Capitulo 1: Una propuesta de vida nueva

En un pequeño barrio de Inglaterra. Donde nunca pasaba nada. Ya hacían 40º de calor, el calor era imposible de resistir, pero la chica que vivía en esa casa no parecía nada de afectada con el nuevo aire acondicionado que su padre le había comprado exclusivamente para ella. Desde que había llegado sus padres estaban algo raro, le daban en el gusto a todo, ya no se atrevía a decir siquiera que quería algo en broma. Sabía que algo sabían que ella no, era extraño pero no sabía que hacer; si preguntarles de frente o esperar que ellos mismos le dijesen que sucedía. Un día sintió que llegaba una lechuza pero no era para ella. ¿Quién era el que se quería comunicar con sus padres? ¿Que mago quería comunicarse con unos Dentistas Muggles? Quizás era para ella, pero si lo era por que su madre no corría a entregarle la carta como solía hacer.

-Mamá- grito, en modo de atención- ¿Quién era?

-No nada.

-Escuche una Lechuza.

-¡No nada Hija!- Su vos tenia un dejo de nerviosismo y angustia. Hermione solía escuchar ese tono, todo el día como si algo la preocupara constantemente. ¿Su padre?, no estaban bien como pareja. ¿La casa?, estaba mejor que nunca, la crisis económica había cesado; por ende, no era la economía. ¿Ella? No como podría ser, ella era una hija ejemplar y no tenia quejas.

Hermione solía estudiar diariamente en su biblioteca, no era como en Hogwarts pero tenía los libros necesarios, diariamente su madre le compraba dulces y ropa nueva como si se estuviera despidiendo. No sabia que hacer, Un día la descubrió llorando mientras veía las fotos de pequeña. ¿Que sucedía? Ya no quería saber solo se dejaba amar sin importar el por que.

El domingo tenían almuerzos familiares. Ya no se hablaba, era monótono aburrido. A lo más se cruzaban miradas cómplices entre el señor y señora Granger. En eso la Gryffindor vio como el padre abría la boca para hablar; entonces fue cuando paso.

-Hija tenemos que contarte algo.

-Si dale papá dime.

-Bueno, es difícil.- dijo el señor Granger tomándose una pausa para meditar bien lo que quería decir- hace ya 1 semana, llegaste tu del colegio, y antes que tu llegaras recibimos un recado, algo q nunca pensamos que iba a pasar- dijo algo pensativo.

-¿Qué sucede padre dígame de una ves por todas?- miro a su madre en un intento de suplica, como diciendo "que sucede, que me ocultan"

-Tu verdadera familia te esta buscando.

-Pero padre, ¿Cómo sucedió?- Toda la vida había añorado conocer a su verdadera familia, desde que a los 10; un año antes de entrar a su colegio, sus padre le habían contado que era adoptada y que lo habían hecho en un orfanato de la ciudad de Londres- ¿Cuándo se enteraron?

-Hace ya un mes hija.-decía la madre por primera ves habría la boca en esta conversación.

-Y ellos ¿Cómo se llaman?

-Morrison.

-¿Dónde viven?

-Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra.

Por algún motivo le hacia conocida esa dirección o ese lugar en especial. Quizás lo había leído en algunos de sus libros muggle, o en un mapa, No recordaba pero ese no era el mayor punto ni el mas importante lo que importaba era que ella sabia que era lo que había que hacer, su caso pasaría tribunales y tendría que luchar por quedarse con sus padres Los Granger no los Morrison, aquellas personas que habían estado con ella toda su vida, y seguían con ella después de saber lo de su magia, en cambio no sabia como iban a racionar Los Morrison. Quizás la iban a dejar con los Granger una ves supiesen lo de su condición. Fue cuando recordó donde había leído eso. Era un antiguo barrio brujo de puros famosos aristócratas y donde solían hacerse las más grandes fiestas de magos sangre pura. No podía creer lo que pensaba, ella la eterna burla de las serpientes era en realidad una sangre pura. Desde pequeña; que ella, soñaba con algo parecido, a pesar de estar siempre orgullosa de su sangre y de donde provenía siempre quiso ser una sangre pura.

