Había una vez un patito que nació muy feo. Todos en el corral lo menospreciaban incluyendo a sus hermanos, quienes le decían que se lo comiera el gato, y su madre que lo deseaba muy lejos. Con el dolor de saber que era muy feo, el patito escapo de allí, sin siquiera mirar por donde iba. Durante su viaje estuvo a punto de morir por una cacería de aves y cuando encontró refugio, solo trataban de manipularlo para ser como ellos necesitaban, de manera que el patito huyo y huyo…¿pero por que nunca enfrento sus miedos?

"Todas las historias son una"

-Qua qua quack

-Debo de correr, Debo de correr

-Qua qua quack

Desde el cielo, se podía observar un punto amarillo que recorría velozmente el camino hacia el pueblo de Kankan, un lugar maldito, un lugar donde la realidad era la fantasía y viceversa, al menos hasta hace unos meses ¿O no?

-Quack, qua quack, qua qua

Los límites del pueblo aparecieron frente a Ahiru y esta acelero el paso, tropezando de vez en cuando, pero ella no paro por que su motivo era mucho mas importante que cualquier caída o dolor que provocara esta.

Ahiru paso tiendas de comida, ropa y joyerías. Paso la plaza y las rejas de la Academia de Kinkan, corrió hasta el otro extremo del pueblo, hacia la casa de Charon.

Paso con rapidez la puerta que estaba abierta, ya que era una casa sin mucho que valiera la pena robar. El pato se dirigió al taller de herrero, asegurándose de que no hubiera nadie. Subió los estantes para alcanzar un frasco con la boca y después descender hasta el piso batiendo la mas silenciosamente sus alas. Luego busco entre los cajones y saco unas vendas.

Una vez conseguido su objetivo volvió a salir con la misma rapidez y silencio sin ser visto por nadie.

Mientras tanto, en la biblioteca, dos chicos discutían ávidamente sobre una situación que podría indicar el regreso de un autor nada apreciado por uno de los chicos y admirado por el otro.

-¿¡Entonces como explicas que ella se parece a mi!?

-¿Qué otras respuestas quieres que te de? Ya revisamos todo el árbol genealógico y no hay una tal Aurora en la línea de sangre de Drosslmeyer. Hemos releído todas las ideas de futuras historias, y en ninguna hay una mujer que se parezca a ti.

Eso era lo que Fakir había temido, si no había registros de ella en los archivos de ese viejo loco entonces eso significaba que…

-Es una nueva historia- dijo Aotoa, leyendo su mente, finalizando la discusión y dando sentencia al temor de su primo.

Fakir asintió y se sentó en la silla mas cercana que se encontró, puso una mano sobre su sien y respiro profundamente.

-Ha vuelto para fastidiar de nuevo a Ahiru

-No se que creas, pero si tanto te preocupa, vigílala. En cuanto a la chica que se parece a ti, recuerda que no todas las creaciones de Drosslmeyer lo aprecian..

Aotoa comenzó a recoger sus papeles y después Fakir volvió a hablar:

-¿Y si esa niña no esta en contra de el?

-Entonces te sugiero que descubras que quiere hacer

-¿Ella o el?

-Cualquiera afectaría a tu mascota

El golpe que Fakir le dio a su primo le dio una gran satisfacción, después salio de la biblioteca para dirigirse a su casa, sin ayudar a la nariz sangrienta.

Últimamente la gente había agarrado la costumbre de decirle a Ahiru su mascota, ya que al principio lo seguía a todas partes. Las que habían empezado eran las niñas raras que susurraban sin parar, sin razón aparente cuando el pasaba. Al parecer las amigas del patito cuando era humano.

El no tenia inconveniente que se metieran con el, pero degradar de tal manera a Ahiru, siendo que hasta hace unos meses era humana igual que ellos y lo sacrifico para salvarlos, simplemente le parecía insoportable.

