¡Al fin he terminado! Estoy feliz por el epílogo, aunque me tardé más de lo pensado. Bueno, ya ni modo. Capítulo final. Mar de lágrimas por parte de esta autora, pues de verdad que me encariñé con la historia. Hasta ahora (En el anime Naruto) es mi más grande orgullo. Eso es todo. ¡Disfrútenlo!

Advertencia: Un pequeño lemon (no pude resistirme ;3)


Pecadora

Siete pecados. Siete tentaciones. Siete conversaciones. Siete problemas. Siete remordimientos. Siete sentimientos… Un solo responsable.

-…- (diálogos de los personajes)

-"…"-(pensamientos)

-- (cambio de escena)

(…) (Algunas aclaraciones de la autora)

-cursiva.- (Flash Back, algún recuerdo etc.)

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Sólo hago uso de ellos para crear historias que entretengan mis momentos se ocio y a los atentos lectores que les leen.


Cáp. 8: Pecadora

-

Sintió un extraño escozor en los ojos y soltó un gemido al mismo tiempo que apretaba las parpados y se movían un poco entre las suaves sábanas. Entreabrió sus ojos esmeraldas, recibiendo como primera cosa un cálido as de luz solar que se había colado de entre las cortinas. Frunció el ceño algo molesta mientras hacía lo posible de escapar de aquella luz; se pegó más contra el cuerpo que la cobijaba y cerró lo ojos, buscando volver a caer en ese sueño interrumpido. Ese increíble pensamiento, una locura imaginativa. Ella y Naruto, amándose toda la noche hasta que el alba pareció formarse tras las montañas. Sonrió soñadoramente mientras movía su rostro contra el pecho del rubio que también dormitaba. Y cuando escuchó al fin un suspiro por parte de él, abrió sus ojos y parpadeó, sin entender muy bien lo sucedido. Se enderezó un poco, mirando desconcertada su alrededor. Una habitación blanca, cortinas azules, un ropero café y sábanas blancas que cubrían su desnudez… ¿¡Su qué!? Parpadeó anonadada mientras sentía como aquella delgada tela se deslizaba un poco hasta prácticamente quedarse echa bola sobre sus piernas. Una de sus manos se movió hacia un lado, topándose contra algo cálido, duro y firme. Miró a su lado, encontrándose con el pecho descubierto del Uzumaki, su rostro apacible al dormir y sus cabellos rubios alborotados cayendo sobre su bronceada tez. Se mordió el labio inferior mientras se sonrojaba. Ahora todo tenía sentido… Su vista descendió más, hasta donde iniciaba la sábana en el cuerpo del chico; por suerte le cubría a partir de la cadera, pero por lo que podría "ver" él se encontraba en las mismas circunstancias que ella. Así que… ¡No fue un sueño! ¡Bingo! Acababa de encontrar la respuesta a su dilema. Había tenido relaciones con Naruto.

-Mmm, ¿Sakura?—preguntaba un adormilado kitsune, quien a duras penas abría sus orbes azules para encontrarse con su amada kunoichi, sentada, viéndolo sonrojada. Su mirada descendió de su rostro, notando cierta parte de cuerpo de ella totalmente descubierta ante él. Abrió la boca y parpadeó anonadado. ¡Pero que bienvenida a la hora de despertarse-ttebayo! Sintió los colores subírsele hasta el rostro y soltó un jadeo mientras desviaba un poco la mirada y carraspeaba un poco para después sonreír seductoramente al girarse hacia ella. Se sentó para quedar a su altura y ella retrocedió, aún sorprendida--¿Acaso así serán todas mis mañanas al despertar, mi vida?—preguntó mientras clavaba su mirada en ella.

-Yo, este, Naruto…—intentaba decir mientras jalaba las sábanas para cubrirse hasta la cabeza--¡No me veas!—chilló enredándose por completo con la tela.

