Todos los personajes que reconozcan son de JK Rowling, lo demás es mío...

------------------------------------------------------------------------

Bien verán, este fic surgió ante-anoche que tenía que estudiar sobre la alimentación en algunas enfermedades y como solo eran seis, pues me dije: mujer deja eso que te haces cuerda, ya una hora antes del examen estudiarás y aquí está, Y pues no ha ido tan mal jajajajaja


Al fin honor a quien honor merece, por si creías que lo había olvidado, les presento el capitulo… EL DAMO DE LAS GATAS (no tiene nada que ver con el contenido ;D jajajaja), no olvido jajajajajajajaja


-----------------------------------------------------------------------------------

El 31 de Octubre algo pasó, pero pasó muy rápido, una luz verde que llenó una enorme casa destelló dos veces, después el llanto de un bebé, para seguirle el fuerte ronroneo de una motocicleta que surcaba el cielo, sí, lo surcaba porque era mágica, pero eso no es realmente lo importante, sino que, su conductor lloraba con furia, tenía semanas presintiendo que algo malo sucedería, y el día en que su mejor amiga, increíble que él tuviera una amiga y no que fuera machista, algún rezagado social o algo por el estilo, sino que, según él, la amistad entre un hombre y una mujer solo llevaba a un rato en la cama, y era mas falso que un billete de tres pesos, pero como todo niño era lo que pensaba, hasta un día en que la pelirroja gracias a la que su mejor amigo les hacía la vida imposible a él y otros dos amigos, aunque quizá ahora debería decir, a él y a otro amigo, pero no lo quería admitir, quizá se equivocaba… en fin, desde que la pelirroja había accedido hablar como seres humanos con su amigo, todo había cambiado… aceleró su motocicleta, ya podía ver la casa de sus amigos, sintió que su corazón se detenía al ver frente a él la marca tenebrosa, la terrible calavera con una serpiente por lengua… él había estado ahí, lo que nunca creyó¡los había traicionado!... y ella lo sabía, se lo había dicho, pero ellos no habían querido escuchar… Peter era su amigo y jamás los traicionaría… si le hubieran hecho caso… dejó esos pensamientos, tal vez se estaba adelantando a los hechos, sin querer se vio transportado a unos días atrás…

---------------------------------------flash back----------------------------------------

Un joven de 22 años, de revuelto cabello negro, gafas redondas y ojos café miraba sonriente a un pequeño de tan solo un año y algunos meses, que en el piso jugaba con unos cochecitos mientras hacía graciosos ruidos simulando el de un motor, el joven miró hacia la cocina que estaba atravesando el recibidor tras él, escuchaba un sollozo, se extrañó bastante, se acercó a su hijo que tenía el cabello demasiado alborotado, lo levantó en sus brazos, el pequeño empezó a patalear, parecía no estar muy contento con que lo interrumpieran…

--Ya, ya Harry, anda toma --sonrió el hombre agachándose por los carritos que les tendió al niño, el pequeño balbuceó y agarró con alegría los juguetes --todo lo malo que pasa a nuestro alrededor es mas llevadero cuando sonríes así --murmuró el hombre dando un beso en la cabeza a su pequeño hijo y fue hacia la cocina, era muy temprano para que fuera Sirius queriendo jugar una broma, él no acostumbraba salir de la cama a las siete, miró al niño que jugaba en sus brazos, ciertamente no le habría caído nada mal una hora más de sueño, pero Harry los había despertado, y Remus no acostumbraba hacer bromas como agente material, prefería murmurarlas y dejar que Sirius hiciera lo suyo, además, el licántropo estaba en un viaje de la Orden del Fénix, apresuró el paso, la única persona que podía estar en la cocina era su esposa, Lyly, al llegar la miró, la pelirroja que lo había cautivado desde antes de conocerla, estaba sentada al desayunador con la cara entre las manos, la sartén se le quemaba y no era que fuera muy buena cocinera, y de vez en cuando se le quemaba el agua, pero… prefirió dejar sus pensamientos y acercarse, al verla, el pequeño Harry se abalanzó hacia ella, James tuvo que hacer un rápido movimiento para evitar que se le cayera de las manos, pero no fue exactamente que el bebé se fuera sobre su madre lo que hizo que casi se le resbalara a su padre, sino, lo mismo que hizo a Lyly levantar rápidamente la vista…

-- ¡Mamá! --gritó Harry, Lyly lo miró rápidamente, eso no era ecolalia, no era uno de los balbuceos del niño probando los sonidos que podía hacer, Harry en verdad sabía lo que significaba esa palabra y para miedo de James ella lloró abrazando a su hijo

