Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias… pero como soy fan de un Kakashi Uke, sí, me oyeron bien, uke, decidí hacer este fanfic.

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Resumen: Naruto Uzumaki, el Hokage más joven de la historia decide realizar una misión imposible, seducir a Kakashi, sin embargo, poco sabe que existe otra persona interesada en él, que hará todo lo posible para ganarse el corazón del último miembro del clan Hakate.

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Avisos: Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.

Además. ¿Quién adivina cual es el nombre del rival de Naruto en este fic?

Para quien adivine le dedicare un capitulo en el que pasara lo que quiera.

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Titulo: Reglas.

Prologo.

Existían varias reglas en la aldea escondida de la hoja, que eran para sus habitantes o mejor dicho para quienes les conocían, el balance natural del universo y cualquier desequilibrio amenazaba con destruir el mundo. Una de ellas, la más importante y reciente era que Naruto Uzumaki generalmente lograba lo que se proponía, no importando cuantos obstáculos tenía enfrente o cuánto tiempo se tardaba.

Uno de los mayores testigos era Kakashi Hakate, quien presencio su arduo camino para convertir su sueño en realidad, muchos hubieran pensado que no viviría el tiempo suficiente para eso, sin embargo, Naruto en muchas ocasiones había salvado su vida, aun del propio Sasuke.

El pequeño ninja hiperactivo de cabeza de chorlito había dicho que sería el Hokage y así fue, Naruto en muy poco tiempo era el Hokage y si uno se molestaba en indagar su edad se daría cuenta que no solo era el Hokage sino el ninja más joven en tener aquel puesto.

Ni siquiera Neji había logrado alcanzarle en el camino de su vida ninja.

Por eso, cuando Kakashi escucho accidentalmente que Naruto Uzumaki lo deseaba supo que estaba en problemas, graves problemas.

Aun podía recordar ese día como hubiera sido ayer.

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Naruto se encontraba en la enfermería después de un cruento combate con el equipo de Sasuke, habían intentado secuestrar a Kakashi con algún siniestro motivo y aunque habían logrado derrotar a la organización de Akatsuki, Sasuke Uchiha continuaba libre.

Kakashi había recibido algunas cuantas heridas poco importantes, haciéndole preguntarse a que se debía que no lo lastimara gravemente, después de todo, si perdía la conciencia sería mucho más fácil llevárselo consigo y para perder la conciencia debía lastimarlo seriamente u obligarlo a utilizar su Sharingan.

Estaba a punto de utilizarle, caer en el juego de Sasuke cuando repentinamente apareció Naruto Uzumaki, mejor dicho el Hokage, para defenderlo del que fuera su alumno y el mejor amigo del rubio atolondrado, cabía mencionar que solo en apariencia.

El pequeño cabeza de chorlito a diferencia suya había terminado gravemente herido y a pesar de intentar ingresar en su habitación desde mucho antes, Sakura le había prohibido visitarlo hasta que despertara por alguna extraña razón y él había decidido entrar por la ventana en medio de la noche.

Kakashi después de algunas cuantas horas que le parecieron milenios ingreso en la enfermería con ayuda de sus técnicas ninja, se encontraba recargado en la pared tratando de pensar el motivo por el cual Naruto había decidido pelear por rescatarlo en vez de intentar convencer a Sasuke de volver a Kohona.

Nunca había visto semejante brillo en sus ojos, era como si peleara por la vida misma y eso le preocupo. Tenía que saber la razón por la cual había luchado de esa forma y esperaba impaciente para que Naruto abriera los ojos, que respondiera a sus dudas.

Naruto parecía demasiado frágil en aquella cama, no era el muchacho rubio que conocía, tan alegre e hiperactivo como cuando era niño, aun a pesar de ser el Hokage. Naruto Uzumaki nunca se encontraba en su oficina y en vez de eso, parecía vigilar la aldea por su propia cuenta ganándose el respeto de todos los demás.

Sus labios partidos comenzaron a moverse, pronunciando una sola palabra en su estado inconsciente. Kakashi por un momento pensó en alejarse, no deseando escuchar un secreto demasiado íntimo.

- Kakashi...