-¡Hey! Antes estabas mejor—bufó mientras intentaba sacarla de su escondite—Linda, vamos, juro que no muerdo—decía abriéndose paso entre las sábanas—Sakura, por favor—rogó cuando ya estaba por lograr ver su rostro—Mírame—rogó cuando al fin la sacó de esas telas, más ella mantenía sus ojos cerrados. Hizo un mohín mientras acercaba su mano a la de ella y acariciaba su rostro—Por favor…--suplicó mientras besaba su mejilla.

-Tramposo—se quejó mientras abría los ojos, aún apenada. Él sonrió mientras se separaba un poco de ella.

-Lo sé—respondió rozando sus labios—Necesitaba ver tus ojos—dijo besándola—Pero al despertar, me encontré con algo mil veces mejor—añadió perversamente a lo que ella se separó bruscamente para darle un golpe en la cabeza.

-¡Pervertido!—chilló molesta.

-Perdón, pero…--decía mientras rápidamente se posicionaba sobre ella, acorralándola contra el colchón—Es la verdad.

-Naruto…--gimió al sentir sus labios en su cuello y su cuerpo friccionándose contra el suyo. Sin darse cuenta estaban iniciando nuevamente ese juego de ardientes caricias que terminarían en un derroche total de pasión. Pero, ¿Qué más da? Ese día ninguno de los dos tenían nada que tratar respecto a Konoha, así que, ese día sería solamente de ellos dos. O eso era lo que ellos pensaban…


-¿Alguien ha visto a Sakura?—preguntaba Tsunade levantando su vista de los documentos que desde hacía más de tres horas había estado leyendo.

-No desde anoche—respondió Shizune con tranquilidad—No ha de tardar—añadió.

-Eso espero, necesito su ayuda en el hospital—decía suspirando. Escuchó unos golpes en la puerta y Kakashi entró tranquilamente--¿Qué pasa?--.

-Naruto no aparece—dijo como si nada. Ambas mujeres se miraron unos segundos antes de sonrojarse y toser convulsivamente--¿Sucede algo?—preguntó el maestro desconcertado.

-No, nada—respondió la rubia abochornada--¿Me pregunto dónde estarán?—dijo con picardía mientras volvía a leer.

-¿Eh?—fue todo lo que dijo el peliblanco totalmente confundido.


-Pequeña, creo que ya hemos estado acostados mucho tiempo—decía acariciando su cabello. Era cierto, pasaban de las once y ellos seguían igual—Deberíamos bañarnos—añadió mordiendo levemente su oído, provocándole escalofríos a la chica.

-Tentador—dijo mirándolo y rodeando su cuello con sus brazos.

-Entonces, vamos—respondió mientras la cargaba nupcialmente sin ningún reparo, sintiendo su tersa piel contra la suya y así, sin prenda alguna, entró al baño con su preciada carga en sus brazos. Apenas se separó de ella para abrir la regadera y sentir la cálida agua mojar su cuerpo y soltar un translúcido vapor que inundo la habitación. Se giró hacia ella, pero al verla sintió nuevamente su corazón paralizarse y después golpear fuertemente su pecho. Estaba recargada contra la pared, en una pose muy seductora y sus ojos verdes lo miraban cargados de deseo. Se acercó a ella hasta apresarla por completo, estirando sus brazos hasta que sus manos chocaron contra el blanco mosaico y mantenerla a ella en medio de estas.

-¿No nos íbamos a bañar?—preguntó ella acercándose.

-Sí, pero, no hay tanta prisa—respondió volviendo a besarla. Ella sonrió entre el beso antes de abrir su boca con ímpetu y sentir la lengua del rubio abrirse paso en la cavidad. Sintió las manos de él descender por su cuerpo hasta sujetar firmemente su trasero y en un hábil movimiento, levantarla para que así, rodeara su cadera con sus piernas y hacer presión para que no se deslizara por la húmeda pared. Su erecto miembro rozaba continuamente la intimidad de la chica, haciéndolos jadear continuamente. Dejo sus labios un momento, obteniendo un gruñido por parte de ella, más fue silenciada al instante al sentir como la penetraba rápidamente, casi deslizándola por la superficie resbaladiza de la pared. Soltó un jadeo y se aferró con más fuerza a él.

