Monogatari

-Relato-

Glosario

Akachan: Pequeño o bebé

Are Are: Hola o es una expresión para llamar a alguien

Hahaue: Mamá

Inori: Plegaria u Oración.

Capítulo I: Familia

El pequeño niño se aferró instintivamente a la temblorosa mano que sujetaba la suya cuando un súbito sentimiento de pérdida trastocó su corazón. Pegó un poco más su pequeño cuerpo hacia la persona que lo sostenía, ahora con un poco más de presión haciéndolo percibir el propio temblor del adulto, su aún inocente rostro buscó el de su protector.

-"Todo estará bien akachan Neji. No te preocupes "-

El pequeño heredero acogió de buen grado aquellas palabras, porque de alguna forma sabía que estando junto a su madre nunca volvería a sentir ese miedo repentino y abrasador coraje.

-"Hai hahaue"-

Pronunció con la seguridad que solo él; a pesar de su corta edad era capaz de imprimirle a su voz, le sonrió con inocencia buscando de alguna forma que su madre le correspondiera de la misma manera, pero aunque correspondió amorosa a su gesto Neji percibió la máscara de pesar y pena que se había posado sobre el joven y hermoso rostro de la mujer.

Ambos giraron el rostro cuando la voz del monje se alzó en una última plegaria dedicada al alma de Hizashi Hyuga. Una vez finalizada ambos pasaron al frente y escucharon con cortesía las palabras de pésame de Hiashi. La mujer agradeció con una inclinación la muestra de respeto del heredero del Souke y con su cálida mano inclinó ligeramente la espalda de su hijo.

Neji bajó torpemente su cuerpo mientras sentía como un dejo de despreció surgía de su interior incitándolo a rechazar a aquel hombre.

Ambos miembros de Bouke permanecieron un tiempo más en el cementerio, Neji miró primero con asombro como lentamente las personas iban dejando el lugar convirtiéndolo de pronto en un lugar intimo y en cierto punto lúgubre, el oji-blanco escudriño con meticulosidad el lugar ahondando en cada pequeño y discreto detalle; desde el lento desgaste de la piedra hasta en la reluciente placa que indicaba el nombre de su padre y el ligero olor a incienso que picaba en su nariz.

Cuando creyó que habían pasado demasiado tiempo en aquel lugar se acercó a su madre y jaló la manga de su kimono, deslizó su mano solo un segundo después al notar como de sus finos labios se escuchaba una plegaria y algunas palabras de agradecimiento, Neji espero en silencio a que terminará y cuando su madre lo llamó descubrió que había dejado de llorar y le sonreía como siempre, pero supo que su sonrisa nunca antes volvería a ser como en antaño, como lo era antes de que su padre muriera.

Regresó tomado del brazo de su madre a su casa donde los esperaban algunos de los criados que trabajaban en la casa principal esperándolos para trasladar a los dos a su nuevo hogar cerca de la mansión.

Con el transcurso de los días Neji sintió como todo volvía a la normalidad, para su gran alivió su madre continuaba comportándose como antes, brindándole mimos y cariños que solo ella podía darle y que por ser ella, el heredero del Bouke aceptaba con singular alegría. Otras veces encontraba en su níveo rostro la seriedad mezclada con pesar cuando se dirigía a su hijo y le explicaba sus orígenes y lo que significaba haber nacido dentro de la rama secundaría del clan Hyuga, esos días Neji deseaba con toda su fuerza que existiera ese tipo de cuestiones, tan solo para poder borrar esa triste sombra bajo los a perlados ojos de su madre.

Y como mutuo acuerdo ninguno de los dos mencionaba la ausencia de Hizashi Hyuga. Su condición de prodigio le hacía comprender los motivos por los cuales su padre había sacrificado su vida, conocía los motivos y tenía pleno conocimientos de los hechos ocurridos en la noche previa a su muerte; el Souke, sabía que por ese nombre él había tenido que renunciar a su padre, por el Souke su madre había enviudado y sus largas noches de silenciosos sollozos eran como crueles dagas clavándose en su pecho, y sabía que por culpa de la rama principal su padre había abandonado su vida y a su familia.