--Lyly… ¿Qué tienes? --preguntó atemorizado el moreno

La pelirroja levantó la cabeza del cuerpecito de su hijo y miró intensamente a su esposo, esos ojos verde esmeralda brillaban descomunalmente…

-- ¡Eh… qué se quema!... ¡espero que esté listo el desayuno que tengo hambre! --el grito de un hombre en la estancia hizo sonreír ligeramente a James, pero sin despegar la vista de su esposa --Oigan pero se está quemando algo --un joven de la misma edad de James entraba sonriente a la cocina, su cabello negro y sedoso sobre sus hombros, unos hermosos ojos grises enmarcaban la brillante y perfecta sonrisa, que se esfumó en cuanto miró la expresión que sus amigos tenían, con un rápido movimiento de su varita terminó con el pequeño incendio que había sobre la estufa… -- ¿Pasa algo?... Eh Prongs

-- Harry dijo su primera palabra, dijo mamá --Lyly se había puesto de pie y miraba al joven que se acercaba a ellos, con una falsa sonrisa que conociéndola como esos dos hombres la conocían, no creyeron

--Vamos Lyly, estás triste… tienes miedo --dijo James girándole la cara hacia él

La pelirroja fue hacia la silla alta de Harry y lo puso dentro, el pequeño se arqueó mostrando su inconformidad, Lyly le acercó los carritos, pero el niño los arrojó, Lyly suspiró y le puso un tazón con cereal en pudín, el pequeño agarró el tazón y le arrojó a Sirius con él…

-- ¡No! --dijo Lyly mirando enérgica al niño --eso no se hace Harry --siguió con el índice en alto, le volvió a dar los carritos, el niño los tomó sin más problema y se puso a jugar

--Aún no sabe que no se debe hacer enojar a las pelirrojas --bromeó Sirius, intentando alivianar el ambiente, pero estaba demasiado tenso como para que una broma lo lograra y supo que era grave pues Lyly no le había dicho nada

--Chicos --dijo Lyly con voz de ultratumba mientras se dejaba caer en una silla frente a Harry que entretenido metía los cochecitos al tazón con cereal, Sirius miró hacia donde había estado hacía un momento y no miró el tazón azul que Harry le había arrojado, y mirando detenidamente el mismo tazón azul con avioncitos en el que el niño metía sus juguetes, se sentó a la derecha de Lyly, James lo hizo al otro lado --hoy tuve una visión --murmuró Lyly, James y Sirius se miraron preocupados

--Lyly, sabes que no siempre son visiones, quizá solo fue un sueño --dijo Sirius poniendo una mano sobre el hombro de la pelirroja

--No Sirius, estoy segura… tengo un presentimiento

-- ¿Qué fue amor?

--Era Halloween, Voldemort llegaba y nos asesinaba… dejábamos a Harry… --Lyly no pudo terminar pues se vio interrumpida por el llanto, James la abrazó mirando preocupado a su amigo

--Tranquila amor, solo fue un mal sueño, Peter jamás nos traicionaría… es un merodeador Lyls --trató de tranquilizarla James, lo decía con convicción, estaba seguro de lo que decía…

--Sí pelirroja, Wormtail es un merodeador, algo torpe pero merodeador, quiere mucho al enano que come juguetes --rió Sirius mirando como el pequeño se metía a la boca el carrito lleno de pudín, James y Lyly lo miraron, él les señaló al niño

--No Harry, los juguetes no… --Lyly corrió hacia su hijo que reía divertido mientras metía de nuevo el carrito y salpicaba todo a su alrededor, Lyly le quitó el juguete rápidamente, él no le tomó mucha importancia y balbuceando como si estuviera platicando con ella, metió eufórico las dos manitas al tazón --cariño… --dijo Lyly quitando también el tazón --ahora voy a tener que volver a bañarte, mira como te has puesto --se lamentó la pelirroja al ver el tazón vacío, pues todo el pudín estaba mayormente en la cabeza del niño y la cara, un poco en el mameluco verde, el niño hizo un lindo mohín al verse sin su alimento, o mejor dicho sin su principal juguete, sus hermosos y grandes ojos esmeralda se llenaron de lágrimas mientras alzaba los brazos intentando alcanzar el tazón…

------------------------------------fin flash back-----------------------------------

Cerró los ojos intentando contener las lágrimas, ya no lloraría, nada había pasado, sus amigos tenían que haber escapado, al llegar a tierra sintió que se desmayaría al ver media casa derrumbada, un enorme hombre se le acercó con algo en brazos, era Hagrid con Harry que lloraba desesperadamente, el semi gigante se acercó a Sirius y le explicó todo lo que sabía, la furia de Black creció de sobremanera, Peter, su amigo¡los había traicionado!