-Na…-mmm-Naruto—gemía mientras comenzaba a sentir las embestidas del kitsune.

-Sakura…--respondió él completamente cegado por la pasión del momento. Sus manos que antes estaban el trasero de la joven subieron hasta rodearla por la espalda para así sostenerla mejor. Dio unas cuantas embestidas más antes de que todo se viera borroso, que el cielo y las estrellas los abrazaran al mismo tiempo hasta hacerlos gritar del placer sentido. Se quedaron así, unidos, abrazados, agitados pero complacidos totalmente. Ambas miradas de cruzaron en un mágico momento antes de que sus labios volvieran a unirse en un cálido y suave beso.

Las gotas tibias del agua los cubrieron borrando toda señal del acto realizado, más jamás eliminaría aquel sentimiento que ya estaba clavado en ambos. Al separarse se miraron y sonrieron separándose para bañarse. Claro está, ayudándose mutuamente.


-Yamato-taicho—decía Sai mirando al hombre que se encontraba la lado del peliblanco sensei de sus compañeros--¿No cree que ya se demoraron demasiado?—preguntó preocupado.

-Llegarán—gruñó con los brazos cruzados mirando a ningún punto fijo del campo. Por ningún lado obtenían señales de ese par--¿Estás seguro que llegaron a salvo anoche?--.

-Eso creo, aunque Sakura se veía algo, rara—respondió burlón—Al parecer se le pasaron las copas.

-Tal vez sea la resaca—murmuró Kakashi.

-¿Y Naruto…?—preguntó Yamato.

-¿La estará cuidando?—cuestionó Sai levantando los hombros. Ambos hombres se miraron como uniendo los puntos en su cabeza, más por el contrario que la Godaime, sin llegar a una respuesta aparente.


-¿Ya estás lista?—preguntó viéndola ponerse su ropa de la noche anterior—Creo que te acompañaré a tu casa, por que esas ropas no son para andar como si nada por la aldea—añadió frunciendo el ceño—Sin contar que, ¿qué pensarían?—bufó.

-Bien, entonces hay que irnos yendo por que presiento que nos han de estar buscando—decía mientras terminaba de anudarse el corsé.

-¿Crees que tu madre diga algo?—cuestionó preocupado.

-Espero que no—respondió mordiéndose un poco su labio.


La puerta se abrió lentamente y unos cabellos rosados se asomaron por el hueco, seguidos de un rostro preocupado. Lentamente la chica fue entrando a su casa, buscando con la mirada a su madre. Temía por la regañiza que le metería por no haber llegado en la noche. Escuchó un ruido en la sala y tragó saliva. Tenía que afrontarlo. La vio levantarse del sillón y posar su mirada sobre la de ella.

-Madre, yo—comenzaba a excusarse, más la mujer la interrumpió.

-Oh, llegaste más temprano de lo pensado—dijo sonriendo—Creí que te quedarías hasta tarde.

-¿Cómo…?—preguntó anonadada—Yo, no…

-Bueno, ¿cómo estuvo la fiesta?—preguntó con la sonrisa aún en su rostro.

-Bien—dijo sin entender—Naruto jamás se lo esperó.

-Me alegra—respondió asomándose por la ventana y viendo al chico afuera--¿Por qué no le dices que pase?—preguntó mirándola.

-Eh, sí—murmuró abriendo la puerta y pidiéndole que pasara, a lo que él comenzó a sudar frío.

-Buenas tardes, Naruto—decía comenzando a servir agua en vasos—Felicidades, espero que te hayas divertido ayer—decía dándole el vaso, a lo que el chico asintió tragando saliva. Sakura miró a su madre sin entender y se arriesgó.

-Mamá, ¿no estás molesta?—preguntó sentándose en la mesa.