Se acerco un poco más a la cama de hospital pensando que ya lo había visto. Sus ojos permanecían cerrados y sus labios moviéndose, Naruto estaba tan dormido como cuando llego.

Acerco poco después su mano para comprobar si acaso tenía fiebre, pero, antes de poder tocar su piel la mano derecha de Naruto rodeo su muñeca pronunciando, esta vez con un suspiro, su nombre – Kakashi…

- Naruto.

Naruto respondió aferrándose a su mano, obligando a Kakashi a tomar un asiento a un lado de su almohada ya que por más que quiso no pudo liberarse, el joven cabeza de chorlito se había transformado en una verdadera lapa humana.

- En algún momento tendrá que soltarme – pronuncio algunos minutos después con su acostumbrado tono de voz.

Kakashi esperaba que Naruto liberara su mano en cuestión de minutos, cuando comenzara a pensar en otra cosa, esa otra cosa parecía no llegar por mucho que lo deseara. Porque al caer la noche se encontró recostado en la cama del joven rubio cabeza hueca, que de vez en cuando pronunciaba su nombre, rodeado por unos brazos que se negaban a dejarlo ir.

El rostro de Naruto se encontraba demasiado cercano al suyo y cada vez que lo llamaba lo hacía sentirse como no lo había hecho en muchos años, costó de toda su resistencia para no salir corriendo de aquel cuarto o no responder a sus constantes llamados.

- Naruto, déjame ir.

- No…

Kakashi suspiro de manera fastidiada y le pregunto esta vez – ¿Por qué no?

Naruto abrió los ojos y le observo con la mirada perdida – Porque… no dejare que nadie te lastime… de veras Kakashi sensei.

Kakashi perdió momentáneamente aquel lazo con su lengua que ayudaba a formar las palabras, sintiendo la cabeza de Naruto restregarse contra su pecho – No a ti…

Kakashi intento soltarse de los brazos de Naruto, quien pronuncio de manera desesperada – No lastimaran a las personas que amo… no esta vez.

Naruto le sonrió nuevamente, acerco su rostro al suyo y antes de poder hacer algo sintió los labios del joven sobre los suyos, dándole un beso delicado, el de un amante, uno que hace mucho tiempo no sentía. – Te quiero… Kakashi sensei, de veras…– escucho como decía suspirando antes de volver a quedarse dormido sobre su pecho.

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En ese momento se prometió no caer en las garras del joven rubio por su propio bien.

Naruto merecía una persona joven, cuya vitalidad pudiera competir con la suya, no un amante cuyos recuerdos estuvieran manchados con la sangre de sus seres queridos, las que lo habían dejado incompleto.

Cuando se topó con Obito pensó que se trataba solamente de un idiota, una vergüenza para el poderoso clan Uchiha, sin embargo, con el tiempo al irlo conociendo mejor comenzó a sentir un profundo afecto por él, cuando murió, su vida se quedo marcada y aunque había intentado al principio continuar con ella, nunca fue lo mismo. Minato Kamikaze intento ayudarle a superar la perdida y por un momento pensó que lo amaba de la misma forma en la que quiso a Obito, sin embargo, cuando se caso con Kushina Uzumaki supo que no era así. Después, sin saberlo comenzó a sentir un respeto profundo por Jiraiya y a pesar de que el viejo sannin era imponente, no paso más allá de una ligera amistad.

Ahora estaba Naruto Uzumaki, el hijo de su maestro y tan parecido a Jiraiya que bien podrían ser padre e hijo, quien pensaba estar enamorado de él, pero como si se tratara de una maldición, temía que ocurriera lo mismo que pasaba con todas las personas que amo alguna vez y emprendiera el camino sin retorno, dejándolo solo una vez más.

También, sabía que nunca le respondería con la vitalidad que se merecía, por lo tanto, no permitiría que su amistad que se había forjado con los años sufriera por culpa de lo que bien podría ser un enamoramiento pasajero.

Al principio intento esquivarle durante el mayor tiempo posible, entregarle a Sakura sus reportes y llegar a la oficina del Hokage cuando el mismo se encontraba fuera comiendo ramen o durmiendo.

