Author's Notes: No saben cuánto disfrute escribiendo y editando este escrito, en todas sus facetas, tanto en lo cómico ―mis perdones por cambiarles la trama― y en lo serio. Agradezco cada uno de los reviews que me mandaron, la paciencia que me han tenido y sobre todo las ansias que tienen aún de leer este Fic que ha pasado por muchas etapas y me han acompañado, y ahora ustedes tienen mi regalo. Es un placer entregarles el último capítulo de Hebi no Entiende, al cual le he dado todo el empeño posible y lo he terminado de una manera maravillosa a mi gusto, "Vida", espero que no olviden tan rápido mi escrito, y tampoco me olviden a mí, no los molesto más y les dejo con el final, gracias a ustedes que me han acompañado en todas, sobre todo a aquellas personas que no me dejaron pese a cambiar la trama, no saben cuánto cariño les tengo.

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Hebi no Entiende
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Por: Gaa
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Capítulo XII: Vida

Cuando el lado contrario de la cama se hundió, Sasuke supo que tenía que virar su vista. El silencio no se hizo de esperar pero al poco tiempo se escuchó una profunda respiración acompasada, y allí supo que Sakura se había dormido. Se sentó en la cama tranquilo y posó sus profundos orbes negros en la chica que parecía caer rendida ante Morfeo sin denotar que se había acercado un poco a él, dejó escapar el aire intranquilo, él no debería estar allí, ni menos arrancando de Madara. Cuando quiso levantarse de la cama para dejar descansar a la chica el sonido de la puerta lo distrajo un momento, esperando que a la persona que osara a abrirla sin tapujos ni orden de él, pero no le sorprendió ver al rubio con una mueca de seriedad, más cuando lo vio allí postrado al lado de Sakura, en una posición que para él no era sana quiso estallar.

―¡Te--¡

―No malpienses, dobe ―masculló bajo Sasuke mientras se levantaba con ciertos aires de dificultad, caminó hasta la silla que hace poco ocupaba la chica y se sentó tratando de regularizar aquellas punzadas de dolor, cómo odiaba cuando se desgastaba.

―Tch, no es mi culpa, ¿qué harás ahora? ―Naruto se acercó a su amigo y se sentó en el piso esperando órdenes, aunque no le gustara sabía que Sasuke tenía ideado un eficiente plan el cual a nadie le hubiese parecido errático.

―Afuera está Hebi… ahora no me sirven mucho por lo cual los dejaremos aquí cuidado a Sakura. Tú y yo iremos a por Madara. Podría ser nuestra última batalla ―las palabras del menor de los Uchiha no dejaban muestras de consuelo, ni mucho menos de "Nos irá bien, dobe, después de todo somos fuertes". El rubio observó cómo su amigo mantenía aquella pose pensativa, sus manos entrelazadas sobre su mentón ocultando en gran medida sus facciones, pero aquellos ojos no lo engañaban, él estaba decidió además de que tenía una voraz mirada que le impedía echarse para atrás, además… aquello…

―Este es mi camino ninja ―sin dudas cualquier tipo de dudas de ambos fue suprimido por aquella frase tan trillada de Naruto y ambos sonrieron con gran sorna ―. Después de todo, nadie es más fuerte que mí, teme.

El poseedor del sharingan se levantó no sin antes hacer una última mueca de dolor, observó de perfil por unos momentos a Sakura, ella había agotado toda su reserva de chakra para poder salvarlo a él, más bien dicho, para poder sanarlo y no la iba a dejar mal parada. Con una imagen en mente de aquella persona que le había jodido la vida por años salió de la habitación seguido del Kitsune; a las afueras Hebi esperaba una orden de su líder, quien parecía ya restablecido de todas sus heridas.

―Karin, dame la pastilla ―la chica de lentes caminó con una pequeña pastilla proteínica que serviría para sanar sus células dañadas, y otra que Sasuke presumió para el dolor, y no se equivocó.

―Ahora qué, Sasuke-sama ―esta vez era Juugo quien cuestionaba las decisiones de su líder. El cabecilla guardó silencio por unos instantes y comenzó a alistar sus cosas ante la fiera mirada del rubio.

―¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? ―aún no lo sabía, y debía estimar las horas promedio antes del anochecer, pero tras mirar por la ventana evitó un gemido de insatisfacción, el atardeces caída y al parecer por las pequeñas explosiones que divisaba, Akatsuki había tomado la delantera.

―Cuatro horas ―mucho tiempo para aquella persona que estaba pendiente de la libertad de toda una nación. Observó de reojo a Naruto y exhaló el aire que aún poseía en sus pulmones.

―Karin, te quedarás a cuidar a Sakura, si despierta e insiste en ir a buscarnos la noqueas, con la fuerza que tiene no será capaz de dar mucha lucha. En ese intertanto que estás aquí cubrirás nuestro chakra lo más que puedas, cuando te agotes o no puedas nos das una señal para ocultarnos nosotros.

Suigetsu y Juugo irán a ayudar en todo lo necesario para que Akatsuki no avances. Tú ―masculló Sasuke mirando al chico sonriente ― ten cuidado con Kisame y elimínalo si es posible. Juugo hazte cargo de Zetsu, den lo mejor de sí no quiero bajas, yo sé que ustedes pueden. ¡Sepárense!

Tras lo dicho, solamente la chica de lentes quedó en la instancia concentrándose en su trabajo y prestando atención en la puerta. Tenía que dar lo mejor de sí para que Sasuke la notara y no se podía quejar de su tarea.

Juugo estaba incómodo, si bien Sasuke le había colocado un sello para reprimir que matase a cualquier persona que el moreno no le dijera, no se sentía seguro de aquello, así que lo haría lo más rápido posible para poder irse con él y ayudarle aunque sea como espectador.

