Atención: Mashashi Kishimoto es el creador de Naruto: tiene todos los derechos de la serie y yo, Yume Fujimi, solo utilizo sus personajes para hacer fics sin ningún ánimo de lucro, por lo que denunciarme o criticarme por ello sería una solemne estupidez; únicamente pretendo entretener y hacer pasar un rato agradable a todos los lectores. Una vez aclarado esto… ¡empecemos!

Para leer correctamente el fic:

-Sakura y Kakashi hacen la mejor pareja.- Narración normal.

-"Sakura y Kakashi hacen la mejor pareja".- Pensamientos.

-Sakura y Kakashi hacen la mejor pareja.- Diálogo.

-"Sakura y Kakashi hacen la mejor pareja".- Recuerdos.

-"Sakura y Kakashi hacen la mejor pareja".- Sarcasmo o titulo de algo, por ejemplo un libro.

TORMENTO

Un nuevo día de primavera amanecía en Konoha dejando atrás todo el pesado y frío invierno; el calor de los rayos del sol entraba en todas y cada una de las ventanas de las casas de la aldea animando a sus habitantes a salir mucho antes de sus hogares para disfrutar de los largos días típicos de esta estación. Todo parecía ser risa y júbilo sin embargo… no era oro todo lo que relucía. Había una persona a la que no le importaba lo más mínimo que hubiera llegado el buen tiempo, es más, tampoco le importaba mucho el tiempo que hiciera, puesto que ya nunca salía de su habitación…

Llevaba más de un año en el hospital recuperándose de su última batalla; no por sus heridas físicas sino más bien por las emocionales. En esa misma lucha había perdido lo que más deseaba en este mundo: su equipo.

¡Nas! – saludó un hombre entrando en la oscura habitación - ¿Cómo te encuentras hoy?

Como siempre – respondió una joven de mala gana; ésta estaba tumbada en su cama y ni se inmutó en cuanto vio aparecer a aquel hombre.

Ya veo… - añadió el hombre descorriendo las cortinas haciendo que la luz entrara en el cuarto.- Deberías mejorar ese humor.

No me apetece…

¿Por qué será que eso no me extraña? – dijo con algo de ironía. – Oye, tengo una idea… ¿por qué hoy no hacemos algo diferente y salimos a la calle un rato? He visto a unos cuantos amigos tuyos por ahí podríamos…

Hoy no sensei… me duele la cabeza.

¿Y cómo no va a dolerte, Sakura? ¡Llevas encerrada aquí muchísimo tiempo!

No empieces por favor… - se tapó la joven con la sábana.- Estoy cansada y sólo quiero dormir…

Escondiéndote no conseguirás nada. – Kakashi se acercó a la cama y se sentó a su lado. – Deberías…

¿Seguir con mi vida como si no pasara nada? – preguntó con sarcasmo Sakura mientras se quitaba la sábana de encima. Le molestaba terriblemente que todo el mundo le insinuara eso.

Tampoco he querido decir eso, pero está claro que esto… – añadió refiriendo a la habitación- tampoco lo es.

Déjame tranquila, por favor… - rogó Sakura derramando unas lágrimas.- y no me hagas recordar…

Ellos no hubieran querido esto para ti. Naruto y Sasuke querían…

¡Cállate! – chilló Sakura.- ¡No les nombres! – añadió llorando.

Sakura…

¡No! ¡No intentes consolarme Kakashi-sensei! Todo fue mi culpa; no merezco nada… - se reprendía duramente ella misma.- Ni siquiera merezco que vengas a verme…

No digas eso, por favor.- la lastima se apoderaba de Kakashi, como cada vez que iba a verla al hospital. Sakura estaba mucho más delgada y mucho más descuidada que antes; su pelo había crecido considerablemente pero no relucía como antaño.

¡Pero es cierto! Ellos están… están… ¡ni siquiera puedo decirlo!

