El día...
By: tommy hiragizawa
Los personajes no son míos.
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hoy es el día – se dijo la chica al saber que el chico gatuno regresaba a la ciudad después de tantos meses fuera del país por los torneos a los que lo invitaban además de los retos que se le presentaban conforme su fama aumentaba.
Después de tanto tiempo sin verlo ya no podía callar lo que sentía por el chico amante del ponta.
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Hoy es el día – pensaba un chico de penetrante mirada que empacaba sus cosas en aquellas dos mochilas con las que inicio su viaje. Y junto a una pequeña mesa a su lado estaba algo parecido a un altar. Miró aquellas cosas y las tomó una a una entre sus manos. Una botella de salsa de soja que nunca se atrevió a tocar. Una cinta para empuñadura de raqueta gastada, un amuleto, una libreta con apuntes sobre el, unos autógrafos, una carta escrita por sus amigos, una caja con un CD algo rallado y entre todas esas cosa lo mas común que un chico que practica el tenis puede tener.
Dos pelotas de tenis.
Una con su cara. Que le recuerda los días que pasaba tratando que una chica de largas trenzas jugara bien al tenis, sin que doblara demasiado las rodillas o que por lo menos tuviera una buena posición. La otra le recordaba el día en que se fue de aquella ciudad. Un simple pelota de tenis con la frase "número 1 nacional" que para el significaba tantas cosas.
Y después de mucho tiempo meditándolo se dio cuenta del porque. Y ya no podía callarlo ni estas alejado de lo que quería. De los que lo querían.
Y subió al avión con la idea de que ese mismo día se lo diría.
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Ya es la hora – pensó la chica ocupada en peinar sus cortos cabellos. Si, cortos. Después de tanto tiempo escuchando a su príncipe decirle que usaba el cabello demasiado largo decidió hacerle caso, y tuvo razón. Desde que se lo cortó la comunidad masculina parecía notarla más. Su cuerpo en poco tiempo había adquirido curvas donde antes solo había un cuerpo de tabla, pero sus ojos lejos de su príncipe no brillaban igual.
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Ya es la hora - pensó Echizen cuando la aeromoza le dijo que estaban por aterrizar. Su estomago dio un vuelco que nunca había sentido, tal vez, porque nunca antes se había enamorado.
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Es el momento – pensaron ambos al arribar al lugar donde se verían con sus sempais.
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Ella lo encontró de inmediato buscando algo entre la multitud, mas alto, mas fornido, mas apuesto. Pero seguía siendo su príncipe.
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El la buscaba entre los presentes. Se entristeció al no encontrarla y por fin puso atención a los chicos que se acercaban a el...
Echizen!!! – lo llamó Momoshiro seguido por los otros y una chica que no supo reconocer.
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Ella lo vio acercarse y quedársele mirando, por lo que no evitó el sonrojo que se apoderó de sus mejillas. Permaneció callada mientras los chicos hablaban.
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El saludó a todos sus amigos, pero después de un rato se alejó para buscar su adorada ponta.
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Lo vio alejarse hacia las máquinas despachadoras seguramente buscando una ponta bien fría y en eso vio la oportunidad perfecta para acercarse.
Ryoma-kun – lo llamó con su voz dulce y suave.
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El la escuchó a su espalda, no había duda de ello.
Se volvió y se encontró con la misma chica de hacía rato. Y viéndola así, sonrojada y con toda su atención puesta en sus zapatos por fin dio crédito a que aquella chica que estaba frente a el era la misma que le robó el corazón y ahora le robaba el aliento.
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Ella tenía la mirada en el piso y el estaba como ido ante los ojos de sus sempais.
Arrímatela Echizen!!!! – escuchó como uno de sus sempais les gritaba.
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Arrímatela Echizen!!! – escuchó como uno de sus sempais le gritaba, que aunque estaba distraído en el momento estaba seguro de que había sido Momo.
La vio levantar la cabeza hecha un tomate y simplemente no resistió la visión.
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Ella abrió los ojos sorprendida igual que todos los presentes. Su príncipe la estaba besando. Puso la manos tras su cuello y se dejó llevar, dejando que el hiciera lo que quisiera con sus labios.
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Por fin la estaba besando!!!!...
Los chiflidos no se hicieron esperar...
Yo... Sakuno – dijo nervioso por una vez en su vida Ryoma.
Te quiero – la escuchó susurrar.
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Se lo dijo!!!!... por fin!!!...
Lo vio sonreírle...
Me quitaste las palabras de la boca... – le dijo aún muy pegado a sus labios – las quiero de regreso – y la besó otra vez.
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Se siguieron besando durante un buen rato ante la mirada curiosa de los sempais.
Creo que el ochibi-chan se tomó muy en serio tu recomendación Momo – le dijo Eiji a su amigo.
Mientras tanto los dos chicos seguían en su 7º nube disfrutando del sabor de la boca del otro.
La de el sabía a uva embriagándola junto con ese aroma a lavanda. Mientras que para el... ella olía a fresa y su pequeña boca sabía a la mas grande victoria que pudo ganar.
Fin...
KONICHIWA!!!!!... LECTORES... que tal el fic... otro drab es verdad, pero no me gustaría aburrilos con historias largas.
En fin, hasta otra...