Hi!!!

Primero que nada quiero aclarar que esta historia esta en el periodo de dos años después de la tragedia de Raccoon City.

Espero que sea de su agrado, mi intención no es molestar a nadie con mi fic, o sea que si no les gusta por favor eviten los comentarios desagradables y groseros, de antemano lo agradezco.

Por ultimo, quiero aclarar que los personajes que aparecen en esta historia son de propiedad de sus respectivos autores, (Capcom y su saga Resident Evil). Y que esta historia no es con fines de lucro. Sino solo por el agrado y la satisfacción que me provoca escribirla.

Y la frase cliché "Mis ganancias son sus reviews" jaja. Ahora los dejo con el Fic... Saludos!!!


Un accidente en una de las misiones de los sobrevivientes de Raccoon City, hace creer al grupo que dos de sus compañeros están muertos. Pero pronto se darán cuenta de que todo lo que creían no era real, al encontrar a uno de ellos con vida… Jill es hallada por Carlos, en una misión de ataque a uno de los laboratorios de Umbrella.

Incertidumbre, incredulidad, y desconfianza comienzan a sembrarse dentro del grupo, pero eso no afectara que logren su cometido y que descubran que fue lo que le sucedió a Chris.


Resident Evil.

Camino a la Destrucción.

Prologo.

Las paredes de color blanco de aquella habitación, eran iluminadas tan solo por la luz fluorescente de la lámpara sujeta al techo, dentro de ella, habían una serie de artículos médicos sobre una pequeña mesa de metal, en el centro del cuarto se encontraba una camilla de operaciones de uso medico.

Se notaba a simple vista que la sala estaba esterilizada, era completamente abrumadora, pero sin duda lo que mas llamaba la atención, era la pared del fondo de aquel quirófano, la cual estaba completamente tapada por ordenadores y computadoras de gran tamaño, y en el centro de toda esta decoración futurista, estaba ella, la gran adquisición del laboratorio central, "La Diosa" así era como la llamaban los trabajadores del lugar.

La Diosa era una mujer, sin duda, eso podía notarse sin mayor esfuerzo a través de su cuerpo desnudo que permanecía inmóvil en el interior de un tubo cilíndrico de gran tamaño forrado en una gruesa capa de cristal reforzado, además dentro de este había un líquido proteico y nutriente de color turquesa que envolvía a la dama.

Aquella mujer estaba dormida, sin duda, permanecía en un estado de hibernación o algo similar.

Del tanque de cultivo, salían una serie de cables y mangueras que estaban conectados a las computadoras de su alrededor, cada una de ellas marcaba algún signo vital de la mujer envuelta en tinieblas.

Un hombre de aspecto temible irrumpió en la tranquilidad del cuarto, y se puso de pie frente al gran tubo cilíndrico. Llevaba puesto un delantal blanco, en realidad como todos en el laboratorio.

Pronto despertaras y tendrás muchas preguntas que hacer… Y sin duda seré yo quien no repara en aclarar tus dudas.

Un abrupto sonido lo saco de sus pensamientos, era el ruido ensordecedor de la alarma de emergencia.

El complejo esta siendo atacado por esos ex miembros de S.T.A.R.S…

Aquel pensamiento cruzó como un rayo por su mente, y sin dudarlo ni un segundo, el corpulento hombre salio rápidamente de aquella habitación.

Capitulo I.

- ¡Nos han descubierto! – La voz masculina del chico de cabello rubio ceniza, resonó en el helado pasillo blanco que daba a las escaleras de emergencia. – ¡Debemos irnos!

La alarma no dejaba de sonar, con un sonido agudo y atronador que hacia eco en el vació corredor, mientras la luz de esta, que estaba sujeta al techo, giraba frenéticamente.

- ¡Oh Rayos!... ¡¡Solo me queda uno más!! – Respondió el joven de cabello castaño que estaba en cuclillas, colocando el explosivo C-4 en la pared.

