Hiiiiii thar! 8D

No esperen que les traiga un capítulo semanal porque realmente, no lo haré, haha. Lo más probable es que sea uno quincenal o mensual, depende de cómo vayan las muchachas a infartarse por yo comenzar a postear esto primero que ellas. Sin embargo, ha pasado ya el tiempo suficiente, considero yo (más de un año), así que tal día como hoy primero de junio de 2008 ofrezco el primer capítulo de Domina Justitia como un regalo de cumpleaños a mi mejor amigo y confidente. Feliz Cumpleaños, Pollux. (Por lo menos fue su regalo en los foros, haha.)

Primero déjenme establecer un background de lo que ha ocurrido entre LA y DJ a nivel de timeline y de plot. Han pasado aproximadamente dos años o un poco más desde el final de LA, dándole el tiempo a los personajes a asentarse y acomodarse en sus rutinas diarias. Zelha y sus amigos están por vivir una nueva aventura, una aventura que decidirá el ciclo de las Guerras Sagradas.

Quiero también que tengan presente y en cuenta que estos... seis primeros capítulos tienen más de un año de ser escritos, y luego de una revisión a fondo decidí dejarlos así como están. A partir del séptimo capítulo es que verán por ustedes mismos si de esos tiempos para acá hay realmente cambios en mi estilo.

Por último, hago un llamado a los lectores de este Amazonverse. Esto es por ustedes. Gracias, muchas gracias a todos por su consecuencia y constancia para con las autoras de este proyecto. Les estamos muy agradecidos.

Y sin más... para conmemorar mi historia número 50 en este site...

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Disclaimer: Tanto Domina Justitia como el personaje de Zelha en cualquiera de sus versiones están bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 España de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite aquí o envíe una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA.

Saint Seiya y sus personajes son de Masami Kurumada, Megumu Okada y TOEI. No busco lucro con esta historia, sólo tomé los prestados para jugar con ellos, ya que Kurumada no me hace feliz con sus tramas, por más épicas que sean.

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Domina Justitia: Cosmic Heart

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Flame I - Silence Must Be Heard

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A Katrina/Argesh Marek.

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"Well-timed silence hath more eloquence than speech."

Martin Fraquhar Tupper

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El brillo de la hoja de la katana se reflejó por un momento en la Armadura de Capricornio. Bajé la hoja cuando me sentí satisfecha y las hebras caían en una suerte de lluvia castaña-dorada.

Listo. Con esto me quitaba un peso de la cabeza y de la espalda. No podía seguir recogiéndome el cabello para todo, así que tomé la decisión de hacerle un corte más manejable para mí y mis entrenamientos.

Imaginé que Aldebarán y Shura pondrían el grito en el cielo, Saga se enfadaría conmigo por quitarle su juguete y los otros por haber cortado tanto, pero me valía madres. Llegado el largo a por debajo de las rodillas, ya era hora.

Sacudí la cabeza, sintiéndola muchísimo más liviana, mi cabello ahora me llegaba a la mitad de la espalda y con eso me conformaba. No cortaba más por amor propio, y también porque internamente no quería que Saga que molestase conmigo... tanto.

- Oye Zel, has visto a--

Me volví a tiempo para ver a Aiolos abrir la boca sorprendido. Torcí la boca, feeling busted.

- No le digas nada a Saga, no todavía -dije, limpiando la katana con un trozo de mi sari-. Se va a molestar, pero ahora siento la cabeza más manejable.

Aiolos chuckled.

- Te iba a preguntar si has visto a Seiya hoy, pero me sorprendiste con la guardia baja -dijo con una pequeña sonrisa-. Y sí, cortaste demasiado, me parece.

- Bah -respondí, cayendo en el usual teasing que hacía con el Sagitariano-. Da igual, el cabello vuelve a crecer... además, si todos los demás andan con esos pelos larguísimos, no quiero ser confundida con un tipo, ¿ves?

Aiolos soltó la carcajada y yo lo acompañé con unos giggles.

- En todo caso, menos mal que ni Aioria ni yo llevamos el cabello tan largo -dijo con sarcasmo-. Eso podría ser bueno, ¿no?

- Eso indicaría que ustedes no tienen problemas de sexualidad, a diferencia de otros -repliqué tosiendo a fuerzas, donde inserté el nombre de Afrodita entre cada cof. Aiolos soltó la risa de nuevo mientras me observaba empujar los cabellos que había cortado a un rincón con una sandalia.

- Sabes que Mu, Saga, Kanon, Camus, Shiryu y el Maestro Shion se pueden sentir ofendidos por ese argumento, ¿no?