Es lógico Sakura; a mi también me dolió mucho su muerte pero tienes que superarlo…

¡Dios mío! – continuó con su llanto la joven.- ¿superarlo? ¿cómo? ¡Es imposible! – negó con su cabeza - Debiste haberme dejado allí sensei…

¡Sakura! – la reprendió Kakashi de inmediato. Sabia que ella lo estaba diciendo completamente en serio; ella hubiera preferido morir junto a sus compañeros… De pronto, Kakashi se acordó de las insinuaciones que le había hecho Tsunade-sama acerca de un presunto intento de suicidio de la joven… "presunto" se volvió a repetir mentalmente. – Eso… eso no era ninguna opción.- Kakashi recuperó la compostura.- Y déjame decirte que no tienes que sentirte culpable… fueron… fueron las circunstancias; ya sabes que no me gusta creer en el destino pero es que… tampoco se me ocurre escoger otra palabra. Sasuke y Naruto pelearon; no había otra opción, a veces, la vida da un giro de 180 grados y lo que hoy crees imposible, mañana puede ser una realidad… Es lamentable, Sakura pero… es así.

En el fondo, sensei… sé que lo que me dices es cierto pero no puedo vivir con todo este dolor y esta culpa sobre mis hombros… ¡Me cuesta hasta respirar! – confesó la joven.

Yo te entiendo…

¡Lo sé! Sé que estás pasando por lo mismo que yo, que no soy la única que sufre… ¡pero no soy tan fuerte como vosotros! No puedo con todo este dolor, esta pena… - la mirada de Sakura se ensombreció aún más.- Creí ser fuerte, creí que podría ayudar a que todo volviera a ser como antes… creí en Naruto… creí en Sasuke… ¡qué estúpida! – se reprendió de nuevo.- Fracasé; soy una perdedora… ¡una estúpida inútil que lo ha perdido todo!

No Sakura; tú no eres nada de lo que estás diciendo. Más bien al contrario… y no estás sola. Tienes a tu madre, a Tsunade, a Shizune, a tus amigos que te quieren y – añadió cogiéndole la mano.- me tienes a mí.

A ti Kakashi-sensei… - repitió la joven esbozando una pequeña sonrisa. Miró a los ojos a su antiguo profesor.- Estoy muy cansada… quiero echarme un rato.- volvió a tumbarse en la cama. Kakashi la entendió y está vez no insistió en persuadirla.

Descansa… - añadió acariciando la cabeza de la chica. "Este es el último día que pasas aquí dentro".

Kakashi salió de la habitación aún bastante conmocionado; Sakura llevaba mucho tiempo deprimida pero jamás la había visto tan deshecha y hundida, cuanto más tiempo pasaba encerrada, peor se encontraba… entonces supo que no tenía otra opción: tenía que sacar a la joven de allí y cuanto antes. Iría a hablar con Tsunade-sama.

Los golpes y el chirrido de la puerta, alertaron a la Hokage de que alguien entraba en su despacho…

- Esto no puede continuar así, Tsunade-sama… Está muriendo lentamente día tras día…- A la sannin no le hizo falta ni mirar a la persona que recientemente había entrado; tampoco le costó mucho esfuerzo adivinar el motivo de su visita:

- Kakashi… otra vez por aquí… - se dijo cansada. Era prácticamente rutinario ver aparecer por allí al jounin hablándole sobre la situación de Sakura. Ella ya sabía como se encontraba la joven, sabía perfectamente cual era su estado y sabía que no podía hacer nada más por ella, al menos de momento – Sabemos que se ha condenado por lo que pasó y que está haciendo penitencia en una "celda"…

- Hatake-san, no podemos hacer más por ella… - dijo la fiel ayudante de la Hokage, Shizune.

- Si pudiéramos ilusionarla de nuevo, hacerla cambiar de parecer…

- ¡Pero Tsunade-sama! Sabe perfectamente que la última vez que tuvo una visita de sus compañeros en el hospital tuvo un shock muy fuerte. ¡Tuvimos que tenerla tres días aislada!

- Lo sé, Shizune, lo sé…

- A mi también me duele pero ella enloqueció en ese momento. Hablaba sobre los ojos de los demás; ¡estaba completamente fuera de sí!

- Eso es la culpa. – añadió Kakashi – Cuando Sakura vio a Hinata sintió todo su dolor… El remordimiento, la tristeza y la angustia que todos sentían, por mucho que quisieran esconderla, Sakura la percibió y por eso… por eso hay que sacarla de ahí.

- Estoy de acuerdo. – le apoyó Tsunade.