Caminando con las manos en los bolsillos, Fakir paso a pensar en el tema de la niña como-se-llame (no le importaba su nombre y no pensaba gastar memoria en recordarlo) y el viejo loco.

Tal vez, después de todo, y la niña estuviera buscando una manera de deshacerse del destino que ese escritor lunático le hubiera impuesto. Tal vez y por eso buscaba a Ahiru, ya que ella había logrado encaminarse a ella y todo un pueblo (con su ayuda) hacia un final feliz. Tal vez….

Tan ensimismado estaba, que no noto al patito que paso fugazmente al otro lado de la calle, en dirección opuesta, hacia las afueras del pueblo.

Ahiru corrió por 6ta vez en el día (con razón tiene tan buena condición física) mientras que ahora cargaba un frasco de ungüento en su boca y vendas debajo de sus alas. Recorrió ¼ del camino hacia el bosque que se había descubierto después de la caída del muro que habían hecho los pedazos del corazón de Mytho

Llego al lugar que buscaba cuando vio un zapato de metal. Se metió entre los arbustos y volvió a aparecer la mujer que se encontraba malherida.

Ahiru se apresuro a abrir el ungüento que usaba Charon para tratar sus quemaduras.

Metió las suaves plumas del su ala al frasco para sacar la medicina y se dirigió a los pies de la mujer.

La mujer estaba entre la delgada línea entre el sueño y la conciencia, por lo tanto no noto la presencia del patito, la cual cuidadosamente se acerco. Lentamente, aplico la medicina y en cuanto toco el pie rojo por la quemadura, la mujer dio un grito y doblo el cuerpo en reacción, pero puesto que su espalda también estaba herida, la acción fue peor.

El bosque se lleno de gritos y palabras maldicientes. Ahiru retrocedió tapándose los oídos, pues por mas débil que pareciera la humana, tenia un voz tremenda.

-¡Malditos! ¡Malditos! ¡Los castigare! ¡Lamentaran haberse metido con la reina! ¡La miseria caerá sobre ellos! ¡Ah! ¡Ya verán! ¡Regresare!

Las maldiciones e insultos hacia personas desconocidas continuaron por media hora, hasta que el cansancio llego a la mujer y Morfeo aplico sus polvos sobre los ojos.

Ahiru que se había refugiado en los arbustos, volvió a salir, asustada. Cuando se aseguro de que la paciente estaba dormida, se acerco de nuevo y esta vez puso muy lento ale ungüento, mas que la vez anterior. A pesar de esto, la humana siguió gritando de vez en cuando entre sueños, aunque no tan fuerte, para alivio del patito.

Después la noche llego y Ahiru termino de vendar los pies y la espalda (no sin mucha dificultad) la mujer estaba dormida y la patita se dispuso a marchar, pero recordó algo importante.

-¿Dónde va a dormir?

Simplemente no podía cargarla hasta ningún lugar. ¡Dios ella era un pato!

-Debe haber un lugar

Miro alrededor y en seguida vio un árbol, con un hueco en su base.

-Allí es perfecto, pero... ¿como la voy a llevar?

Para empeorar su situación, comenzó a llover y el agua traspaso el techo de hojas que los árboles proporcionaban y empapo a la humana, aumentando su estado critico, pues así pescaría un resfriado.

La mano de la mujer comenzó a moverse al frío contacto de la lluvia y poco a poco la humana comenzó a despertar, de nuevo. Asustada de que volviera a gritar, Ahiru volvió a su escondite detrás de los arbustos.

La mujer, muy despacio, se levanto y se sentó sobre sus rodillas. Miro alrededor y su cara reflejo el reconocimiento de la lluvia. Luego sus ojos se fijaron en las vendas que envolvían sus pies. Solo se les quedo mirando fijamente como absorbiendo la realidad de que la habían vendado.

