Titulo Traducido: Juntos – Una Historia de Transformación y Tragedia

Titulo Original: Together - A Tale of Transformation and Tragedy

Autor: Rowan Seven

Breve Reseña: Una fuente mágica hace uno de los deseos de Nodoka realidad en un modo que ella ni deseaba ni esperaba.

Advertencia: Ranma ½ pertenece a Viz Communications y a Rumiko Takahashi. No estoy haciendo ganancia alguna con esta historia.

Notas de Autor: - - indican pensamientos. # # indican señales.

Notas de la Historia: He estado trabajando en esta historia por los pasados cuatro años, cuatro años claramente testificados. Consecuentemente , hay variación en la calidad de escritura cuanto los capítulos progresan (ojala en una dirección positiva), así que sean pacientes conmigo. Dejen unas pocas revisiones por aquí y por allá, esta historia esta completada y estaré posteando todos los capítulos en los próximos días. Espero que los leas y los disfrutes.

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Capitulo 1 – El Principio del Final

Era un brillante día soleado. El viento soplaba gentilmente, las aves cantaban dulcemente, y unas pocas nubes blancas y mullidas se veían en las alturas. La promesa de una hermosa relajante y calmada tarde habías sido dada, y parecía que el clima podría mantener dicha calma.

Nada de esto prevenía a Ryoga Hibiki de estar preparado para coger y desplegar su rojo paraguas de bambú en el momento adecuado cuando continuo su despistado viaje a trabes del Japon y en busca del Dojo Tendo. Sus ojos avellanas miraban sospechosamente hacia el mundo desde bajo de sus ligeros mechones negros que eran retenidos de caer por una bandana a cuadros negro amarillo. Arropado en una chompa manga larga amarilla y pantalones negros con delgadas cuerdas atados alrededor de sus canillas y cargando una gran mochila sobre su espada, Ryoga lucia por todas partes como un cansado viajero.

Pausando por un momento, Ryoga miró a su alrededor y meneo su cabeza en incredulidad. Parecía estar en algún parque, juzgando por las bancas, árboles, y los bien mantenidas veredas a su alrededor que estaban llenas con algunas cuantas personas tratando de disfrutar la tarde. Los gigantes rascacielos que podía ver a lo lejos le indicaba que todavía estaba en el área de Tokio, aunque sabía que con su sentido de dirección podría encontrar el Distrito de Juban como el Distrito de Nerima.

Suspirando tristemente , reasumió su viaje, sin molestarse en preguntar direcciones ya que sabía que era inútil. Después de todo, murmuro, uno no podría ser el Eterno Joven Perdido si todo lo que tomara para encontrar su camino fuese una pregunta.

"¡Alto ladrón!" una vos de mujer se dejo escuchar súbitamente.

Volteando inmediatamente para ver de donde la vos estaba viniendo, Ryoga fue saludado por la incongruente vista de un muchacho en pánico, probablemente no mayor de doce años, corriendo con un monedero en sus manos de una mujer de mediana edad, una mujer algo atractiva con cabello marrón oscuro quien estaba agitando una katana.

"Quizás estoy mas cerca de Nerima de lo que pensé" Ryoga comento en sorpresa cuando se agacho y preparo para saltar, esperando no arrepentirse de envolverse y que su siguiente acto asuste lo suficiente al muchacho para alejarlo del crimen.

En cuanto al muchacho, este estaba corriendo a un frenético paso y mirando sobre su hombro izquierdo cada pocos segundos para verificar que si, la mujer loca con la katana estaba aun persiguiéndolo , mucho para su desmayo. – Allí va la teoría de la madura y distraída mujer es fácil de robar, aunque pensando sobre eso ahora la katana sobre su espalda debería haber sido una clara advertencia. ¡Estúpido! - mentalmente se requinto así mismo. – Esta situación no podría empeorar –

Fu entonces que Ryoga descendió del cielo con su paraguas hacia abajo y levemente (para él) golpeó el piso enfrente del paso del callejero niño, creando un profundo poso en la tierra antes de aterrizar el mismo y rudamente levantando al muchacho del suelo por el cuello de su camisa un fluido movimiento, llevándolo al nivel de sus ojos.

