N.A: Hola a todas, como ven, termina una historia y comienza otra, espero que les guate y que a la ves me ayuden, es la primera ves que intento mezclar un edwin y bueno, aun no se como saldrá, así que espero opiniones, criticas, ideas, etc.

Que lo disfruten.

El amor no es como en los cuentos de hadas.

Capitulo 1: Buscando a un príncipe azul.

"Y vivieron felices para siempre"

Winry dejo caer sobre su cara el libro infantil que estaba leyendo mientras Gracia continuaba haciendo los deberes y Riza parecía ni siquiera haberla estado escuchando.

-¿No es hermoso? -dijo soltando un suspiro ilusionado- ¿Por quo no podré encontrar yo a mi príncipe azul?- les pregunto a sus amigas, esta ve mostrando cierto enfado.

-Supongo que es por que no existe, Win. Esa es la respuesta- le contesto Riza, antes de recibir un codazo en las costillas por parte de Gracia que la miro molesta.

-No le hagas caso, Winry. Tu sabes como se pone cuando no entiende la materia enseguida.- la rubia le sonrió ilusionada por el apoyo de Gracia- Supongo que será que aun no lo has encontrado, solo tienes que tener paciencia.

-Paciencia, paciencia… mírense ustedes, tampoco han sacado nada en limpio y eso que son dos años mayores que yo.

Riza suspiro resignada, esa era lejos una de las conversaciones mas estupidas que había oído en los últimos días, luego claro esta de las absurdas respuestas que le había dado Mustang al maestro en la clase de filosofía y la charla de Edward sobre alquimia. Se llevo la mano a la sien que comenzaba a latirle por causa del dolor de cabeza.

-Bueno, yo aun creo que en algún momento llegara el chico adecuado- dijo Gracia sin perder la sonrisa- Solo que no tengo prisa, aun.

-¿Y tu Riza? ¿Esperas a alguien en especial?- la pregunta de Winry la obligo a separar la vista del libro que leía por cuarta ves, el dolor de cabeza iba en aumento al igual que su fastidio.

-No Winry- la respuesta acompañada de su gesto de molestia habría bastado para dejar callada a cualquiera, pero Winry la conocía demasiado bien como para saber que su molestia no pasaría más allá de unos cuantos gritos y amenazas, Riza era demasiado buena.

-¿Y por que no? Tú eres una chica guapa, además de lista. Muchos chicos se han fijado en ti, lo que no entiendo es por que les dices siempre que no.

-Por que no estoy interesada, Win. Eso es todo. No quiero un novio que me controle ni que me amargue la existencia. Me basto yo sola. No quiero a un hombre que presuma de su género y minimice al mío.

Gracia se limito a mover la cabeza en gesto negativo mientras Winry la observaba molesta.

-Creo que lo que pasa es que tienes miedo, Riza.

-¡¿Miedo?! ¡¿Miedo de que si se puede saber?!- esta ves el tono de voz era mas alto y la chica miraba con molestia a Winry que sonreía triunfante.

-Miedo de enamorarte, y de darte cuenta que has estado equivocada durante todo este tiempo con respecto al odio que les tienes a los chicos.

-No estoy equivocada con los chicos, y no los odio. Con Ed y Al me llevo bastante bien.

-Eso es por que no tienes opción. Los conoces de toda la vida y son como, como… tus hermanos.

Riza no podía negar que eso era verdad. Los hermanos Elric era sus vecinos, al igual que lo eran Gracia y Winry; los conocía desde que eran bebes, y siempre se habían llevado bien, en parte por el encantador carácter de Al y por las interesante conversaciones que podía tener con Ed. Pero ella no odiaba a los chicos, ¿o si?

-Bueno, quizás… pero eso no quiere decir que odie al resto. Solo que no son mis amigos como lo son ustedes.

-Riza, te lo suplico- le dijo la rubia arrodillándose frente ella- Déjame que te busque a un chico para salir, te prometo que si de aquí a navidad no he encontrado a nadie adecuado, te dejare en paz y podrás ser una solterona y enclaustrarte como una monja si eso es lo que deseas, pero dame seis meses para conseguirte a tu príncipe azul.