Como la humana no parecía decidirse en encontrar refugio, Ahiru salio del arbusto. Al principio la mujer no le presto atención, pero cuando la patita murmuro un pequeño quack, esta volteo rápidamente. Los ojos grises de la humana eran como dagas filosas que atravesaban el cuerpo de Ahiru, desnudando su alma.

Ahiru dio media vuelta y camino en dirección al árbol con el hueco. Cuando estuvo dentro, empezó a emitir una serie de quacks que llamaban a la mujer. Esta la observo durante unos largos minutos, antes de gatear hacia el hueco.

Cuando la mujer llego, Ahiru se hizo a un lado para que cupiera. La humana se recostó y cerró sus ojos.

-Quack quack-Vendré mañana

Y así la patita fue hacia el pueblo, de vuelta a su hogar.

La lluvia lo había empapado hasta los huesos hace mas de hora y media. Su voz estaba afónica, pero aun así no dejaba de gritar su nombre, con la esperanza de poder encontrarla. Sus piernas y pies empezaron a calar, pero no paro por la desesperación de saber en donde se encontraba ella. Volvió a repasar por su mente los posibles lugares donde se encontraría Ahiru. No estaba en el lago, donde el mismo había anunciado en la mañana que estaría. No estaba en la casa. Charon había dicho que fue a buscarlo. No estaba en la escuela. Había dado 7 vueltas antes de decidir que no estaba allí. No estaba en la biblioteca, donde salía esperarlo y juntos ir al lago. ¿En donde estaba?

Volvió corriendo hacia la plaza del pueblo. Nada. Grito su nombre. Nada, ni siquiera un quack. Corrió. Volvió a gritar su nombre. Y de nuevo, nada. Su peor temor era que esa niña la hubiera agarrado y llevado lejos de el. No. No lo permitiría, la encontraría estaba seguro.

Solo había un pregunta que se formaba en su mente, mientras las agujas de agua chocaban contra su cuerpo, ¿Dónde?

Las imágenes de lo que había sucedido hasta ahora lo atormentaban. El lago vacío. Charon en la cocina. El mismo preguntando por Ahiru. Charon preguntando si no había estado con el. Y después, el volviendo al lago, gritando su nombre y cuando no hubo respuesta, la lluvia comenzando, para hacer par a su tristeza.

Y allí estaba, buscándola hasta el cansancio sin poder encontrarla. ¿Dónde podía estar? Mientras corría resbalo con el lodo que se había formado y su cara fue a dar contra el piso (¿Inuyasha?)

-Maldición

Acelero el paso y sus alas se abrieron instintivamente para darse mas impulso. Sabia, lo sabia, se iba a preocupar por haber desaparecido durante tanto tiempo, pero no creía que al grado de irla buscar debajo de tremenda lluvia. Al fin de cuentas ella era un pato, acostumbrada al agua, Fakir no debía de preocuparse tanto ¿o si?

Llego a su lado justo en el momento en que levantaba la cara después de caer al suelo. Se preparo mentalmente, lo mas seguro es que le gritara y le reclamara por no haber ido a al lago y no estar en casa y haberlo preocupado innecesariamente.

Al tiempo en que Fakir levantaba su cara, Ahiru susurro su nombre, pero solo salio un voluntario pero frustrante "quack". Cuando sus ojos la encontraron, se abrieron, como si hubiera visto un fantasma, y su boca se abrió ligeramente, pero la cerró cuando el agua se empezó acumular dentro de ella.

Allí estaba. La toco. No, no era un espejismo. Sintió que sus ojos se humedecían y no precisamente por la lluvia. Le dio las gracias a cualquier providencia que la hubiera alejado de esa mocosa, nunca se perdonaría que algo le pasara.

Se paro del suelo y agarro a Ahiru y la puso debajo de su brazo, para evitar que viera las lagrimas correr por sus mejillas, aunque la lluvia hacia que estas se confundieran.