"El crimen no paga, niño, especialmente cuando hay mas honorables modosos de hacer una vida. Voy ha dejarte ir esta ves, pero no me dejes cogerte otra ves haciendo esto. ¿Entendido?" Ryoga habló, vos seria y amenazante, cuando puso al joven de regreso en el piso e internamente haciendo una mueca a cuan altanero había sonado su frase. Aun, no era como si pudiese llevar al niño a la policía desde que solo terminaría en el escondite de Yakuzas en ves de una estación policial.

Aun así, esto pareció tener el efecto deseado sobre el niño quien, al darse cuenta que no estaba por recibir una paliza , dejo caer el monedero y asustado corrió por su vida. Ryoga meneo su cabeza negativamente cuando se inclino para recoger el monedero, esperando que el robamonederos hubiese aprendido su lección.

"Um, aquí tiene señorita," dijo cortésmente y un poco tímido a la mujer cuyos ojos estaban notablemente grandes cuando le regreso el monedero. "Yo ah espero que no le importe que haya dejado al muchacho irse. Es solo que yo –cof- creó en segundas oportunidades, y pienso que el susto que le di fue suficiente castigo. Heh," finalizo nerviosamente, silenciosamente rogando que no tomase mucho tiempo desde que no era realmente muy bueno hablando con la gente.

"Um… eso esta perfectamente bien, joven," respondió la mujer, acercándose mas y arreglando su kimono el cual se había arrugado durante la persecución. Con un segundo pensamiento, puso su katana sobre su espalda.

"Posiblemente hubiese hecho lo mismo si hubiese conseguido atraparle," le dijo a Ryoga para relajarlo con una amable sonrisa. "Gracias por su asistencia, a propósito. Aquí, déjeme darle una recompensa," dijo ella cuando abrió su monedero y comenzó a sacar algo de yens.

"Eso no será necesario señorita," Dijo Ryoga apuradamente, esperando que ella no lo tomase de un mal modo. "es el deber de un artista marcial ayudar a otros, particularmente a aquellos en necesidad, no que uh usted no pudiese cuidarse sola," agregó rápidamente, tratando desesperadamente de no ofenderla.

Mucho para el alivio del Muchacho Perdido, la mujer sonrió brillantemente cuando puso devuelta las monedas en su monedero. "Ah, eres un artista marial. Debí imaginarlo desde que no todos pueden hacer tal impresionante entrada. Bueno, joven, si no acepta una recompensa¿entonces me daría su nombre?"

"Es Ryoga Hibiki, señorita," Ryoga respondió placidamente, complacido de que las cosas hayan ido tan bien. –Si solo pudiese ser así de elocuente con Akane…-

"Bueno, Ryoga Hibiki, otra ves muchas gracias. Soy Nodoka. Saot-" Nodoka comenzó a decir antes de ser interrumpida por un cercano relámpago alertando de la aproximación de un grupo de oscuras nubes que aparentemente decidieron que era tiempo de que se acabara la racha de suerte de Ryoga.

Ryoga se tenso inmediatamente, abriendo su paraguas, y comenzó a retirarse rápidamente, diciendo nerviosamente en su retirada, "Vaya, miren al tiempo. Realmente tengo que irme. Fue agradable conocerla, Nodoka. Cuídese" entonces caminó de tras de un árbol y desapareció de vista.

"Que agradable joven," Saotome Nodoka dijo tranquilamente luego de un momento cuando continuó su camino, mirando al cielo para ver si habían mas nubes esperando que no se mojara demasiado antes de que llegara a casa "un poco tímido quizás, pero aun bastante agradable."

