Lenguaje

Mi primer fic, no seais muy duros y dejadme un bonito review.
Si apreciais al personaje de Naruto, no leais este fic

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Flor de Cristal
Capitulo 1. Sola entre las llamas

Ninjutsu, palabra que define el arte marcial utilizado por los ninjas en el Japon feudal, con los cuales, bajo un duro entrenamiento, podian realizar todo tipo de proezas fisicas y mentales. Pasado el periodo de entrenamiento, los ninjas eran contratados para realizar cualquier tipo de misión.

Los ninjas son expertos en el arte del combate, armados y desarmados. Son entrenados desde niños para combatir, saben donde y como paralizar a un hombre, también como matar. Estudian el cuerpo humano, sus debilidades, su puntos fuertes.

El ninjutsu, concebido durante un periodo de efervescencia militar y poitica y un total caos civil, un tiempo en el cual la supervivencia personal y familiar dependia unicamente de la fuerza, habilidad, capacidad y creatividad personal; es el arte de los ninjas.

Por aquel entonces existian ocho clanes que se disputaban la supremacía de todo el continente: los Uchiha, los Hyuuga, los Sabaku, los Kaguya, los Inuzuka, los Pasupoto, los Uwasa y los Senju.
Por cantidad de miembros los Uchiha, Hyuuga y Senju ganaban por diferencia al resto de clanes, que miraban cautelosamente sus movimientos, llegando a aceptar gente de otros clanes en algunas ocasiones. Las guerras abiertas habian acabado hacia ya mucho tiempo, pero la carrera por crear los mejores ninjas era el mayor pasatiempo de los lideres de los clanes.

Muchos pequeños clanes intentaban sobrevivir mediante acuerdos y pleitesia a los grandes clanes de sus paises, y esto funcionaba, siempre y cuando no aportase más beneficios su desaparición. El clan Haruno era un ejemplo de ello. Tenia acuerdos pactados con los Uchiha, los Hyuuga y los Inuzuka, pero habia dejado de ser util. Era un mal año y los Haruno no sacaban rendimiento a sus tierras, por lo que nadie recibia nada de ellos. AsI, los Hyuuga decidieron atacarles. Como era costumbre, un representante de cada gran clan del pais tenia que ir a revisar la contienda, para cerciorarse de que no ocurria nada demasiado salvaje.

Uchiha Itachi montaba en su caballo color noche, apoyado sobre su cuello y mirando el lento andar de sus pisadas. Iba justo detrás del capitan de los Hyuuga, hermano del lider del Clan. A su derecha, y a pie, iba una joven de rostro pintado y aspecto salvaje, inconfundiblemente Inuzuka. Unos cien ninjas más cabalgaban a su alrededor. Itachi sabia que no siempre era asi. No tenian dinero tantos caballos. Los Hyuuga, aunque poderosos, habian perdido muchas de sus tierras a lo largo de los años en las batallas, por poseer las tierras de la frontera, uno de los motivos principales por los que arrasaban uno o dos clanes al año. Normalmente solo era un escarmiento, después de todo necesitaban que alguien cuidara los campos, pero los Haruno llevaban ya mucho, mucho tiempo, preocupandose unicamente de sobrevivir al presente, sin prestar demasiada atención a los demas, no al menos hasta tenerlos ante su puerta, bien armados y dispuestos a no dejar a nadie con vida.

