Hola... es mi primer fic de Tenjo Tege espero que mes agrade dejen Reviews, solo les digo que va tener lemon, enredos amorosos jijijijiji

Fénix... renaciendo de las cenizas

Capitulo 1.- La decisión de Aya

Aya Natsume, iba caminando hacia la escuela, no tenia prisa en llegar, había pasado muchos meses desde que le había prometido a Souishiro que se haría mas fuerte que su hermana, pero no lo había logrado, y aunque era mejor que antes no lograba superarla de ninguna manera, a demás el se había vuelto mas fuerte y entrenaba muy duramente con Maya, pasando así mas tiempo juntos, Aya podía ver que Souishiro se enamoraba cada día mas de su hermana, y eso la hacia entristecerse aun mas, además había empezado a notar que su hermana poco a poco se iba enamorando de él, una lagrima silenciosa salio de sus ojos, y ella se apresura a limpiársela.

Miro al cielo, no sabia que hacer, pero algo muy dentro de ella le decía que ese día, ella encontraría una razón para tomar una decisión muy importante.

Llego a la escuela, y los vio a todos reunidos, sin embargo no quería hablar con ellos en esos momentos. Miro a su hermana últimamente no optaba su figura de niña pequilla, y llevaba la espada de su hermano. Aya solo paso a su lado sin detenerse.

- Buenos días- dijo Aya, con una fingida alegría y los saludo con las mano, Souishiro son previo aviso se había colocado en una posición para poder soportar como todas las mañanas de Aya se le colgara del cuello, pero esta no lo hizo, y se metió en la escuela.

Todos la miraron asombrados por su reacción, solo Masataka y Bob, tenían una idea sobre lo que le sucedía a Aya y esa era, Souishiro.

Las clases transcurrieron sin ninguna sorpresa, sonó el timbre y era la hora del receso, Souishiro miraba a todos lado, como preparándose para correr en el momento en que escuchara la voz de Aya con su "Souishiro-sama", pero no lo escucho.

- Souishiro… tranquilízate ella no vendrá- le dijo Bob poniéndole una mano en el hombre

- Uf que alivio- dijo Souishiro, aunque por dentro se preguntaba la razón.

Fueron al comedor y se sentaron con Masataka y Maya, ella miraba a todos lado esperando ver a su hermana, con su típica alegría.

- Donde esta Aya- pregunto Maya mirando a todos, esperando una respuesta pero ninguno dijo nada, y todos encogieron los hombros. Maya frunció el ceño últimamente su hermana menor estaba actuando muy raro.

Aya se encontraba arriba de un árbol de cerezo, acostada en una de las ramas, miraba las flores moverse al compás del viento, mientras algunos pétalos, caían como pequeñas gotas de agua, su largo cabello caía aun lado de la rama rodeando las otras ramas, como si su cabello formara parte del árbol, una voz la saco de su gran melancolía.

- ¿Aya Natsume?- Ella miro despacio hacia donde provenía la voz y lo vio tan musculoso como siempre y guapo además, lo vio unos instantes con sus grandes y profundos ojos castaños.

- Hola Mitsuomi- dijo volviendo la mirada hacia arriba, sin darle importancia a la presencia de aquel individuo, el asesino de su hermano, como decía Maya, pero para ella Mitsuomi no lo había matado, si no su que su hermano había cavado su propia tumba. Él la miro extrañado, si no mal recordaba aquella joven llamada Aya, era muy alegre y se parecía Maya en su juventud, pero en esos momento se le veía sumida en una tristeza absoluta.

- ¿Qué haces aquí tu sola?- le pregunto él, sentándose en las raíces del árbol, mirando hacia arriba y cerrando lo ojos.

- Quería alejarme de todos…- dijo ella

- ¿De todos o de alguien en especial?- pregunto Mitsuomi, Aya lo miro

- Creo que dos personas en especial- dijo ella con mucha naturalidad, se le facilitaba hablar con él, pues sabia que jamás sentiría lastima por ella, ni que diría nada acerca de lo que ella le dijese en esos momentos.

- De tu hermana y de ese mocoso… ¿verdad?- dijo el mirándola fijamente, y ella solo asistió, Mitsuomi la comprendió, ellos dos se estaban enamorando, bueno aquel mocoso siempre lo había estado, pero Maya… ella apenas se estaba enamorando de aquel mocoso.- y por que no luchas por el

Aya se incorporo y bajo se un salto del árbol, y comenzó alejarse

- Lo he estado intentando, pero… por mas que lo intento… no puedo superar a mi hermana, y tu mas que nadie lo sabe – dijo y se alejo, Mitsuomi la vio alejarse, y sus palabras retumbaban en sus oídos, cerro los ojos, le tenia aprecio aquella chiquilla, sabia que tenia un poder mas grande que el de Souishiro, solo tenia que despertar… y será muy poderosa… solo esperaba que ella no repitiera la historia que su hermano y el habían echo.