- Lo sé, por eso es que voy a confiar en mi amigable vecino y en su sentido del secreto -reboté guiñándole un ojo-. Pero noté que no nombraste a Shaka en esa lista... ¿por qué?

- Pues porque Shaka lleva el voto de celibato muy bien emplazado, ¿no?

- Ah... yo pensé que ibas a decir que era por que es asexual -dije sacándole la lengua. Aiolos soltó de nuevo una larga serie de carcajadas, al tiempo que sentía unas auras conocidas entrando a mi Templo. Alcé la mirada a tiempo de ver a Seiya, Shiryu y Dohko, mirando con sorpresa y cejas alzadas al gran Santo Dorado de Sagitario borrarse de la risa mientras se enjugaba unas cuantas lágrimas.

- Dioses, Zelha, ¡eres terrible! -suspiró cuando recuperó el aliento, mirando luego hacia los recién llegados-. Oh, chicos, ¿cómo están?

- Aparentemente no tan divertidos como tú -apuntó Dohko con un smirk-. ¿Me pueden contar el chiste? Tengo mucho tiempo que no escucho ninguno.

- El chiste es la muñequita del Sexto Templo, Roshi-sama -dije arrugando la nariz-. Decíamos que las melenas largas son sinónimo de hombría en este Santuario, todo lo contrario del mundo exterior...

- ¡Hey! -protestó Aiolos, mientras él y Seiya daban dos pasos al frente ofendidos-. ¡Eso no fue lo que dijiste!

- No, pero Dohko me entiende, ¿verdad?

El aludido soltó la risa mientras Seiya nos miraba a todos de hito en hito. Shiryu sólo sonrió brevemente cruzándose de brazos, sin decir nada.

- ¿Y qué hacen por acá, Dohko, Shiryu? -preguntó Aiolos después de mirarme de reojo-. Seiya, te estaba buscando porque quería hablar contigo unas cosas... ¿nos disculpan?

Observando divertida cómo Aiolos se alejaba con el Pony, me dirigí a los Libranos más poderosos del Santuario con una sonrisa, mientras sacudía las manos y me ataba el cabello nuevamente con una cinta roja, sintiendo claramente la diferencia de peso de la cola alta.

- Te iba a preguntar si sabes algo de las reuniones que habían tenido Hyoga, Shun e Ikki con los Ministros de los países de la última vez... -dijo Dohko, mientras les hacía señas de que me siguieran a los altos del Templo, donde tenía la "cocina"-. Como Shura fue también para Inglaterra, pensé que te había dicho algo.

- Tengo más de dos semanas que no sé de Shura, Roshi-sama -respondí rebuscando en el escabel donde tenía las pocas tazas de arcilla que usaba para beber, ya fuese té, ouzo o vino-. ¿Té?

- Seguro -dijo él, mientras Shiryu asentía-. ¿Has sentido alguna energía extraña últimamente?

Alcé la mirada de la jarra de té que mantenía tapada en el alféizar de la ventana, para descubrir que ambos me miraban fijamente. Levanté una ceja mientras negaba lentamente con la cabeza, mirando de uno al otro interrogantemente.

- No, no he sentido nada... lo único raro que he sentido es ese incremento de poder cósmico que ha tenido Kiki los últimos días... también el de Goran, pero ese lo venía venir...

- No, Zel, no me estás entendiendo -Dohko alzó la mano, aceptando la taza que le ofrecía-. Yo me refiero a energías fuera del Santuario.

- Pues... -fruncí el ceño, tratando de recordar y de paso concentrándome-. No... hay diversos cambios en el ambiente, pero creo que no se debe a nada así...

- Oh, entiendo -dijo el Tigre Dorado mirando a Shiryu mientras bajaba la taza-. Pues, si tú no las has sentido...

- Deja de andarte por las ramas, Dohko... ¿qué es lo que está pasando? -pregunté, sintiendo por un momento un mínimo escalofrío de foreboding en el inicio de mi espalda-. ¿Han recibido malas vibras de fuera del Santuario?

- No, no, sólo preguntaba, ya sabes, para saber si estás alerta -respondió llevándose una mano a la cabeza y riéndose despreocupadamente. Le lancé una mirada a Shiryu, pero tenía los ojos cerrados.

- Okay... -dije dubitativamente-, si tú lo dices... ¿no sabes para cuándo vendrá Shura? Quería mostrarle una nueva kata que me inventé...

- Pues, según Kanon, en los próximos días -respondió Shiryu, mientras ambos se levantaban-. Gracias por el té, Zelha, nos vemos luego.