-Fue tan varonil de él ayudarme de esa forma,- pensó cuado sintió las primeras gotas de lluvia y apresuro su paso. –No se ve a muchas personas deseando ayudar a extraños en estos días. Espero que Ranma haga las misma cosas en estas situaciones.-

El pensamiento de su hijo de diecisiete años envió una punzada de anhelo a trabes de su corazón, y repentinamente se estremeció por razones que no tenían nada que ver con la llegada del frío n el aire. Nodoka no había visto a su hijo y a su esposo por varios años y los extrañaba terriblemente. La única cosa que hacia su soledad llevadera era la idea de cuan varonil su hijo debía ser de su entrenamiento. Admitidamente, eso era un pequeño confort, pero le permitía seguir.

Casi de inmediato, la mente de Nodoka se enfoco en Ranko y una pequeña sonrisa agracio su rostro. A pesar de solo recientemente haber conocido a la prima de los Tendo, había algo sobre ella que extraía sentimientos que eran casi maternales en Nodoka. Era una lastima que Ranko fuese tan ahombrada, aunque, aun así parecía al menos feliz. Aun, eso no era apropiado. Sí solo...

-Sí solo ella se enamorase de un muchacho agradable como este Ryoga, entonces su comportamiento podría cambiar para mejor,- Nodoka murmuro pensativamente, su mente llena de imágenes de Ryoga y una alegre y muy femenina Ranko casándose, teniendo niños, y viviendo el tradicional estilo de vida Japones. Una leve risita escapo de ella cuando pensó en la realidad y pensó en su breve fantasía como un impulsivo sueño. Ranko no parecía para nada interesada románticamente en muchachos todavía, y las posibilidades de ella llegando a conocer a Ryoga para enamorarse de el eran tan pocas como para reírse de ellas. –Pero aun...-

Con esos pensamientos en mente, Nodoka dobló la esquina y parpadeó a lo que estaba frente a ella. Mucho para su placentera sorpresa, ahí estaba un kiosco sobre ruedas con paraguas a la venta a un lado del camino. La cabina misma lucia colorida pero barato, el tipo de puesto que uno podría entrar en una feria. Una gigante y colorido parasol estaba abierto refugiando al kiosco, y de tras de ambos estaba una jovencita de aspecto hogareña con cabello negro corto. En un agudo contraste con el mundano alrededor, una fuente en miniatura de un pie y medio de alto y con un tallado obsidiano estaba colocado encima de la mesa. Los ojos de Nodoka estaban inmediatamente centrados en la pieza central cuando vio la intricada serpiente con ornamentaciones indias en al superficie en un casi hipnótico patrón. Las escamas alternados entre obsidios y espejos. Un interminable ciclo de agua se vertía de la boca de la serpiente hacia el cielo cayendo en el mismo centro de la fuente

Viéndola, la chica de tra del puesto sonrío en un amable modo. "Hola, señorita. ¿Asumo que desea comprar un paraguas?"

Nodoka asintió cuando se aproximó a la vendedora y tomo refugio pajo el parasol. "Eso deseo, aunque estoy un poco curiosa por saber porque esta vendiendo paraguas en un lugar como este."

La chica rió animosamente. "¿Que mejor lugar para vender paraguas que un parque en lo que se supone será un agradable día? Admitidamente, hay mas pocas personas aquí de lo que esperaba, pero conseguí estos paraguas gratis de mi tío así que no esta costándome algo mas que tiempo. Solo tuve suerte con el clima."

Nodoka frunció el seño levemente, algo inconfortable viendo tal emprendedor espíritu en una mujer cuando su creencia es de que el hombre es quien debería ser el proveedor de un hogar, pero lo dejo ir. Este era un tiempo moderno, y Nodoka sabía que sus creencias estaban un poco desactualisádas aunque sentía que eran lo correcto.

"¿Que hay sobre esta fuente?" Nodoka pregunto de repente, su interés en el objeto creció aun más ahora que estaba cerca y vio el gran cuidado con el que había sido tallado. Ella podía ver su propia cara reflejaba y distorsionada en los pequeños espejos así como una docena de monedas que llasían en el fondo del agua de la fuente.