En ese momento una chica, que llevaba puesta una vestimenta ajustada de color negro, de bellos ojos de color celeste intenso, y de cabello amarrado en una coleta. Bajaba rápidamente por las escaleras de emergencia.

- ¡Leon, Carlos. Ya vienen los guardias de Umbrella!... ¡Debemos largarnos de aquí! – La voz de la mujer sonó extremadamente afligida.

Vamos solamente este y ya…

- ¡Ya esta! – Exclamó Carlos Mientras terminaba de colocar el último explosivo. – ¡Vamonos! – Luego de eso los tres se pusieron en marcha, subiendo por las escaleras a toda velocidad.

……

El ambiente que envolvía a aquel laboratorio de Umbrella, era sombrío de alguna manera y sumamente hostil, por eso los sobrevivientes de Raccoon City, habían decidido que ese lugar seria uno de los últimos que atacarían. Un edificio en medio de la ciudad era un sitio algo obvio para poner un laboratorio de esa magnitud y categoría, los de Umbrella sabían que esta instalación podía ser atacada por grupos terroristas o algo parecido, por esa razón, no habían escatimado en gastos con lo que a seguridad refería.

Tom Andrews, jefe del laboratorio y uno de los hombres mas poderosos dentro de la compañía, era un hombre frío y calculador, que no le importaba aplastar o pasar por encima de quien fuese para conseguir sus ambiciosos propósitos. Un tipo corpulento, de mediana edad ojos de color verde, y cabello totalmente negro, como una noche sin luna ni estrellas.

Aquel hombre irrumpió fuertemente en la sala de control de monitores del complejo. En este lugar se tenia acceso a cada una de las cámaras de vigilancia, además, se podía manejar todo lo referente al edificio, su seguridad, y comunicaciones dentro y fuera de este.

- ¿Qué es lo que esta pasando? – Dijo Andrews con un tono de voz fuerte y decidido.

- Intrusos en el piso quince. Suben por la escalera de incendios. – Respondió con voz temblorosa uno de los hombres que permanecían sentados frente a los monitores.

Aquellos monitores, era otra de las medidas de seguridad que Umbrella había adquirido para su preciado laboratorio. Un sistema de circuito cerrado, cámaras de vigilancia, censores de movimiento y más. Eran algunos de los objetos de la colección.

- ¡¡Intercéptenlos!!... ¡Que no salgan con vida! – Dijo Andrews, esta vez con un grito de rabia e impotencia, se maldecía a si mismo por haber sido tan descuidado. Ya se rumoreaba que un grupo de ex miembros de S.T.A.R.S de Raccoon City, había estado atacando y destruyendo varios de los laboratorios de la compañía a lo largo del país. – Que el equipo de seguridad los intercepte en el piso 20… ¡Que los maten a todos!

El hombre que había informado que los intrusos se encontraban en el décimo quinto piso, le dio la orden a los hombres de comunicaciones de que contactaran con el grupo de seguridad, para que siguieran las nuevas decidas. Cosa que no fue muy difícil de hacer, el equipo ya estaba en camino para detener a los entrometidos.

No lograran salir de aquí, ahora se acabará su juego niñas.

Andrews no apartaba la vista de los monitores, mientras apretaba los puños en señal del inmenso desprecio que sentía hacia aquellos sobrevivientes de la tragedia de Raccoon City, la ciudad diezmada… ¿Es que nunca podrían deshacerse de ellos?

……

Pagaran por lo que te hicieron Chris… No queda mucho tiempo, para que paguen por todo lo que han hecho.

Un brazo en frente de su rostro la saco bruscamente de sus pensamientos, Carlos había levantado la extremidad en señal para que se detuvieran.

- ¿Qué pasa? – Preguntó Leon con preocupación, pero antes de que terminara, pudo darse cuenta de lo que sucedía.

- Eso es… - Alcanzó a susurrar la chica, pero su frase fue interrumpida por el estampido de la puerta que estaba al final de la escalera por la que iban subiendo.

