba sin mirar a ningún lado en la oscuridad de su cuarto, había avistado un par de veces a los gnomos de la ropa interior escurriéndose debajo de su cama, pero no había siquiera parpadeado a ello; extraño cómo la depresión se comía incluso tus más arraigados miedos.

Fue entonces que lo escuchó, un ligero golpeteo en su ventana. Al principio lo ignoró cómo todo lo demás pero el golpeteo se volvía cada vez más insistente hasta que al final lo acompañó un bajo pero inconfundible susurro.

"Tweekers, ábreme."

¿Craig?

Tweek prácticamente había saltado de su cama, quedándose quieto por un momento para ver si no lo había soñado, pero entonces el golpeteo continuó y supo que esto era real. De dos zancadas llegó hasta su ventana y corrió las cortinas para encontrarse con Craig trepado al alfeizar de su ventana.

"¡Cuh-Craig!" Rápidamente le quitó el seguro a la ventana y la abrió, era una suerte que sus padres no se habían molestado en ponerle llave ya que sabían del indiscutible temor a las alturas que tenía su hijo. "¿Q-Qué haces aquí?" Comenzó a decir el rubio con un tono un poco más alto de lo que debería para ser prontamente callado con una de las manos de Craig sobre su boca.

"Sshhh, no querrás que nos descubran." Dijo Craig apenas en un susurro, igual sonriéndole sin poder evitarlo. "Te extrañé."

Tweek le sonrió de vuelta en cuanto Craig retiró su mano. "Y-Y yo… cuh- creí que nunca i-iba a volvert-te a ver…"

Craig negó con la cabeza. "Cómo si fuera a permitir eso. Aunque debo admitir que tus padres son jodidamente difíciles de convencer, he estado tratando de hacerlos entrar en razón pero no ceden los cabrones—sin ofender."

Tweek sacudió su cabeza. "M-Me han manten-nido encerrado aquí…"

"Lo sé Tweek. Joder, lo sé. Pero voy a solucionarlo, no voy a dejarte aquí." Craig se movió para tomar su mano y apretarla de una forma que esperaba fuera tranquilizante.

Funcionó.

"Lo sé."

Craig entonces se acercó para rodearlo con sus brazos y Tweek soltó un suspiro, no se había dado cuenta de lo mucho que esto le había hecho falta en todos esos días. Deseaba no tener que moverse de ahí nunca y que aquel instante durara para siempre, pero sabía que las cosas no funcionaban así; aún así no se le podía culpar por disfrutarlo en sobremanera.

"Sabes, he estado pensando." Dijo el pelinegro luego de un largo momento.

"¿Huh?"

Craig se separó un poco para mirarlo. "Aún no he hecho algo que realmente quiero hacer."

Tweek lo miró con confusión por un instante antes de notar cómo Craig se inclinaba hacia él y de inmediato supo lo que iba a pasar, provocando que todo su cuerpo se tensara de modo involuntario por un momento antes de soltar un ligero suspiro y relajarse por completo. Si, esto era algo que también él quería, lo había estado esperando sin siquiera saberlo y ahora estaba aquí, no tenía qué temer.

El primero contacto fue suave y cuidadoso, todos sus sentidos estaba completamente alerta de lo cerca que estaba el otro chico y sentía cómo sus labios cosquilleaban en dónde estaban en contacto con los de Craig. Todo resultaba nuevo y en cierta forma inquietante, pero definitivamente no era algo malo. Craig comenzó a mover sus labios sobre los suyos y Tweek trató de imitarlo, nervioso por la probabilidad de terminar haciéndolo mal y que Craig nunca más quiera volver a besarlo por ser pésimo en ello. Sin embargo el pelinegro nunca pareció pensar que lo fuera, inclinando su rostro para buscar el contacto cada vez más, para buscar un mejor ángulo y Tweek sólo se dejaba llevar.

De un momento a otro comenzó a sentir que sus labios se sentían ligeramente secos contra los de Craig, tardíamente pensando que quizás debió haber hecho algo al respecto antes de comenzar con esto y provocando que su lengua involuntariamente saliera de su boca para humedecerlos, a lo cuál Craig tomó cómo una invitación para profundizar el beso, y si Tweek pensaba que antes se había sentido muy bien, no tenía palabras de lo magnifico que se sentía ahora.

Literalmente sentía cómo cualquier otra cosa que no fuera Craig salía de su mente sólo para ser inundado con la sensación de lo que era tener la lengua de Craig presionando contra la suya con movimientos lentos pero firmes. Volviéndose hiperconsciente de cómo las manos de Craig de un momento a otro se habían deslizado por debajo de su camisa y comenzaban a subir por su torso, acariciando su piel. Estaba sintiendo demasiado y por un instante creyó que se ahogaría con todo hasta que logró liberar algo de la presión que sentía cuando un gemido se le escapó de sus labios.

Craig sonrió. "¿Te gusta eso, Tweek?"

El rubio tomó un par de bocanadas de aire buscando recomponerse, sentía su rostro arder y las rodillas temblarle. "N-No sé, sólo- Craig."

"Lo sé." Se inclinó para besarlo de nuevo, esta vez de una forma menos íntima que la última vez. "Aunque no podemos arriesgarnos, no ahora… tus padres están demasiado cerca de tu cuarto."

Y Tweek lo sabía, y estaba seguro que nunca antes se había sentido tan frustrado en su vida entera. Algo de ello debió reflejarse en su rostro por que Craig rió y lo besó de nuevo.

"No te preocupes. Pronto. Volveré por ti. Sólo tienes que esperarme."

"Si-siempre te espuh-peraré, Craig."