La chica sonrió, como si estuviese complacida de compartir su sentido de negocios con alguien más. "Es una reliquia de la antigua China llamada El Deseo de la Serpiente que uso para atraer a los clientes. Cuando ven el intrincado trabajo de escultura, vienen a mi puesto a mirarlo, y con un poco de suerte compran lo que este vendiendo en ese momento."

La joven mujer de repente bajo su vos a un nivel conspirasional y se acerco a un costado de Nodoka. En un leve susurro añadió, Se supone que concede deseos si arrojas una moneda en el. Los espejos miran en tu corazón y descifran lo que deseas, y la magia de la fuente escoge un deseo y hace que vuelva realidad."

Ella entonces de puso firme y empezó a reír. "No que yo crea en tal cuanto de hadas, sí se pregunta. No he escuchado de algún deseo vuelto realidad todavía, y usualmente termino donando las monedas a las personas en un local de caridad para no desperdiciarlas. Es solo que esta clase de cosas cogen el interés de los clientes."

Nodoka sonrió. "Esta bien. Bueno, bastante tentativo para dejar pasar la oportunidad de que uno de mis deseos se vuelvan realidad, aun sí es extraño." Abrió el monedero que Ryoga había recientemente devuelto a ella, tomó una moneda, y la arrojo a la mini fuente, completamente desapercibida de la malévola expresión que cruzo por el rostro de la vendedora cuando hizo esto.

"Llevare el paraguas púrpura de allí," Nodoka añadió, mirando hacia arriba y apuntando al objeto que había pedido. La chica prontamente se lo entrego a Nodoka, y Nodoka tomo el dinero que necesitaba para comprarlo de su monedero y los puso en la mesa.

"¿Creo que esto será suficiente?" la señora Saotome pregunto cortésmente, probando su nuevo paraguas al abrirlo.

La chica asintió con la cabeza. "Sip. Eso luce bien. Un placer en hacer negocios con usted señorita, y buena suerte en llegar a casa."

"Gracias, y buena suerte con su negocio," Nodoka replico, con algo de hastío evidente en la última palabra, "Puede que encuentre lo que esta buscando en la vida."

"Oh, dudo que tenga algún problema en conseguir lo que deseo," la joven mujer respondió, un casi indetectable ominosidad en su vos. "Sin problemas después de todo."

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El día, una ves tan lleno de promesas y resplandeciente sol, rápidamente se transformo en un una húmeda y lloviosa tarde la cual, se volvió una friolenta y mojada noche. Esto no molesto a la vendedora quien aun estaba sentada en su kiosco en el parque, aunque el hecho de que no lucia mas completamente humana podía tener algo que ver en eso.

Su corto y negro cabello había creció hasta su cintura en numerosas formas de culebras, casi en un enfermizo ondeo de adelante hacia a tras como si fuera por su propia voluntad. Su piel que una ves lucia tan ordinario ahora era atemorisantemente pálido, y un voluminoso kimono de blanco puro con un cinto rojizo alrededor de su cintura proveían el único alivio para una desafortunada mirada a su fantasmal figura. Muy largas, e inhumanas uñas pintadas de color sangre crecían de la punta de sus dedos, y un par de colmillos se veían de su boca. Sus ojos azules destellaban levemente con innatural luz, y su entera figura irradiaba un aura de fulgor sepulcral. Oh, y ella era transparente también.

Su nombre era Tomoko, y era un espíritu maligno. Hace cinco siglos fue engañada y traicionada por el hombre que tanto amaba y que anteponía a todo, incluyendo así misma. En su dolor se quito la vida, pero su rabia la mantuvo de descansar en paz y lentamente se convirtió en lo que es hoy, un vengativo espíritu quien sin piedad inflinge su eterno dolor sobre los vivos. Aun así, a diferencia de otros espíritus malignos, ella decidió tomar las cosas un paso mas adelante. Dándose cuenta de que espantar en una casa era un gran modo de ser exorsísada por alguna sacerdotisa, ella expele la energía necesaria para hacerse móvil y conectarse así misma a un artefacto mágico en su tierra natal para sustentarse así misma.