-Y ahí algo mas que debemos decirte- decía su padre a pesar de no saber que ella ya sabia- Ellos son brujos…

-Por ende no tenemos opción de reclamos ni de juicios justos- Hermione sabia las leyes tanto del mundo mágico como el que hasta ahora era su mundo, el muggle.- No puedo creerlo.

-Entendemos que te quieras ir hoy mismo.- dijo una madre q no se atrevía ver la cara de su hija, por temor de ver la reacción de la castaña.

-Madre eres la mejor. No quiero remplazarte.

-Hija- decía un padre con la mente más fría que nunca- Tienes que irte hoy.

-Hoy- dijo una exaltada castaña.

-Si, hoy. Tus padres vendrán por ti en 2 horas más.

-Y cuando planeaban decírmelo.

-Queríamos disfrutarte al máximo. Eres nuestra única hija, y teníamos que adoptarte por el hecho que tu madre no puede tener hijos.

-Vendrá tu padre y tu hermano.

-Como dices eso tú eres mi único padre. El que me dio su amor y su cariño y no me dejo en ese orfanato, a mi suerte.

-No somos quien para juzgarlos y ellos tienen todas las respuestas a tus interrogantes. No somos los indicados para darte una explicación.

-Ahora anda a empacar todo. Dijeron que debías llevarte Todo. No debes dejar nada.

-Pero no van a hacer nada.

-Y que podríamos hacer no tenemos mas opciones que dejarte ir. Con ellos vas a tener mejores opciones de vida en tu mundo al que realmente perteneces- La vos se le había ido a su madre.- O acaso tu creías que no te escuchábamos llorar día a día por los insultos que recibes en tu colegio por ser hija de muggle.

-Madre…

-Te conozco mi caramelito. Y se por que derraman lagrimas tus ojos. Ahora no alargues más esto y valla a empacar que ya nada queda por hacer.

-NO LO VOY A PERMITIR- gritaba la castaña como loca sin importar que la escucharan varias manzanas a la redonda- Y USTEDES PARECE QUE NO LES IMPORTARA.

-Si nos importa mi amor. Y para evitar este tipo de situaciones no quisimos decirte.

-Oculta este tipo de cosas quizás cuantas cosas mas me ocultaron.

-Camina enserio.

-NO VOY A DEJAR QUE ME LLEVEN.

-Por favor tú sabes que quieres hacerlo. Sabemos que es un sangre pura y lo que pesa esa familia. Eso te ayudara en tu futuro.

-PERO ES QUE NO ENTIENDEN QUE YO LOS QUIERO A USTEDES.

-Y NOSOTROS QUERMOS ALGO MEJOR PARA TI QUE UN ETERNA DISCRIMINACION DE PARTE DE LOS HABITANTES DE TU MUNDO- grito la madre por primera ves a su hija.-Perdona no quise gritarte.

-Lo hiciste, uno siempre quiere la cosa que hace. Y ahora me voy a empacar

Ya se había levantado de su asiento hace mucho, solo quedaba darse media vuelta y caminar hacia su cuarto. Miraba cada uno de los rincones de esa casa. Si bien era pequeña, no era la gran cosa la casa, pero estaba llena de recuerdos la mayoría hermosos. Ahí estaba el Comedor, donde tantas cenas familiares habían presenciado, cenas de navidad, o año nuevo. La cocina, cuando pequeña, solía estar horas con su madre ahí dentro haciendo diferentes delicias para complacer el paladar de su padre, el único hombre de la casa. Su pequeña biblioteca y justo al lado su pieza. La miro desde el pasillo. Si hubiera sabido que esa noche era la ultima en ese, que era su palacio, entro y camino hacia la cama. Primera reacción acostarse y aferrarse a su almohada.