Riza tenía ganas de gritarle que eso era un tontería, que los príncipes azules solo existían en los tontos cuantos de hadas que les leían de pequeñas, que ella no quería un novio y que mucho menos confiaba en su elección, pero la mirada suplicante de Gracia y el gesto de pena en la cara de Winry lograron mas que sus instintos asesinos.

-Esta bien, seis mese y me dejas en paz, pero te lo advierto Winry, no aceptare al primero que cruces en mi camino. Tú podrás buscar candidatos pero la elección, si es que la hay, la haré yo.

-Esta bien, como quieras. Y aprovechando que te buscaré un novio creo que lo mejor será ponernos en campaña de conseguir al chico ideal para todas. Solo déjenlo en mis manos.

Gracia intercambio una mirada preocupada con Riza, cuando a su amiga se le metía algo en la cabeza, no había nada ni nadie que la pudiera hacer cambiar de opinión.

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-¿Te parece guapa? – pregunto Roy a su amigo Maes mientras observaban a las chicas que comían en la cafetería- ¿Podrías invitar a salir a Catherine?

-No, es demasiado tímida. Además no me gusta.

-Ese es el problema, Maes. Que no te gusta ninguna de las chicas por las que te he preguntado.- le dijo Roy molesto- Puedo ayudarte a conseguir una cita si eso es lo que quieres, pero si no me dices con quien no podré hacer nada.

-Bueno, creo que no estoy seguro- dijo el chico con resignación mientras paseaba la mirada por la cafetería- ¿No te parece que la mayoría son un poco bobas?

Roy observo a su alrededor y se encongo de hombros.

-Y eso que más da. Supongo que no la querrás para tener una charla con ella, ¿o si?

Maes lo observo resignado, sin duda su amigo no tenia ni idea de lo que el estaba hablando, y mucho menos de lo que necesitaba.

Roy se dejo caer en la mesa. La verdad es que no sabia que hacer para conseguir mejorar el ánimo de Maes, la muerte de su padre lo había afectado mucho. Se había vuelto mas retraído y algo melancólico, la verdad que Roy pensaba que la solución perfecta era encontrarle una linda novia, pero al parecer a su amigo no le agradaban las posibilidades existentes.

Para Roy, todo estaba bien mientras la chica fuera guapa y no le presentara mayor problema cuando se cansara de ella, pero al parecer Maes buscaba a una chica especial, a alguien en quien poder confiar, y eso era lo más difícil. En las mujeres no se debía confiar.

Durante un minuto la atención de su amigo fue captada por un grupo de chicas que pasaron cerca de su mesa. Dos rubias y una castaña.

-¿Quienes son?- pregunto Maes aun observándolas mientras se sentaban en una mesa alejada de la de ellos.

-Ni idea- respondió Roy tratando de recordar. A las dos mayores le daba la impresión de haberlas visto en algunas de sus clases. La castaña solía hablar bastante y tenía una bonita risa, eso lo recordaba pero la otra… la otra tenía buenas calificaciones. Si, era la primera de la clase, y era lista, pero no tenia idea de como se llamaba, ni siquiera la recordaba hasta ahora.

-Van en nuestra clase, Roy- le dijo Maes después de recordar un poco-. Y la más pequeña es Rockbell, la hija de los doctores.

Roy asintió sin darle mayor importancia. Por el daba lo mismo quienes fueran, amenos que…

-¿Te interesa alguna de ellas, Maes?- noto que su amigo parecía mas interesado que las veces anteriores. Observo nuevamente las chicas, a la castaña la veía a la perfecto y la verdad es que si era guapa, pero no su tipo, pero quizá si el de Maes. Y la rubia, seguramente seria un cerebro andante pero no podía verla bien. No, mejor intentaría con la castaña.

-Esperame aquí, te conseguire una cita con una de ellas.

-Roy, no, espera…- alcanzó a decir Maes antes de ver partir a su amigo, El no tenia interés en una cita, solo le habían llamado la atención las chicas, en verdad una de ellas. Pero no tenia humor para intentar conquistarla, por el momento. Suspiro resignado, seguramente Roy conseguiría llevarla a la mesa y hasta ahí llegaría su ilusión.