El objeto mágico era una fuente maldecida que concedía deseos en una manera horrorosa y que era conocida como El Deseo de la Serpiente. Esta fuente había estado inactiva por siglos, su poder hace mucho expelido y dispersado por una sabia Sacerdotisa Shinto quien había sabido que era y como suprimirla. Aun así, con Tomoko conectada a esta, ella había sido capas de recargarla con su propia fuerza vital y lo ato a su voluntad. El Deseo de la Serpiente ahora entraba en los corazones de aquellos quienes le hacían suplicas a esta y revelaba sus deseos. Tomoko veía esos deseos y seleccionaba uno para ser concedido, también decidía el modo en el cual el deseo podría ser concedido. Tal empresa siempre la extenuaba, y ella tendría que descansar por años antes de asumir un nuevo disfraz humano, yendo a algún lugar mas, y repitiendo el patrón otra ves.

"A-bu-rri-do," Tomoko se quejo en fúnebre vos, recogiendo una moneda de la fuente y descuidadamente descartándola. "¿Por que todos los deseos son tan monótonos últimamente? Felicidad, amor y salud, has esto aquí y allá. Quiero algo de real daño esta ves, algo que angustie a sus victimas por el resto de sus vidas" tornando su atención a la moneda que Nodoka había arrojado a la fuente temprano en el día.

Imágenes aparecieron en el espejo, reflejando los deseos de Nodoka: un hijo varonil, una reunión con su familia, la preservación de los 'viejos buenos días' y una cultura más tradicional, los ocacionales oscuros y furiosos deseos hechos en momentos de profunda soledad que alguna calamidad callese sobre Genma por quedarse lejos por tanto, una más apropiada y femenina Ranko cumpliendo con su rol de mujer y esposa para Ryoga, un-

"Espera," Tomoko susurro, enfocandose en la imagen de la chica pelirroja que había aparecido frente a ella. "Hay algo sobre esta Ranko que se ciente... falso."

Tomoko enarco sus ojos y miró mas detenidamente en el espejo la imagen de Rango y Ryoga, queriendo revelar la verdad sobre ella. Y así, destellos de la vida de Rango pasaron: un joven, de cabellos negros y ojos azules, una promesa hecha entre esposo y esposa, entrenamiento en artes marciales, Jusenkyo, regreso a Japon, prometidas, rivalidades, caos-

Tomoko sonrío cruelmente, complacida por lo que había descubierto. "Así que, esta Ranko que Nodoka desearía pudiese ser una chica tradicional y casarse, preferentemente con Ryoga, es en verdad un jovencito maldecido que se transforma en una chica con múltiples prometidas y actualmente mantiene una rivalidad con Ryoga. Aun mejor, él también es el hijo de Nodoka quien ella desea que sea muy varonil pero, engañada por su decepción, cree que él es Ranko quien ella desearía que fuese mas femenina. Heh. Esto luce prometedor."

El vengativo espíritu murmuró tranquilamente por un largo momento, considerando si debería o no hacer el precipitado capricho de Nodoka una realidad. Pensando sobre las miradas que veía en las cuatro prometidas de Ranma y en el dolor que ellas debían experimentar a causa de su indecisión, su mente regresó a su propia vida pasada y una decisión fue hecha. Ella debía hacer esto.

"¡Saotome Ranma," Tomoko habló con siniestra tranquilidad, "constantemente causas dolor a cuatro jovencitas. Mereces ser castigado por esto, y puedo pensar de un destino no mas apropiado e irónico que este. La feminidad que tanto has temido se convertirá en tu vida. Serás el épitome de la Ranko que Nodoka desea que seas, y el amor que sentirás por Hibiki Ryoga no conocerá límites. Ranma morirá, y Ranko tomara su lugar. Así lo declara Tomoko!"

Cuando Tomoko dijo esto, las figuras de Ranko y Ryoga tomaron forma en cada espejo de la fuente y se materializaron en brillante destello dentro del agua de la fuente. Los ojos de Tomoko empezaron a fulgurar en un misterioso color azul cuando el viento se elevó y aulló. El espíritu entonces empezó a recitar.