--Toma Hagrid, llévalo en mi moto, yo… tengo algo que hacer --murmuró Sirius mirando hacia el camino principal --oh, espera un segundo… --Agregó metiendo una mano dentro de su camisa blanca, sacó una delgada cadena de plata con un dije en forma de perro, estaba incrustado de pequeños diamantes negros, con dos casi diminutos ópalos grises como ojos, se acercó a Harry y se la puso al cuello, al verlo tan cerca, el niño se abalanzó sobre él, pero solo le dio un beso en la mejilla y le revolvió el cabello --lo protegerá… adiós pequeño --Sirius dejó que un par de lágrimas recorrieran sus mejillas y echó a correr hacia el camino principal, Hagrid enjugó sus lágrimas y con Harry llorando a todo pulmón y estirando sus manitas hacia Sirius, montó en la motocicleta y emprendió el largo viaje que les esperaba…

Era una noche de halloween, cinco años después… un joven hombre castaño estaba al pie de dos tumbas, miraba las lápidas fijamente, sus hermosos ojos dorados dejaban caer dolorosas lágrimas, sus manos dentro de una raída túnica gris, un ruido tras él lo hizo girarse, sonrió, solo había sido un gato, miró hacia el frente, en un enorme árbol una lechuza más blanca que la nieve lo miraba con sus ambarinos ojos, él la miró con detenimiento, no podía ser posible… esa ave no podía estar señalándole con una pata las tumbas, la lechuza ululó delicadamente, al ver que no obtenía respuesta extendió majestuosamente sus alas y planeó hacia él, se paró al pie de ambas tumbas que se unían al final en una especie de urna cuadrada, el ave picoteó con cuidado una esquina, él la siguió mirando, la lechuza se irguió y ululó molesta mirándolo fijamente

-- ¿Qué quieres? --preguntó mirando al ave --Oh perfecto, me he terminado de volver loco, ahora le hablo a un pájaro --ironizó él mismo --James, Lyly… me habría gustado estar cerca, quizá si no me hubiera ido… --dejó escapar una solitaria lagrima y dio media vuelta, hizo caso omiso de los gorjeos del animal y se dispuso a salir del cementerio, pero no contaba con que el ave se le parara en la cabeza y lo picoteara, intentó espantarla tirando manotazos pero la lechuza volaba justo a tiempo para que se golpeara él solo, un par de minutos después, el ave volvió a posarse sobre la urna a los pies de la tumba, Remus Lupin se giró y la miró, parecía querer decirle algo, golpeaba insistentemente la misma esquina con la pata izquierda --¿quieres que la toque?... ¿es eso? --preguntó algo irritado, abrió los ojos como platos al ver que el ave asentía -- Si eres animago muéstrate como eres --ordenó con su varita en ristre, pudo asegurar que el ave rodaba los ojos, la lechuza voló hacia él y le quitó la varita -- ¡Oye, regrésame eso! --Remus brincó intentando sujetar al ave, pero ésta ya estaba de nuevo sobre la tumba… cuando el licántropo se acercaba, la lechuza dejó caer la varita en la esquina de la urna y cayó a la tierra, Remus la levantó y miró detenidamente al ave que parecía esperar que hiciera algo… si ya había peleado con una lechuza¿qué más daba que hiciera lo que parecía querer el ave?... así que con la punta de su varita tocó la esquina de la urna, que como si fuera de polvo se deshizo inmediatamente ante un muy sorprendido Remus, dos varitas rodaron y cayeron en su mano, la lechuza ululó gustosa y se perdió entre la negrura de esa noche sin luna…

Esa misma noche, muy lejos de ese cementerio, algunos niños jugaban en la calle, con muy elaborados y caros disfraces pedían dulces de casa en casa, un pequeño de seis años, con una muy despeinada cabellera negra y grandes ojos color esmeralda caminaba lentamente, no corría como el resto, no parecía tener ganas de ganar los mejores dulces, iba tras un niño rechoncho que hacía de un bizarro vampiro rubio, demasiado redondo para ser uno verdadero… con una bolsa de papel en una mano seguía a su primo, la ropa que llevaba estaba muy lejos de ser un disfraz, solo parecía haberse equivocado de talla pues le quedaba extremadamente grande, en Privet Drive se podían ver a los padres junto a sus pequeños, pero ese niño de ojos verdes iba solo, adelante, su primo con sus tíos, el niño no pudo evitar llorar, extrañaba a sus padres, aunque no los había conocido o por lo menos no lo suficiente como para recordarlos, a sus seis años era huérfano… se sentó en la banqueta mientras la única familia que tenía se adelantaba pues su primo chillaba que quería ganar los mejores dulces, miró su bolsa de papel, estaba casi vacía…

--Hola pequeño… --el niño levantó la vista, creía conocer esa dulce voz que le hablaba, no se asustó al mirar a alguien envuelto en una capa grande y negra, era halloween, hasta los adultos se podían disfrazar

--Hola --saludó volviendo su vista a la bolsa

-- ¿cómo te llamas?

