Hola otra vez! Pido perdón por tardar tantísimo, pero las mudanzas y la universidad no molan TT. Tengo que decir que tenía el capi empezado hace un tiempo, pero hoy por fin lo he terminado... jeje ^^. Ayer fue mi cumple, por cierto (ahí lo dejo jajaja). Perdonadme otra vez por el retraso (el que tengo yo también, perdonádmelo jaja). No sé qué más os quería decir, a parte de que me encanta que me escribais reviews, mensaajes, etc. ... y bueno, os dejo leer en paz! :)))
Disclaimer: Ningún personaje me pertenece (de los reconocibles), son todos de Tetsuya Nomura y a Kingdom Hearts :))))
Ya habían pasado tres días desde que habían llegado a Monzón Radiante. Habían visitado la ciudad y las chicas se habían comprado toda la ropa que vendían en la ciudad. Ese mismo día hicieron un pequeño desfile improvisado en la cabañita delante de sus amigos. Las chicas lo estaban pasando en grande. Los chicos también, pero Sora parecía distante. Hayner le había preguntado varias veces por el motivo, él no daba ninguno en concreto, solo que estaba a por uvas. Con Kairi la cosa parecía que iba bien, muy despacio, pero bien. Por otro lado, Xion y Riku flirteaban a todas horas.
Xion se había sentado en la escalera del porche con una taza de té ardiente (que había robado el día anterior en el desayuno). Contemplaba los árboles que apenas se veían en medio de la oscuridad nocturna. Faltaban pocas horas para que amaneciera, pero no podía seguir durmiendo, así que tras enroscarse en una gruesa manta verde terminó sentada allí. Se percató de que no llovía y decidió salir a la intemperie. La hierba estaba húmeda y se mojó los pies.
-Te vas a resfriar si no te pones unos zapatos –dijo una voz femenina.
Se giró y encontró a su mejor amiga pelirroja con unas zapatillas mulliditas en la mano y una sonrisa en la cara. Soltó una risita y subió a secarse los pies y calzárselas. Ambas estaban enroscadas en mantas y se sentaron en las sillas de madera oscura. Xion ofreció un sorbo de té a su amiga y le preguntó cómo estaba.
-Bien, bueno, es que hace muchos días que quería decirte algo y…
-Eso, cuéntame, que a ti y a Sora os he visto muy bien últimamente –interrumpió la chica girándose por completo para mirar a su amiga, hecha un ovillo en la silla y con los ojos muy abiertos.
-Eh, bueno, normal no sé. Estamos de buen rollo. Pero no es eso lo que te iba a decir –intentó cambiar de tema.
-Si, claro, buen rollo. Os vi el primer día acurrucaditos en el sofá –dijo insinuando algo.
Kairi se sonrojó.
-¡No! ¡No pasó nada! –casi gritó –simplemente estuvimos hablando y decidimos que podíamos ser amigos y ya está –explicó nerviosa. Menos mal que estaba oscuro y no podía ver lo roja que estaba.
-Bueno, lo que tú digas, pero, aquí hay tema… ¡pero vamos! –declaró divertida.
-¿Tú crees que él querrá? –preguntó sin pensar y arrepintiéndose al segundo.
Xion abrió la boca desmesuradamente por lo que acababa de oír. No se creía que de repente su amiga pareciese una desesperada.
-Eh… digo, eso no es lo que te quería contar –tartamudeó Kairi.
-¿Entonces? Dispara ya –dijo impaciente e intrigada.
Cogió aire y lo echó muy despacio. Intentaba distinguir los ojos de su amiga. Quería coger fuerzas para explicarle lo que había pasado. Aunque quizá si le viera la cara se vería incapaz de decirle nada. Decidió dar un pequeño rodeo con preguntitas.
-Riku y tú estáis muy tontorrones últimamente, ¿no? –susurró.
Su amiga se rió y afirmó. Le explicó que jamás se había sentido tan bien con él. Que necesitaba estar a su lado y que nunca hubiera dicho que Riku era tan amable y agradable.
-Ya… bueno, es que verás… Necesito decirte algo –explicó con la voz quebrada.
-¿Qué pasa? –preguntó preocupada.
-Espero que no cambie tu opinión sobre nada porque no fue nada, pero necesito decírtelo –susurró –verás, hace unos días, antes de que empezaseis a estar tan bien, ni siquiera habías dicho nada de él…
-¿Quieres ir al grano ya, joder? –escupió con algo de ira.