Después intento llegar en el momento que dicho Hokage cabeza de chorlito estaba rodeado con una pequeña multitud, aceptar su misión e irse tan rápido como pudiera sin darle tiempo a Naruto de hablar poco más de cinco palabras con él.

Sin embargo, cada vez que llegaba a su departamento podía ver un regalo firmado por Naruto junto a un ramo de flores y un poco de ramen. No le gustaban las flores, aunque debía admitir que alegraban su habitación, le encantaban las ramen y sobre los regalos, cada uno de ellos era perfecto.

Se encontraba recostado en su cama, observando el techo, repitiéndose una y otra vez los motivos por los cuales no podía decir que sí al Hokage cuando escucho el sonido de la puerta.

Estuvo a punto de saltar por la ventana de no haber escuchado la voz de Iruka pronunciando – ¡Abre Kakashi, se que estas adentro!

Se levanto de la cama con tranquilidad, abrió la puerta y recibió la intentona de un puñetazo en su rostro – Iruka…

Iruka entro en su departamento diciéndole – ¡Es injusto lo que le estás haciendo a Naruto!

- El Hokage estará bien.

Iruka lo miro con furia y Kakashi respondió con una mirada inexpresiva, apenas modificando un poco su postura por si acaso deseaba tirarle los dientes una vez más - ¡No, no lo estará!

Tomándolo del cuello de su uniforme continuo diciéndole – ¡Esta destrozado porque piensa que te ofendió de alguna manera y tú lo único que dices es, el Hokage estará bien!

Kakashi soltándose de las manos de Iruka con demasiada facilidad, dejando en claro que por el momento estaba permitiendo esa clase de agresiones por una razón, aunque Iruka ni él mismo comprendían cual respondió – En eso te equivocas, Naruto ya no es un niño y jamás ha sido frágil.

Entrecerrando el ojo que podía apreciarse continúo imprimiendo cierta molestia en su voz – Deberías dejar de subestimarlo, Iruka.

- Tienes razón Kakashi. Naruto ya no es un niño, es un hombre enamorado de ti.

- Se le pasara, además, le estoy haciendo un favor.

- ¿Un favor? – Pregunto Iruka confundido - ¿De qué hablas?

Kakashi estaba a punto de responder a la pregunta de Iruka exigiéndole que se marchara de su casa o él se encargaría de que no volviera a molestarlo, sin embargo, sus palabras fueron cortadas por las del Hokage quien le dijo confundido – Yo también quiero saber de que hablas Kakashi sensei.

Kakashi se petrifico al escuchar la voz de Naruto, por un momento pensó que Iruka lo había logrado engañar trayendo consigo al joven Hokage, sin embargo, Iruka estaba demasiado sorprendido, tanto como él.

- Naruto – se esforzó por aparentar indiferencia.

El Hokage se adentro en su habitación decidido, de la única forma en la cual Naruto podía hacer cualquier cosa, cruzo los brazos delante de su pecho y repentinamente perdió la capacidad para pronunciar cualquier sonido, dejando que Kakashi hablara primero, sin embargo, fue Iruka quien interrumpió ese amenazante silencio.

- Me parece que lo mejor es que los deje solos.

Kakashi se coloco en lo que Naruto llamaba su postura oficial, con las manos en las bolsas de su pantalón, fingiendo indiferencia.

Al salir Iruka el Hokage le dijo sonriéndole de su acostumbrada manera, con una mano detrás de la cabeza – No hemos estado a solas desde…

Kakashi lo interrumpió - ¿Nuestro enfrentamiento con Sasuke?

- ¡No! Digo… más o menos…

Kakashi se limito a arquear una ceja. – Ya sabes a lo que me refiero… además, eso no cuenta como un encuentro a solas… estaba Sasuke.

- No, supongo que no.

Naruto bajo su mano y le respondió esta vez muy serio, tan serio como podría ser tratándose del Hokage – Después de eso… me visitaste en la enfermería.

Kakashi se sonrojo levemente, por suerte su mascara cubría el tinte rosado de sus mejillas pero no su ojo que se abrió ligeramente por culpa de la sorpresa – Al principio pensé que se trataba de un sueño y después… me di cuenta que todo eso era verdad… tu… ¡Tu habías escuchado mi mayor secreto Kakashi sensei!