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-¿Qué te parece Jean Havoc? Es guapo, además te esta mirando en este momento, Riza- Winry saludo al chico con la mano mientras Riza trataba de pasar lo mas desapercibida posible. Si su amiga continuaba así, no creía poder soportar los próximos seis meses.

-Si, es guapo, pero… no lo se. ¿Y que hay de ti, Winry? ¿Ya tienes a alguien en la mira?

-Ah, bueno… aun no.

-¿Y que esperas? ¿Podría ser Ed?- le dijo Riza con una sonrisa maliciosa, por todos era sabido que cuando eran mas pequeños su amiga, que ya tenia dieciséis años, estaba completamente enamorada del mayor de los Elric. Pero al perecer el chico estaba más interesado por sus inventos y estudios que por su linda amiguita.

-No, claro que no- le dijo sonrojándose un poco.- Es verdad que antes lo encontraba interesante, pero ahora, bueno, el es así. Interesado únicamente en lo que a nadie le importa. Necesito a alguien que se preocupe de mi, no solo de lo que estoy compuesta- termino Winry con un gesto de fastidio.

- A mi no me importaría- dijo Gracia sin pensarlo- mientras nos llevemos bien, le resto da igual.

-¿Como puede ser que no tengas mas exigencias, Gracia? Pareciera como si nada te importara, se que no estas desesperada por encontrar a alguien, pero tampoco me gustaría que aceptaras al primer idiota que se te cruce por el camino- dijo Winry.

Riza se atrevió a levantar la vista de su plato de comida. La mayoría de los chicos de la escuela se encontraba a esa hora allí, Ed y Al no; seguramente estarían enfrascados en alguna nueva investigación. Su mirada se encontró con la intensa de Jean, aunque aquello no le causara gracia, el gesto la hizo sonrojare un poco, quizás Winry tuviera razón y no seria mala idea darle una oportunidad al chico.

Jean, al igual que ella cursaba le ultimo año. Con su cabello rubio y sus ojos azules era un chico realmente atractivo, además siempre se mostraba muy caballeroso, atento y por supuesto era un buen alumno, lo que se podría considerar un buen partido, pero…

-¡No lo puedo creer!- dijo Winry con un gritito ahogado, creo que Roy Mustang viene hacia nuestra mesa.

Riza lo observo un momento antes de volver a fijar la vista en su plato. Roy Mustang era despreciable.

Roy era uno de los típicos chicos guapos de la escuela, con mas vanidad que cerebro, solía salir con la mayoría de las chicas de la escuela, y era un autentico desastre en clases. Muchas veces Riza pensó que si el joven Mustang hubiera tomado alguna ves sus libros y apuntes, para algo mas que fingir estudiar, podría haber sido fácilmente uno de los alumnos brillantes de la escuela, ya que poseía ingenio y un poder de convicción admirables, pero para desgracia de todo el cuerpo estudiantil y docente, el chico se entretenía con distraer a sus compañeritas de clases con su absurdas demostraciones de afecto y discutir con los maestros.

-Win tiene razón, Riza. Creo que viene hacia acá- Gracia le dirigió una mirada a su amiga, conciente de la antipatía que sentía la chica por el moreno. Riza capto el mensaje y se puso de pie dispuesta a salir. No tenía ánimos para una discusión absurda.

-Nos vemos luego chicas- Riza camino hacia la salida, pero en su apuro tropezó con una de las mesas y estuvo apunto de caer si no hubiera sido por que Roy la alcanzó a sujetar.

-¿Te encuentras bien?- le preguntó con una sonrisa. Riza asintió sorprendida y con algo de molestia tuvo que reconocer que el chico tenía motivos para sentirse tan confiado de si mismo, era muy guapo. Con el cabello oscuro y desordenado, y los ojos del mismo color que resaltaban en la piel pálida. Sus rasgos eran atractivos, con cierto aire infantil sin quitarle el toque masculino. Riza se espanto de sus propios pensamientos

-Si, gracias- le dijo Riza tratando de soltarse, pero Roy la sujeto frente a si un momento mas.

La verdad es que no podía creer como nunca se había fijado en ella. La chica que tenia al frente era guapa. No una belleza deslumbrante pero no podía negar que era atractiva.

