Bien, mi primer fic de bleach. Pareja rara pero denle una oportunidad! Jaja, ojala les guste. Será un poco lento al principio… bueno, si es que lo sigo, jaja.

Bleach no es de mi propiedad.

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Capitulo Uno.
Cuenta las veces.

La primera vez que la vio fue entre un ajetreo general, shinigamis al borde de la histeria corriendo por todas partes, gritos y gente herida. Él mismo estaba herido. Tan cansado y herido que los gritos solo le provocaban un dolor de cabeza infernal. Con gran esfuerzo movía su cabeza de un lado hacia otro en busca de Rukia, porque por primera vez en mucho tiempo se sentía con la obligación de explicarle la cosas y de pedirle perdón. La encontró al borde del llanto y muy preocupada cerca de un inconciente Ichigo. Lo que más le llamó la atención en el momento fue la extraña luz que lo rodeaba y como a pasos agigantados parecía recuperarse del corte mortal que le había propinado Aizen. Lo invadió vagamente la curiosidad y se fijó en las otras personas que rodeaban a Ichigo. Llegó prontamente a la conclusión que aquel extraño poder procedía de una esbelta chica de pelo largo que identificó inmediatamente como uno de los invasores que llegaron con Ichigo. Esa fue la primera vez que la vio.

La segunda vez que la vio fue cuando Ichigo apareció de la nada por la ventana de su habitación en el hospital, justo cuando estaba hablando con Renji. Ichigo apareció preguntando por Rukia y con mucho esfuerzo, a su lado apareció ella. Discutieron un poco sobre como no deberían entrar así y de cómo ella logró subir tan rápido. Se excusaron luego de un momento y le desearon una buena recuperación. Ella le deseo una feliz recuperación y por un momento pensó que algún corte cerca de su estómago había vuelto a abrirse.

La tercera vez que la vio fue cuando Rukia abrió la puerta y detrás de sí estaban todas las personas que entraron a Soul Society como maleficios errantes años atrás. Los fue presentando uno a uno pero fue su nombre que recordó más. Inoue Orihime. Pudo escuchar vagamente la explicación de Rukia de porque estaban ahí, algo sobre una invitación a comer, algo sobre una estadía en Soul Society. La verdad es que no quería escucharlo y tampoco le importaba, solo le importa alejarse de Inoue Orihime.

La cuarta vez fue muy cercana a la tercera, no como la segunda a la tercera. Estaba hablando con Renji sobre una especie de problema en la última misión de un escuadrón. Él asunto había despertado su curiosidad y estaba muy concentrado cuando ella pasó a su lado. Saludó alegremente a Renji y se dirigió a él con un respetuoso "buenas tardes, Kuchiki-sama" y sonrió. Preguntó por Rukia para luego seguir su camino junto con Ishida, Ichigo y Chad.

- Capitán. ¿Capitán…? Capitán, ¿me está escuchando? – preguntó un consternado Renji mientras movía una mano frente a la cara de su superior.
- Por supuesto que si – y ahuyentó la mano del vice- capitán con una mirada molesta.

Sin embargo, lo cierto es que de hacía un buen momento que había perdido el hilo del problema y no procesaba ni una palabra de lo que le decía Renji.

La quinta vez fue al día siguiente cuando llegó a la oficina de Shunsui para una importante reunión con el resto de los capitanes. Sin embargo se encontró en el medio de una enorme fiesta de bienvenida para Ichigo y compañía. Era de esperarse de Shunsui y de Matsumoto. Apenas puso un pie en la fiesta ya el otro lo estaba llevando a fuera de esta cuando a su lado pudo observarla hablando animadamente con Chad, el color en sus mejillas le indicaba que ya estaba un poco pasada de copas. Al igual que todo el resto. Un asombro general se instaló en el lugar cuando decidió quedarse, a compartir solo una copa, respondió siempre solemne. Y así fue. Habló con un excesivamente contento Ukitake mientras distraía su mirada de vez en cuando en ella, terminó su copa, terminó su conversación con Ukitake y se fue.