- Por... supuesto, chicos -respondí, sacada de onda por lo secas de las palabras del siempre amable Shiryu para conmigo-. Que Athena los proteja.

Fruncí el ceño nuevamente al sentirlos salir de mi Templo en dirección a Acuario.

...

¿No entendí?

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Me preparaba para dormir cuando sentí el Cosmo de Saga entrando a Capricornio. Era tarde ya, pasada la medianoche. Terminé de peinarme cuando lo vi reclinado en el marco de la puerta de mi habitación.

- Cortaste demasiado -dijo sin saludar y frunciendo el ceño. Sonreí y me levanté del banquillo que tenía frente al pequeño espejo, dándole la espalda y echando la cabeza hacia atrás.

- Aún está bastante largo, mira, y volverá a crecer pronto -dije con sarcasmo-. Además... ya me estaba cansando de llevarlo, ni que me llamara Rapunzel.

- A mí me gustaba así, Oraios -me volví para verlo cruzarse de brazos. Solté una risita al escuchar el pout en su voz-. La próxima vez no te lo cortes tanto.

- Depende de lo que quieras a cambio -dije con una sonrisa y sentándome en la cama-. Hoy pasaron Shiryu y Dohko y me preguntaron cosas muy raras...

Le conté lo que había pasado, pero Saga no evidenció ningún tipo de extrañeza en su rostro. Confundida, lo miré fijamente.

- No pareces sorprendido. ¿Qué pasa?

- Shion le dijo a Kanon que ha sentido muchos Cosmos en diferentes áreas del mundo, comenzando con la Isla de la Reina Muerte -respondió, sentándose a mi lado-. Siberia del Este, la Isla de Andrómeda... ¿sabes lo que significa?

- Una de dos, o están naciendo Santos nuevos o que tenemos compañía -respondí rascándome la cabeza-. Esperemos que no sea de cuidado...

- Sí, esperemos... -murmuró él ausentemente, mirando hacia la vela encendida. Resoplé encima de la misma apagándola y sacándolo de su mutismo mientras me metía debajo de la sábana.

- No sé tú, pero yo estoy exhausta -dije mientras me arropaba. Al poco rato, sentí el usual dip de la cama al recibir el peso de otro cuerpo. Un brazo rodeó mi cintura, mientras mi cuello recibía un pequeño beso.

- Duerme, Agapo. Mañana es otro día.

- Nite, m'love -dije bostezando-. No pienses tan alto, que no me dejas dormir.

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Los días pasaron, haciendo dos semanas rápidamente. Había estado afinando ese nuevo kata con la katana de Shura, por ésta ser más larga y pesada que la mía. También, lograba meditar mientras daba sablazos a diestra y siniestra.

¿Por qué Dohko me había mentido cuando me preguntó lo de las energías fuera del Santuario? ¿Por qué Saga no me había dicho más nada después?

No sabía realmente qué pasaba con esos dos hombres, así que lo dejé por la paz porque no quería comerme la cabeza con más tonterías o paranoias ajenas.

Encendí mi Cosmo de manera de alargar más la práctica de Kendo, los mandobles ahora eran brillantes y silbantes, dejando una estela luminosa al paso de la hoja.

Satisfecha, bajé el sable a tiempo de ver a Shura entrando a Capricornio con cara de pocos amigos. Alcé la ceja y apunté a la salida hacia Acuario, pero negó con la cabeza sin decir nada.

Mirando la katana, la lancé hacia él mientras empuñaba la mía. Si no quería irse y no iba a hablar... por lo menos que sirviese para algo, joder.

Desenvainé mi espada y me puse en postura inicial, mientras él bajaba la mochila y cargaba en mi contra con un gruñido. I parried su hoja con la mía, enfrascándonos en un duelo que nos dejó a ambos exhaustos, pero ninguno quería dar su brazo a torcer.

Cuando sentí la primera cortada en el brazo, supe que Shura iba en serio y que de paso estaba molesto. Muy molesto.

Buscando una apertura mientras me defendía como podía, logré rasgar su ropa haciéndolo retroceder ejecutando el kata que había inventado, colocando la espada en posición horizontal y lanzándome con todo lo que tenía contra él.

Agachándose lo suficiente como para que la hoja pasase por encima de su cabeza, me golpeó en la boca del estómago con el mango de la katana, sacándome el aire y mandándome hacia atrás con un empujón. Tosí tratando de recuperar el aliento, mientras Shura bajaba su sable y luego lo envainaba.

- ¿Sabías que fui Maestro de Santos Plateados? -me espetó. Yo lo miré y alcé una ceja, mientras envainaba mi espada mientras resoplaba para quitarle el silbido a mi respiración.

