Disclaimer

Todos los derechos pertenecientes a la Sra. Rowling, la WB y Salamandra. No hay fines de lucro bajo la realización de este escrito, sólo la mera satisfacción y entretención que saco de ello.

Aviso

Bienvenidos a mi siguiente historia! Fue inspirada por la relación entre Nathan Scott y Haley James en One Tree Hill, ligeramente inspirada, y he ocupado un par de sus frases famosas, pero muy sutilmente y muy poco, de seguro que tendrán mucho más claro el asunto después de leer el capitulo. Esta ambientada luego del sexto libro, así que si han leído el séptimo, olviden todas las atrocidades que ocurrieron en esa cosa.

Sumario Completo

Durante la guerra hay muchos secretos, pero Harry y Hermione comparten uno que hasta podría acabar con sus vidas.

A veces, la única forma de escapar es refugiarse, ellos lo han encontrado, pero no todos estarán felices con la decisión que han tomado. Especialmente Ron, que como nunca podría sentirse traicionado.

Horcruxes, Voldemort, romance y acción son parte de esta nueva aventura a la cual estos dos se lanzaron ¿Lograrán sobrevivirla?

Dedicación

Al Milenco y al Renato. También la dedico a todos mis lectores, y lo hago en celebración del pronto cumpleaños de Harry Potter, que este 31 lo pases muy bien amor! Y espero que en algún lugar estarás disfrutando tus 38, si has dejado a Ginny para irte con Hermione, mejor aún! Bien por ti, te felicito!

¡Disfruten la lectura!

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SI TU ME MIRAS

Capitulo Uno

En secreto

La nieve caía sobre las calles de Londres, adornos de Navidad adornaban las casas, el frío viento azotaba algunas ventanas y la gente reía feliz dentro de sus hogares. Sólo una vieja y oscura sección de Grimmauld Place se veía completamente oscura y deprimentemente fea, de haberse podido ver, porque esa casa tenía algo especial, era completamente invisible… para él que no estuviera permitido la entrada.

Pero la verdad era que en esos momentos, en su interior, la casa era todo menos oscura y deprimente. Una gran cantidad de personas sonreía una a otra, contagiando el espíritu navideño, completamente adornada y olvidando por una vez en ya en casi dos años que no existía una guerra a la cual ir. Todas esas personas estaban felices, aunque fuera por solo una ocasión.

- ¡Harry!

- ¿Sí? –preguntó el chico mirando a una pelirroja bastante sonriente.

- ¿Quieres bailar conmigo?

- Eh… No hay nadie bailando…

- Vamos… -dijo en tono suplicante.

Él chico de ya 17 años miró alrededor, tomando vista de una inmersa castaña conversando con Remus Lupin y soltó un suspiro cansino.

- Esta bien…

Y así se puso a bailar con Ginny Weasley, la hermana de su mejor amigo, que no perdía oportunidad para arrastrarlo cada vez que lo veía. Y sólo por el hecho de no ser grosero, aceptaba. Lo único que quería era subir y dormir, su cuerpo estaba completamente muerto. La búsqueda de los horcruxes no era algo fácil, su doble vida lo era aún menos.

Él, Ron y Hermione ya llevaban meses investigando, decidiendo no volver a Hogwarts se habían mantenido en Grimmauld Place número 12 para pasar el tiempo. Con una biblioteca llena de Artes Oscuras y con diversos medios de transporte a mano, nada parecía mejor opción.

Pero cada vez se acercaban las fechas de festividades y los tres de verdad extrañaban a sus familias. Con la ayuda de cada varita mágica, arreglaron la casa de tal manera, que la Navidad entrara por los poros de cada uno, llenándolos de esperanza y segundos aires para lo que venía.

Todos habían sido invitados, amigos de Hogwarts, gente de la Orden, obviamente los Weasley y los Granger. Esa última parte había sido difícil para Harry, no podía ver a John y Olivia Granger sin sentirse completamente culpable, nunca debió haber hecho lo que hizo. En realidad, de la forma en que lo hizo.

Cerró los ojos un momento le estaban ardiendo por el cansancio, pero de pronto sintió la familiar sensación de la aparición. ¿Qué demonios?

- ¿Ginny?

- Shh… no digas nada –le susurró en el oído.