Kairi quiso dar marcha atrás, pero era demasiado tarde.
-Bueno, fui al islote porque estaba deprimida y quería estar sola. Los chicos estaban allí también, en el otro lado y me encontré con Riku. Bueno, como buen amigo me intentó consolar. Me dijo que me echaba de menos, por el tema de Sora, y que él había decidido olvidarme y de repente, no sé cómo sucedió pero me besó y yo continué hasta que me di cuenta que era Riku y salí corriendo –terminó y sintió auténtico pánico.
-Yo… ¿por qué me cuentas esto? –susurró la chica sin trazo de sentimiento en la voz.
-No podía seguirte mirando sin que lo supieras, me siento fatal y… lo siento muchísimo Ion, perdóname. No fue nada, te lo juro –dijo entre lágrimas.
-No puedes soportar que yo pueda ser feliz. Eres lo peor. Pensaba que eras mi amiga –Xion se levantó golpeando la silla y gritando –Eres una puta y una guarra, no vuelvas a hablarme.
-Xion, por favor, no fue nada –sollozó Kairi de rodillas.
Ella la miró con odio, intentando verle la cara. Y entró en la cabaña llorando y dando portazos. Empezaron a encenderse luces y se maldijo a sí misma por haber hecho tanto ruido. Sora se despertó y se acercó a Xion antes de que entrara en su habitación.
-¿Qué ha pasado? –preguntó el chico.
-Nada, Sora. Déjalo –intentó sonreír entre lágrimas –en serio, no es nada.
-¡Xion! ¿Qué ha pasado? –preguntó Riku desde el piso de arriba, que se había asomado para ver qué pasaba.
Ella le miró poniendo los ojos en blanco y le hizo un corte de mangas. Riku se quedó anonadado, pero no más que el resto de chicos. Cerró la puerta con fuerza y desapareció. Los chicos se miraron con sorpresa.
-¿Qué he hecho? – susurró Riku.
-Mañana lo averiguaremos, lo mejor es que se calme un poco ahora –dijo Roxas.
Todos volvieron a sus habitaciones y la casa volvió a quedarse sumida en la oscuridad. Sora se dirigía hacia su sofá cuando vio algo que se movía en la ventana. No era algo, era alguien. Abrió y se dirigió hacia la chica, que estaba enroscada en una manta y sollozando en el suelo. Se agachó para mirarle a la cara. Retiró las lágrimas de sus ojos.
-¿Lo del beso? –preguntó intuyendo qué había pasado.
Ella asintió.
-Soy una guarra y la peor amiga –dijo moqueando.
Sora la abrazó para calmarla.
-Dame manta, que hace frío –pidió el chico.
Ella se sentó sobre sus piernas y cubrió con la manta ambos cuerpos. Los brazos de Sora la sostenían firmemente y le daban calor. Acurrucó su cabeza en el pecho de su amigo, que le daba palmaditas y la mecía como a un bebé. Pasó un buen rato hasta que se calmó.
-¿Estás mejor? –preguntó con voz paternal intentando mirarle la cara a su amiga.
Ella asintió, se pasó una mano por la cara y le miró.
-Sora, eres un buen amigo –dijo con lágrimas en los ojos, aún desconsolada por su amiga, pero aún más deprimida por no poder querer al chico que la abrazaba.
Él ocultó una sonrisa en la oscuridad y abrazó con fuerza a la chica. Ella le devolvió el abrazo. Se sentía bien entre sus fuertes brazos.
-Llevas unos días que estás un poco raro –susurró la chica.
-Bueno, he estado pensando en muchas cosas –contestó sin ganas de hablar de eso.
-¿Es por mí? –preguntó con culpa en la voz.
Sora chasqueó la lengua, suspiró y dejó que el silencio reinara. Kairi suspiró e intentó que las lágrimas no salieran de sus ojos. Era obvio que era su culpa.
-¿Me perdonas? –suplicó.
-Kairi… -suspiró. Hubo un silencio –Es muy tarde, vamos a dormir –sentenció queriéndose levantar.
Ella le abrazó impidiendo cualquier movimiento.
-No me dejes sola. Tú no –susurró en su oído.
Se quedó sin habla. Su cara se tornó roja. Cuando pudo respirar colocó sus enormes manos en el rostro de la chica.