―Tranquilízate chico, Sasuke no te hubiera mandado solo si no confiara en el sello ―murmuró el chico. Cuando vieron un pequeño claro se sorprendieron al ver que tenían a un grupo de shinobis chuunin acorralados y el más extrovertido sonrío ―. ¡Hora de masacrar! ―con una fuerte explosión a base de agua Suigetsu alejó a sus contrincantes con una socarrona sonrisa ―, o les tengo malas, pero Sasuke quiere que los matemos, ¿una lástima no?

Sed de sangre.

Por otra parte el desertor de Konoha y el poseedor del Kyuubi avanzaban a una velocidad media, cosa que al último le molestaba como nunca, y mucho más al estar tras el moreno quien sabía perfectamente dónde ir.

―¡¿No podemos ir más rápido Sasuke-baka?! ―cuestionó mordaz el menor y sumamente inquieto.

―Hn, si pudiera lo haría, dobe ―pero aquello no fue suficientemente alto para que su acompañante lo escuchara, sin más aceleró poniendo en riesgo las heridas que aún no cicatrizaban o sanaban correctamente ―. Nos queda poco ―pronunció el mayor mientras que a lo lejos se podía ver el barrio prohibido, el barrio Uchiha.

El centro de Konoha ya no era tan reconocible, el profundo agujero que ocasionó la batalla daban cuenta de las cuantiosas pérdidas que tendrían que reparar, tras estar desde la madrugada hasta el inicio de la noche, tarde o temprano la ayuda de Shinobis apoyando a Konoha o a Akatsuki se movilizaban. Ninjas de la Aldea de la Cascada prestaban sus servicios lo más rápido posible, mientras que el Tsuchikage ya había aparecido en una actitud completamente desmedida, atacando a diestra y siniestra cualquier ninja que tuviera las dichosas capas o se fuera en contra de ninjas de Konoha. Muy rápido se esparció la noticia de la caída del Godaime Hokage en la villa, algunos eufóricos llegaban a reponer y sobrepasar con creces sus límites debido a la ira que corría sus venas; Konoha se había vuelto a quedar sin líder en una batalla, pero eso no se quedaría así.

Volviendo a lo lejano, ambos shinobis amigos habían ingresado por la parte del Bosque al codicioso barrio, mientras que sus sentidos estaban a lo máximo. Sasuke sintió como Karin le daba la señal de agotamiento de chakra por su lado y sin miramientos le dijo a Naruto que ocultara su chakra. Silenciosos como solían serlo en misiones caminaron hasta la casa central que tantos jodidos recuerdos le traía al portador del tan renombrado apellido. Uzumaki se quedó callado por instantes antes de ver por las ventanas al odioso hombre de la máscara quien comenzaba a chillar de emoción diciendo que iría a jugar con un lindo Kitsune y con su bisnieto, aquello sorprendió al susodicho, más no lo demostró. Pero Sasuke tuvo una reacción distinta, y no porque el mayor estuviese allí, sino por todos las memorias que lo volvían débil, y decidió después de diez años enterrarlos para volver a comenzar.

―Shinra Tensei* ―sin dudas Sasuke se había llevado más que el Fuumetsu de Pain. La explosión alertó a Naruto, pero su compañero permanecía impertérrito a cualquier otra cosa. Cuando el polvo se disipó pudo observar como toda la casa central del barrio quedó sin rastro alguno, era un simple terreno baldío; ahora que recordaba, no tenía por qué sorprenderse que él hiciera eso, él ya lo hubiese hecho hace mucho tiempo así que no tenía por qué sentirse triste, es más, una sonrisa devastadoramente feliz cubrió su rostro mientras pasaba sus manos en la nuca, cruzaba su pie con el otro talón y esperaba a que el otro apareciera.

―¡Joo Sasu-chan a destruido la hermosa casa que construí! ―como le tocaba las bolas aquel tipo.

―Déjate de idioteces Madara. Si hay algo que me emputece es que te creas la guinda de la torta ―detrás de toda aquella fluorescente máscara el Uchiha sonrió, disfrutaría apoderarse de él, de su vida, de sus amigos, disfrutaría apoderarse de su cuerpo, destruir todo lo que alguna vez fue de él para hacerlo suyo, disfrutaría ser Uchiha Sasuke.

―Que malo eres, Sasu-chan ―pero aquellas palabras no fueron dichas con gracias, sino que sacándose la máscara develando su escalofriante parecido con él, Naruto no pudo reprimir abrir su quijada hasta mirarlos a ambos.

―Esto es espantoso ―bisbisó con algo de miedo ―. ¡Hasta parece que te han clonado Sasuke-teme! ―la estruendosa sonrisa de Naruto, socarrona y llamativa, molestaron al mayor y el otro sonrió de manera cruel.

―¿Escuchaste, clon? ―Dios sabía cómo le gustaba eso.

La tierra volvió a remecerse, Suigetsu estaba agitado y sus defensas parecían decaer por momentos, Hoshigaki Kisame tenía una cantidad de chakra colosal, y él le arrebataría un poco con su último jutsu.

―¿Qué sucede mocoso?, ¿cansado?, ¿no quieres a Samehada? ―¡Oh sí!, aquella bendita espada. Agitado y por más decir que herido formó los últimos sellos.

―¡Despídete de ella, hombre azul! ―de manera sorpresiva, el verdadero Suigetsu apareció atrás desapareciendo su Bushin y murmurando unas palabras mientras tocaba por instantes el cuerpo antes de que todo se desvaneciera.

―¡Suigetsu!

Sasuke levantó su vista por unos momentos, sentía el olor a muerte de manera constante y llamativa. Dejó de pensar estupideces y volvió a mirar al producto de todo su dolor de cabeza mientras que su rubio amigo le sonreía de lado.