La sexta vez que la vio fue cuando estaba sentado en su enorme comedor y llegó ella junto con el resto de su grupo. Al parecer Rukia los había invitado a pasar su estadía en su casa. Él hubiese dicho que no pero de todas maneras compartía alguna especie de amistad con Ichigo, además casi nunca estaba en casa así que sus presencias no lo molestarían mucho. Sus ojos se levantaron al instante a ella y tan rápido como la vio, bajó sus ojos de nuevo a su taza de té. Un cierta punzada en su interior aumentando.

- Hermano, ¿te encuentras bien? Te ves algo distraído este último tiempo.

Por supuesto que no respondió más allá de un "estoy bien" y ya Rukia e Ichigo se habían lanzado en alguna pelea. Contra su voluntad se fijó nuevamente en ella que yacía un poco apartada de la conversación, triste sonrisa en su rostro. Él no era tonto y solo bastaba sumar dos más dos, dejó su taza de té de lado y con una leve excusa salió de la habitación.

La séptima vez que la vio fue en una plaza en Soul Society. Solía caminar por ahí algunos días cuando iba de vuelta a su casa de manera a cambiar un poco la rutina de caminar siempre por las mismas calles. Sus amigos estaban fuera de la vista pero ella dormía sin preocupación debajo de la sombra de un árbol. Pensó que de seguro despertaría acalambrada, pensó que estaba refrescando y que se podía resfriar, pensó que ellos no eran ni conocidos y que a él eso no le incumbía.

La octava vez que la vio fue en su casa, enterrada en su cama. Sus amigos estaban a su lado de tanto en tanto y Chad e Ichigo habían ido a la Cuarta División en busca de un doctor. Como no volvían nunca Ishida y Rukia fueron también. Se acercó lentamente a su cama y la ojeó sospechosamente. Se había resfriado después de todo. Se sentó cerca de su cama y puso una mano en su frente. Casi le da un ataque cardiaco cuando Inoue tomó su mano entre las suyas atraída por el frío de su mano. Luego la escuchó decir 'Ichigo' y sintió una presión fría en el pecho. Se levantó con violencia y en cierto punto algo ofendido, le ordenó con dureza a un empleado que se ocupara de ella.

La novena vez que la vio fue cuando el iba caminando por la calle con dirección a su oficina y en un cruce ella se le puso en frente. Detuvo sus pasos y abrió sus ojos. La chica lo tomó como un signo de que de que estaba escuchando y prosiguió.

- ¡Kuchiki-sama, queríamos decirle gracias por habernos dejado quedarnos a dormir en su casa! – dijo casi gritando por el nerviosismo, luego sonrió una de las sonrisas más amplias y tiernas que haya visto.

¿"Queríamos"? Miró atrás de la chica y quiso golpearse contra una muralla pero solo asintió levemente y continuó su camino. Nadie se dio cuenta de que la velocidad de sus pasos había aumentado.

La décima vez que la vio fue ese mismo día cuando pasó por un pasillo que daba al jardín y ahí estaba ella con el resto. Le decían a Rukia que las vacaciones en su mundo ya se acaban y volvían al día siguiente. No llegó corriendo a su habitación pero su corazón se aceleró de repente. Llevó una mano a la creciente presión fría en su pecho y se dio cuenta algo confundido que había estado contado las veces que la había visto. Se dio cuenta algo angustiado que fueron muy pocas en esas últimas semanas y la respiración se le atoró en la garganta cuando asimiló que se iba mañana.

La onceava vez que la vio fue cuando estaban frente al portal listos para irse. Ella se despidió de todos con una amplia sonrisa y un abrazo. En un momento le tocó a él, el abrazo le llegó de improvisto y no supo que hacer. Las manos le temblaron y el aliento se le atoró nuevamente en la garganta. Cuando se separaron su cuerpo extrañó su calor y el tenue perfume que se desprendía de su pelo. Perfume que no pudo descifrar. Perfume que definitivamente le gustó. Por un momento pensó que había sido algo especial pero ella siguió regalando abrazos. Él respiró hondo, se despidió vagamente del resto del grupo y se fue.

Continuará…

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Gracias por leer. No sé si seguirlo en todo caso pq esta pareja no es muy popular pero bueh… pero divirtió bastante escribirlo, gracias por leer y si alguien leyó deje review!!
Saludos y cuidense!