Pero claro que no alcanzó a decir nada, porque apenas abrió la boca para preguntar que estaba ocurriendo, los labios de la chica se posaron sobre los suyos aprisionándolo sobre la puerta que parecía ser su habitación. Abrió los ojos alarmado y se soltó rápidamente, girando a Ginny en un solo movimiento y dejándose todo el espacio posible en su espalda.

- ¿Harry? ¿Qué pasa? Pensé--

- No… no puedo…

- ¿Pero que ocurre? ¿Ya no te gusto?

El ojiverde tragó con dificultad. ¿Tendría que decirle la verdad? O podía seguir con el secreto.

- Claro que sí… -eso había sonado mal, pero había dejado a una complaciente Ginny, tenía que arreglarlo completamente- Pero—no de la misma forma…

- ¡¿De que estás hablando?!

- Yo—ya no puedo estar contigo Ginny…

- ¡¿Hay alguien más?!

- Bueno—eh--

- ¡Es Hermione!

- ¡NO! Ginny, cálmate… yo cuando terminé las cosas contigo fue por una razón especifica, para protegerte, pero el tiempo pasa y cosas—pasan… y lo nuestro ya fue… lo siento mucho… ¿No podemos ser a-

- No te atrevas a decir 'AMIGOS' –le advirtió levantando un dedo.

- Pero--

- En verdad eres un imbécil Harry Potter ¿Lo sabías?

Y con un portazo dejo al chico estático en su punto. Estaba en su habitación, retrocedió unos cuantos pasos y chocó con su cama, dejándose caer pesadamente. Quería dormir, sólo quería dormir, el día anterior había sido agotador, doble entrenamiento, investigación, actividades extracurriculares y parte de la búsqueda.

Los tres se habían dirigido a un punto muy lejano en Escocia, investigando la procedencia de Rowena Ravenclaw, necesitaban averiguar si Voldemort había decidido tomar algo de ella para crear un horcrux, pero todo terminó con una larga caminata y ninguna sola pista.

Harry pegó un grito frustrado, necesitaba vencer a Voldemort, necesitaba hacerlo o se volvería loco, no podría ser completamente feliz y despejarse de tantos secretos. ¡Cuánto deseaba poder hablar! Pero no podía… sólo él y Hermione eran las únicas almas en esta tierra que sabían uno de los tantos, existió una tercera persona, pero un simple hechizo lo hizo olvidarse de todo, era mejor así, sin peligro a ser descubiertos.

Avanzó a su clóset, que llevaba a un pequeñísimo cuarto luego de correr la ropa que estaba colgada, ahí habían dejado todo lo recolectado, tomo un par de fotografías y unas carpetas que Hermione les había obligado utilizar. Casi podía escucharla "¡Ya me lo agradecerán cuando quieran saber algo y no tenga la menor idea donde esta! ¡Hombres!" Y a pesar que su ego era lastimado, en el fondo ella tenía razón.

Se sentó en la silla que lo esperaba y comenzó a hacer nuevas anotaciones. Tenía que despejarse y que mejor que tratar de encontrar otro trozo de la retorcida alma de Voldemort en Navidad. Excelente.

El tiempo pasó, muy lento, todos celebrando en el primer piso y él trabajando para terminar esta tortura de una vez por todas. Como lo odiaba, porque complicaba tanto las vidas de la personas. Sintió el piso de la habitación crujir, levantó la mirada, si era quien creía que era, entraría donde él estaba.

Los pasos se acercaron aún más. Y la línea de ropa fue corrida mostrando una Hermione con el pelo tomado y algo alborotado a causa del ajetreo, con un vestido color rojo amarrado al cuello y que llegaba a la rodilla, muy acorde a la festividad.

- ¿Ya te dije que te ves hermosa?

- No… pero Ron no ha parado en toda la noche –dijo frunciendo el ceño.

El chico golpeó la cabeza contra la mesa. Ron. ¡Porque!

- ¿Qué haremos Harry?

- No lo sé. Tenemos que esperar que toda esta locura acabe, eliminar a Voldemort y aclarar todo, para despejarnos de este sentimiento de culpa y poder ser felices de una vez por todas.

Ella asintió y se sentó encima de él, lo abrazó por el cuello y unas cuantas lágrimas se acumularon en sus ojos.