-No, ¿por qué debería de estarlo?—respondió volteando a verla.

-Pero si… ayer no vine a dormir—dijo sorprendida por el cambio de su madre.

-Sí—decía la mujer como si nada—Te quedaste en la casa de Ino, ¿cierto?—preguntó carismáticamente—Hablé e Ino me dijo que estabas allí, pero que ya estabas dormida, vaya memoria hija, ¿estuvo tan mal la resaca?—gruñó ahora sí molesta.

-Este, no, solamente como no te avisé…--decía sudando y a la vez agradeciendo a su amiga.

-Oh, no te preocupes, de todos modos confío plenamente en ti y en Naruto para que te cuide—respondió mirándolos a ambos. Ellos sonrieron tranquilamente ante la respuesta. Al parecer la suerte se puso de su parte esta vez. Recordatorio mental: agradecerle a la Yamanaka por el gran favor realizado.


Y desde ese día, lentamente fueron pasando los meses y su relación iba mejorando día con día. Si, de vez en cuando estaban las peleas, confusiones y choques de carácter, pero siempre terminaban arreglándose de una u otra manera. Las misiones eran otro contratiempo, ya que ahora que ambos habían alcanzado el grado jounnin, estaban mucho más ocupados. Uno en misiones y la otra metida en el hospital. Incluso habían semanas enteras que ni se veían, o si lo hacían cuando mucho se saludaban y hasta ahí. El tiempo no estaba de su lado. Pero cuando eso se acababa, no había fuerza sobre la tierra que pudiese separarlos. En todo el sentido de la palabra. Y así eran sus días de pareja, hasta que un día, la fecha esperada llegó.

La joven pelirosa se encontraba sentada en su escritorio, acomodando unos cuantos papeles que debían de ser entregados a la Godaime a más tardar ese día en la tarde. Continuamente hacía muecas de molestia pues nadie parecía importarle la fecha de ese día más que a ella. Miró por undécima vez su reloj y maldijo en su interior a la vez que ponía un clip en unas diez páginas y las echaba en la pila. Estiró su brazo para tomar otras hojas y seguir con su trabajo. Debía de terminar lo antes posible para irse a arreglar a su casa y terminar todo lo planeado. Hizo un gesto de frustración mientras leía lo que en las hojas decía. Tan concentrada estaba que no escuchó como la puerta se abría tras su espalda.

-Sakura, creí que ya habrías terminado—dijo la mujer rubia que tenía como jefa. Se mordió el labio inferior y se giró en la silla para verla.

-Perdón Tsunade-samma, ya casi termino—se disculpó con unas hojas en la mano.

-Déjalo allí—ordenó con severidad y la chica se asustó por su tono de voz.

-¿Por qué?—gimió.

-Si más lo recuerdo, hoy es un día especial, ¿no?—preguntó con picardía guiñándole un ojo. Ella asintió sonrojada.

-¿Cómo es que usted…?--.

-Sakura, en este hospital es muy raro el secreto que perdura, además, Dios, soy tu maestra, te conozco y al igual que tú, llevo la cuenta de las fechas importantes—explicaba cruzándose de brazos. La joven la miró anonadada--¿Y qué estás esperando? Sal de aquí y sorpréndelo—y después de decir eso, se fue de allí. Sakura se puso de pie con una amplia sonrisa, se quitó la bata, la colgó en el perchero y salió de allí a toda velocidad. Volvió a mirar el reloj y apresuró el paso. Tenía tres horas para terminar todo.