--Harry… Harry Potter --murmuró el pequeño poniendo atención a la silueta frente a él… el encapuchado guardó silencio sin despegar la vista del niño, después, lentamente se sentó junto a él, una mano delgada y un poco pálida salió debajo de la capa y acarició la mejilla de Harry, el niño cerró los ojos al sentir una calidez increíble con ese contacto, siguió el delicado movimiento de la mano y recargó la cabeza completamente contra la extraña figura que susurraba su nombre…

-- ¡Harry… pero aquí estás, anda ven! --el niño abrió los ojos sobresaltado y miró a su tía Petunia frente a él, estaba molesta… la delgada mujer lo taladraba con la mirada, intentó jalarlo de un brazo al mirar con quien estaba el pequeño, pero la misma mano que hasta hacía unos segundos acariciaba con ternura la mejilla de Harry, la detuvo, se asió fuertemente al brazo de Petunia que la miró con asco, con la otra mano, la silueta bajó lentamente la capucha, una cascada de fuego salió mientras unos refulgentes ojos esmeralda miraron fijamente a la mujer frente a ella, Petunia dio un grito ahogado de horror, con miedo miró del niño a la mujer que la tomaba del brazo

-- ¡No, no puede… ese viejo loco dijo que tú estabas…! --tartamudeó alarmada Petunia

--El viejo se equivocó, lo quiero de vuelta si no te molesta --dijo serenamente la pelirroja junto a Harry, el niño la miraba embelesado, era una mujer muy hermosa, se sonrojó cuando la mujer le sonrió

--Pero… pero… pero…

--Nadie podría ocupar mi lugar, puedes preguntar lo que quieras para asegurarte que soy yo, no me importa…

No muy convencida, Petunia inició un interrogatorio que duró media hora, no sabía si alegrarse o asustarse, la mujer contestaba todo correctamente…

-- ¿estás segura ahora Petunia?

--Pero ese viejo loco me aseguró… y dijo que… el niño… ustedes… --balbuceó confundida Petunia

--Cuando se entere de que me lo he llevado, irá a tu casa… dile por favor, que no nos busque, que el niño está con quien debe, que estará a salvo y que esté seguro que lo volverá a ver dentro de cinco años, cuando Harry cumpla once, que hasta entonces esperamos vivir tranquilamente --la pelirroja guardó silencio unos segundos, miró a su izquierda, el niño se había quedado dormido, se lo acomodó en los brazos y se puso de pie --Petunia, gracias por cuidarlo, dile a Dumbledore que no intente localizarnos, no podrá… --dio un beso en la mejilla a Petunia y se alejó lentamente por la estrecha calle, donde unos metros adelante la esperaba un hombre de revuelto cabello azabache, que después de besar delicadamente la mejilla del niño, se puso la capucha, lo tomó en sus brazos y pasando un brazo por la cintura de la mujer siguieron caminando…