Kakashi retrocedió un paso antes de ser apresado por los brazos de Naruto, que lo rodearon firmes, manteniéndolo en aquel sitio – ¿Por qué me has estado evitando?

Al escuchar el tono desesperado de Naruto, Kakashi no pudo más que devolver el abrazo, muy a su manera, distante y despreocupada, sin embargo, era mucho más de lo que otros habían recibido de su persona. – Naruto…

Naruto ignoro su ligero intento por tranquilizarlo, mirándole a los ojos, prácticamente comenzó a suplicar – ¡No sé si te ofendí o me desprecias por eso! Yo… ¡Yo no quise molestarte! De veras.

- No lo hiciste… sólo mereces a una persona de tu edad… eso es todo – Kakashi trataba de sonar como siempre – No alguien como yo.

Naruto limpiando una lagrima con la manga de su uniforme respondió – ¿Qué tiene de malo una persona como tú?

- ¿Aparte de que podría ser tu padre?

- ¡Eso no es verdad! – Respondió Naruto – tú eras un niño cuando mi padre ya era un adulto, lo sé – y poco después sonriendo sonrojado le señaló – además… ¡Eres el hombre más sexy de Kohona!

Kakashi le sonrió a través de la máscara, sin creerle demasiado, era imposible que él se tratara del hombre más sexy de la aldea, no cuando Neji, Shikamaru y Naruto estaban en ella, sin contar que eran mucho más jóvenes que él. – Estas exagerando…

- ¡No estoy exagerando, de veras!

Kakashi en ese momento se dio cuenta que seguían abrazados y se separo de Naruto con uno de sus movimientos ninja, suponiendo que no lo dejarían ir tan fácilmente.

- ¿Recuerdas cuando te invitamos a comer: yo, Sasuke y Sakura?

Kakashi se rasco la barbilla, recordando con añoranza el extraño comportamiento de los tres niños bajo su cuidado – ¿Cuándo querían ver mi rostro?

- ¡Que! – Pronuncio Naruto indignado – ¿Cómo… como te diste cuenta?

Kakashi respondió encogiéndose de hombros – Me lo imaginaba desde un principio.

Naruto perdió el hilo de su conversación y cuando Kakashi se rió levemente pronuncio – Bien… Recuerdas que te quitaste la máscara para comer y que los encargados vieron tu rostro…

Kakashi se rasco la barbilla, recordando aquellos rostros tan extraños, sin embargo como eso pasaba cada vez que se sentaba a comer lo había ignorado por completo – lo recuerdo…

Naruto levanto los brazos diciéndole exasperado – y se quedaron embobados viéndote.

Kakashi le pregunto sonriendo a través de su máscara dejando en claro que no le creía en lo más mínimo – ¿Eso que tiene que ver con ser el hombre más sexy de Kohona?

Naruto respondió aun más exasperado, haciendo esa graciosa mueca que provocaba que sus ojos se hicieran muy pequeños – ¡Desde entonces has recibido comida gratis!

- Comenzaba a preguntarme porque recibía tantas invitaciones de la casa…

- ¡Como serás tonto… desde entonces han intentado conquistarte a través de tu estomago! – le explico todavía más enojado – ¡Pero yo, Naruto Uzumaki, seré el único capaz de lograr esa meta imposible, de veras!

- ¿Conquistarme a través del estomago? – Pregunto Kakashi un tanto indiferente – no me había dado cuenta que comía tanto…

- Si es necesario… ¡Cualquier cosa para ganarme tu corazón!

Naruto tenía el mismo tono de voz, la mirada y la postura que había utilizado tantas veces en el pasado cuando había dicho que deseaba ser el Hokage, Kakashi se daba cuenta y en vez de sentirse alagado su postura era la misma que utilizaba cuando pensaba que su joven alumno había cometido alguna tontería. –Naruto…

- ¿Sí? – pregunto entusiasmado.

- Existe alguna forma de convencerte de abandonar esta… misión que te has impuesto.

Naruto ensancho su sonrisa – No.

- Me lo suponía.

Naruto se acerco demasiado a Kakashi en un parpadeo, se inclino y dándole un beso en la mejilla le dijo – Mañana te espero al amanecer en… la tienda de castañas dulces.