Oh no…

No cabía la menor duda, era el equipo de seguridad de Umbrella, vestidos con sus ropas de color negro, con sus típicas mascaras antigas y sus rifles M4A1 Empuñados firmemente.

- ¡Leon, Claire!... ¡Corran a la puerta que esta detrás de nosotros! – Gritó Carlos en una especie de decisión desesperada, antes de que los hombres los alcanzaran en la caja escala del edificio, era una suerte que aun no los hubiesen visto.

Los tres comenzaron su marcha rápidamente, todos sabían que no tenían otra opción, así que hacer caso a la decisión desesperada de Carlos era lo único que podían hacer. Así que velozmente bajaron las escaleras y entraron trastabillando en el décimo noveno piso, cerrando fuertemente la puerta tras ellos.

- Debemos trancarla. – Exclamó Claire.

Leon y Carlos observaron a su alrededor en busca de algún objeto que les sirviera para el propósito descrito por la chica, pero lo único que se podía ver, era un ascensor a la izquierda de la puerta que daba a las escaleras, y una hilera de puertas en la muralla de enfrente, el sitio solo era un ancho pasillo pintado de color beige.

- No hay nada útil. – Dijo Carlos, mientras repasaba en su mente el mapa de la instalación, buscando en ella una habitación en donde esconderse por el rato.

Leon tomó la escopeta Remington M1100 de calibre 12 que llevaba en su espalda y la colocó como tranca en la puerta.

- Una decisión drástica, pero los mantendrá ocupados por un rato. – Dijo en tono gracioso mientras le sonreía de manera divertida a Claire, ella por supuesto respondía a la sonrisa de la misma manera.

- Si, es verdad… Ahora debemos salir, no tenemos mucho tiempo. Recuerda que los explosivos ya están colocados – Respondió Claire sin dejar de mirarlo, y luego agregó. - ¿Dónde está Carlos?

Ambos miraron a su alrededor, pero el chico de ojos castaños no parecía estar en algún lugar del pasillo, entonces Leon desvió la mirada hacia el bloque de puertas, y señalando una que se encontraba abierta, dijo casi en un susurro.

- Ahí… - No sabía por que una extraña sensación le recorría.

Claire inmediatamente volteó y dijo.

- Ve por él, yo vigilaré la puerta. – Pero al ver que no obtenía respuesta de Leon, le toco el hombro y le dijo nuevamente. – Leon, date prisa, que esos tipos no tardan en encontrarnos.

- Si, voy… - Y se dirigió hacia la puerta abierta.

……

Al llegar, se quedo pasmado, sus pies se detuvieron en seco, y sus ojos reflejaban el asombro que sentía, una emoción de incredulidad comenzaba a recorrerle por el cuerpo. Carlos estaba ahí, frente a aquel gran tubo cilíndrico que en su interior albergaba a una mujer.

El joven de cabello castaño estaba atónito, frente al cristal con su mano derecha sobre este, no podía creer lo que estaba viendo, su corazón latía fuertemente sintiendo la presión que este ejercía sobre el esternón, era entre una sensación de coraje, de rabia, aunque en cierto modo también de tranquilidad, y hasta cierto punto alegría.

No puedo creerlo… Jill… Te dábamos por muerta… ¿Qué te han hecho estos malditos bastardos?

No había dudas al respecto, con solo mirarla un par de segundos, Carlos pudo comprobar que aquella mujer del tanque de cultivo era nada mas ni nada menos que Jill Valentine, la chica que le había ayudado a salir de Raccoon City, a la que él mismo había prometido que destruirían a Umbrella juntos, y la razón por la cual en el fondo de su ser, seguía haciendo todo esto.

- Tengo que sacarla de aquí. – Dijo levemente Carlos quien ya se había percatado de la presencia de Leon, y rápidamente se acercó al panel de control que estaba al lado del cilindro de cristal.

- ¿Qué estas diciendo? – Preguntó el chico rubio con cierta incredulidad y confusión. – Los de Umbrella nos pisan los talones.