―Es hora.

Un ciclópea explosión alertó a toda Konoha para luego remecerla con aún más fuerza que la anterior, todos se fijaron ―los que vivían y conocían la villa― que la dirección de la explosión no era nada más ni nada menos que el Barrio Uchiha. Un poderoso chakra logró que temblaran, ¡era colosal y maligno!, sin miramientos una nueva detonación se escuchó y percibió a lo lejos. Dos chakras más pequeños pero fuertes le hacían competencia y pronto llamas envolvían aquel lugar, poderosas llamas negras y nocivas pero sin dudas atrayentes. Todos dejaron de hacer lo que hacían para apreciar aquel espectáculo que sin dudas los tenía perplejos, los ANBU aprovecharon el desconcierto y volvieron a masacras y rodar cabezas.

―¡¡Sasuke-teme!! ―había perdido a su compañero de lucha en la última explosión, más Madara no le daba tregua, aprovechando el despiste del rubio lo comenzó a atacar casi con ira, gritando que su poder no tenía comparación, su belleza no tenía alcance, y que él llanamente se apoderaría de todo el mundo.

―¡Usurantonkachi atento! ―masculló de nueva cuenta el pelinegro mientras lo lanzaba la esquina contraria y contrarrestaba el fuerte golpe con Kusanagi quien terminó rota al igual que su dedo anular. No tuvo tiempo de quejas cuando de nueva cuenta Madara volvía a provocar una explosión para separarlos, más no era idiota.

―Sunshin no jutsu ―concentrado a más no poder llegó hasta Naruto a un lugar alejado, colocando trampas en el camino para que le dieran tiempo. Cuando recuperó un poco su aire la primera explosión detono y supo que Madara estaría allí en menos de un minuto.

―¡Dobe! ―removió al rubio hasta que logró hacerlo reaccionar.

―No tenías porque salvarme, otra vez ―no pudo reprimir la nostalgia, pero no estaban en el momento ni lugar apropiado.

―Luego hablamos de eso, ¿confías en mí? ―murmuró decidido, si seguían así morirían en menos de cinco segundos más, ambos no tenían todavía la fuerza suficiente como para afrontarlo y era hora de que Sasuke sacara su arma secreta.

―Pues claro dattebayo.

―Al punto de entregarme tu vida en mis manos ―Okey, eso no se lo esperaba. Naruto lo observó unos momentos y de nueva cuenta otra explosión aún más cerca les decía que no tenían tiempo. Naruto trago seco y miró los orbes de su amigo, su hermano, su compañero, su rival. Escucharon la desquiciada risa de Madara.

―No tengo mucho tiempo si te fijas, Dobe ―estaba nervioso, Kyuubi lo apoyaba, ¿pero Naruto?, podía ser un idiota descorazonado, pero no tan desgraciado para matar a su amigo/rival sin su consentimiento.

―¡Sasu-chan, Naru-chan ya los vi! ―sólo le quedaban segundos y el rubio no respondía.

―Olví--―

―Claro teme, no tienes por qué preguntarlo. Además si muero, te llevaré conmigo ―esa sonrisa… él también sonrió, llenó de prepotencia y seguridad.

―Vamos ―ambos se pararon de sus posiciones, Naruto delante de Sasuke sabiendo lo que hacía.

Estás seguro muchacho, en verdad tienes muchas posibilidades de morir, y yo también ―incluso Kyuubi.

No seas miedica, además… es el teme de Sasuke, con él iría con los ojos cerrados ―una amistad superior a los lazos.

―¿Qué harán? ―Madara sonreía socarrón, más cuando Sasuke le devolvió la sonrisa lo extraño, ¿qué demonios le sucedía al mocoso?

―Kitsune no Jutsu, Kyuubi no Youko* ―cuando el Uchiha vocalizó aquellas frases, seguido de sellos de eras pasadas, Madara no supo qué pensar. Su sharingan giraba descontrolado analizando aquella técnica, pero al parecer la antigüedad de esta, sumando con el hecho que parecían sellos de Bijuu no ayudaba para nada. Pronto el cuerpo de Naruto comenzó a mutar cuando Sasuke lo tocó, sus uñas crecieron y las venas de cada parte se hicieron presentes, el nocivo chakra del Kyuubi comenzó a hacer aparición, mientras que las robes expresivas del chico pasaban a ser rasgadas y teñidas de escarlata producto del Bijuu más poderoso. El cabello del rubio también creció unos tantos, dándole un toque más peligroso y la sonrisa diabólica que formaron sus labios dieron a entender que la operación ya estaba completa; pero algo fuera de lo habitual sucedió, el cuerpo de Uzumaki Naruto cayó hacia atrás dejando al Kyuubi lejos de aquel cuerpo, el Zorro había sido liberado del sello de una u otra manera. Sasuke en un movimiento rápido aseguró el cuerpo con sus pergaminos, haciéndolo desaparecer.

He esperado esto mucho tiempo ―una macabra carcajada escapó de sus labios, mientras que Madara sonrió casi con melancolía.

―¿Qué haces?, acabas de darme al Kyuubi para poder asesinar a todo el mundo ―más la prepotente sonrisa de Sasuke le llegó casi como una daga, en sus orbes había otro tipo de Sharingan, muy parecido a su Fuumetsu, pero este escarlata con tomoes unidos se parecía más al Rin'negan que a nada. La pupila de Sasuke se perdió.

Contigo ni a la esquina iría, Uchiha Madara ―la profunda y distante voz del Kyuubi le llegó, caminó hasta Sasuke y lo rodeó casi con aires protectores, mas la emanación de energía que tenía era peligrosa para el menor, que lo dejó pasar con tal de terminar esto de una y otra manera.