Un joven rubio andaba cansadamente por las calles oscuras de la villa. Estaba exhausto, había sido un día de completas prácticas con los pequeños niños que en poco tiempo pasarían el examen para volverse ninjas y posiblemente algún grupo sería entrado a su custodia. Ahogó un bostezo y levantó la mirada para enfocarse en la Luna llena que poco a poco aparecía en el manto nocturno. Tristemente regresó la mirada al frente, sabiendo que ya no tenía excusas para su kunoichi. Posiblemente se hallaría muy triste por ni siquiera haberle hablado ese día. Frunció el ceño y comenzó a subir las escaleras que llevaban a su departamento. Arrastrando los pies caminó por el desolado pasillo, sacó la lleve de su pantalón azul y la metió en la cerradura. Sorpresivamente no estaba puesto el seguro y aquello le alertó. Abrió la puerta con el mayor silencio posible y miró dentro del departamento, que aún se hallaba a oscuras. Cerró la puerta con cautela y se acercó a la pared para encender la luz. Nada. No había nadie dentro, o eso pensaba hasta entonces.

Ya más tranquilo se quitó el chaleco y el protector y se dirigió a su cuarto para ducharse. En cuanto pasó de la sala a la su habitación un dulce aroma a flores le golpeó en la nariz, mareándolo y confundiéndolo por unos segundos. Sacudió su cabeza y notó una vela aromática de color rosa al lado de su cama y recargada en ella, una carta. Abrió los ojos y se acercó para abrirla.

Te espero en el mirador

Sakura

Sólo fue una frase y ya estaba temblando de ansiedad. Guardó nuevamente la carta en el sobre y se metió como bólido a la ducha. A pesar de toda su naciente necesidad, no odia permitirse ir junto a su chica todo sucio. Sonrió mientras se quitaba rápidamente la ropa. ¿Qué habría planeado la pícara de su Sakura?


Miraba con deleite la aldea que apenas y era iluminada por las tenues luces que las casas brindaban; el suave viento mecía los árboles, su cabello suelto y la tela de su vestido. Tomó un poco de aire mientras sonreía cada vez más, sintiendo que su amado kitsune en poco tiempo estaría a su lado. Levantó la mirada, observando las estrellas resplandecer hermosamente en el cielo nocturno. A pesar de estar concentrada en su observación astral, pudo distinguir los pasos que se acercaban a ella; puso un poco de más atención y sonrió cuando unos conocidos brazos la rodearon por la cintura.

-¿Qué hace tan sola a estas horas de la noche, señorita?—preguntó él sensualmente a su oído.

-Espero a alguien—respondió derritiéndose en aquellos fuertes brazos.

-Al parecer ya se ha retrasado—murmuraba estrechándola contra su figura.

-No lo creo—dijo ella girándose para quedar de frente y verse reflejada en ese par de lagunas azules—Siempre llega a tiempo—agregó dándole un rápido beso en los labios.

-No siempre, querida—admitió el rubio al separarse—Sólo a las cosas verdaderamente importantes.

-Qué alivio—dijo ella recargándose en su pecho.

-Oye, Sakura, ¿por qué me citaste aquí?—preguntó el chico sin querer soltarla.

-¿Sabes que día es hoy, cierto?—cuestionó con una amenazante mirada. El rubio tragó saliva.

-Eh, Jueves…--murmuró para sí mismo.

-Naruto…--gruñía separándose de él y retroceder--¿No sabes que fecha es hoy?—añadía temblando de pies a cabeza. Tenía la mirada gacha, por lo que no vio la cara que ponía el chico ante su claro rechazo. Él intentó acercarse, ella retrocedía—¿De verdad no tienes ni la más mínima idea de qué celebramos?—gemía ahogando un sollozo. Él se quedó callado--¡Maldita sea, hoy es…!—cayó al ser al fin apresada por sus fuertes brazos.

-Nuestro aniversario, pequeña—continuó él sonriendo brevemente al sentirse realmente mal por haberse pasado con aquella bromita. Jamás se le olvidaría esa fecha, primera se le olvidaba su cumpleaños y todo lo demás—Perdón—se disculpó mientras la tomaba de la barbilla y ver cristalinas lágrimas surcar su rostro—Perdóname linda--.

-Eres un idiota—le regañó apretando los párpados para no llorar más—No sabes lo mal que me sentí al saber que te habías olvidado de nuestro aniversario--.