- Pues yo me opongo, Tsunade-sama.

- Shizune…

- Morirá si no hacemos algo. – dijo Kakashi serio.

- Puede ser un peligro para los demás, ¡incluso para ella misma!

- No lo creo, Shizune. – añadió Hatake molesto.

- Pienso… bueno… - la ayudante notó como Kakashi la miraba enfadado y no pudo evitar sentirse incómoda, no obstante continuó hablando. – Ella debería seguir con el tratamiento. Tiene una depresión muy severa y dejarlo a la mitad podría…

- ¡Kakashi! – le llamó Tsunade.- Te dejo carta blanca; haz lo que creas oportuno.

- Pero Tsunade-sama…

- ¡No Shizune! – la reprendió la Hokage.- Hemos hecho como médicos todo lo posible por ella, ya es hora de cambiar… Sin embargo, Kakashi… si ves que algo no marcha como debiera tráela de nuevo inmediatamente.

- Entendido. – y acto seguido el jounin se esfumó de la sala.

- Espero que resulte, Tsunade-sama…

- Y yo, Shizune, y yo…

Todavía sin poder creerse que la Hokage le hubiera permitido actuar, Kakashi se dirigía nuevamente al hospital. Se saltó deliberadamente el horario de visitas y algunas cuantas normas más de la clínica y entró en la habitación bajo los reproches de las enfermeras. Allí continuaba Sakura durmiendo, Kakashi se acercó y pudo ver lágrimas en sus ojos; volvió a sentir la tristeza de la joven y reprimió su propio llanto. La cogió entre sus brazos, envuelta entre las sábanas, y sin despertarla se la llevó de ahí.

Todo estaba oscuro, era un lugar sucio y tenebroso, muy parecido a una cueva. Podía ver cadáveres mutilados por doquier y sentía en su boca el sabor metálico de su sangre; estaba malherida y agotada y sus ojos comenzaban a nublarse, no podía apenas distinguir a amigos de enemigos. Casi apunto de desmayarse, le pareció ver a dos figuras conocidas pelear; forzó un poco más la vista y les reconoció: eran Sasuke y Naruto, pero con sus respectivas transformaciones. Uno con la forma del Kyuubi y el otro con la forma de un monstruo alado. Sakura se sintió morir cuando vio a sus dos amigos luchando tan ferozmente el uno contra el otro; juntó las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigió hacia ellos para detenerles, no obstante en ese preciso momento los ataques de los dos chicos se cruzaron formando una enorme bola de colores azul y naranja que muy pronto derivaría en una gran explosión. Sakura podía ver a cámara lenta la escena: sus amigos estaban siendo engullidos por la fuerza de sus ataques conjuntos y pronto ella también sería absorbida; no pudo hacer más que cubrir su cuerpo y su rostro con sus brazos mientras esperaba a la muerte. De pronto, alguien la agarró por detrás y, de nuevo, todo se volvió oscuridad.

La pesadilla había terminado pero ella seguía inquieta; todos los días recordaba la perdida de sus amigos pero era sólo en sueños cuando revivía el momento de su muerte. Sakura no quiso abrir sus ojos todavía, estaba tratando de tranquilizarse; sentía su corazón latiendo a mil por hora. Mientras se relajaba, le pareció escuchar el sonido del canto de los pájaros mucho más cercano de lo habitual, pero no le quiso prestar demasiada atención, fue, sin embargo, una brisa fresca en su cara lo que le motivó a abrir sus ojos.

- ¿Qué? – se preguntó observando a su alrededor: no estaba en su habitación del hospital- ¡Pero qué demonios! ¿Dónde estoy? - comenzó de nuevo a alterarse cuando vio campo por todas partes.

- ¡Buenas! – respondió una voz – estás hecha una dormilona…

- ¿Kakashi-sensei? – preguntó la joven mirando a su maestro, éste parecía sonreírla.- ¿Qué es esto? ¿Una broma? No me hace gracia… - añadió con inquietud.

- Tenía que sacarte de allí; estar encerrado tanto tiempo no es bueno para nadie…

- Vale pero… tengo que regresar, no me encuentro demasiado bien.- comenzó a temblar a la vez que miraba a su alrededor con algo de miedo. Era la primera vez que salía de la clínica desde que regresó a Konoha de su última misión.