Kakashi no se molesto en responderle, ahora recaía en sus hombros la responsabilidad de hacerle ver como todo ese asunto era un error. Naruto podría ser una fuerza invencible de la naturaleza, bien, Kakashi Hakate nunca se había dado por vencido tampoco.

- Deberías salir con él, ya sabes, ver si tienen química – pronuncio una voz demasiado divertida para el gusto de Kakashi.

- No necesito que actúes como casamentero.

- Bueno, pues alguien tiene que velar por ti, porque obviamente tú no lo estás haciendo. – respondió Pakkun rascándose una oreja – y no es como si tu compromiso siguiera en pie…

- No creo que deba preocuparme por eso...

- Tienes razón. – Pronuncio la pequeña bola de pelos – ¡En lo que necesitas pensar Kakashi, es en tu cita de mañana!

Kakashi sujeto a Pakkun del pellejo del cuello levantándolo a la altura de su rostro diciéndole – No es una cita.

- ¡Por supuesto que no! Cuando Naruto te pidió que se vieran a solas, enfrente de una cafetería… en lo único que no pensaba era en una cita.

Kakashi soltó a Pakkun dejándolo caer al suelo – ¿Quién dice que voy a ir de todas formas?

- Tú iras Kakashi, aunque tenga que arrastrarte todo el camino. – Intento sonar amenazante – porque no permitiré que arruines esta oportunidad de continuar con tu vida.

- No sé de qué me hablas.

- No… desde la muerte del niño Uchiha no has permitido que nadie se acerque a ti lo suficiente como para tener una relación. Y cuando se acercan con intenciones románticas, simplemente huyes.

- Eso no es de tu incumbencia.

- Tal vez no, pero ya me he decidido a tomar el asunto en mis patas Kakashi.

El amanecer llego, no era realmente el amanecer, era algo así como las diez de la mañana cuando Kakashi llego a la tienda de castañas dulces, encontrando a Naruto sentado en un banco bebiendo alguna clase de bebida en un vaso blanco le dijo – Perdón por llegar tarde, se me atravesó una anciana con su gato en el árbol y tuve que bajarlo.

- No te preocupes, acabo de llegar, supuse que llegarías tarde.

Kakashi se acerco al asiento y permaneció parado frente al Hokage, esperando que Naruto hiciera algún movimiento, sintiendo algunos cuantos ojos a su espalda – Nos están observando.

- Sakura – le ordeno – sal de allí.

Sakura apareció detrás de un arbusto rascándose la cabeza, ligeramente sonrojada y se detuvo frente a Kakashi sin pronunciar una sola palabra. – ¿Qué haces aquí?

Naruto respondió sentado en el banco, demasiado serio para el gusto del mayor – Cree que debe proteger tu virtud de mi.

Sakura inmediatamente le propino un fuerte golpe, provocando que un chichón se formara en su cabeza, amenazando con igualarle de tamaño - ¡Idiota, como te atreves a decir eso!

Kakashi sonrojándose levemente les comento, en especial a Sakura – Yo puedo hacer eso por mi solo…

- ¿Y qué tal si no quiere defenderla Sakura? – Dijo Naruto ignorándolo por completo – ¿Has pensado en eso?

Sakura nuevamente volvió a golpearlo, en ese momento parecía especialmente aterradora – ¡Eres un idiota!

Kakashi se limito a sonreír levemente al darse cuenta que no le harían caso por el momento, a pesar de estar hablando de él, su virtud y como debía cuidarla de Naruto Uzumaki.

Sakura después de abandonar un Hokage sujetando su cabeza le dijo – ¿Así que es cierto, saldrás con Naruto en una cita?

- No es una cita – respondió Kakashi, percatándose de cierta molestia en el rostro de Naruto – que yo sepa.

- ¿Ni siquiera le dijiste que se trataba de una cita? – pregunto Sakura indignada.

- ¿Qué clase de tonto crees que soy?

Naruto se levanto de la banca y después de llegar a lo que parecía una importante conclusión pronunció de manera ruidosa, haciéndole preguntarse a Kakashi y Sakura si en alguna parte de Kohona no lo habían escuchado – ¡Tendremos un día de campo en las afueras de Kohona para que nadie nos interrumpa, después iremos al cine y al final pasaremos a esa biblioteca rosa que te gusta tanto!