―¿Qué harás?, ambos llegamos al último nivel del sharingan, pero tú eres más débil que yo ―analizó el poseedor de los cien años.

―Pero tengo a Kyuubi ―Sasuke en una acción completamente incomprensible colocó su mano en la espalda del chico que se asemejaba a su amigo ―. Probaré con algo simple, Katon: Gōkakyū no jutsu ―pero él no fue quien hizo aquella devastadora llama.

Cuando en los cielos de Konoha la figura del Zorro de nueve colas se formó en una colosal llamarada, todos temblaron de pavor. Aquella figura que sin dudas era el Kitsune sonrió y carcajeo al antojo de todos y atacó el punto en el cual estaban, muchos quisieron salir corriendo. Akatsuki ―de una u otra manera― comenzó a retirarse ya que suponían que su líder había capturado al Jinchuuriki, pero que gran error tenían.

Pronto la guerra inesperada terminó, los invasores se alejaban ya que tenían órdenes de que cuando el Kyuubi saliera ―en un acto de completa arrogancia―, se marcharían para dejar a su líder actuar; pero los shinobis de Konoha no estaban nada felices, atemorizados y otros coléricos se dirigieron al centro del caos no pudiendo avanzar más debido al corta fuegos que tenía la zona, pero claramente el chakra sediento de sangre era del Kyuubi y de nadie más.

―¡Naruto! ―la voz de Shikamaru, quien aún seguía con vida, resonó por los alrededores cuando una segunda explosión sobrevino, ahora era agua la que se alzaba con la imperiosa figura del Bijuu, esta parecía socarrona y casi feliz de poder estar afuera.

Por fin puedo respirar aire puro ―otra estruendosa carcajada y aquellas palabras que la escucharon todos. EL Bijuu había sido liberado.

―No me detendrás con eso ―debido a su máxima velocidad había podido esquivar los ataques que le mandaban, más aquellas bestiales masas de chakra eran peligrosas incluso a distancias, logrando así que parte de su ropa y parte de su brazo estuvieran comprometidos.

―Lo sé, pero no cansaré hasta hacerlo.

Rasengan ―la bola de chakra que había aprendido Naruto se formó en la mano del Kyuubi, Sasuke, por otro lado, controlaba que el sello evitara de romperse y algunas veces ayudaba con las técnicas, pero en aquellas que no conocía dejaba que la bestia se hiciera cargo. Cuando la explosión se realizo, dejando un radio de quince metros en total destrucción Sasuke supo que no podría resistir mucho.

―Kitsune ―el aludido se dio vuelta cuando supo que había llegado la hora. Llevaban más de media hora luchando en aquel barrio, sembrando el caos en las afueras.

Tsk, maldito Uchiha ―no volvió a decir nada más. El menor volvió a colocar la mano en la espalda, pero esta vez la traspasó en un acto completamente distante. La pupila de Sasuke trabajaba duramente para poder sacar su máxima técnica con el escaso chakra que tenía, incluso sí aquello conllevaba a su muerte.

―Susanō.

Cuando por todas partes de la destruida villa vio cómo se alzaba una especie de marioneta o cuerpo con macabra sonrisa, supieron que incluso la vida de todo el mundo corría peligro, aquel chakra ínfimo comparado con los otros dos estaba desarrollando un Jutsu que nunca antes alguien había visto, la esquizofrénica carcajada que mando el Kyuubi cuando se apoderó de aquella técnica los dejó perplejos, las flamas ya no parecían negras y atrayentes, sino que escarlatas y sangrantes, como respuesta del otro individuo pareció enviar un colosal Ninjutsu que casi destroza aquella figura de no ser por una extraña fuerza que repelió el ataque y lo mando a otro costado. Estuvieron así por un tiempo cuando el otro chakra menos comenzó a desgastarse.

El poder del Madara sumergió aquel parte del territorio, mientras que el endemoniado zorro argumentaba que era demasiado débil y estaba avergonzado de haber caído ante él, pero las cosas no se quedaron así. Un Jutsu más maléfico que el anterior se alzó destruyendo todo lo que estaba su alcance, por unos momentos vieron como la técnica se debilitaba, más no sucedió debido a que el Bijuu dejó salir su chakra de forma impulsiva y repelió aquel ataque protegiendo quizás que cosa. Lo escucharon a lo lejos mascullar. Las personas que veían a lo lejos aquello no hacían más que orar para seguir con vida, sea quien fuese el ganador esperaba que se fuera por donde vino, o que de igual forma terminara muerto para no tener que afrontar aquel monumental poder. En el centro de Konohagakure los ninjas estaba reunidos mientras que otros pocos hacían las rondas y contabilizaban los daños, más todos sus sentidos estaban puestos en la campal batalla que se cernía a pasos de allí.

―Moriremos ―en una esquina siendo atendido, Kiba murmuraba aquello mientras un agonizante Akamaru gemía pidiendo una silenciosa Eutanasia ―. Moriremos juntos Akamaru ―el ninja le sonrió mientras acariciaba su largo pelaje, más esperaban tranquilos a la muerte mientras observaban los destrozos, explosiones y la tierra poco a poco sucumbía ante aquella muestra de poder ―, por lo menos no moriremos solos ―murmuró aún más nostálgico.

Cuando un tronador sonido produjo el cielo, cayó sobre un punto y luego seguidas explosiones se avecinaron y que aquel monstruoso ser se movió lanzando poderosos y fuertes risas se vieron en un profundo silencio.

―¡Yiahh! ―se escuchó la cantarina voz del zorro que los dejó sordos y de repente aquel fantasmagórico ser se derrumbaba, ¿cómo saber quien ganó?

―Ya decía yo que Totsuka nos serviría para algo, maldito zorro.

Criajo, ¿me dejarás echar un polvo antes de irme?