Pero incluso con pleno conocimiento de los hechos su mente e inocencia infantil le brindaban la esperanza de que cada noche su padre podría atravesar en cualquier momento la puerta principal y una vez que salude a su madre y le murmulle palabras que él no llegaba a escuchar, posaría su palma en su cabeza, le preguntaría como estuvo su día para después alagar sus esfuerzos y avances en sus entrenamientos. Entonces él se daría cuenta que todo era como siempre, donde en su pequeña cosmogonía no existía ese ardor y cruel sentimiento de dolor y desprecio hacia los demás.

Pero tan pronto abría los ojos su incierto destino amenazaba con golpearlo de improvisto nuevamente, por esa razón cada mañana mientras los primeros rayos de sol bañaban su habitación su precocidad le recordaba que debía esforzarse y trabajar arduamente para no ser jamás pisoteado por alguien superior, porque solo entonces con entereza y fuerza nadie podría superar al genio por el cual su padre apostó todo.

-"Ohayo akachan Neji."-

Solían ser las primeras palabras que escuchaba de su madre cuando todas las mañanas lo recibía con su radiante amabilidad, que fácilmente podía competir con los cálidos rayos del sol. Y mientras esperaba junto a Neji que terminara de desayunar, escuchaba atenta las actividades que tenía planeadas realizar el joven heredero.

Una hora más tarde cuando uno de los criados llamaba a su puerta la joven mujer solía despedirlo mientras lo veía alejarse hacia sus deberes y obligaciones como futuro heredero del Bouke.

Ella ocupaba esas horas para poner en orden la casa y al menos dos veces a la semana acostumbraba a ir a la plaza central, había empezado a perder la costumbre de girar su rostro cuando creía sentir junto a ella la presencia de su marido.

Si rememoraba esa época, donde junto a ella Hizashi avanzaba con un andar suave y en silencio observando cada fiel detalle de su esposa, eso ella lo sabía porque continuamente sentía su cálida mirada sobre ella; entonces enrojecía tenuemente y él depositaba un suave beso sobre su mejilla para terminar con una sonrisa. Ahora se daba cuenta que aquellos recuerdos aun dolían y desquebrajaban silenciosamente su corazón, siendo esos momentos en los que se permitía llorar porque frente a su amado hijo se forzaba a mantener una fiel sonrisa y respiraba cien veces hasta que el nudo en su pecho de desvanecía.

Limpio sus lágrimas con un pañuelo que se aseguró de guardarlo bajo su obi cuando vio que Neji corría hacia ella. Esperó de pie a que él se acercará al tiempo que se abrazaba a sus piernas y saludaba.

-"Hahaue"-

-"Are-are akachan Neji"-

Con maternal cariño se hincó hasta quedar a la altura de él, y una vez que el oji-blanco se separó de su lado lo observó detenidamente checando cada parte de su cuerpo, que después de su acostumbrado entrenamiento terminaba con lesiones de menor importancia, Inori sacó el pañuelo y con un poco de agua se dedicó a limpiar las mejillas llenas de tierra y pequeños rasguños, para después masajear y limpiar las aún frágiles manos con restos de sangre.

-"Neji-kun debes de ser más cuidadoso cuando entrenas, no querrás preocupar a tu madre"-

La mujer sonrió dejándole ver que solo era una broma al notar el preocupado rostro del infante. Giró su rostro cuando un pequeño llanto llegó a sus oídos, se puso de pie y con su amable tono de voz frenó a la mujer que sostenía de forma un tanto brusca la pequeña mano de Hinata Hyuga.

La sirvienta aflojó la mano de la niña y a pesar de su intención de replicar cuando Inori alzó en brazos a la pequeña heredera prefirió mantenerse en silencio.

-"Hiashi-sama pidió verla, al parecer aún no domina los movimientos básicos de su técnica y él..."- Murmuró al ver como la mujer empezaba a caminar hacia donde la esperaba Neji.

-"Creo que más importante es limpiar y curar sus heridas. Nee Hinata-sama"- se dirigió a la niña que se había aferrado al kimono y enterrado su rostro bajo su pecho, dejando escuchar solo su llanto.