Tosí otro poco más, hasta que apreté un punto nervioso en mi mano que me abrió el esófago. Después de varias respiraciones, pude dar pie con bola.

- No... no sabía nada de eso -respondí mientras caminábamos por un pasillo que nos llevaría al podio donde estaba la Armadura de la Cabra-. Nunca me contaste sobre lo que hiciste después de... bueno, después...

- Después de que maté a Aiolos, quilla, puedes decirlo tranquilamente -replicó él muy serio-. Fui el Maestro, aunque por poco tiempo, de Albiore de Cefeo y de Orfeo de Lira. Recordarás quiénes eran, ¿no?

- Mmm... si mal no recuerdo, Albiore fue el Maestro de Shun... y Orfeo... ¿de ése no se decía que era el Santo de Plata que tenía tanto poder como un Dorado?

- El mismo. Un chico brillantísimo dentro de su especialidad. Aunque...

- Shura -lo interrumpí mientras depositábamos las espadas en sus soportes junto a la Armadura-, ¿me quieres decir qué coño es lo que está pasando, que todos ustedes andan tan inquietos como un conejo con un lobo en la puerta de su madriguera?

- ¿No lo sientes? -preguntó a su vez-. ¿No sientes que hay varias presencias poderosas en varias partes del mundo? Hasta en la Isla Kanon, joder...

- Espera, espera -respondí-. Sí sentí las presencias hace poco... pero... ¿son hostiles a nosotros? Siendo que están saliendo en sitios de entrenamientos designados para Santos de la Diosa...

- Eso es lo que no sabemos, quilla... y lo que me tiene realmente preocupado. Toda la Orden de Plata está muerta...

- Sí, claro, ¿y dónde dejas a Marin, Shaina, Kiki y Goran? -pregunté con sorna-. Estás envejeciendo, Kagemusha...

- Me refiero a los Santos de antes, Zel... Albiore, Crystal...

- Wait, ¿qué no que Camus había sido el Maestro del Pato? ¿Crystal...?

- Crystal existió, quilla -respondió Shura, mientras nos sentábamos a la mesa de la cocina y le servía una taza de ouzo-. Camus atendió a Hyoga por un tiempo, pero luego fue reclamada su presencia aquí y dejó a Crystal a cargo.

- Pero a todas estas ese no puede ser su nombre real... -Shura negó con la cabeza-. ¿Así como DeathMask entonces, todo un privacy whore?

- Pues... no sé... nunca supe el nombre real de Crystal. Y ya que estamos, tampoco supe nunca el de DeathMask. Creo que me acostumbré a llamarlos así y luego vi muy normal ambos nombres después de un tiempo. Además... mi cabeza estaba en otros asuntos por esos tiempos.

I hummed para indicarle que había comprendido. Shura vació la taza y la dejó sobre la mesa, apoyando luego los codos y su mentón en sus manos cruzadas.

- Shura... -murmuré, casi regañándome por lo estúpido de la pregunta-. ¿Y si son ellos?

- Nah... no puede ser.

Permanecí en silencio, mientras él se sumía de nuevo en sus pensamientos.

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Estaba imbuida en un entrenamiento físico con Aiolos cuando lo sentí.

Un Cosmo en la lejanía. Impresionante y crudo, sin dejar de ser poderoso.

Me detuve por un momento y Aiolos notó mi sorpresa.

- ¿Qué? ¿Qué pasa?

- Ese Cosmo... ¿lo sientes? -pregunté mirando sin ver al cielo que se recortaba entre los riscos que recluían nuestra área de entrenamiento-. Es... amable, no es hostil...

- Vamos -dijo él emprendiendo la carrera de regreso-. ¡Tenemos que informar a Shion!

Corrí con él, entrando al Paso de los CdC en poco tiempo y pasando delante de una sorprendida Shaina que por poco no es arrollada por nosotros. A lo lejos quedaron sus maldiciones, mientras comenzábamos el ascenso hacia Aries.

Me detuve de pronto al sentir otra presencia, otro Cosmo. Aiolos se detuvo entre las columnas porteras mirándome, para luego mirar hacia el horizonte.

- Este es... resonante, imponente... profundo, como... -no supe cómo describirlo.

- Vamos, Zel, no perdamos más tiempo.

Mu salió de Aries al tiempo que yo comenzaba a subir las escaleras.

- ¿Qué ocurre? -preguntó, para luego mirar hacia el cielo igual que nosotros-. Ese Cosmo...