Un delicioso olor a vainilla y miel lo despertó, se sentó mirando a su alrededor, no sabía donde estaba, era una habitación muy grande pintada en azul, estaba en una cama enorme y muy cómoda, había juguetes alrededor, vestía una pijama azul cielo, era de su talla… se puso unas pantuflas en forma de cervatillo que estaban al pie de la cama, algo sorprendido fue hasta la puerta y la abrió, salió a un pasillo con paredes recubiertas de madera oscura, unas mesitas a lo largo ostentaban orgullosas figurillas de cristal, algunos cuadros con garabatos estaban en las paredes, con paso titubeante salió del pasillo y llegó a una especie de recibidor donde había algunas macetas con matas extrañas, el color de la madera del lugar era un poco más clara, tras un marco de madera estaban unas escaleras de cedro, se tomó del pasamanos y bajó con lentitud, escuchaba voces, extrañamente no tenía miedo, sabía que no era la casa de sus tíos, quizá lo habían dado en adopción como tanto habían amenazado… llegó a un recibidor con un papel tapiz verde botella, había más cuadros del mismo estilo que en la planta superior, puros garabatos, él podía hacer mejores dibujos que esos, junto a la puerta principal una mesita de cristal tenía algunas cartas arriba, a la derecha miró un perchero que abarcaba toda la pared a lo alto, miró dos puertas de madera, una frente a él y la otra a la izquierda, en la de la izquierda se escuchaba la voz de un hombre, con cuidado de no ser escuchado abrió la puerta y asomó la cabeza, era un hombre de cabello negro que parecía no haberse peinado, vestía un pantalón de mezclilla solamente, estaba descalzo incluso, hablaba por teléfono, miró el lugar, parecía la estancia… parecía que a esas personas les encantaba la madera, el piso era de ese material, las paredes pintadas en color ocre le daba un aspecto calido, tres sillones de una blanco amarillento en el medio, uno de tres plazas, uno de dos y el otro de una plaza, en medio de los sillones una mesita para té del mismo color, frente a ellos una enorme chimenea de madera, sobre la repisa de la chimenea algunas figurillas de cristal, había plantas, más cuadros con garabatos, y algunas puertas, cerró rápidamente la puerta, el hombre se había girado hacia él… miró la otra puerta y se acercó algo titubeante, bastó que la tocara para que se abriera, asomó la cabeza y pudo ver una enorme cocina, las paredes blancas, el piso brillaba, los aparatos de la cocina era en tonalidades negras, la estufa, el refrigerador, cafetera, horno de microondas, procesador de alimentos, licuadora, tostador, y demás aparatos que el niño no pudo reconocer, estaban en el medio sobre encimeras con la superficie blanca y lo demás negro, al fondo del lugar había una mesa blanca redonda con cinco sillas de respaldo blanco y el resto negro, y seguían los cuadros, solo que ahora los garabatos parecían tener forma de frutas, un helecho colgaba del techo, el delicioso olor a vainilla salía de ese lugar, miró a la mujer pelirroja con un pijama de pantalón rosa pálido y blusa corta blanca, llevaba unas graciosas pantuflas de un ciervo con grandes cornamentas…

--Buenos días pequeño --saludó la mujer sobresaltando a Harry --ven¿tienes hambre?, son Waffles y fruta --sonrió

--Oye¿no lo querrás envenenar verdad? --El hombre que Harry había visto en la estancia entraba sonriente a la cocina por una puerta lateral --Buenos días Harry

Harry se mantuvo en la puerta mirando a esas dos personas frente a él que no dejaban de mirarlo

-- ¿Me adoptaron? --preguntó titubeante --mis tíos me habían dicho que me darían en adopción si no dejaba de ser… --guardó silencio, si lo habían adoptado mejor no decirles

-- ¿si no dejabas de ser que…? --Preguntó el hombre con ligero tono de molestia

--raro --susurró Harry cabizbajo, levantó la cabeza rápidamente al escuchar ciertas palabrotas provenientes del hombre que le había preguntado

-- ¡James, por Merlín que el niño tiene seis años, deja de hablar como marino! --lo reprendía la pelirroja, Harry no pudo evitar reír

--Es que Lyly… esos, muggles y…

--Por favor, deja de decir sandeces, mejor explicarle todo al pequeño… Harry, nosotros no te adoptamos… --empezó la pelirroja acercándose lentamente al niño, pudo notar al llegar con él el reflejo de la tristeza, lo llevó al desayunador y lo sentó en una silla, ella se sentó frente a él, el hombre se paró junto a su esposa

Entre los dos trataron de hacer entendible su situación, lo suficientemente clara para que un niño de seis años entendiera lo que pasaba, hicieron grandes omisiones que no consideraban adecuadas, como por ejemplo el hecho de que eran poderosos magos, durante la explicación Harry se mantuvo en silencio poniendo atención, increíble ver a un niño de seis años tan serio por 45 minutos, después de los cuales la pelirroja tuvo que correr a la estufa, pues se le quemaba la sartén… James siguió mirando a Harry que miraba un punto del infinito junto a él, levantó lentamente la cabeza hacia el hombre que seguía mirándolo, un par de segundos después ambos caían al piso, Harry estaba sobre James abrazado a él, James sonreía orgulloso, unos minutos después el pequeño corrió hacia la pelirroja que intentaba apagar el pequeño incendio que había provocado, lo olvidó al sentir unos pequeños brazos rodearle las piernas, se arrodilló y abrazó al niño…

--mmm… oye Lyly, tengo una duda --la voz de James hizo a madre e hijo levantar la vista, el hombre parecía revisar interesado algo sobre la estufa -- ¿no estabas haciendo waffles?

--Sï --contestó la pelirroja poniéndose de pie, Harry miraba interesado al que ahora sabía era su padre

-- ¿Entonces por qué se quemó la sartén si usabas la wafflera? --preguntó como no queriendo la cosa, a Lyly la cubrió rápidamente un uniforme color carmín

--Eso no es de tu incumbencia James Potter --farfulló Lyly apartándolo de la estufa --sirve jugo que casi termino

James fue al refrigerador riendo

--Harry¿jugo de naranja o algún otro sabor? --Preguntó sonriente, el niño lo miraba sorprendido

--El que sea está bien --contestó Harry

--Vamos Harry, que no te de pena, escoge uno a ver, tenemos… uva, piña, fresa, naranja, be… betabel, piña con menta, zanahoria, pepino… ¿tomate? --preguntó girándose a su esposa -- ¿para qué quieres jugo de tomate?

