9. Pelea.

Los rayos provenientes del astro rey golpearon su rostro, obligándola a abrir los ojos con pesadez. Cuando su vista se hubo estabilizado se sentó en la cama. Estaba un poco cansada después de haber bailado tantas horas seguidas y con semejantes zapatos. Sonríe al recordar la cara del Uchiha al invitarla a bailar, se notaba que estaba molesto por lo de la sortija. Escuchó unos toquidos en la puerta y se levantó para ver quien era.

Su expresión pasó a la sorpresa al ver a su sensei en la entrada. Lo invitó a pasar y se sentó sobre la cama, mientras él se negaba y permanecía de pie en el marco de la puerta.

-Tu, yo, ahora en el claro- mencionó él para luego desaparecer ante los ojos de la muchacha.

Apenas éste se hubo marchado se levantó de la cama y corrió a ducharse y cambiarse de ropa. Al menos tenia una ventaja, pelearían en el claro...era mejor que en pleno desierto. Pero tampoco debía confiarse, una de las primeras reglas es nunca bajar la guardia frente a tu oponente. Y cuando se trataba de Sabaku no Gaara, ni siquiera debes pensar en bajar a guardia. En el momento en que crees que vas ganando todo gira y ves tu derrota. Ella lo sabia perfectamente, después de todo él la había entrenado.

Si lograba vencerlo podría derrotar con suma facilidad a su primo, hermana y a su padre para romper el compromiso y quedarse como heredera de su Clan. Un lugar que le correspondía por derecho. Sonrió al imaginarse la cara de los tres miembros de su "familia" al verla derrotarles.

Salió a una velocidad superior a lo acostumbrado con dirección al lago, donde la esperaban los hermanos del Kazekage y el mismo.

Pero por alguna razón, se olvidó de avisarle a cierto chico...

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El Uchiha dormía tranquilamente en su habitación, soñaba con la chica que ocupaba sus pensamientos en todo momento. Anhelaba el momento de verla convertida en la madre de sus hijos y poder revivir su Clan. Nunca se había puesto a pensar en Hinata de esa manera, pero sus sueños le indicaban que ella era la elegida para estar a su lado "hasta que la muerte los separara".

Se levantó con flojera una media hora después de que todos se marcharon. No percibió ningún sonido del lugar, así que se vistió rápido y salió a ver que pasaba. Pero como era de esperarse...no había nadie. Fue a la habitación de Hinata, pero no la encontró.

Tuvo que ir a la entrada de la torre y preguntarle a uno de los guardias si habían visto a la muchacha o al Kazekage. En cuento le informaron de la pele a corrió a toda prisa hacia el lugar indicado.

Lo que vio lo dejó sorprendido...

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Hinata se encontraba con varios rasguños y sangraba un poco, la lucha era intensa y había sido apresada por la técnica del pelirrojo varias veces. Se estaba exigiendo mucho y le faltaba el aire, pero no se daba por vencida. debía ganar este encuentro si quería ser libre. Tomó un kunai y con él apartó la arena que estaba por apresarla una vez más.

Se movía a gran velocidad a pesar de estar cansada todavía por la noche anterior. Deseaba volver a la cama y descansar. Tenia sueño y no había desayunado. Pero era el mejor momento para esto, pues cuando tuviera que pelear por el compromiso y el Clan, a su padre no le iba a importar como se sintiera o si deseaba hacerlo.

Uso sus técnicas de la mejor manera posible y en ningún momento desactivo su Byakugan. Su respiración cada vez era mas fuerte, estaba agotándose. El agua del lago se elevaba alrededor de los presentes, sus ataque se iban haciendo mas fuertes con cada movimiento. El pelirrojo estaba teniendo problemas para mantener su arena fuera del contacto del elemento empleado por su alumna.

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Él tenia ventaja sobre el sueño. Ya que no dormía no lo necesitaba. En cambio la chica se veía completamente agotada y no tardaría mucho en caer al suelo. Aun sintiéndose de eso modo seguía atacándolo con todo lo que tenia.

Estaba empezando a ponerse difícil, el agua y la arena no eran buenas combinadas y no estaba dispuesto a pasar por eso. Se movía con agilidad esquivando a la ojiblanca, pero las cosas se seguían complicando a cada segundo y se daba cuenta del cambio en la habilidad de la Hyuga.

Antes, cuando la entrenaba era muy sencillo vencerla, por mejor alimentada y descansada que ella se encontrara siempre acababa perdiendo. Ahora, la veía tan cansada y aun así estaba batallando con ella. Estaba seguro que le igualaba en fuerza y que sus técnicas eran tan peligrosas como las suyas. Después de todo ella era capaz de hacer con el agua lo mismo que él con la arena.

Pasadas unas cuantas horas en donde ninguno pudo acabar con el otro, en el buen sentido de la palabra, lo declararon un empate. Algo nunca antes visto. El único que había podido empatar con el menor de los Sabaku había sido el Uzumaki hace varios años y porque ambos compartían el mismo poder. Ya que los dos eran portadores de demonios y su chackra era superior a cualquier otro ninja. Pero ahora, una débil jovencita acababa de igualarlo, sin ser una portadora.

Estaba sorprendido y orgulloso. Después de todo, ella era su mejor amiga.

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No tenia palabras para describir lo que veía. Al principio, al ver a la muchacha herida se asustó¿quién no lo haría? Pero al seguir observándola y percatarse de los maravillosos movimientos y las asombrosas técnicas que empleaba quedó mas que complacido con ella.

Estaba emocionado y se sentía feliz por ver lo fuerte que era SU Hinata.

Su sonrisa se hizo más notoria cuando se declaró el empate y ella volvió a su lado, ofreciéndole su sonrisa mas bella mientras lo abrazaba, sin dejar de saltar de alegría.

Ahora podría enfrentar a su Clan y ser la heredera.

Pero él era feliz por otra razón, ella seria libre, no tendría que casarse con su odioso primo y podría escogerlo a él como compañero. Estaba dispuesto a pasar hasta el ultimo día de su vida al lado de la ojiblanca, porque la amaba. Ya podía aceptarlo sin dudas. La amaba y haría todo por ella.

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Esa misma tarde partieron rumbo a Konoha. Ya había pasado lo peor, que era el evento ofrecido. La Hyuga había demostrado su fuerza y ahora no dejaba de sonreír. La calidez con la que la recordaba estaba volviendo, de vez en cuando notaba a la pequeña aquella que conoció en sus años en la academia.

Era SU Hinata. Y así lo deseaba.

Era momento de decirle lo que sentía por ella y esperar una respuesta.

Pero primero, cancelar el compromiso.


Notas de la autora:

Como podran darse cuenta, he tardado demasiado en actualizar y de verdad lo siento. Pero mi mente no ha estado en el anime desde hace algun tiempo. Sigo viendo Naruto e incluso comence a leer el manga. Pero estoy clavada con la saga Twilight y vivo para ella.

Abri otra cuenta hace poco para escribir fics de Twilight y me la he vivido ahi. Es asombrosa mi facilidad para escribir el fic que tengo en ella, como Mari-Cullen, pues estoy actualizando a diario. Lo cual me averguenza al no poder presentar este fic asi.

Hoy tome la decision de subir capitulo a este y a otros que tengo. No importa que me quebre la cabeza. Mis mas sinceras disculpas.