- ¡Nunca les había mentido! Es horrible tener que estar con mis padres sabiendo la verdad, entendiendo que tendré que decirles y que no estarán tan complacidos con la noticia, ¡Pero que no puedo! ¡Y tengo que esperar! ¡Y- Hermione se interrumpió así misma y bajo la cabeza.

- ¿Qué pasa amor?

Ella lo miró aprensiva y con temor.

- ¿Qué haré si te ocurre algo?

- No pienses en eso… -le susurró dando el corto beso en los labios.

- ¡Harry! ¡Esto es serio! ¡Hay que pensarlo! En cualquier minuto tú o yo podríamos terminar muertos. Y--

Él la interrumpió, esta vez no con un beso corto, si no con uno lleno de amor y calma, necesitaba tranquilizarla, hacerla entender que todo saldría bien, en estos casos las palabras no servían, si comenzaba una conversación Hermione terminaría pensando más y más, analizando todo desde los ángulos más extraños. Si la besaba… diferente era la cosa… con el pasar de los meses Harry había descubierto que la única cosa, bueno… una de las cosas… que llevaba a Hermione a la inconciencia misma… era besándola. Y eso intentaba.

- Harry –comenzó la chica entre besos- No… estás- un sonido salió de su garganta cuando Harry profundizó el beso- Detente, porque no creo poder contene--

Hermione se detuvo abruptamente. Lo miró examinándolo y se lamió los labios tratando de analizar lo que sintió. Se paró y con los ojos completamente abiertos salió del closet.

- ¡Hermione! ¡¿Qué ocurre?! –preguntó él preocupado.

- ¡¿Fue Ginny?! ¡Ese es su brillo de labios! ¡Ella es la única persona que conozco que podría ocupar melón! ¡Puaj!

- ¿De que estás hab-- Ah… eso… -dijo en voz baja.

- ¡Sí! ¡Eso! ¿Cuándo me iba a enterar? ¡¿Cuando ella me contara la magnifica sesión de besos que tuvo con Harry Potter?!

- No fue así…

- ¿Te trajo cuando bailaban? ¡¿La besaste abajo?! –dijo ella escandalizada.

- ¡HERMIONE!

Ella ya lo estaba exasperando, tenía que oírlo. La castaña lo miró sin expresión, esperando por lo que tenía que decir.

- No fue lo que crees.

- No es lo que creo… mmm… -Hermione repitió con sarcasmo.

- ¡Es verdad! ¡Estaba pensando y me distraje y nos apareció acá! Y de pronto me besó, ¡Te juro que no avancé, ni la besé de vuelta! Incluso terminé todo con ella, y me llamó imbécil.

Hermione lo miró esperanzada.

- ¿Terminaste todo?

- Absolutamente todo. Y me preguntó porque, cuando me nombro a ti me asusté demasiado, tuve que negárselo. Y me sentí horrible por ello. Esto es más difícil de lo que creímos ¿Cierto?

Hermione asintió y se acercó a abrazarlo desde la cintura.

- Aunque ya tenemos algo más hecho. Ginny.

- No por completo. No sabe lo nuestro.

- Ya llegará el momento y cuando ese momento llegué quiero esas vacaciones.

- Las tendrás Hermione, aunque sea lo último que haga.

Ella abrió los ojos y lo miró. Tomándolo del cuello lo bajó un poco para besarlo, esta vez de manera más fuerte y apasionada. Harry bajó sus manos por la espalda y comenzó a jugar con los tirantes que caían del cuello. Se fue acercando lentamente a la cama y cayeron abruptamente en ella, unas risas escaparon de sus labios mientras sonreían al besarse.

Completamente enamorados, era así como se sentían, y era el sentimiento más maravilloso dentro de ese lúgubre y oscuro ambiente en el que vivían. Había días que podían pasar horas alucinando, viviendo dentro de sus fantasías, olvidándose del resto del mundo, sólo existiendo ellos.

Harry estaba levemente recargado sobre ella y le acariciaba el costado lentamente. La camisa de Harry yacía olvidada en el suelo, ninguno notó en que momento fue desechada. El sonido del reloj de la mesita de noche de Harry los interrumpió. 12.00 AM.

Ambos levantaron la vista y se sonrieron.

- Feliz Navidad Harry…

- Feliz Navidad a ti también.