--Me gusta… --dijo simplemente la pelirroja terminando de hacer perlas de melón

--Pero… pero… sabe muy malo, sabe a puré de tomate --refutó asqueado James

--James, le das mal ejemplo a Harry, saca el jugo y cierra el refrigerador

--Vaya, ahora con todo le doy mal ejemplo… si estuviera aquí Padfoot yo no sería el del mal ejemplo porque él… --Lyly se acercó a su esposo que había guardado silencio de repente

--Tranquilo James, ya pasó… --susurró Lyly al oído de su esposo que se miraba realmente triste

-- ¿Pasa algo?

--No campeón… entonces¿naranja? --la actitud de James cambió radicalmente, le sonreía al niño con un bote de jugo en la mano

--Mejor uva --Sonrió Harry

El pequeño Harry no sabía si en realidad esas personas eran sus padres, pero se sentía mejor con ellos que con los Dursley, porque parecía que sí lo querían…

------------------------------------------------------

--No Remus, eso que dices es… no es posible --En un despacho circular con toda clase de cachivaches que serían interesantes para cualquier curioso, un anciano de larga barba blanca, con una serena mirada azul tras unas gafas de media luna, se paseaba frente al joven hombre que la noche anterior había tenido un encuentro con cierta lechuza blanca demasiado inteligente, Remus Lupin miraba el ir y venir de su antiguo profesor

--Pero señor, estas son las varitas de Lyly y James --dijo extendiendo su mano hacia el anciano

--Ya veo… ya veo --murmuró pensativo Albus Dumbledore, el director de Hogwarts, el mejor colegio de magia y hechicería… una lechuza parda entró por la ventana y se posó elegantemente sobre el escritorio tras el viejo, Remus miró el ave, el director aún pensativo fue con el animal, le desató la carta que llevaba en la pata y leyó… su mirada se tornó entre preocupada y molesta…

-- ¿Señor ocurre algo? --preguntó cauteloso Remus, esa mirada en Dumbledore no era buen presagio

--Harry Potter ha desaparecido, no está con los Dursley --dijo apresuradamente dirigiéndose a la chimenea, tomó un puñado de polvos flú y se metió en ella --espérame aquí por favor --pidió serio, después gritó fuerte y claro, numero 4 de Privet Drive y envuelto en llamas esmeralda desapareció, Remus se dejó caer en una silla…

----------------------------------------------

-- ¡No, espera Harry, ven! --gritaba sonriente James corriendo tras Harry, jugaban en un claro de un bosque que quedaba tan solo a un kilómetro de Valle Bárbara, el pequeño pueblo muggle donde ahora vivían

Lyly los miraba sonriente sentada en el tronco de un árbol derrumbado, James se miraba feliz, al igual que su hijo…

-- ¡Hey hombres!, la comida está lista vengan --los llamó con una gran sonrisa, la amplió al mirar como James agarraba a Harry y se lo echaba a la espalda deteniéndolo de los pies, Harry reía a carcajadas, le gritaba James entre hipidos de risa que no lo tirara, James amenazaba con arrojarlo al río… si Voldemort no se hubiera atravesado en su camino, o si tan solo Peter no los hubiera traicionado, todos estarían ahí disfrutando de ese día de campo, Sirius estaría sentado cerca de ese arroyo que tenía frente a ella, Harry por un lado de él atiborrándolo de preguntas, de vez en cuando escucharía una fuerte carcajada parecida al ladrido de un perro seguida por la risa de su hijo, James estaría hablando con Peter sobre quiditch y ella preparando los emparedados mientras platicaba con Remus, pero no era así, Peter los había vendido a Voldemort, Sirius no sabía donde estaba, tampoco tenía noticias de Remus y no tenía ganas de saber donde estaba Peter, cuando la magia le había arrebatado a sus padres, ella sabía que las cosas debían pasar así, sus padres estaban mayores y su día llegaría tarde o temprano, cierto que se había molestado mucho, deprimido y hasta querido quitarse la vida, pero sus amigos habían estado, los cuatro… su esposo y sus amigos, ahora había sido distinto, ya no eran sus amigos, Sirius había desaparecido al igual que Remus justo cuando más los necesitaban, no les guardaba rencor por el ataque de Voldemort, nada podían haber hecho, la traición de Peter ella por lo menos lo esperaba desde aquella noche en la que lo había soñado, pero… la traición de los otros dos, eso sí le dolía, habían abandonado a Harry con los Dursley, no habían querido hacerse cargo de él, de Remus lo comprendería, su licantropía podría impedírselo, lo conocía muy bien como para arriesgarse a darle una mala vida a Harry, pero de Sirius no podía siquiera imaginarlo, él que quería a James como a un hermano y a Harry como si… como si fuera su hermano también, no podría imaginar a Sirius de padre pero, ella estaba segura que lo habría hecho por James…