- ¡No voy a dejarla! – Respondió el chico de ojos castaños mientras oprimía los botones de forma enardecida, buscando vaciar el tanque.

Pero al ver que nada daba resultado, Carlos comenzó a desesperar, sin mayores preámbulos y sin pensárselo demasiado, tomó la mesita que sostenía los artículos médicos y la azotó fuertemente contra la parte baja del tubo cilíndrico, haciendo que algunos pedazos de este rompieran en la base provocando un agujero, por donde velozmente empezó a salir el liquido turquesa del interior.

El chico satisfecho por aquel resultado, se agachó y comenzó a retirar alguno de los cristales de la parte superior del orificio con sus manos, agrandando lo suficiente el agujero como para poder sacar el cuerpo de la joven mujer.

En ese momento Claire irrumpió en la habitación, y con tonó algo desesperado gritó

- ¡Nos han encontrado. Vamonos! – Pero al ver la escena al interior del cuarto se quedo pasmada y luego exclamó en tono de pregunta. - ¡¿Qué diablos están haciendo?!

Leon giró la cabeza casi instintivamente para mirar a la chica que acababa de llegar y luego reaccionó, y se dirigió a ayudar a Carlos, en el fondo sabía que él no se marcharía sin Jill y que el ayudarle, apuraría mas el paso de su huida.

- ¡Claire busca algo para cubrirla! – Le ordenó Leon, quien se encontraba en cuclillas al lado de Carlos.

Claire se apresuró a buscar algo provisorio para tapar el cuerpo desnudo de la chica, pero lo único que pudo conseguir fue una sabana de color blanco.

- ¿Esto servirá? – Preguntó mientras extendía la tela con ambos brazos abiertos.

- Si, con eso esta bien. – Respondió Carlos, poniendo a Jill sobre la camilla de operaciones.

El rostro de la chica estaba pálido, todo su delgado cuerpo estaba de ese mismo color blanco, estaba totalmente helada, parecía estar realmente muerta. Su cabello había crecido bastante, ciertamente las puntas de este alcanzaban su esbelta cintura, y las huellas circulares de color amoratado en sus pies y muñecas daban una prueba de que le habían inyectado algunas sustancias que su cuerpo no había querido absorber.

- ¿Esta…? – Preguntó Claire, mientras la cubría con la sabana.

- No. – Respondió Carlos cortando abruptamente la pregunta que sabia que la chica haría. – Tiene pulso. – Dijo con los dedos medio e índice puestos en la muñeca de Jill.

……

Rebecca Chambers ya llevaba alrededor de una hora esperando en la azotea del edificio de enfrente, en ese sitio se podía sentir un frió de los mil demonios, había llovido varios días seguidos y la niebla posterior a un día de lluvia se levantaba sobre la ciudad.

Desde un par de misiones atrás, la chica de ojos color verde, había decidido que se quedaría de piloto del helicóptero en esta misión en especifico, todos creían que no seria necesario el medico en este cometido, ya que entrarían, colocarían los explosivos y saldrían sin ser vistos.

Al chico que habían reclutado para el trabajo de piloto, lo había alcanzado un disparo que acabo con su vida. Desde entonces se turnaban para pilotear el helicóptero y quedarse esperando, sin duda el trabajo mas aburrido.

Ya me están preocupando, para variar, debían haber hecho contacto hace quince minutos. ¿Qué les habrá pasado?

El sonido del radio transmisor la saco inmediatamente de sus pensamientos, rápidamente lo extrajo de su mochila de cadera y con voz fuerte y clara dijo

- Aquí Rebecca, cambio.

- Rebecca soy yo Claire, escucha… ocuparemos el plan de emergencia en el piso treinta, necesitamos que nos esperes en el lugar acordado.

- Entendido, me pongo en marcha ahora mismo. – Dijo finalmente Rebecca y finalizo la transmisión.

Ágilmente se montó en el helicóptero, encendiéndolo y posteriormente despegando.