No habia señales de que les esperaran en la mansión de los Haruno. Se detubieron, aun asi, a prudente distancia.
-¿Que significa esto? ¿Acaso no saben que hay una batalla? – pregunto la Inuzuka mirando con desconfianza a su alrededor.
-Les mandamos tres mensajeros, que volvieron con la debida contestación – dijo sacando un pergamino enrollado de sus ropas – Saben perfectamente que estamos aquí.
-Entonces, ¿a qué esperan?
-El Clan Haruno…-susurro Itachi – probablemente hayan preferido esconderse a luchar. No son gente agresiva. No estan educados asi.
-Eso no es culpa nuestra – rugio el Hyuuga – Tenemos derecho a un ataque, y asi sera – dijo levantando la mano para llamar la atención de sus hombres. Algunos desmontaron y se acercaron furtivamente a la casa, observando, gracias a su Byakugan, el interior de la casa.
-No parece que haya nadie en la primera planta, señor – dijo uno de los que habian retrocedido para informar.
-Pues entonces habra que hacerlos salir – haciendo avanzar a su caballo, cogio una rama seca y la prendio con un par de sellos – Si, más les vale salir – cabalgo hacia la casa, a toda velocidad, seguido del resto de los ninjas que aun quedaban montados, recorriendo la fachada de madera y acariciando con el fuego todo aquello que pudiese arder con facilidad. Itachi se quedo donde estaba, aun apoyado en el caballo, observando como las llamas comenzaban a hacer su trabajo. La Inuzuka apretaba los puños. Su clan jamas hubiese atacado asi. Los gritos de guerra de los Hyuuga comenzaron a sonar entre el humo y las cenizas, lo que significaba que los Haruno habian decidido morir luchando. La noche paso despacio. Los Hyuuga se habian dificultado el ataque a si mismos prendiendo fuego tan rapido a la casa, y los Haruno se habian atrincherado en las zonas donde el fuego aun no habia llegado, atacando desde detrás del muro de llamas a unos Hyuugas preocupados con no salir ardiendo. Al final, el capitan de los Hyuuga avanzo con el simbolo del clan en las manos, una corona de oro blanco de forma circular.

El Hyuuga pidio que le acompañasen al interior de la casa. Las habitaciones principales, aunque quemadas, ya no corrian peligro. En una de ellas habia una escalera, que intento ser en algun momento secreta, que bajaba a un sotano de piedra. Alli habia una anciana, el cadáver de varias mujeres y dos niñas. Una de ellas parecia al borde de la muerte por asfixia.
-Son los unicos supervivientes, y como es tradición, cada uno de vosotros se llevara a uno de ellos – una de las niñas exhalo un ultimo se co suspiro y resbalo inerte por la pared – Ahora sera más facil elegir – dijo alzando las cenjas el Hyuuga.
-Yo me quedo a la anciana – dijo la Inuzuka acercandose, y al pasar junto a Itachi susurro – Morira antes de que salga de aquí y asi no tendre que cargar con nada.
Itachi espero a que ella y la anciana Haruno saliesen de la habitación para acercarse a observar a la niña que quedaba. Tenia el caracteristico pelo rosado de los Haruno y unos ojos verdes y enormes. Tenia la cara manchada de ceniza, igual que el quimono blanco que llevaba.
-Es la nieta del lider del clan, si no me equivoco – dijo el Hyuuga detrás de el.
-Ya veo.
-No te lo reprochare si la matas.
-No tengo intención de hacer tal cosa – cogio a la niña en brazos, mientras las hasta ahora reprimidas lagrimas comenzaban a recorrer su rostro – mi padre decidirá que hacer con ella.
Salio de la casa, con la niña aun a cuestas y desaparecio en el camino a medio galope. La anciana yacía a pocos arboles de la entrada del sendero.