"¡Espíritus de las profundas oscuridades,

Escúchenme y préstenme su divinidad!

¡Dejen que la falsedad sea verdad,

Y que esta visión se someta a mi opinión!

¡Ryoga y Ranko,

No mas enemigos del otro!

¡Amor que no debería brotar,

Demasiado tarde para detener será!

¡Destino conspira y ayuda,

Y el deseo se hará!

¡Dolor y pena muchos sentirán,

Cuando mi poder esto haga realidad!"

Terminado su conjuro, un largo, y vergonzoso momento pasó. Nada pasó. Tomoko frunció el seño y espero por otro par de minutos. Aun nada pasó. Finalmente muy molesta, decidió tomar drásticas acciones.

"¡ESTUPIDA PIESA DE CHATARRA!" Tomoko gritó, rudamente cogiendo la cabeza de la serpiente que sobresalía de la fuente con ambas manos y furiosamente sacudiendo la fuente mágica. "¡EMPIEZA A FUNCIONAR O TE VENDERE EN EBAY!"

Casi pareciendo entrar en pánico, las aguas de la fuente apuradamente burbugearon e hirvieron viciosamente, volviéndose vapor y elevándose en el cielo nocturno. En segundos la fuente estaba vacía. Tomoko sonrió.

"No mi mejor encantamiento," ella admitió un poco renuente cuando examino la gran oscuridad, "pero esto conseguirá hacer el trabajo. Disfruta el poco tiempo que te queda, Ranma, porque muy pronto no existirás como te conoces."

Un soplo de viento llego, y Tomoko, la fuente, y el quiosco desaparecieron en un remolino de viento. Lo único que quedo de tras era su satisfecha carcajada que resonaba en la noche.

Había quietud cuando el vapor llegó al Dojo Tendo.

"Zzzzzzzzzzz…"

Bueno, relativamente quieto comparado a algunas de las mas ruidosas noches que frecuentemente acompañaban la vida de Nerima. No había artistas marciales saltando de tejado en tejado en una frenética persecución, no pervertidos rondando y robando ropa interior femenina, ninguna isla flotante, nada fuera de lo normal.

"Zzzzzzz…"

En ves, estaba el desagradable ronquido de Genma.

Ignorando tal sonido, el vapor se acerco mas al Dojo Tendo, deslizándose en la habitación de los Saotomes a trabes de una rendija en la ventana que no podía impedir que al vapor consiguiera entrada. Detectando su objetivo cerca, floto sobre el durmiente joven conocido como Ranma y espero por el momento correcto.

"Zzzzzz…"

Era mas un propósito que una criatura, y que tenía una limitada inteligencia que le fue dada por el poder del conjuro de Tomoko. No tenia verdadera mente solo se dispersaba así mismo dentro de su objetivo en cuestión de minutos, haciéndolo imposible de detectar. De allí la voluntad de Tomoko tomaría el control y la transformación tomaría lugar. Para no ser perceptible y ser descubierto, la metamorfosis era a menudo intrincado, y sutil que demoraba algún tiempo, el resultado final se sentía tan natural y correcto que nadie podría darse cuenta que había pasado hasta que fuese demasiado tarde.

"Zzzzz…"

Ranma abrió su boca para respirar, y el vapor se acerco, siendo jalado al cuerpo de Ranma es su siguiente inhalación y llevado a sus pulmones y entonces a todo su torrente sanguíneo. Ranma se estremeció una ves, sus agudos sentidos brevemente advirtiendo de la invasión, pero el momento pronto pasó y el joven artista marcial regreso a la tierra de los sueños.

La muerte de Ranma Saotome había empezado.

"Zzzzzzzz…"

Notas del Traductor: Espero disfruten esta historia tanto como lo hice yo cuando la leí, tratare de publicar un capitulo por semana pero no garantizo nada.

Hasta el siguiente capitulo.