--Ah tengo mucha hambre --la voz de su esposo que se dejaba caer frente a ella la hizo salir de sus pensamientos justo a tiempo para mirar como giraba a Harry en el aire y lo dejaba sentado frente a él… ella les sonrió y les dio los emparedados de jamón, queso y verduras… miró detenidamente a Harry esperando que no quisiera comerlo, se sorprendió al mirar que el niño era el primero en comer…

Después de los emparedados comieron una rebanada de pastel de chocolate, al terminar, James se recostó en las piernas de Lyly y al instante se quedó dormido, ella jugaba con el cabello de su esposo mientras vigilaba al niño que paseaba en bicicleta

-- Harry, tan cerca del arroyo no… ven más para acá --semi gritó la pelirroja al ver que la bicicleta casi caía al agua, el niño obedeció rápidamente

Media hora después, Lyly también se había quedado dormida, Harry no se había dado cuenta y siguió jugando alejándose cada vez más de sus padres… cuando el sol empezaba a ocultarse, James despertó, sonrió al mirar a su esposa dormida, se sentó como impulsado por un resorte al recordar a Harry, miró alrededor, se puso de pie al no encontrarlo, llamó a Lyly y desesperados empezaron a buscarlo…

El sol ya se había ocultado, en esa noche no había luna y todo estaba extremadamente oscuro, pero no se rendirían… Lyly lloraba desesperada buscando a su niño, James consultaba por enésima vez su reloj pulsera y por enésima vez se maldecía por no haber comprado uno que tuviera luz o que brillara en la oscuridad por lo menos, pero estaba seguro de tener tres horas buscando, ese bosque era enorme, cuando su desesperación estaba por vencerlo escuchó un sollozo no muy lejano, con el corazón latiendo a mil por hora corrió, un par de minutos después miró una pequeña silueta sentada en la tierra, sollozaba lastimeramente…

-- ¿Harry? --preguntó en un susurro el hombre, la silueta se puso de pie rápidamente y corrió hacia James, él lo abrazó con toda su fuerza --vamos con mamá pequeño… --lo tomó en sus brazos y fue en busca de su esposa, cuando llegó al claro donde habían estado se encontró con Lyly que al verlo corrió hacia él, le quitó a un Harry dormido profundamente y lo abrazó…

--Creí… oh James creí que lo habíamos perdido de nuevo --sollozó la pelirroja abrazando a su esposo

--Tranquila amor, eso no pasará --James abrazó a Lyly y sin importarle dejar todo ahí, se fueron a su casa…

Ambos acostaron a Harry en la cama, James sacó un pijama del closet azul empotrado en la pared y fue con su esposa que ensimismada le quitaba los tenis al niño, le dio el pantalón y sentándose en la cama empezó a desabrochar la camisa café de Harry, lo sentó con cuidado apoyándolo en su brazo y le sacó la camisa, se congeló al mirar el pecho de Harry, instintivamente se llevó una mano a su pecho y por sobre la camisa agarró algo, molesto intentó quitar la cadena de plata que llevaba Harry, bufó al no poder hacerlo, fue cuando Lyly volteó a mirarlo, se apresuró a limpiar el par de lágrimas que se le habían escapado y le puso una mano en el hombro a James…

--Sabes que no podrás quitarla --susurró la pelirroja

--Pero Lyly¿cómo se atrevió a ponerle eso después de que lo abandonó? --murmuró mirando con rencor el perro de plata que Harry llevaba colgando del cuello

--James, quizá… solo quizá algo pasó que no lo dejó…

Pero quien no dejó, fue James, no dejó terminar a Lyly, acostó a Harry sin camisa en la cama y salió de la habitación, James Potter no perdonaba una traición… bajó lentamente las escaleras y salió al jardín delantero, se sentó en la banca que estaba junto a la puerta principal y miró la oscuridad de la noche, miró hacia donde una estrella acababa de aparecer, le gustaba pensar que las estrellas aparecían de a una cuando deseaba verlas, era la estrella que más brillaba, poco a poco algunas estrellas fueron asomándose, pero él seguía mirando esa estrella que sobresalía del resto, miraba a Sirio, la estrella de su hermano, la que Sirius había adoptado como propia el día o mejor dicho la noche en la que habían logrado hacerse animagos y él era un perro negro, Remus bromeó comparándolo con esa estrella que para rematar estaba en la constelación del Can Mayor y a Sirius le había agradado, desde entonces, esa había sido su estrella, cerró los ojos mientras un par de lágrimas resbalaban…