Aya comenzó alejarse y miro el Club Jyūken y decidió entrar, practicar con la espada, le ayudaría a despejarse un poco, antes de entrar escucho voces y se acerco espiando un una apertura, se arrodillo y observo

- Maya que no entiendes que yo te amo…-

- No mocoso… yo no puedo mi hermana

- Maya… no me importa yo se que tu me amas

- Mocoso yo...- dijo Maya pero no pudo continuar pues Souishiro la beso, al principio ella se resistió pero después se dejo llevar, se besaron apasionadamente sin percatarse que alguien los estaba mirando.

Aya miraba la escena y su corazón se quebraba, una furia incontrolable se apodero de ella, sin percatarse, Masataka y Bob estaban detrás de ella, y al verla estática arrodillada decidieron ver que era lo que pasaba, ambos al ver la escena se quedaron de piedra, Aya se puso de pie, ambos muchachos la veían, con miedo, Masataka pudo ver en ella un poder enorme, Aya miro a los jóvenes y abrió las puertas.

Maya y Souishiro se separaron inmediatamente y abrieron los ojos, al ver a Aya en la puerta mirándolos con furia odio, decepción. Maya la miro y en sus ojos encontró algo más…

- Maya… me traicionaste- le decía Aya mientras se acercaba a ella

- Aya por favor…

- Ahora no somos mas hermanas, nunca mas… tu eres Maya Natsume, yo soy simplemente Aya… me has traicionado, ya no eres mas mi hermana- le dijo con odio

- Aya… escúchame fue mi culpa- dijo Souishiro- pero Aya no lo miro, solo seguía viendo a su hermana con gran odio. Se dio la vuelta y se alejo de ahí, seria más fuerte… sin importar el precio.

En el rincón del tendo la katana Reiki comenzó liberar energía, Maya y todos los presentes lo vieron, solo Aya quien ya no estaba en el tendo no lo precesencio. Ellos escucharon una palabras provenientes de la estaba

Es ella… ella es mi ama solo ella será capaz de usarme

Dicho esto se elevo y cruzo el aire en busca de Aya, todos siguieron a la espada, Maya estaba preocupada por su hermana.

Aya ya estaba en la puerta del colegio cuando escucho un zumbido detrás de ella, volvió la mirada y la vio, suspendida en el aire estaba la espada más peligrosa del mundo. Reiki.

- Pero que…

Aya… Tú eres mi ama la única capaz de controlarme… Aya tu eres mi ama, acéptame tu y yo seremos uno solo en cuerpo y alma, tu mi ama y yo tu espada, jamás intentare controlarte, tu serás aun mas fuerte que tu hermana y por eso eres la elegida para usarme… Aya acéptame y acepta tu poder

- Aya no la escuches- le grito una vos, Aya miro a la persona de la cual provenía la voz, era su hermana o mas bien dicho Maya Natsume- Aya no la escuches

- Y quien eres tú para decirme que hacer y que no- Le dijo Aya, Souishiro le grito

- Aya no seas inmadura, deja de decir estupideces- Aya lo miro y sonrió, alargo la mano y tomo la Katana, Masataka pudo escuchar como los latidos de la espada y Aya comenzaron a fundirse hasta convertirse en uno solo.

- Souishiro... Maya… no veremos pronto- dijo Aya y se dio la media vuelta, Maya y Souishiro intentaron correr hacia ella, pero los detuvieron

- No vayan- dijo Masataka

- No tienen ningún derecho hacerle mas daño- dijo Bob- ella ya a elegido su destino… no se cual es pero ya lo ha hecho, yo hubiera echo lo mismo- Maya y Souishiro los miraron y vieron como Aya se alejaba de ellos. Maya comenzó a Llorar

- ¡AYA!!- grito, Aya la escucho y sus lagrimas comenzaron a correr, al mismo tiempo que la lluvia comenzó a caer, el dolor la abrumaba, pero ya no había vuelta atrás se alejo, para entrenar, lejos de aquel lugar, no quería verlo por mucho tiempo, se haría mas fuerte y cuando estuviese lista para luchar por lo que quería regresaría.