-"Yuuki-san podrías avisar a Hiashi-sama que su hija está conmigo, más tarde la llevare personalmente a la mansión pero primero voy a limpiarla"-

Hizo caso omiso de las protestas que ponía la mujer detrás suyo y tomando la mano de su hijo se encaminó a su casa.

Neji observó con cierta fascinación el empeño con el que Inori limpia los moretones y rasguños del cuerpo de Hinata, escuchando atento la canción que la mujer entonaba para ambos mientras se ocupaba de la niña. La sostuvo un tiempo más en sus brazos mientras observaba como Neji correteaba ahora por todo el jardín, lanzando a ratos patadas para después quedarse quieto sobre un mismo punto hasta que lentamente comenzaba a moverse realizando movimientos que su madre conocía a la perfección.

-"Nee Hahaue, ¿Porqué te ocupas de Hinata-sama?, lo haces porque es nuestra obligación proteger a la rama principal"-

Preguntó cuando se acercaba a ellas y tomaba el vaso de agua que le tendía, lo miró un momento buscando las palabras precisas antes de responderle.

-"Akachan Neji, a una persona se le debe de cuidar por su condición de ser humano no por la estirpe a la que pertenece, nosotros tenemos la obligación de cuidar del Souke pero no quiero que lo veas como un mal, espero que cuando llegue el día en que cuides de tu prima lo hagas por amor más que por deber"-

El pequeño Hyuga se detuvo un instante estudiando cada una de las palabras de su madre, desentrañando la veracidad de su frase y cotejándola con sus actos. Finalmente sonrió satisfecho compartiendo la misma opinión.

La joven madre acarició la cabeza de su hijo antes de que éste tomará la delicada mano de Hinata y la llevará al patio haciéndola rápidamente participe de sus juegos.

Dos horas más tarde Inori llamó a ambos por sus nombres. Se alegró al ver el sudoroso pero radiante rostro de la pequeña heredera, y con tiernas consideraciones dispuso un lugar más en su mesa sirviéndole sopa de miso seguido de ohagi y verduras encurtidas. Y aunque buena parte de la tarde había quedado atrás y el ocaso estaba próximo preparó el baño para Neji, ocupando la bañera en segundo plano para Hinata y aunque muy seguramente las ropas de su hijo no eran las más adecuadas, ni dignas para un miembro del Souke la arropó y arrulló a ambos mientras los últimos rayos se perdían ante la llegada de la luna.

Acarició distraídamente el sedoso cabello de la niña que dormía plácidamente en su regazo, mientras contemplaba como el firmamento iba cubriéndose de estrellas y colocaba su mano libre sobre la espalda de su hijo que dormía a su lado.

A pesar que el crujir de la madera fue imperceptible para un oído poco adiestrado, Inori a pesar de su apariencia había sido en antaño una buena kunoichi, sostuvo un poco más fuerte a Hinata mientras extraía la daga que guardaba bajo el kimono. Instintivamente Neji se puso con asombrosa rapidez de pie poniéndose en guardia junto su madre.

-"Hiashi-sama"-

Pronunció la mujer cuando frente a ellos apareció el cabeza de la familia Hyuga.

-"La criada de Hinata me informo que ella estaba aquí y que tú la llevarías a la mansión"- Dijo de manera acusadora con aquel tono autoritario pero sereno.

-"Lo lamento Hiashi-sama, pero como bien le informaron ella pasó toda la tarde en nuestra casa, la encontré llorando y no quería que llegará a la mansión con el rostro lloroso, pero Neji-kun y yo la hemos cuidado bien"-

El hombre continuó de pie mirando en silencio a la mujer, desviando un poco la vista hasta el pequeño que se había sentado con sus piernas dobladas bajo él, mirándolo con un aristocrático semblante.

Neji apartó su vista de Hiashi cuando escuchó a su madre hablar, atendió a la petición de ésta y con una ligera ceremonia se dirigió a su dormitorio.

Su madre observó como Hiashi lo seguía con la mirada, le hubiera gustado saber que era lo que pensaba pero conocía mejor que nadie que el miembro del Souke nunca mostraba sus sentimientos, al menos no en público.