- No Sakura, no vas a volver a esconderte.

- ¿Cómo?

- Así no conseguirás que tu dolor desaparezca, al contrario…

- ¡Yo solo quiero estar sola! – le gritó la joven viendo que no la dejaría marcharse de allí.

- Sabes que eso no es lo correcto. Debes enfrentarte y asumir la muerte de Naruto y de Sasuke.

- ¡No! – chilló enfadada y llorando.

- Y después debes pedirles perdón por lo que les estás haciendo…

- ¿Cómo? ¿Y qué se supone que estoy haciendo? – Sakura no entendía nada de lo que Kakashi le estaba diciendo.

- Estás manchando su recuerdo y matando lo que ellos tanto querían proteger…

- ¿El qué?

- A ti…

- Sensei… yo…

- Ellos te querían, Sakura. Hubieran hecho cualquier cosa por ti… cada uno a su manera, claro… Escogieron caminos distintos pero sus sentimientos eran los mismos; lucharon para proteger lo que más querían en el mundo y murieron por ello. A mi también me entristece el final que tuvieron pero, escúchame Sakura, no fue culpa tuya; hiciste todo lo que pudiste…

- ¡No fue suficiente!

- Ellos ya pelearon una vez, era inevitable que volvieran a hacerlo de nuevo…

- Si hubiera llegado antes… si tan solo hubiera llegado unos minutos antes… ¡ellos podrían seguir vivos!

- Eso nunca se sabe, Sakura… Por favor, no malgastes tu vida encerrándote de esta manera: ellos no hubieran querido esto para ti…

- Kakashi-sensei…

- Todos sufrimos pero mira a Hinata… sigue entrenándose día tras día y…

- ¡Lo sé!

- Lo sabes pero no haces nada más que lamentarte. – Kakashi empezaba a ponerse duro con ella ya que comprendió que las buenas palabras no servirían de nada.

- ¡Sí! ¡Soy débil, estúpida e inútil!

- No voy a decirte lo contrario porqué te estás comportando como tal.

- Pues si estamos de acuerdo, ¿qué haces todavía aquí? – le preguntó entre sollozos.

- Intento recuperar lo que queda de mi equipo.

- El equipo siete ya no existe…

- Quedamos dos…

- No es lo mismo.

- Te aseguro que tanto Naruto como Sasuke hubieran querido que continuáramos como equipo.

- ¿Tú crees?

- ¡Claro! Conociendo a Naruto seguro que querría que te esforzaras al máximo cada día y que le recordaras con una sonrisa mientras te comes una buena taza de ramen…

- Naruto… - Sakura sonrío al recordar a su amigo engullendo su plato favorito.- ¿y Sasuke? ¿Qué le hubiera gustado a él?

- Sasuke – suspiró el jounin.- Desde luego no le hubiera gustado verte así…

- Sí… es cierto, él odiaba a los debiluchos…

- No eres débil, Sakura… Te has hecho muy fuerte estos años y eres una gran médico; salvas muchas vidas y…

- No todas las que yo quisiera…

- ¡Cómo todos! Pero no por eso vamos a dejar de intentarlo, ¿o no? – Kakashi se volvió a una roca y señalándola continuó hablando con Sakura.- No sé si lo recordarás, pero en esa piedra están escritos…

- Sí… los ninjas caídos.

- Exacto. Aquí están los nombres de la mayoría de mis amigos y de mi familia… Todos los días vengo aquí y les agradezco por todo lo que me han enseñado; quiero que sepan que no les olvido y que están presentes en mi vida aunque no sea físicamente.

- ¿Cómo? ¿Explícame como puedes vivir con este dolor? ¿Cómo puedes levantarte cada día sabiendo que no volverás a verlos? Ni hablarles, ni a escucharles, ni a sentirles a tu lado… ¡Les hecho tanto de menos! Extraño las muecas de Naruto y las miradas de Sasuke, extraño cada cosa que odiaba antes de ellos… extraño sus palabras de aliento y su convencimiento de que todo iba a salir bien…

- Si te quedas con eso, Sakura, con su recuerdo; te prometo que jamás te sentirás sola. La perdida no es algo que se supere, tendrás que aprender a vivir con ella… y cada persona tiene su forma particular de hacerlo…

- ¿Cuál fue la tuya?

