Disclaimer: La Saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer y esta bella historia a Annilaia.

Debido a recientes circunstancias, no permito que NADIE suba mis traducciones a otras páginas. Sin excepción alguna.


A TRAVÉS DEL OCÉANO

Capítulo uno: Bella Swan

"¿Bella, cariño, como te sientes?". Podía escuchar la voz de mis mejores amigos llamándome suavemente. Abrí mis ojos y me encontré con el brillo de las luces fluorescentes del hospital. Dejé salir un gemido soñoliento antes de voltearme, encontrándome cara a cara con Alice Brandon, mi mejor amiga.

"Hola, nena," dijo ella felizmente, recostando su cabeza en sus brazos sobre la sábana. "Estaba preocupada por ti. ¿Pero sabes qué? ¡El doctor dice que de seguro este es tu último día aquí! Tu sistema está casi sano. Fue sólo un pequeño resfriado que se salió de las manos, ¿no es eso maravilloso?" Sonreí para mi y empujé mi cabeza en la almohada.

"Es genial, Ally", susurré. "No puedo esperar para finalmente estar en casa de una vez".

Desde que era joven he tenido un terrible sistema inmunológico. Incluso el más pequeño resfriado o gripe me envía al hospital. Normalmente puedo durar una semana hasta sentirme mejor. Algo mas largo que eso y tengo que ser hospitalizada. No me repondré. Vivo en las afueras de la ciudad en una gran casa de playa. Tiene una perfecta vista del océano, llenándome con el maravilloso y fresco aire salado. Desde que terminé la universidad inicié mi propio negocio, el piso principal de mi casa era una panadería. Hacía platos especiales y proveía comida para grandes fiestas. Alice era mi socia, de hecho, ella preparaba comida para las funciones con el resto de nuestro equipo.

Vi como Rosalie y Jasper Hale, gemelos, entraban al cuarto, sonriendo y saludándome. Ellos eran dos de mis mejores amigos, y los mejores meseros. Jasper y Alice habían estado saliendo por unos pocos años, y sabía por buenas fuentes que bastante pronto él le iba a proponer matrimonio. Yo no podía esperar nada menos. Habían tenido amores desde la secundaria y ahora, a los 23, estaban más que listos para estar juntos.

"Entonces", dije, estirándome bastante. "¿Cuál perdedor de ustedes me va a sacar de este lugar?" Todos se rieron y Rose se sentó a los pies de mi cama.

"Es bueno que te estés sintiendo mejor, Bells. Tenemos una fiesta anotada para esta noche". Sonreí.

"OHhh, ¿qué es esta vez? ¿Feliz 50 aniversario? ¿Bar Mitzva?". Jasper dio una risita y enlazó sus dedos con los de Alice.

"Es una fiesta en una oficina. Retiro o traslado. No tengo idea. Nosotros simplemente servimos la comida". Me senté en la cama, sintiéndome completamente rejuvenecida, lista para asumir lo que sea que ellos necesitaran que hiciera. Justo en ese momento un doctor entró.

"Ahora Bella, se que te estás sintiendo mucho mejor, pero aún necesitas tomártela despacio, ¿está bien?". Asentí con una sonrisa amplia, poniéndome mis medias. "Cuando salgas a tu balcón quiero que estés abrigada todo el tiempo. Debemos evitar que te enfermes, lo que mejorará tu sistema si puedes mantenerte saludable por más tiempo, ¿está bien?

"¡Por supuesto!" Exclamé con una risa, poniéndome mi chaqueta. "Nos hablaremos algún otro día Dr. Collins. ¡Esa torta estará lista para la fiesta de Mae mañana!". Ella ahorro unas pocas palabras felices antes que yo estuviera fuera con mis amigos cercanos a la mano. Jasper me condujo a casa mientras Alice y Rosalie comenzaban con las preparaciones para lo que necesitaríamos en la fiesta de la oficina.

Abrir la puerta de mi casa de playa me hizo más feliz de lo que había estado en un buen tiempo. Enrollé mis mangas, dirigiéndome directo a la cocina. Alice era toda risitas, bailando alrededor de los estantes vacíos en su vestido. Trabajamos por horas, preparando todo a la perfección, y entonces, miré como ellos se ponían en marcha en la van del servicio de comidas hasta la fiesta, dejándome para hornear los panes y las galletas del siguiente día.

Una vez tenía una pequeña cantidad terminada y en el horno, tomé un sorbo de agua fresca y me enrolle en una sábana, sentándome en una silla en mi balcón. Miré fijamente hacia el océano, mis pies apoyados contra el pasamano y de repente, me sentí tan sola. Me di cuenta que estaba viviendo en solo una ciudad de las millones a través del mundo. Que, a través del océano, había un continente entero, lleno de gente que estaba viviendo su vida como lo hacían casa día. Aquí estaba yo, sentada sola mientras mis amigos se encargaban de mis negocios. Y eso estaba solo parcialmente bien conmigo.

Sentí ganas de hacer algo espontáneo. Algo que no necesitaba contarles a ellos. Entonces, mirando las olas rodar en la playa y la luz de la luna en el agua, recordé un día en la secundaria. Una de mis compañeras de clase había entrado con una carta desde Francia. Una carta en respuesta a su mensaje en una botella.

Salté de mi asiento. Esto probablemente no funcionaria y no tenía idea de cómo hacerlo pasar la marea, pero era algo que quería hacer. En una hoja de papel escribí mi dirección y comencé mi carta. Escribí sobre mi enfermedad, mi trabajo, mi casa. Escribí sobre mis amigos y mayormente, escribí sobre mí. Mis ideales, lo que pensé que le iba a pasar a esta carta.

Encontré una vieja botella de vino en la despensa y enrollé el papel, deslizándolo dentro. La encorché fuertemente antes de bañarlo en la cera que había recogido de una de las velas perfumadas de Alice. Luego, tomé la cinta para maletas para sellar la cima aún mejor. Me reí para mi misma mientras bajaba la escaleta que conduce a la playa. No se que estaba esperando, pero era la coincidencia mas grande y estúpida el ver una pareja jalando su bote hacia el agua.

"¿Discúlpenme?" Llamé. Ellos se congelaron y se giraron hacia mi nerviosamente. Yo estaba acostumbrada a que la gente paseara por mi propiedad para ir a nadar, dar un paseo en bote o lo que fuera. Realmente no importaba."¿Van a ir lejos chicos?"

"Esto, si. Estábamos planeando alejarnos unas cuantas millas para ver las estrellas," dijo el chico. "¿Está bien eso?". Sonreí mientras me acercaba a ellos.

"Está perfecto. Realmente no me molesta", expliqué. "Hagan lo que gusten. Sólo… ¿pueden hacerme un favor?". Él asintió. Le pasé la botella a su novia. "Una vez hayan llegado suficientemente lejos, ¿pueden tirar esto? Quiero ver si llega a algún lugar, ¿está bien?". Ambos me sonrieron y estuvieron de acuerdo antes de desearme una buena noche. Sonreí mientras los veía bajar por la playa.

Me devolví hacia la casa y de repente me sentí como una idiota. "AHH, esta en la cosa más chula que he hecho o la más estúpida. Definitivamente la más estúpida. Deseo no haberle dado eso a ellos. Llegué a amar la espontaneidad. Está bien, voy a dejar de hablarme a mi misma ahora". Alice se estaría riendo si pudiera oírme hablándome a mi misma. Suspiré y anduve cansadamente hacia la panadería, lista para sacar los panes y preguntándome que iba a pasar con mi carta.

Por supuesto… mi respuesta vendría en meses.