―Como si alguien se fuera a acercar a ti ―Sasuke con suerte se podía poner de pie. Su cabeza emanaba sangre al igual que sus brazos, costillas y pie estaba rotos. Por otra parte el campante Kyuubi sólo tenías una que otra herida, nada que no pudo solucionar en cuestión de minutos.

Vámonos mocoso, antes de que mi contenedor no pueda recibirme ―el menor sólo asintió y ambos desaparecieron.

Cuando de un momento a otro sintieron el chakra monumental desplazarse y aparecer ante sus ojos no supieron si ponerse a pelear o suicidarse, más los gritos no se hicieron de esperar. En el centro de Konoha observaron a un Naruto con aquel fatídico chakra, mientras que a un Uchiha Sasuke por decir de herido.

―¡Naruto! ―esta vez, Kiba hizo aquel grito casi como si el que su amigo estuviese vivo era un milagro.

No soy Naruto chico-perro, soy Kyuubi ―aquello sin duda merecía más gritos.

Sasuke se dejó caer al suelo cansado, mientras que el Kyuubi miraba como toda aquella gente le tenía miedo, quería caminar y asustarlos. Sonrió con sorna y cuando quiso dar un paso un Kunai atravesó toda aquella gente para parar al Uchiha menor, más este no alcanzó a cruzar la línea cuando el zorro lo detuvo y lo aplastó. Los miró con furia, aquellos chivatos no sabían nada de lo que habían arriesgado, más querían matar aquella persona que sin dudas había dado su vida por protegerlos, ¡por eso odiaba a los humanos y no los comprendía!, siempre sedientos de poder, rencores y no disfrutaban nada, absolutamente nada.

Estúpidos insensatos hu--

―Kyuubi, déjalos ―cuando Sasuke habló, el sólo volteó para otro lado, se sentía impotente al no poder irse de allí y ser dominado por un chicuelo, pero era eso o morir.

Apúrate en recuperar fuerzas ―nadie dijo nada. El zorro parecía una tierna mascota arisca al costado del Uchiha. Se sentó junto a él y sin más le revisó las heridas a lo cual el menor sólo se dejó hacer, estaba demasiado cansado para siquiera iniciar una disputa, conversaron un poco cuando por las lejanías se divisaron dos ninjas: Juugo y Suigetsu, el primero trayendo a su compañero herido pero con aquella gran espada sobre su hombro, Sasuke les sonrió casi con gracia cuando vio a su compañero traer a Samehada con él.

―¡Sasuke-sama! ―Juugo aceleró el paso cargando a Suigetsu y calló justo enfrente de su líder. Al hacerles las preguntas rutinarias de cómo se encontraban todo volvió a ser normal. Pero Suigetsu miraba al zorro que estaba frente a él, tenía un jodido parecido con el chico rubio, más no era él.

―¿Por qué tienes la apariencia del Jinchuuriki? ―eso tomó desprevenido al Bijuu, más alzó los hombros en señal de indiferencia lo que provocó una carcajada del otro se hizo sentir.

¿De qué te ríe, mocoso? ―no podía evitar enojarse, ya sentía sed de sangre.

―Me llamó Suigetsu, Kitsune ―murmuró cuando tendió su mano, aquello sin dudas tomó desprevenido a muchos, inclusive al aludido quien la tendió casi con extrañeza; no podían evitar ser el centro de atracción, ver a Kyuubi tan manso era sorprendente.

―Deberías controlar un poco tu chakra, cualquiera que te tienda la mano saldrá herido ―masculló mientras la mano enrojecida era observada por muchos.

Tsk, ustedes los humanos son muy lloricas, además, no sabía que eran tan frágiles ―posterior eso fue toda una discusión entre ellos dos, más se notaba a leguas que sólo era una manera de distraer tensiones que provocaban. Karin apareció al poco tiempo cargando a Haruno quien la dejó con un Medic-nin para ir a ver a Sasuke. Le traspasó un poco de su chakra acumulado para que tuviera más fuerzas.

Chico, ya es la hora ―murmuró tras un tiempo la tétrica voz del Kyuubi.

―Una pena, comenzabas a caerme bien ―Suigetsu alzó los hombros y arrastró a su espada feliz de la vida, más cuando no pudo caminar vio cómo Kyuubi tomada a Samehada sin más.

Es una buena espada… pero, ¿te gustaría que fuera mejor? ―cuando pronunció aquellas palabras con su típica socarrona sonrisa, el menor sólo asintió eufórico.

―Apresurad ―murmuró Sasuke. Juugo también se hizo a un lado junto a Karin y un feliz chico agua quien presumía que su espada tenía poderes del Bijuu más poderoso.

Recuerda chivato, la tienes que entrenar o si no…

―¡A callar! ―no estaba de humor, se sentía cansado, quería dormir y el zorro no paraba de hacer bromas de mal gusto, dar consejos estúpidos y decir que follar un poco no le vendría tan mal después de dieciséis años sin hacerlo.

Kyuubi lo miró mal, más lo ayudo a incorporarse. Cuando el menor de los Uchiha sacó u pergamino y lo invocó, los demás shinobis que estaban pendientes a todo lo que hacían no esperaban aquello.

―¿Estás listo? ―murmuró el menor mientras sacaba otro y lo invocaba en una espesa bruma que provocaba la noche.

Eso debería decírtelo yo a ti ―murmuró el Bijuu.

Cuando todo se disipó muchos ahogaron aquellos gemidos de sorpresa cuando vieron el cuerpo de un ninja de Konoha, de un amigo, del Jinchuuriki postrado en medio de todos aquellos sellos no supieron qué demonios hacer.

―¡¿Rompiste el sello?! ―se oyó gritar tras de sí. Sasuke volteó su mirada hasta posarla en Neji, quien parecía estar herido grave. El Uchiha sonrió con gracia mientras volvía a mirar a Naruto.