-"¿Cómo se encuentran?. Escuche que Neji era muy apegado a Hizashi"- comentó el hombre aún mirando en dirección hacia donde había desapareció el niño.

-"Ambos agradecemos el apoyo que nos ha brindado Hiashi-sama. Y Neji-kun ha estado bien, su padre y deber para con el Souke son cosas importantes para mi hijo así que nunca podrá olvidar ninguna de las dos sin importar cuán dolorosas o prejuiciosa sean. Él es fuerte, estará bien"-

-"Ojala Neji fuese mi hijo, hubiese sido un gran heredero y con él al frente estoy seguro que el clan se fortalecería aun más. Mi esposa está muy enferma y los médicos han agotado todos los medios posibles, ella no vivirá más de dos meses, nunca me dará un varón y la rama principal se quedará sin heredero."- Ni siquiera él mismo se percató de sus propias palabras hasta que escuchó la femenina voz.

-"Es cruel pensar eso cuando fuiste bendecido con dos hijas, además mi hijo no es ningún objeto para pensar en colocarlo en cierta situación y más importante aún es pensar en la señora de la casa, al menos debes intentar que sus últimos días sean más llevaderos. Si me lo permites mañana iré a la mansión para cuidar de ella y de Hanabi-chan"-

Hiashi Hyuga a diferencia de su hermano había desposado a una joven aristocrática con los mismo honores que él, cierto era que la mujer era por demás bella pero su blando carácter resaltaba a simple vista por el imperioso genio de Hiashi, aún así con el tiempo había aprendido a amarla, pero cierto rencor había surgido al ver como Hizashi había podido desposar a la mujer de la cual se había enamorado. Inori no pertenecía a diferencia de la primera a ninguna de las ramas esenciales del clan, pero siempre había destacado por su natural belleza y habilidades como ninja, y como fiel replica al yin y yang Inori sabía comportarse con autoridad y firmeza cuando la situación lo requería sin importar que la mayor parte del día era tranquila y amable.

Esa naturalidad en ella era algo por lo cual Hiashi se sentía atraído y había buscado en vano en la madre de Hinata y Hanabi. Observó con compasión la escena de su hija durmiendo con placidez sobre el regazo de la joven mujer y se sorprendió de cuan endeble podía llegar a transmutarse su corazón al percibir que esa escena nunca se repetiría, al darse cuenta de cuánto echarían de menos la ausencia de su esposa. Lo sentía por él y por sus dos hijas.

Inori notó como el semblante del hombre se había ablandado y ensombrecido contemplando a su hija.

-"Podrías dejar a Hinata-sama esta noche conmigo, te aseguro que mañana estará de vuelta en casa con su madre"-

-"Han vuelto a atacar la villa, casi todos mis hombres están en las afueras no creo que sea prudente que la futura cabeza del clan pase la noche sin protección, puede dormir aquí pero me quedaré a hacer guardia"-

La mujer se puso de pie con la niña en brazos y agradeciendo la actitud del hombre se retiró a su alcoba. Hiashi contempló como el menudo cuerpo de la mujer se alejaba con un suave andar, para cuando cerró la puerta tras ella, él se recargó en el pilar de la puerta esperando a que la noche llegara a su fin.

-Continuara-


Si se estaban preguntando qué es esto; les comento rápido, la idea fue producto de un día de divagaciones donde me preguntaba cómo sería Hiashi como padre y no como líder del clan, platicando con Lady Scorpio surgió una idea y cuando me puse a escribirla termino siendo más larga de lo planeado y aunque de momento no vean mucha coherencia en mi imaginación con la cronología real de naruto espero que al menos les guste.

La historia esta orientada después de la muerte de Hizashi, así que Neji 4 años, Hinata 3 y en Hanabi es donde cambie su edad porque según yo ella es 5 años menor que Hinata, o me equivoco?; bno de cualquier forma es para darle chance a Neji de comportarse más como un niño alegre, y lo siento pero no me pude resistir a ponerlo con su madre es que verlo huérfano se me hace muy mala onda.

-Sherrice Adjani-