La puerta se abrió y Charon se levanto enseguida de la mesa y corrió hasta su hijo adoptivo, pero se paro a un metro de el. Sus ojos lo recorrieron de arriba a abajo, se tapo la boca y bajo la mirada. Fakir lo miro extrañado, mientras los hombros del herrero temblaban y un sonido tintineante, ahogado, salía de su boca, hasta que se quito la mano y una sonora carcajada lleno la casa.

-¿Qué es tan gracioso?

Charon siguió carcajeándose y prefirió sentarse en la silla donde había esperado a Fakir, mientras se sostenía la barriga por el dolor que le causaba la risa.

Seguramente en su desesperación y alivio, Fakir no reparo como había quedado después de su probable caída, dejando sucio el uniforme, y con su cara medio cubierta de barro, como si trajera una mascarilla de las que usaba Racheal para…para… ¿Cómo había dicho? ¡Ah! Humectar su cara.

-Jaja…nada, nada. Mejor métete a bañar, no vaya a ser que agarres un resfriado o algo peor.

Fakir lo siguió mirando extrañado, pero no dijo nada y solo se limito a dirigirse al baño. Cinco o diez segundos después de haber cerrado la puerta, se escucharon una serie de quacks que pudieron interpretarse fácilmente como reclamos y Charon soltó otra carcajada.

Un segundo después se volvió a abrir la puerta y un Fakir sonrojado y molesto apareció detrás con una Ahiru exaltada, mientras ella seguía diciendo en su idioma que debería tener mas cuidado y cuando Fakir la dejo en el piso, éste le grito:

-¡Pues la próxima vez, dí algo antes de que empiece a …- pero no terminó por que le dio vergüenza y mejor cerro la puerta de un portazo.

Ahiru volvió a molestarse y a gritar. Charon sonrió, de verdad que su vida no sería la misma sin esos dos.

-¡¡AAhhh!!-salió un grito del baño

Oh, de seguro ya se había visto en el espejo.

A la mañana siguiente, Fakir salió a la escuela más tranquilo. Había dejado a Ahiru en el lago ya que se vería con ella saliendo de la academia (eso seria aproximadamente a la 1), los dos lo habían prometido, después de haber tenido una discusión la noche anterior.

Fakir no tenía pensado decirle sobre Aurora, aunque era innecesario ya que ella lo sabía. Sin embargo, el quería saber en donde rayos había estado ella que pasaban de las 9 de la noche. Pero ella tampoco pensaba decirle donde estaba, no es como si se lo hubiera podido explicar bien de todos modos. Fakir se había limitado a gritarle de por que lo había hecho preocuparse innecesariamente. Después vino la intervención de Charon y ambos dejaron correr el asunto e hicieron las paces y la promesa de verse directamente en el lago.

La escuela estaba igual de bulliciosa, pero las niñas estaban más escandalosas que de costumbre… o ¿era su imaginación?

Al llegar al salón, puso en marcha su rutina de estiramiento antes del comienzo de la clase. Podía escuchar fragmentos de las conversaciones.

-¿Han oído ese rumor? Parece haber un fantasma en el bosque, de una dama desdeñada y que grita maldiciones a quienes la traicionaron. Ayer en la tarde muchas personas los oyeron.

-¡Entonces que les parece si vamos a verlo!

-¡Ay no! ¡Que miedo!

-¡Que emoción! Imaginen, una hermosa dama triste, lamentándose por el desamor, por que su pareja se fue con otra ¡AAAhhh! ¡Que lindo!

Todas se le quedaron viendo a la rubia que se emocionaba con la expectativa de una historia tan triste.

-¿Quienes se apuntan a ir?- dijo otra de cabello rosa para cambiar de tema.

-Yo voy- dijo una de cabello castaño

-Yo igual- dijo una con ojos azules

-También yo- dijo una de cabello rizado

- Y nosotras- dijeron otras dos

-¿Quién mas?

-Y ¿si invitamos a la chica nueva, a Aurora-san?

-No la vamos a ver

-¿Por qué?

-¿No lo supiste?