-------------------------------flash back-------------------------------

Estaban en la casa de los Potter, el Valle de Godric, tres jóvenes de 21 años platicaban sonrientes en la amplia estancia, cuchichiaban sobre un pastel que tenían en frente, lo había preparado Lyly, la esposa de James… Remus Lupin intentaba no reír, sabía el carácter que se cargaba esa pelirroja, un chico algo bajito y regordete reía sin parar, James hacía muecas mirando su mano, en la que tenía un plato con una gran rebanada de ese pastel, Lyly salía de la cocina y se sentaba junto a James quien tragando saliva tomó el tenedor que seguía en la mesita de en medio y con mano temblorosa la acercó al pastel, Lyly miraba entusiasmada, en eso… la puerta de la casa se abría y Sirius Black entraba corriendo eufórico…

-- ¡James, James… Prongs! --gritaba a todo pulmón Sirius

-- Gracias, gracias, gracias, te amo Sirius – murmuró James corriendo hacia su amigo

-- ¡Prongs, lo he logrado, al fin, prongs! Sirius brincaba alrededor de James

-- ¿Qué pasa Padfoot?

-- James, mi patronus tomó forma exclamó alegre Sirius, James lo miró con una ceja levantada

--Sirius, tu patronus tiene forma desde séptimo

--Sí pero ahora es más bonito –dijo como un niño pequeño

James lo miró incrédulo

--Si Prongs, mira –dijo entusiasmado Sirius, sacó su varita e invocó el hechizo, un gran gato montés apareció frente a ellos

--Eh… Padfoot, me alegra que me hayas salvado de comer el pastel que hizo Lyly, pero es el mismo patronus de hace cinco años

-- ¡No Prongs!, míralo bien… es una gatita

James puso el dorso de su mano en la frente de Sirius, quizá tendría fiebre, pero no, estaba bien… intentando comprender lo que pasaba se acercó al patronus frente a él, se agachó y lo miró con detenimiento, después se tiró boca abajo en el piso y miró la parte de abajo del patronus

-- ¿Qué haces James? –preguntó Sirius mirándolo

James se sentó en el piso y miró a su amigo

-- ¿Por qué estás tan seguro que es gata?

-- ¿Qué quieres decir?

--Bueno, que yo no he encontrado nada ahí abajo que me confirme lo que dices --explicó filosóficamente James, Sirius se sonrojó, empezaba a molestarse

-- ¿Y has encontrado algo que te diga lo contrario?

-- Tranquilo Padfoot, era una broma, los patronus no tienen… --James se puso de pie intentando calmar a su amigo, pero el grito que dio Sirius lo hizo detenerse

-- ¡Hey Lyly, James quiere ración doble del pastel que acabas de hornear dice que tiene mucha hambre, a mí guárdame un pedazo grande, vengo por él en la noche!

James miró alarmado a Sirius que sonreía ladinamente, el patronus desapareció y él dio media vuelta para salir por la puerta aún abierta…

---------------------------fin flash back---------------------------------

James sonrió amargamente, esa noche se la había pasado vomitando y al día siguiente había amanecido con una diarrea espantosa, Lyly le había hecho comer dos raciones enormes de pastel, en ese momento su esposa llegó junto a él y lo abrazó, él se abrazó a ella, necesitaba su apoyo…


Al día siguiente, Albus Dumbledore recordaba ensimismado lo que Petunia le había dicho… "Era mi hermana, era Lyly --le había dicho alterada la mujer -- le pregunté cosas que solo ella sabría, dijo que usted se había equivocado, que no los buscara porque no los encontraría, que volvería a ver a Harry cuando el niño cumpliera once años, esperaban vivir tranquilamente, el niño ahora estaba con quien debía", esas palabras hacían eco en su mente y ahora llegaba el relato de Remus¿Por qué tenía las varitas de Lyly y James?, se habían puesto en una urna protegida por miles de hechizos, y él las había obtenido sin intención alguna y con solo tocar la esquina de la urna con su varita… quizá sí serían los verdaderos Lyly y James Potter, pero si era así… ¿Por qué no se daban a ver?; ¿Por qué no habían ido con él?; ¿Por qué solo se habían llevado a Harry?...
DEjen reviews !!!! XD

P.D... Espero señales de vida... BESOS SION-ALLEGRA

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

SA