Desde ese punto miro toda su pieza partiendo por la puerta donde estaba su cartel de Mi pieza que sus padres le habían puesto cuando era pequeña. Sigue observando y aprecio un improvisado papelero, había sido su primera creación mágica, todavía lo recordaba, estaba en el patio jugando como cualquier día cuando tomo un montón de madera, su misión hacer una casa en el viejo árbol, en su desesperación al verse frustrada por el hecho de no poder hacer una casa de árbol, empezó a gritar, algo raro estaba pasando, la madera comenzó a temblar, y algo estaba pasando con los clavo. Todo era extraño ante sus ojos, y ahí fue cuando paso, todo se unía y parecía una cajita. Desde ese momento supo que ella no era una persona común y corriente. Ese suceso había marcado su vida. Ya no quedaba nada más que empezara a hacer sus maletas. Camino en dirección a su armario tomaba lentamente su ropa. La mayoría ropa muggle, que iba hacer de eso. Abrió su maleta y lo tomo todo y lo tiro al suelo.

Guardo la ropa mas superficial abajo y el resto lo tomo lentamente, Al final guardo el vestido con el que había ido al baile de navidad en 4. Quizás ahora tendría ropa como esa, si bien odiaba a los aristócratas, por gente como Malfoy, sabia cuales eran sus costumbres. Quizás era por que solía soñar como seria vivir de esa manera. Ya quedaba muy poco. Guardaba sus libros que tenia en la pieza. Cuando sintió el timbre, Pero como se habían adelantado una hora

Camino hacia la puerta de su pieza y vio hacia el fondo del pasillo. No se vía nadie, al parecer ya habían entrado, aunque ningún murmullo, como si no hubiera nadie en el salón. Hasta que se escucha un Hola, tímido que provenía de la boca de su madre. Camino nuevamente hacia sus maletas. Tenía todo ordenado menos los libros de la biblioteca.

A cientos de kilómetros de distancia una mujer de pelo largo y rubio platinado hablaba con muchas mujeres más. Tenían una discusión algo entretenida, pararía que la disfrutaban mucho.

-¿Qué vas a hacer Meredith?

-No se realmente Cissy. Estoy feliz por que la encontramos. Es que no puedo creer que allá vivido toda su vida con esos Muggles.- Dijo Meredith – Pero una ves llegue, hoy por cierto, tratare de ver como me llevo con ella.

-¿Y como dices que se llamaban sus padres, los apellidos?

-Granger.

-O que vulgar.

Quizás se a de mala educación espiar tras la puerta, pero para el chico serpiente era un costumbre. Es que sin los cotilleos semanales, no se enteraba de nada, sabia todo a primera hora, y por la mejor fuente. El club de Brujas Sangre pura. (n/a: no se me ocurrió otro nombre más). No podía creer que era lo que estaba escuchando, esa sangre sucia de Granger ahora resulto ser la hija de los Morrison, una de las familias más importantes del mundo mágico, y por no decir menos uno de los más fieles seguidores de-quien-no-debe-ser-nombrado. Esto era increíble, quizás si iba al patio vería cerdos volar y lloverían manzanas.

-Sal de ahí muchacho- decía su madre desde adentro de la sala, por primera ves, en su vida lo habían pillado.

-Perdón madre.

-No nada de perdón.- dijo y miro al resto de las veteranas. Ellas asintiera y esta dijo- Siéntate hijo mío aquí al lado mío.

Extraño, esas juntas eran privadas, nadie podía saber que era lo que hablaban, muchos secretos podían ser develados, aunque la mayoría lo eran por las mismas mientras del club.

-¿Qué escucho mi amorcito?

-Lo de esa Granger madre nada mas- había omitido el hecho de que Goyle estaba de novio con Millicent Bulstrode. Y también lo de Pansy y lo rebelde que estaba desde el año pasado.

-Mmm… Draco querido, "esa tal" Granger, es mi hija- dijo la señora Morrison- Te ruego que la respetes en mi cara.

-Lo siento tía.

-No, te preocupes, errores cometemos todos. ¿La conoces?

-Conocerla, obvio es la mejor amiga del cara rajada y la novia del comadreja.

-¿Que?, o que me temía- dijo algo angustiada- ¿Y en que casa va?

-Gryffindor. Pobre de ella, estuvo rodeada por la peor gente y sin saber que era lo que se merecía de verdad

-Lo mismo opino yo querido. Pero de eso nos preocuparemos nosotras, de hacerla cambiar, Y ademas necesitamos tu ayuda.

-¿Para que?…