- ¿Por qué no lo dices un poco más fuerte, idiota? – le pregunto Sakura apretando el puño enfrente de su rostro.

- ¿Por qué?

- ¡Creo que no lo escucharon al otro lado de la aldea! – Le respondió golpeando su cabeza una vez más – ¡No tienes nada de tacto, Naruto!

Kakashi decidió sentarse en la banca y esperar a que terminaran de discutir, leyendo uno de sus libros favoritos por novena vez, ignorando los gritos, los golpes y la desesperación de Sakura, ella parecía tomar todo ese asunto tan seriamente como Naruto, tanto que parecía temer que el Hokage arruinara esa valiosísima oportunidad y parecía estar dándole consejos de cómo llevar su plan a flote.

Poco sabían que los estaban observando, en realidad, los habían estado observando desde su enfrentamiento con Sasuke. Una sombra que no parecía demasiado contenta con lo que veía en esos momentos.

Al terminar su discusión con Sakura, ella le dijo despidiéndose de ambos – ¡Diviértanse!

Naruto se acerco a él mostrando su mejor sonrisa, diciéndole al mismo tiempo que le ofrecía su brazo como todo un caballero, el único problema era, por supuesto, que Kakashi no se trataba de una dama – ¿Nos vamos?

Kakashi cerró el libro con demasiada calma y le pregunto, sin aceptar el brazo ofrecido – ¿Cuánto tiempo llevan preparando esta cita?

Naruto comenzó a reírse, rascándose la cabeza – Cinco meses…

- ¿Cinco meses?

- Si… es que no había encontrado el momento justo para contarte mi secreto, además…

- ¿Además?

- Pensé que comenzarías a evitarme y ya no querrías hablar conmigo.

Naruto tenía razón, por un momento había intentado esquivarle y hubiera funcionado bastante bien si Iruka no se hubiera entrometido, no comprendía porque, sin embargo Iruka se había transformado en todo un dolor de cabeza desde que se convirtió en su maestro, una mama gallina seria mucho menos molesta que dicho instructor.

Cualquiera pensaría que teniendo el rango que tenía, su apreciación acerca de la fuerza que debe tener un ninja y sus atributos eran un poco mejor que la suya. Pero no… Iruka saltaba con las uñas afiladas cada vez que decía que sus alumnos estaban preparados para el siguiente nivel de entrenamiento o una misión más complicada. Comprendía que Iruka los había entrenado cuando eran niños, pero fue él quien lo hizo cuando comenzaron a ser unos verdaderos ninjas. No pedía demasiado, sólo un poco de fe en sus decisiones.

Había llegado a su casa probablemente dispuesto a defender la virtud de Naruto de sus pervertidas manos. ¿Qué clase de depravado pensaba que era? Que leyera los libros del difunto sannin no forzosamente implicaba que fuera alguna clase de maniático sexual, ni siquiera tenía tantas citas y hasta el momento nunca había pensado en salir con cualquiera de sus antiguos alumnos.

- No seas tonto Naruto – intento animarlo, pateándose inmediatamente después al notar esa mirada esperanzada – aunque no creo que esto funcione.

- ¿Por qué no? – Pregunto Naruto escondiendo su nerviosismo – ¿No estás saliendo con nadie, verdad?

- ¿Qué? – pregunto Kakashi sorprendido, no había pensado en aquella posibilidad.

- Porque yo lo sabría… - al ver su expresión sorprendida añadió intentando tranquilizarlo – no es que te este asechando ni nada parecido.

- ¿Acechando?

- ¡Aunque como Hokage debo tener unas cuantas palabras con aquella persona! – Dijo repentinamente, y al darse cuenta de su mirada se sonrojo – Es que… es mi deber mantener segura a la aldea y a sus ninjas… de veras… no es que tenga celos ni nada…

Kakashi suspiro y le dijo tranquilamente – Naruto…

- ¿Qué?

- Guarda silencio...

Kakashi espero que Naruto le indicara el camino para después seguirlo de cerca, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, mirando de reojo al rubio que parecía querer comérselo con su mirada.