-Eso no volverá a pasar, Kai –juró.
Sus ojos se habían clavado en los de ella. Lo decía de verdad. A pesar de la poca luz que había, podía ver la seriedad de su mirada y que su promesa no era mentira. Sin pensar lo que hacía, ella rozó con suavidad los labios de él. Fue el segundo más eterno y hermoso que habían vivido. Ella susurró un "gracias" en sus labios y le volvió a besar. Sora se dejó llevar por el momento y enredó sus manos en la melena de su amiga. Cuando se separaron colocó las manos en la estrecha cintura de ella y sonrió.
-¿Esto cambia algo entre nosotros? –preguntó intentando aclarar sus ideas.
-No hables ahora –dijo ella colocando un dedo en sus labios –no estropees este momento.
Sora rodó los ojos y apretó con fuerza a su amiga, para tenerla tan cerca como pudiera. Le preguntó si quería irse a dormir.
-No quiero dormir con ellas, lo más seguro es que mañana me odien todas… -musitó con tristeza.
Él lo entendió. A pesar de que lo que había pasado con Riku no era culpa de ella, Xion se había enfadado, y cuando se enfadaba, no era bueno estar cerca de ella. Hablaría con ella y con su amigo. No podían arruinar ese viaje, y menos por la tontería que hizo el peliplateado. Se quitó de la cabeza a sus dos amigos, no quería que le fastidiaran ese momento a solas con Kairi. Acarició sus brazos y besó su pelo incontables veces. Era reconfortante la paz que les daba estar juntos. Ella rozaba el pecho de él y besaba su cuello. Abrazados como estaban se quedaron dormidos bajo la luz de la luna menguante.
A las ocho de la mañana se habían sentado todos en el sofá cuando Xion salió de su dormitorio.
-¿Qué pasa? –preguntó.
Todos hicieron un gesto de silencio. Olette señaló con la cabeza hacia la ventana. Vio a Sora y Kairi abrazados. Sonrió y se acordó de su disputa con la pelirroja. Bufó y se metió en el baño.
El chorro de agua caliente la relajó un poco. No quería enfadarse con su mejor amiga, pero le fastidió mucho que le hubiera ocultado algo así. Pero era su amiga. En el fondo sabía que solo tenía que enfadarse con Riku. Decidido, hablaría con ella. Pero no ahora.
Cuando se vistió salió sola al comedor. Quería estar sola. Y sobre todo, no quería ver a Riku. Poco a poco fueron llegando todos sus compañeros al desayuno. Kairi no fue. Se comenzó a sentir mal por todo lo que le había dicho.
Después de quedar satisfecha envolvió dos magdalenas en una servilleta para dárselas a su amiga. Ya se empezaba a cansar de sus tonterías. Al salir de la cabaña se le acercó Sora.
-Xion, ¿podemos hablar? –preguntó amablemente.
-Dime –dijo con sequedad.
-No fue culpa de Kairi, no deberías enfadarte con ella –explicó.
-No te metas en lo que no te llaman, Sora. Yo sé qué tengo que hacer y no quiero que me digas nada –habló entre dientes.
-Pero, Ion, en serio, no hagas estupideces –suplicó.
Ella le lanzó una mirada de odio.
-Ocúpate de matar a Riku y yo hablaré con Kairi –ordenó y aceleró el paso hacia su cabaña.
Sabía que Sora sería más duro con Riku que ella. Solo quería que el del pelo plateado desapareciera de su vida. No quería hablar con él nunca más. Abrió la puerta de su casita y se dirigió a su habitación.
-Estoy harta de tus estupideces, Kairi –dijo lanzando las magdalenas a la cama donde estaba sentada la pelirroja.
Ella se giró y cogió los bollos. Miró a su amiga con tristeza.
-No puedes dejar de comer cada vez que te pase algo. Con razón estás tan delgada. Si no comes nada –riñó a la chica mientras se sentaba a su lado -¿Por qué no me lo dijiste antes, Kai?
-Yo… no sabía cómo decírtelo. Además, te vi tan bien con Ri… -no continuó su nombre al ver la mirada que le lanzaba –Lo siento Ion. De verdad que nunca quise hacerte daño. Te lo juro, eres mi mejor amiga, sabes que nunca lo haría…
Xion miró las magdalenas en la mano de su amiga.
-¿Te las comerás o no? Porque si no, me las como yo –preguntó con una enorme sonrisa en la cara.