―Eso no te incumbe Hyuuga. ¡Tú!, Kitsune, párate allí ―sin más miramientos el menor formó un campo de fuerza producto del sello.

―Fusión ―murmuró mientras golpeaba el piso con todo el chakra que tenía y su sharingan resplandeciente. Cuando sintieron las descomunales fuerzas apoderarse del campo muchos se echaron hacía atrás, había una probabilidad grande de que los tres murieran. Pocas probabilidades de que el sello fuese llevado bien, e incluso que uno de los dos sobreviviera, en cualquiera de los casos el Kyuubi se daría por muerto.

―¿Qué demonios? ―Sakura al despertar admiró como todos estaban cohibidos y dentro de allí Sasuke, y dos Narutos intentaban hacer algo. Cuando el Kyuubi desapareció muchos suspiraron de alivio, más cuando aquel chakra uniforme se dirigió al cuerpo de Naruto y este comenzaba a brillar de una manera poco usual, muchos se alarmaron. El mayor se estaba quedando sin reservas de chakra, mientras que Naruto parecía absorber todo tipo de energía.

―¡Sasuke!, ¡Naruto! ―el gritó agonizante de la joven Kunoichi no se hizo de esperar, admiró con lágrimas en los ojos como ambos se derrumbaban fuerte al piso, pero el campo aún no desaparecía, aunque estaba más débil. Todos admiraron casi con asombro cómo Sasuke se volvía levantar con los ojos llenos de sangre. Caminó hasta el rubio mientras que se inclinaba un poco y lo remecía con la mano.

―Dobe ―murmuró Sasuke intentarlo despertar, sus sentidos ya estaba colapsados, no oía y veía bien, mientras que sus orbes parecían sangrar de nueva cuenta. Sus costillas rechinaban de dolor y él sólo quería dormir por mucho tiempo.

―Teme ―no hubo mucho movimiento de labios, pero Sasuke sí los percibió.

―Me alegro, usurantonkachi ―y sin más se dejó caer hacia atrás liberando por fin el campo. Pronto todos los ninjas rodeaban a Naruto dejando de lado a Sasuke. Sakura se hizo paso revisando primero al rubio debido a la gran afluencia de personas. Cuando se agachó a escuchar su corazón, pudo sentir el leve latido de su corazón, suave pero calmándola.

―Está vivo ―pronunció para alegría de muchos. Pronto las miradas recelosas se dirigieron al menor de los Uchiha, quien permanecía rodeado por sus compañeros de curso. Nadie parecía querer ayudarlo, después de todo era un traidor, pero eso no evitó que los de su equipo les enviaran una gélida mirada. ¡Él daba su vida y ellos así lo recompensaban!, mas Sakura se acercó a constatar los daños del menor, cuando le dijeron que tenían que llevarlo al hospital ―que fue la única instalación milagrosamente de pie― los de Hebi no se hicieron de esperar.

―Un traidor no salva a Konoha de la perdición ―cuando Naruto pronunció aquello, definitivamente se desmayó.

¿Cuánto había pasado?, ¿una semana?, ¿un mes?, ¿un día?, ¿un año?... Sasuke no lo sabía pero recién comenzaba a abrir sus orbes negros. El hedor a hospital lo molestó, mientras que el blanco hacía que sus ojos lagrimearan por el golpe de luz. Respiró dificultosamente con aquella porquería que tenía en la nariz, mientras que sentía sus manos vendadas.

―Hasta que te despiertas, teme. No pensé que demoraras tanto en recuperarte ―aquella voz, después de todo lo habían logrado, se habían salvado. Se intentó incorporar más la punzante herida en su pulmón lo hizo querer gemir de dolor, más se aguantó, no se vería débil ante nadie.

―Hn, yo no tengo alguien quien me ayude, idiota ―Sasuke giró su rostro hasta posarlo en el de su amigo, el cual tenía algunas partes vendadas.

―Puede… ―fue todo lo que inquirió, se siguieron mirando por un tiempo indeterminado hasta que la sonrisa de Naruto le ganó, el también hizo un intento de sonrisa, más lo único que logró fue la socarrona que tenía.

―¿Cuánto...?

―Dos semanas ―le respondió apresurado. Giró su vista a la ventana admirando el fuerte sol. Era de madrugada aún pero el cielo recién se teñía de naranjo.

―¿Te irás? ―cuando Naruto le cuestionó aquello no supo qué responder, ¿se iría?... ya había terminado todo, había logrado su objetivo con creces y aunque sentía un enorme vacío, sabía que de allí podría comenzar de nuevo.

―¿Qué dice el consejo? ―ni siquiera sabía si estaban o no con vida, pero suponía que los viejos eran más astutos de lo que ellos creían.

―Te absolvieron de todo cargo, después de todo salvaste a Konoha, dijeron que si te querías quedar, se los dijeras ―murmuró un tanto intranquilo ―. Prácticamente tienes permiso de salir y entrar a Konoha como se te antoje ―aquella propuesta era tentadora. Sasuke sólo asintió y soportando el dolor se sentó mirando también mirando ahora el cielo teñido de amarillo.

―Dime dobe, ¿aún quieres ser Hokage? ―el rubio no respondió de manera inmediata, pero sí se giró al ver el rostro sereno de Sasuke, con los ojos cerrados esperando su respuesta.

―Claro que sí, Baka-suke ―no había pisca de ridículo en aquellas palabras. El Uchiha lo miró por un tiempo, admirando cómo habían crecido, habían matado a más personas peligrosas que muchos shinobis renombrados, habían pasado por peripecias que quizás nunca se volverían a repetir, y él dobe le preguntaba si quería volver…

―Entonces ya puedes comenzar ―el poseedor de orbes zafiros se quedó mudo por un tiempo. ¿Qué demonios significaba aquello?, mas cuando pensó que su amigo definitivamente se había vuelto loco recordó la guarida de Orochimaru.