- ¿Lo conoces? -pregunté rápidamente, mirándolo. Mu entrecerró los ojos como concentrándose, para luego abrirlos mucho, sorprendido.

- Este es... no puede ser, este es...

- ¿Quién, quién? -preguntó Aiolos, incapaz de soportar más el suspenso.

- Albiore... este es el Cosmo de Albiore de Cefeo... no puedo creerlo...

Abrí la boca, estupefacta y maravillada. ¿Cómo es que...?

- Cómo... cómo es posible, yo pensé que... -por lo visto, Aiolos tampoco podía creerlo.

Como pudimos, los tres nos abrimos paso por la Calzada Zodiacal a toda prisa hasta llegar con Shion, quien estaba fuera del Templo Patriarcal con Athena, Shura, Kanon y Saga.

Al vernos, Shion sonrió brevemente y volvió a mirar al cielo, concentrándose, mientras Athena sonreía con algo de travesura. Me la quedé mirando sorprendida, mientras otro Cosmo se hacía sentir en la lejanía, agresivo y muy hostil.

- Guilty... -murmuró Mu gravemente. Lo miré con ojos muy abiertos. Ese Cosmo se percibía como un volcán en erupción, lleno de rabia y odio. Me estremecí poniéndome la mano en el pecho, mientras Athena bajaba la cabeza y entraba en el Templo Patriarcal. Viendo la oportunidad para acosar a preguntas a Shion, Aiolos no se lo pensó dos veces.

- Gran Maestro, ¿qué es lo que está ocurriendo? -cuestionó, preguntando por mí además-. Estos Santos... estaban...

- Sí, Aiolos, ellos estaban durmiendo el sueño eterno igualmente -respondió él luego de un momento, como sopesando la información que debía soltar-. Athena los trajo de nuevo a la vida a todos, cuando fue por ti al Inframundo.

Casi se me cae la quijada de la sorpresa, pero Aiolos retaliated.

- Si es así, Maestro, ¿cómo es que no están aquí, frente a Ella? Le deben a Athena una nueva vida, ¡deberían de estar aquí! Ella--

Otro Cosmo se hizo presente en nuestros sentidos, uno bastante obvio y poderoso. Casi armónico, musical, como... una...

- Orfeo... -murmuró Saga, haciendo que nos volviéramos a verle-. Es Orfeo de Lira, Maestro.

- Bien -dijo Shion después de otro momento-. Preparen el Santuario, debemos recibir a los pródigos Hijos de Plata. A los otros... ya encontrarán de nuevo su camino.

Fruncí el ceño mientras él entraba en el Templo y nosotros nos mirábamos las caras, asombrados. Aiolos movió la cabeza, haciéndome señas de que lo siguiese escaleras abajo. Torcí la boca y comenzamos a descender, con Saga, Shura y Kanon tras nosotros.

- Hay algo que no entiendo -dijo Mu, mirando hacia el horizonte nuevamente-. ¿Por qué Athena no los llamó antes, si los trajo hace más de dos años de vuelta?

- Shion dijo que Ella quería que ellos se adaptasen de vuelta a sus respectivos mundos, que probaran la vida independiente y toda esa serie de cosas -explicó Shura con los brazos cruzados encima de la túnica-. Aiolos fue un caso especial, ella lo trajo de regreso aquí por querer hacerle el mimo.

I snorted y recordé las palabras de Shion, deteniendo por un momento el rant de Aiolos contra Shura.

- Si en mi vida no conociese el sarcasmo, ese había sido el primero que hubiese reconocido a cien kilómetros de distancia -dije, ausentemente-. Shion habló de los Hijos de Plata con mucha ironía...

- Sólo está preocupado por Athena, es todo -intervino Kanon con voz seca. Me encogí de hombros mientras atravesábamos Acuario-. No sería la primera vez que Ella sacrifica su propia seguridad por sus Santos...

- Tch, eso es porque nos quiere, mijo -repliqué irritada, para luego mirar a mi vecino-. Aiolos, ¿continuamos con la práctica? ¡Algún día de estos lograré patearte el trasero, Arquero!

Aiolos soltó la risa y emprendió a correr, conmigo pisándole los talones.

- ¡Volveremos en la noche, ta-da! -dije por encima de mi hombro-. Shura, ¡me debes un pantalón!

Corriendo escaleras abajo, no pude por menos pensar que Saga iba más pensativo que de costumbre. Esos "otros" que había dicho el Maestro...

¿Quiénes serían?

...

Maldición. Esto no me estaba gustando.

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AN: Por cierto, Domina Justitia es Señora Justicia, en latín.

8D!