……

Mientras tanto Carlos, Leon y Claire corrían hacia el ascensor cargando a Jill en los brazos, justo en el momento que se introdujeron en el elevador, los tipos de Umbrella lograron entrar en el piso diecinueve.

- Se dirigen a la azotea, por el ascensor B. – Avisó por radio uno de los hombres.

Dentro del ascensor todo era silencio, nadie decía nada, y sus rostros aun estaban incrédulos por todo lo que había sucedido, tanto por el escape de suerte recién realizado frente a los hombres de Umbrella, y por supuesto por el hallazgo de haber encontrado a Jill con vida. ¿Qué era lo que en realidad había sucedido? Jill estaba viva, de eso no había contradicción alguna, pero aun así, no estaban seguros de nada, había muchas preguntas por responder aun, y muchas dudas por aclarar.

- No me parece una buena idea todo esto. – Dijo Claire con tono seco, rompiendo por fin aquel silencio.

- ¿A que te refieres? – Preguntó Leon mirándola con extrañeza.

- Me refiero a ella. – Respondió dirigiendo una mirada privada de cualquier sentimiento a la chica que yacía en el suelo del ascensor, envuelta en una sabana blanca. – Es decir… ¡Mírenla¿No se les ocurrió pensar por un segundo, que esos científicos de Umbrella podían haberle inyectado algún tipo de virus?

- ¿Qué estas diciendo?... ¡¡Por Dios se trata de Jill!! – Recriminó Carlos algo enfadado por lo que acababa de decir Claire. - ¿Qué te pasa?

- Es solo que… - La chica bajo la cabeza, y su tono fue apagándose de a poco.

- Ya basta chicos. – Les dijo Leon con el afán de calmarlos. – Concentrémonos en salir de aquí. ¿Si?

Ambos asintieron, mientras el elevador ya llegaba al tan anhelado piso treinta, Carlos tomó a Jill en sus brazos, mientras que Leon y Claire salieron velozmente apuntando con sus Berettas M92FS de 9 milímetros, asegurando el perímetro, un pasillo igual al del piso diecinueve.

- Es seguro. ¡Vamos! – Exclamó Claire mientras corría hacia el balcón.

- Corre Carlos yo iré en retaguardia. – Le dijo Leon, y el chico de cabello castaño se puso en marcha.

En ese momento, de las puertas de habitaciones y la escalera de emergencia, comenzaron a aparecer los hombres armados, del equipo de seguridad de Umbrella, alrededor de una docena de ellos.

- ¡Sigan corriendo! – Gritó Carlos, sin dejar de avanzar, los tipos de Umbrella ya los estaban alcanzando.

- ¡Disparen a matar! – Ordenó uno de ellos.

El corazón de Claire se apretó al oír esa frase, seguida del chasquido metálico de las armas al ser apuntadas. Si Rebecca no estaba en el punto estarían muertos en menos de tres segundos.

"¡Y Bingo!" al salir al bacón a trompicones, Rebecca los esperaba con la escalerilla de cuerda, colgando desde el helicóptero, los estruendos de los disparos comenzaron a sonar, y cada vez se acercaban mas, se oían mas y mas cerca de ellos, así que tenían que huir en aquel preciso instante o estarían muertos.

Claire se montó rápidamente de un salto en la escalerilla, seguida de Leon y Carlos quienes sostenían a Jill.

- ¡En marcha Rebecca. Larguémonos de aquí! – Vociferó Claire con desesperación, y el helicóptero se comenzó a elevar.

Unos últimos tiros impactaron en la parte trasera del aparato aéreo, cuando los tres chicos lograban llegar arriba de la escalerilla con la chica inconsciente a cuestas, consiguiendo así abordarlo, mientras tanto sin mayores problemas el helicóptero desaparecía entre la espesa niebla, dejando atrás el complejo de Umbrella, y con este una gran explosión.


Notas XD: Espero que haya sido de su agrado.

Nos vemos en el siguiente capitulo, espero publicarlo pronto, cuando la universidad me de algo de tiempo jaja.

Se despide Jill Filth.

Saludos a todos!!!