"¿Cómo puedo convertirme en Hokage, cuando ni siquiera puedo salvar a un amigo?"

―Está bien ―se giró rápido hacia la ventana, no pudo evitar que su voz se rompiera cuando dijo aquellas palabras, estaba feliz, por fin había traído de vuelta al baka de su amigo, por fin dejaría de sentirse desolado y solo desde su partida, aquel hueco que sólo decía "Uchiha Sasuke", su mejor amigo, su rival, su hermano, lo había conseguido por fin.

―No llores dobe, no seas una nenaza ―y ya no quería refutar nada, porque estaba llorando con todo lo que tenía sin importarle nada, lo había logrado.

Cuando Sasuke comenzó a vivir su vida tal y como un adolescente, no esperó que las hormonas se presentaran. Ya sin venganza ni nada que atentara su integridad, moral o cualquier cosa que dependiera de un asesinato masivo, nunca pensó que voltearía su vista al sexo femenino, y ahora que lo pensaba… ¿no que iba a revivir su clan? Las ropas que lo envestían habían cambiado ligeramente. Si bien los pantalones eran los mismos, la camiseta de arriba similar, la capa que llevaba formando todo aquel atuendo le indicaban una sola cosa: él era poderoso.

A pesar de todo lo sucedido con su clan, seguían teniendo el pai-pai en su espalda junto al signo de Konoha en él. Las cosas con Amegakure iban mejor, Pain desapareció junto a Konan y él sabía por qué, pero no iba a ahondar en cosas del pasado. A sus veintiún años disfrutaría su vida.

Ahora se dirigía a los campos de entrenamientos, eran recién las siete de la mañana, pero ya pasaría por su compañero de prácticas, aunque al parecer él lo encontraría primero.

―¡Sasuke-teme! ―a lo lejos Naruto alzaba frenético su mano con una similar capa que la de él, nada menos que estaba en blancas tonalidades, una llama atrás que decía claramente "Sannin" y evidentemente la capa de su difunto padre recién reconocido.

―Dobe ―de un momento a otro ya estaba al costado del rubio caminando ambos a la torre del Hokage ―. ¿Qué es eso? ―murmuró al ver un formulario entre las manos del rubio, no era muy habitual que él leyera, ni mucho menos que escribiera, más todo aquello lo dejó pasar, últimamente andaba muy raro.

―Pues, al parecer la gente de Konoha no está feliz con el gobierno de Danzou, en sus cinco años no ha hecho mucho así que harán una reelección de Hokage ―ante aquellas palabras los orbes azules de su amigo brillaron, y él se sintió feliz, después de todo como ambos como Sannin eran reconocidos y respetados, y si uno de ellos se postulaban, obviamente la gente los aclamaría.

―Vaya, y yo que pensaba que los dobes como tú no tenían mucho futuro ―Sasuke hizo un movimiento de las manos dando a entender su postura, más sólo ganó un gritó de Naruto.

―Oi teme, ¿entrenamos más tarde ―Sasuke llanamente asintió y siguió su recorrido posterior a dejar al rubio en la torre. Después de todo aquel caos no se demoraron mucho en nombrarlos Sannin, el que Naruto y él fueran entrenados por los antiguos, y más aún, dar la vida para salvar la ciudad ameritaba que un nombramiento superior al ser capitanes ANBU o algo similar, y pronto se vieron revistiendo aquellas prendas que ellos mismos habían elegido para identificarse, Naruto con blanco y Sasuke con negro… aunque no todo quedaba allí.

Giró por una calle en destino al Hospital de Konoha, le haría una visita a aquella persona que últimamente lo tenía pensante con respecto a una situación, más cuando llegó le dijeron que hoy era su día libre. Haruno Sakura después de la guerra estuvo durante dos semanas atendiendo sin descanso alguno con sus dotes de médico a las personas, ninjas, había salvado una cantidad importante de gente y eso ahora significaba que también asumió su puesto, aunque ella no llevará las mismas ropas que ellos, sí tenía una capa similar que la utilizaba cuando los tres iban de misiones y así ser reconocidos. Decidió visitarla a su casa, mas la vio cargando bolsas y en un acto sumamente Uchiha se las quitó, aunque supiera que ella podía, no dejaba de ser un acto de caballerosidad por parte de él, ¡y eso era precisamente lo que no comprendía!, ¡¿por qué hacía eso?!

―Hola Sasuke-kun ―con los años sus formas la fueron favoreciendo, no de manera exagerada, pero sí lo suficiente para él, ¿suficiente por qué?

―No me dijiste que hoy era tu día libre ―murmuró mientras seguían caminando a la casa de la joven. A lo lejos Sasuke pudo percibir a sus ex-compañeros: Suigetsu Juugo y Karin lo miraban de manera divertida, lo cual provocó la mirada de furia por parte de su ex-líder.

―Esto me recuerda a lo que sucedió hace tiempo ―murmuró la joven con aires nostálgicos, y como si un rayo de recuerdos lo atosigaran, remembró lo bien que se lo habían pasado molestando a su difunto sensei, la cena de la noche y las posteriores ayudas que Sakura siempre le daba.

Volvió ―como en aquellos tiempos― a mirar el cuerpo de la ahora mujer con detenimiento, analizado cada partícula de sus pies, piernas, trasero ―sobre todo su trasero―, cintura, pechos ―aunque no muchos, pero podía acostumbrarse―, hombros, cuello, quijada, labios, nariz, ojos, mejillas, ¡todo!, absolutamente todo; y de nueva cuenta se cuestionaba ¿acostumbrase a qué?