-Lo siento, de verdad—intentaba calmarla—Discúlpame bebé, te lo ruego--.

-Te perdono—decía ella sonriendo, secándose con su mano las últimas lágrimas—Sólo por que hoy es nuestro día—Él sonrió y la atrajo más hacia sí para murmurarle unas cuantas cosas al oído.

-Dirás nuestra noche, por que no pienso dejarte ir de mi lado hasta entrada la mañana—amenazaba provocativamente.

-Hm, me alegra haber cancelado todos mis planes—decía rodeándolo por el cuello con sus blancos brazos.

-Por cierto, nena, traigo algo para ti—dijo separándose lo suficiente como para sacar algo de su bolsillo del pantalón. Una pequeña caja negra de terciopelo. Al verla, a Sakura se le cayó el alma a los pies y palideció momentáneamente. ¿Acaso…?

-Na…Na…Naruto—gemía temblando. ÉL al ver su reacción no pudo más que reír.

-Ábrelo—pidió entregándole la caja, a pesar de ver como temblaba. La tomó con cuidado y la abrió, llevándose la sorpresa de que efectivamente, era un anillo. Se mareó y a sus mejillas acudió una buena cantidad de sangre.

-¡Oh Dios!—exclamó apenas sosteniéndose en pie. Él la sujetó para no caer.

-Hey, tranquila, no es lo que tú piensas—le aclaraba sonriendo—Al menos no de momento—agregó pícaramente.

-¿Cómo?—preguntó confusa.

-Este es un regalo por nuestro aniversario—decía travieso—Creo que aún somos algo jóvenes para casarnos, aunque, si tú quieres…

-Bien, entonces este anillo simboliza nuestro primer año juntos—dijo la chica sacándolo de la caja y verlo—Está hermoso—añadía mientras se lo probaba—Gracias, Naruto.

-No hay de qué, sabes que por ti doy todo—contestaba acercándose lo suficiente como para rozar sus labios.

-Te amo—dijo ella completando la unión de ambas bocas. Lo besó sin ningún reparo o restricción. Lo amaba tanto que jamás le importaría otra cosa que no fuera él. Su corazón nuevamente había encontrado a alguien a quien amar de verdad, y ser correspondida con la misma intensidad. Pero, ¿quién diría que sería él? Sonrió entre el beso al recordar una frase que más de una vez surcó su mente…

Él era un pecado, uno que ella estaba gustosa a cometer

Y qué más daba si en el infierno ardía

Pues jamás se arrepentiría

De haberse vuelto una pecadora por él

FIN


Ahí está. Terminé al fin este fic del cual sinceramente me enamoré. Pero como ustedes me conocen bien, jamás me puedo estar quiera al terminar una historia, por lo cual hago anuncio de un nuevo fic que se publicará a mediados de Julio. (The Beauty and the Beast) Basado en la película/canción. Claro, modificado por esta autora para que no sea exactamente igual. Jojojo, estén pendientes, pues capaz de que se me ocurren más ideas. ¡Ah! Por cierto, dense una vuelta por "Infierno" un One-Shot que escribí hace poco y que posiblemente continúe en poco tiempo. Esos son todos los anuncios.

-

Rie Uzumaki Haruno…Sunako Hatake…Rilka…penny mousy…Miss Rotten

Aniwitch…o…Dairen Ryuu…-Mauret-…Nakasu Malakiel …Silvemy89

Sharingan-s…Muren…Sakurass…colette hatake…AnNa LiZbEtHe

Camilagato…Jnaru…jesybert…Haruhi-Haruno…Saku Hyuuga Ishtar

SuiGol…dannya6…Fairon…paiia…xiio-…Kraden-Uzumaki…kTa

Shari…Jany-uchiha…mai-evans…Natsumi-chan

¡Gracias, sin ustedes el fic no hubiera llegado tan lejos!

-

Atte: TanInu

-

(((((REVIEWS)))))


Iniciado: 22 de Diciembre 2007

Terminado: 24 de Junio del 2008