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Sasuke intento esquivar la fuerte estocada que amenazaba con liberar a su cuerpo de la pesada carga de su cabeza. Apenas pudo agacharse, dejando indefenso su flanco izquierdo, por el que la espada de entrenamiento choco con brutalidad. Logro hincar los pies al suelo y no caerse. El dolor se extendio con rapidez. Apreto los dientes e intento recobrar la compostura, mientras su adversario de hoy se alejaba para volver a atacar.
-Parad – ordeno la voz aspera de su padre- Sasuke, ven aquí – ordeno con un movimiento de la mano. El menor de los Uchiha avanzo hacia su padre a la carrera.
-¿Qué deseas, padre?
-Tu hermano ha vuelto.
-Ire enseguida a cambiarme para recibirle.
-No sera necesario, ya se va de todos modos. Pero tu madre insiste en que vallas a ver lo que a traido.
-Si, padre, como ordenes.
-Te pido que, si no te sientes entusiasmado, como pienso que ocurrira, no lo muestres ante tu madre….ya sabes que…con lo debil que esta – Sasuke miro a su padre a los ojos, como tenia la obligación de hacer, y fue la primera vez en sus escasos años de vida que vio un rayo de preocupación y dolor recorrerlos – No conviene desilusionarla ni entristecerla.
-No lo hare, padre.
-Bien, vamos, pues – dijo agarrandolo del hombro para que lo acompañase.
Mikoto estaba sentada sobre un enorme cojin azul, con el brillante y oscuro cabello recogido en un moño alto. Itachi se mantenia en pie, frente a la puerta que daba al interior de la casa.
-Bienvenido, hermano – dijo Sasuke, tan ceremoniosamente como debia hacerse con el heredero del clan.
-Me alegro de verte, Sasuke.
-Mira Sasuke – el joven Uchiha se volvio hacia su madre. Junto a su cojin habia otro en el que se sentaba, nerviosa, una niña de más o menos su misma edad, tal vez algo más pequeña. Estaba algo sucia, y Mikoto le limpiaba la cara con un paño humedo – Esta es Sakura, desde ahora vivira con nosotros y sera tu compañera de juegos, ¿que te parece?
-Que un ninja no tiene tiempo que perder con juegos – sintio el brazo de su padre golpeandole la espalda disimuladamente – Pero supongo que puedo encontrar hueco.
-Estudiara contigo y asi tendras compañía, ya no tendras que soportar a los profesores tu solo – dijo dedicandole una calida sonrisa. Sasuke miro de reojo a su padre, que sin mover la cabeza un apice subio los hombros en signo de sumisión. Sasuke sabia que no habia nada que preocupase más a Fugaku Uchiha que su esposa.

Mikoto le hizo ir con ella y la joven extraña.
-Tu te quedaras el dormitorio de Itachi y ella el tuyo, después de todo el ya pasa muy poco tiempo aquí. Tendra de sobra con la habitación presidencial cuando venga.
Hizo venir a algunas de las sirvientas para comenzar a trasladar las cosas de Sasuke, emocionado por recibir el dormitorio de su hermano. Aunque no lo dijo, para el era un gran honor. En cuanto ambos dormotiros estubieron listos Mikoto, intentando que la niña se sintiese más a gusto, le enseño cada una de sus nuevas pertenencias.
-¿Dormias también en el suelo en casa?
-Si…- contesto con un timido susurro.
-Tu familia era un clan honorable, solo los que caen en la codicia y la comodida duermen en camas altas.
-Mi señora, el joven amo Itachi se marcha.
-Oh, me prometio que se quedaria a cenar – dijo dirigiendose a la puerta de la habitación – Sasuke, quedate con Sakura hasta que vuelva.
Sasuke miro con cierto panico como su madre cerraba la puerta tras de ella. No es que fuese un niño muy social y nunca habia tenido la oportunidad de relacionarse con demasiada gente de su edad. Y esta niña en concreto, le daba escalofrios. Parecia un jarron de cristal que fuese a romperse en mil pedazos a la menor ocasión.
-Tienes un nombre bonito – dijo ella rompiendo el hielo, mirandole con sus enormes ojos verdes. Sasuke observo su ropa sucia antes de contestar.
-Gracias.
-¿Es de algún antepasado?
-Hm….no.
-En mi clan todos llevamos nombres de nuestros antepasados – dijo acercandose a la ventana para mirar fuera – Que jardin más grande – susurro.
-¿Y por qué no estas con tu clan?
-No lo se.
-¿No sabes donde estan tus padres?
-No. Ayer me dejaron con la vieja Hiromi y luego el fuego se comió mi casa.
-Entonces, tus padres posiblemente esten muertos, ¿no crees?
-¿Por qué? – dijo mirandole, incredula – Los papas no pueden morir.
-¿Quién quemo tu casa?
-El fuego.
-Pero alguien debio de provocar el fuego.
-Habia tres hombres, con unos ojos extraños. También estaba…Itachi, y una mujer salvaje.
-¿Ojos rojos?
-No, blancos.
-Si eran Hyuugas, tus padres estaran ahora muertos.
La niña medito un momento sus palabras, sin saber muy bien interpretarlas. Luego giro la cabeza hacia al ventana.
-Ahora esta sola.

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Objetivo 6 Reviews

Sin eso no habra continuación, lo siento por aquellos a los que os haya gustado, haced que vuestros amigos me dejen review xD.