Sobre todo sus ojos, Eran de un color ámbar hipnotizante, eran enigmáticos y a la ves increíblemente expresivos, y en ese momento lo miraban con una mezcla de temor, sorpresa y algo más que no podía definir… ¿desprecio?

-Tengo que irme- le dijo Riza dando media vuelta paras salir lo antes posible de allí. No se sentía bien estando parada frente a Roy Mustang, era demasiado peligroso y atractivo, temía que no fuera capas de resistirse a lo que le provocaba. ¡Que demonios! El no le provocaba nada.

Roy observo como la chica se alejaba sin más. La había ayudado para que no cayera y solo le había dado las gracias y se iba, ni una sonrisa, ni un beso de agradecimiento. ¡Maldita sabelotodo!

-¿Como se llama?- le preguntó a Havoc que miraba la escena al igual que el resto de los alumnos que se encontraba en ese momento en la cafetería, Roy lo apremio con la mirada.

-Elizabeth Hawkeye- respondió el rubio de mala gana.

-¡Elizabeth, espera!- grito Roy apurándose para alcanzarla, cuando logro sostenerla del brazo, ella giro y vio que sus hermosos ojos esta vez brillaban con un fuego que no había conocido antes.

Estaba furiosa.

-¿Qué quieres Mustang?- le espeto molesta

El primer impulso de Roy fue decirle la verdad, que solo quería pedirle una cita a su amiga para que saliera con Maes, pero luego se la topo a ella y le parecía una chica muy mal educada. La observo detenidamente, tenia las pálidas mejillas levemente sonrojadas, pero supuso que se debían a la rabia y no a otra cosa, ¿acaso aquella chica era indiferente a el? Imposible.

Riza miro en todas direcciones y noto como la rabia se apoderaba aun más de ella al notar miles de ojos pendientes de ellos. Roy la sujetaba del brazo y la observaba de un modo extraño, sin apartar la mirada de sus ojos, pero luego la bajo hasta sus labios. Riza sintió que se le aceleraba el pulso y trato de soltarse pero sin demasiado éxito, ya que Roy la sujeto con más fuerza.

-No corras, solo deseo hablar contigo, no voy a hacerte nada malo.

-Tengo que hacer, Mustang. No estoy para tus juegos.

Roy bajo nuevamente la mirada hasta sus labios, ¿a cuantos chicos habría besado en su vida? Se sintió un estupido la pensar en eso. Bajo la mirada hacia su figura, no era demasiado alta, pero era esbelta y bien formada. Noto como Riza lo fulminaba con la mirada al darse cuenta de su descarado examen

-Me voy- esta ves se soltó con fuerza y camino con paso seguro y decidido hasta la salida, Roy se quedo observándola por un momento. Esa chica no podía dejarlo así en medio del la cafetería, como a un tonto. Era una mujer, y como las demás también tenia que sentirse atraída por el. Cuando volvió a alcanzarla estaba preparado para ver la rabia ardiendo en sus preciosos ojos.

-Deberías darme las gracias- le dijo con una encantadora sonrisa en los labios, ladeando un poco el rostro para mirarla mejor.

-Ya te las he dado, a menos que estés sordo o no seas capas de comprender lo que digo.

-Claro que las oí, pero yo me refería a esto

Roy la sujeto de la cabeza y unió sus labios a los de ella sin permitirle separarse. En un comienzo fue brusco debido a la resistencia de Riza pero fue suavizando el beso a medida que ella se relajaba. Estaba seguro de que caería como las demás.

Al cabo de unos minutos decidió que lo mejor seria dejarlo hasta allí, mas adelante, cuando estuvieran solos tendría oportunidad de ver que tan apasionada resultaba ser aquella muchacha. Riza lo miro sorprendida, una sonrisa de triunfo asomo a los labios de Roy al ver que todos los observaban en silencio, esta ves sin darle a él el tiempo para prepararse le pego una bofetada con todas sus fuerzas, logrando que el chico se separada de ella y la mirara como si estuviera loca.

-¡Si te vuelves a acercar a mí, no respondo de mis actos Mustang!- le grito llena de ira.- Eres patético.

Esta ves si logro alcanzar la salida, dejando a Roy entre el murmullo y las risas de los presentes y con unas ganas horribles de cobrar venganza.

Elizabeth Hawkeye se las pagaría.