-¿Qué cosa?

-Lo que le hizo a Neko-sensei

-¡¿Qué cosa?!

-Ella le…

No pudieron seguir con la conversación por que la puerta se abrió y el profesor entro.

Inmediatamente los alumnos tomaron el lugar que se les había asignado el día anterior. El ambiente de inmediato se volvió tenso. La mayor parte de los estudiantes estaban nerviosos y miraban a otro lado que no fuera al maestro, que por cierto estaba de perfil. Fakir se intrigo ante esto y trato de ver de qué manera diferente se veía su profesor. En un momento dado se giro Neko-sensei a la clase y hubo varios gritos ahogados.

En donde debería estar el ojo del maestro, había un gran círculo morado que abarcaba debajo de su ceja y un poco más arriba de su pómulo, un gran moretón.

El profesor avanzo e hizo caso omiso de sus alumnos y comenzó a dirigir la clase sin mirar a nadie. En algún momento lo llamaron y tuvo que salir. Cuando sus pasos dejaron de sonar, algunas chicas estallaron.

-¡¿Qué le paso?!

-Es lo que les iba a contar. Ayer Neko-sensei llamo a Aurora por haberle insultado. Estuvieron discutiendo un rato y el profesor le termino ordenando que se casara con el, ya saben como bromea, pero como ella es nueva pensó que lo decía en serio y lo golpeo.

Todas callaron ante la explicación, peor con la boca abierta.

-Pues yo digo que eso fue… genial. Digo ya iba siendo hora de que alguien le enseñara que así no se debe bromear y pues… recibió su merecido.

-¡Ahh! ¡No debes decir eso!

-¡Pero es la verdad!

La discusión siguió y los oídos de Fakir no pudieron evitar escuchar todo (Buen Dios, todo el salón había escuchado) Solamente él, se dio la vuelta y siguió estirando.

-¿Quién rayos es esa chica?

Ahiru suspiro.

El agua se sentía tan bien esa mañana, y lo estaba disfrutando de lo lindo, a pesar de que todavía se sentía culpable por lo sucedido con Fakir.

Aun estaba consternada sobre Aurora, y es que no todos los días encontrabas a dos personas desconocidas entre ellos que se parecieran demasiado. Tal vez y fueran hermanos, pero ella no recordaba que el lo hubiera mencionado, con excepción de Rachael. Aparte, la reacción que Fakir tuvo al verla no era como si ya la conociera (a menos de que encerrarse en la biblioteca fuera una nueva forma de bienvenida que ella no conociera) y si le caía mal, lo normal seria que fuera y la enfrentara.

Volvió a suspirar.

-Esa chica estaba buscándome, o al menos buscaba a Tutu, ¿Por qué? ¿Que relación tengo yo con ella? ¿Que no sabe que ya no existe ella?

Levanto su mirada hacia el sol.

-Ya debería irme a buscar a la señora, ella aun esta delicada.

Se dispuso a dar media vuelta pero el destino (o mas bien esta loca autora) hizo que el rabillo de su ojo captara un ala blanca escondiéndose entre las plantas de las orillas del lago, llenándola de curiosidad y borrando de su mente la preocupación de la chica que apareció ayer o de la mujer herida.

-Quack

-¿Qué hay allí?

Ahiru nado lentamente hacia las plantas, tratando de ver a través de su espesura. Apenas iba a abrir su pico cuando un sonido débil se escucho.

-Cuaaa…Cuaaack

-No me dañes, por favor

Bueno hola ¿que tal? No les puedo decir que volví, por que nunca deje de escribir, solo tomaba vacaciones muy largas. Jejeje.

Ha pasado demasiado tiempo desde que publique, así que ahora me pondré disciplinada. El cuarto capitulo es lo mas largo que he escrito hasta ahora, así que si les sigue interesando la historia, pues ¡envíen un review para apurarme!

A todos los que me dejaron review ¡gracias de corazón!