Su amiga saltó encima de ella, dándole un gran abrazo.
-Perdóname, por favor, he sido una exagerada –pidió la morena mientras la abrazaba aún más fuerte.
-No tengo nada que perdonarte, niña, entiendo perfectamente que te enfadaras, gracias por perdonarme tú a mí –sostuvo con dulzura mientras le miraba a los ojos.
Xion sujetó el rostro de Kairi y anunció:
-Te perdono, pero jura que mataremos a Riku –pidió. Su amiga se rió y asintió –Así me gusta. Por cierto, creo que tienes algo que explicarme.
Kairi se puso colorada. Ambas se rieron y entre abrazos y carcajadas se pusieron al día de lo que Xion, Olette y Naminé habían llamado "Soiri".
En otro lugar de Monzón Radiante, Riku seguía dando vueltas al corte de mangas que le había hecho la chica que le gustaba esa noche.
-¿Qué haces, Riku? –preguntó su mejor amigo.
-Ah, Sora, hola, estaba pensando en Xion, ¿sabes a qué vino el corte de mangas que me hizo anoche? –dijo confundido.
-No sé, Riku, igual porque besaste a su mejor amiga –soltó sin dar importancia.
Él se quedó parado y con el rostro pálido.
-Pero no te pares, hombre, sigue andando y me lo cuentas –ordenó su amigo mientras agarraba su brazo con fuerza –quiero que me digas por qué cojones besaste a Kairi, gustándote Xion y sabiendo que tu mejor amigo está enamorado de ella desde la conoce, venga, dime.
-Sora, yo… -dijo Riku temblando de miedo.
-¡Que me lo digas! –gritó empotrándolo contra el tronco de un árbol y agarrando el cuello de su camiseta.
-Sora, cálmate, por favor yo…
-¡No! No me ordenes que me calme porque te juro que te voy a matar –anunció el chico con lágrimas en los ojos -¿¡Por qué lo hiciste?!
-Estaba confuso, me dijiste que la olvidaste, la echaba de menos, ella estaba llorando y… -intentó explicarse.
-Y la besaste –terminó la frase -¿así consuelas tú a tus amigas? ¿Y Xion qué? ¿No pensaste en ella, no? ¿Llevas años enamorado de ella y eres incapaz de pensar en ella en vez de en mí chica? Estoy alucinando –declaró mientras soltaba a su amigo.
-Sora, ni siquiera sabía que me gustaba Xion entonces. Vi a Kairi llorando y hacía años que no podía hablar con ella sin gritarnos, sabes que estuve enamorado de ella y en ese momento estuve confuso. Me arrepentí nada más hacerlo –se explicó –Sora, por Dios, es la verdad –suplicó poniendo una mano en el hombro de su amigo.
El moreno apartó la mano del chico de un golpe y se giró a mirarle.
-Me traicionaste a mí y traicionaste a Xion. ¿Cómo se supone que debemos creerte? –preguntó el moreno –Riku, has metido la pata hasta el fondo –sentenció el chico poniéndose en camino hacia la cabaña.
-¡Sora, por favor! Tú eres mi amigo, convence a Xion, sabes que es verdad lo que te digo –suplicó de rodillas.
-Riku, no te humilles más. Eres tú el que debe ganarse la confianza de Ion otra vez –dijo siguiendo su camino –Y por cierto –se giró para mirarle –no vuelvas a llamarme amigo.
Poco a poco vio cómo su mejor amigo desaparecía de su vista. Comenzó a llover. En menos de un día había perdido al amor de su vida y a su mejor amigo. Deseaba poder dar marcha atrás y no haber besado nunca a Kairi, que tampoco tenía muy claro por qué lo había hecho. Otra opción era morir en ese mismo instante, pero eso sería muy irresponsable. Se sentó sobre las ojas mojadas y pensó la mejor manera de recuperar a Xion y a su mejor amigo.
Si no es uno, es el otro, lo sé, y lo siento, pero la historia lo pide así!
Espero no tardar tanto para el próximo capítulo, aún así, creo que ya faltan poquitos para terminar :))))))) jeje
Por cierto, estoy pensando en comenzar uno de Harry Potter, algún Potterhead por aquí que me apoye?
Un besito enorme a todas y nos leemos en el próximo capi!
pd: reviews porfiporfiporfi, que me dais la vida y la inspiración :)