Y volvieron a la actividad del beso. Hermione se detuvo de pronto.

- ¿Que te pasa hoy? –le preguntó el chico.

- ¡Merlín! ¡Me olvidé por completo!

- ¿Qué ocurre? –se preocupó.

- Cuando vine, lo hice porque necesitaba hablar contigo… Y se me olvidó por completo.

- ¿Qué paso?

- Papá y mamá, quieren que me vaya con ellos unos días, tienen todo esto de que quieren pasar las Navidades en familia y-

- ¿Qué?

- Y ahí fue cuando me sentí mal, porque tú eres mi familia ahora Harry… y no sabía que iba a ser, tenía que llevarles una respuesta y eso fue hace como media hora.

El rió. Y estiró los brazos para que ella se acercara y se sentara a su lado.

- Hermione… tú entiendes porque nosotros hicimos todo esto ¿Cierto?

Ella asintió.

- Bueno… yo nunca tuve una familia, ahora te tengo a ti… pero tú sigues teniendo a tus padres y ellos merecen pasar tiempo contigo, más ahora que nuestro futuro es tan incierto.

Hermione le sonrió y lo botó en contra de la cama abrazándolo.

- Gracias Harry…

- De nada… Ahora ve… tienes que arreglar tu equipaje.

- Espérame cinco minutos, en seguida vengo a despedirme apropiadamente –y con un guiño de ojos desapareció, dejando a un Harry sonriendo.

Hermione era puntual y eso le encantaba. A los cinco minutos volvió a aparecer, con dos bolsos, con sólo mirarlos supo todo lo que llevaba, en uno ropa y un par de libros, mientras que en el otro, lleno de más libros. Segunda cosa que le enloquecía.

Pero la chica no iba a dejarlo esperando aún más, botó los bolsos y lo afirmó del cuello para besarlo. Fue tan intenso que Harry apenas pudo articular movimiento y cuando ella terminó con él quedó con los labios todavía entreabiertos y una mirada ida, junto con una sonrisa tonta. Hermione le limpió el labio.

- Listo. Estás perfecto.

Él río y se puso de pie abrazándola fuertemente.

- Te voy a extrañar… -le susurró en el oído.

- Yo también…

- Te amo…

- Yo también –y le besó el cuello.

Con mucha fuerza de voluntad. Se salió de su abrazo y le dio un corto beso.

- Que disfrute las fiestas señor Potter…

- Que disfrute las fiestas señora Potter…

Y con un guiño de ojo y una sonrisa traviesa ella desapareció. Harry suspiró, miró su pecho, la polera estaba tirada en el suelo, con cuidado se retiró la cadena que llevaba colgando un anillo de matrimonio de oro blanco. Sin dudarlo lo sacó y se lo puso en su dedo anular de la mano izquierda.

Después de un par de minutos con el puesto se acostó de nuevo. Se sacó el anillo lo puso en la cadena, luego en el cajón y cerró los ojos, imaginando como sería el resto de la semana sin Hermione y con un Ron que no paraba de hablar sobre ella.

Guardar el secreto no era nada de fácil. Guardar secretos era lo peor del mundo.

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Notas de la Autora

Holas! Bueno, aquí está mi nueva historia! Espero que les haya gustado tanto como as otras. Esta la empecé hace tanto tiempo que ni recuerdo, probablemente ya tiene casi dos años, supongo, no estoy segura, y no está terminada, pero decidí que era hora que fuese leída y disfrutase de su momento de Internet, además creí que sus cometarios me ayudarían a inspirarme en terminar el último capitulo, sí es lo único que falta, 1200 palabras para terminar el capitulo 24 y hacer el epilogo, que probablemente sea corto porque parte de mi quiere hacer una secuela para esta historia, todo dependerá del recibimiento que tenga.

Bueno, cualquier duda, pregunta, me la hacen y la respondo, espero que comenten harto y sigan leyéndome, trataré de actualizar semanalmente como siempre, y que también se pasen por Una Hermosa y Gran Mentira si no lo han hecho, y si vienen de allá, gracias por sus lindos comentarios!

"Los reviews son el oxígeno de un escritor de fics"

¡No quiero morir ahogada¡Ni tan joven!

¿Por favor?

Nos vemos!

Francis

Delusional al 100