―¿Te quedarás a comer, Sasuke-kun? ―el asintió ido mientras veía a Sakura cocinar el desayuno, y la imaginó con un delantal y niños correteado de allí hacia acá, con una sonrisa mientras él la admiraba sentado en ese mismo lugar feliz, ¿feliz?... sí, hace tiempo que sentía aquel sentimiento poco usual en él se presentara de forma habitual en él y pensó… Naruto le dijo que aquello era normal cuando a alguien le gustaba otra persona…

Sakura no estaba tan mal.

Era fuerte y linda, sería buena madre, lo quería a él por lo que era, se conocían hace años… se podía acostumbrar a todo aquello, además de que le gustaba su presencia, era su molestia diaria.

―No está nada de mal ―murmuró el joven Uchiha mirando de nueva cuenta el lugar donde se perdía el nombre de la espalda.

―¿Dijiste algo Sasuke-kun? ―la chica se volteó con el cucharon de sopa y el llanamente negó.

"Las hormonas causan estragos" pensó detenidamente "Pero quizás no esté mal probarlas con ella".

Sasuke Uchiha por fin conocía la palabra vida, planeaba su futuro y disfrutaba del presente… y cómo lo disfrutaba.

No muy lejos de allí ―en la ventana de la cocina― Hebi veía como su líder ―o ex, no les importaba― hacía cosas poco habituales de él, y después de estar cinco años conviviendo en aquella loca aldea, que primero odia luego ama y después te regala puestos, habían comprendido por qué su líder sufría ciertas metamorfosis como ahora, ellos mismos habían sufrido cierto cambio.

Al final, habían logrado comprender por qué después de todo Sasuke tenía lazos en aquella villa, y por fin podían jactarse de que ellos sí conocían cada una de las facetas de Uchiha Sasuke y también podían considerarse amigos del último.

―Sasuke-sama se enojará si nos ve ―murmuró Juugo quien se tapaba los ojos desde la ventana. Karin negó fotografiando el momento en el cual Sasuke se quedó sin polera y Suigetsu sonrió con sorna.

―Qué más da, me reiré de esto por mucho tiempo ―susurró mientras otras cosas indecorosas sucedían en la sala.

―Mierda ―masculló Karin.

―¿Qué?

―Saqué una foto con flash ―todos tragaron seco.

―¡Eres una idiota!

―Cállate tiburón con patas.

―Será mejor que arranquemos.

―¡Cállate lamebotas!

―¡Es tú culpa pelirroja desteñida!

Hebi ―la tétrica voz de su líder les llegó. Ahí estaba, tras de ellos con el torso descubierto y el pantalón a medio abrir, el aura no decía nada bueno y los tres tragaron duro.

―E-este, yo… ¡yo lo puedo explicar! ―Suigetsu se puso un paso adelante cuando el reconocido vengador comenzó a formular chakra tipo rayo en su mano.

―No hay nada que explicar.

―¡CORRAN! ―sin esperar mucho los tres partieron en busca de algo que los salvara de una muerte inminente a manos el moreno quien corría tras de ellos con la furia pintada en la cara.

―¡Los mataré!

Pero a pesar de todo eso, Hebi sonreía con gracia y felices…

Por fin Hebi sí entendía.

―¡No corran cobardes! ―aunque aquello no significara que los dejará vivir.

◊ Fin ◊


El diccionario:

*Shinra Tensei: Pain destruye la aldea con esta técnica, es resiente. Provoca un daño superior dependiendo de la cantidad de chakra y lo que se quiera destruir.

*Kitsune no Jutsu, Kyuui no Youko: La verdad, es como repetir dos veces lo mismo intercalando el jutsu. Busqué por cielo mar y tierra una página que me traspasara palabras al japonés, pero sólo hacen en Beta o con los dichosos Kanjis, y yo quiero las palabras, así que tuve que inventar una ―perdonad a los eruditos en la materia―, me gustaría saber dónde carajos podría conseguir una página así, o alguien quien me dijera cómo colocar los kanjis de manera más creíble, ya saben, busco información. En cualquiera de los casos dicho Jutsu es de mi creación de un mundo paralelo xD

¡Qué malo soy! ―se carcajea―, lo siento, no me parecía propio echar a andar un Lemon, se leería fuera de lugar, sin denotar que la historia de por sí es trágica, y nuevamente maté a Kakashi ―no le basta con el manga―. En fin, ¡Trece páginas!, Uyy, algo agotador para mí, que sin dudas me esforcé mucho para entregaros el Fic.

Estoy pensado que el final me quedó muy abierto, pero eso lo veré después, dependiendo de sus reviews haré o no un Epílogo, y cualquiera que sea mi decisión la informaré en el perfil cuando me lleguen sus comentarios.

La verdad se habla mucho de los tres como Sannin, más nunca he leído un Fic donde estén así los tres, creo que haré uno, Como verán continué con 'Yo no quise ser Hokage', allí los tomaré a los tres en un futuro ―eso se llama Spoiler xD―. Espero que hayan disfrutado la lectura, como verán no relaté mucho la batalla, pero sí el sentir que es lo que más me importa.

Espero sus comentarios, y no me odien, o ódienme, pero me lo dicen para saber por qué me odian. Fue un gusto darles el último capítulo, como dije, si hay epílogo se centraría en tomar puntos al aire que dejé, tales como la relación, el puesto de Kage de Naruto (¿?), y otras cosas que no diré ;)

Gracias por sus doscientos y tantos reviews, espero que ha este capítulo le vaya mejor que el anterior ―y porque es el último―. ¡Nos vemos pronto!

P.D: Lamento las Onomatopeyas, pero está bien usarlas de vez en cuando.

―●◊Gaa◊●―