- Bueno… yo me alisté en la ANBU.

- ¿Y eso por qué?

- Probarme como ninja, supongo… aún no estoy seguro…

- ¿Y te sirvió de algo?

- Todo ayuda, Sakura, pero con el tiempo…

- Ya… ¿y cómo es la ANBU?

- Solitaria… ¿por qué lo preguntas?

- Curiosidad… ¿y por qué lo dejaste?

- Si que estás habladora hoy…- ambos sonrieron.- Digamos que no me quedaba hacer nada más ahí.

- Y después te hiciste profesor…

- En realidad solo fui profesor una vez y…

- No fue bastante bien… - añadió Sakura.

- Bueno… aún me queda una alumna. No todo está perdido.

- Gracias sensei, de verdad. Hoy me siento mucho mejor.

- Me alegro.

- Creo… - dijo levantándose del suelo.- creo que daré un paseo.

- Es una buena idea pero…

- ¿Pero qué?

- Aun vas con la bata del hospital…

- ¬¬ ¡Oh! – Sakura se puso colorada y Kakashi comenzó a reír.

Tal y como le dijo a su maestro fue a dar un paseo por la aldea, pero antes pasó por su casa; hacía muchísimo tiempo que no iba por lo que le resultó extraño estar ahí. Se encontró con su madre y se dieron un fuerte abrazo, después fue derecha hacia su habitación. Se sorprendió cuando comprobó que todo estaba exactamente igual a como lo dejó tiempo atrás: sus libros, sus peluches, sus zapatillas, la foto de su equipo… la cogió para observarla más de cerca y se sintió más miserable que nunca: había fallado como ninja y como amiga. Dejó la foto en su sitio y se cambió de ropa.

Y mientras paseaba, se perdió en sus pensamientos sin apreciar que estaba apunto de chocar con otra persona:

- ¡Lo siento muchísimo! – se disculpó una joven.- Tenia prisa y… ¿Sakura-chan?

- Hinata… - dijo la joven pelirrosa reconociéndola por su voz.

- ¡Qué alegría verte! – añadió Hyuuga - ¿Te han dado el alta en el hospital?

- Más o menos… - respondió Sakura sin levantar la vista del suelo.

- ¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo? – le preguntó Hinata apoyando su mano en el hombro de Sakura.

- No te preocupes. – contestó Haruno separándose más de Hinata.

- No estés tan triste Sakura… por favor.

- No puedo evitarlo.

- Te entiendo. – la consoló agarrándole la mano. Sakura sintió calidez, no sólo en las manos de la joven, sino también en sus palabras y no pudo evitar llorar de nuevo.

- Lo siento mucho… - comenzó a disculparse.- De verdad, lo siento…

- No tienes por qué disculparte, Sakura. Tú no has hecho nada.

- Fue mi culpa.

- No es verdad…

- ¡Tú no estuviste ahí, Hinata! Yo sí, yo los dejé morir…

- ¡No es verdad! – se enfadó Hyuuga.- Hiciste lo que pudiste y no deberías culparte por ello. Intentasteis salvar a Sasuke; deberías dejar de atormentarse por ello. Nadie te culpa…

- Perdón… - cayó al suelo desconsolada mientras lo repetía una y otra vez.

- Ha sido una desgracia, todos sentimos sus pérdidas pero conozco a Naruto y sé que donde quiera que él esté, se encuentra bien. Lo siento en mi corazón, Sakura-chan; tú también sabes como es, ¿no lo sientes? – acercó su mano al corazón de Sakura. – Cierra los ojos y piensa en él, recuérdale… ¿qué es lo que ves?

- Naruto… - Haruno en seguida recordó todos los buenos momentos y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Eso es, Sakura. Cuando estés triste piensa en lo bueno que él nos dio. Así es como yo llevo esta pena, así es como sigo adelante.

- Gracias Hinata, gracias de verdad. – Sakura continuó recordando sintiéndose cada vez mejor consigo misma, cada vez más en paz. Gracias a la ayuda de su amiga, gran parte de su carga había desaparecido.

FIN CAPÍTULO 1

TORMENTO de Yume Fujimi