Sentimientos

-Draco. Sé quién eres, y no te tengo miedo. –Por primera vez su apariencia dejó un hueco en el que pude ver su espanto., porque yo sabía la verdad.

-Luna me contó la leyenda sobre ustedes los fríos, y sobre las familias que existen – con la palabra, él se tensó. – Y Ginny lo confirmó cuando te llamó "hijo de Rohe", en el bosque.

Silencio, de nuevo.

-Lo tomas muy a la ligera, Hermione, como no debiera ser. – Graznó, aun sin recuperar la compostura.

Entonces me paré para enfrentarle.

-No me importa lo que seas, Draco Malfoy, porque estoy enamorada de ti.

CONTINUACIÓN…

Se quedó pasmado, y estuve segura de que por un momento su frente se perló de sudor frío, a pesar de que, si lo que yo decía era verdad, eso era imposible. Su cara parecía tallada en piedra pero con una expresión de horror. Bien, esa no era la reacción que yo habría querido, pero la situación no ameritaba mejor cosa, debía comprenderlo. Draco siguió sin hablarme, y por unos minutos su silencio solo ayudó a que mi sonrojo fuera de fuerte a fuertísimo. No me sentía a avergonzada de mi declaración desde luego, pero sí de que él no me correspondiera.

-No. – Su ronca voz rompió con todo pensamiento en mi cabeza, sonó tan grave, tan confuso que me dio a entender que ni él estaba claro con lo que debía decir. Sacudió su cabeza como queriendo quitar una idea de la cabeza, y acto seguido me dio la espalda, pero no avanzó ni un paso más. – No, no estas enamorada de mi.

-Sí que lo estoy. – Le dije tímidamente, pero convencida de que así era.

Draco volteó bruscamente hacia mi y me encaró, su cara estaba torcida en un gesto de profunda desaprobación y un gran tanto de preocupación.

-¡Qué debo hacer para que entiendas que no soy bueno para ti! – Espetó, pero al no moderar su volumen de voz el gerente estuvo a nuestro lado de un momento a otro.

-¿Esta todo bien, señorita? – Miró con reproche a Draco, pero éste no le miró, pues dio media vuelta e hizo ademán de irse.

-No se preocupe, ya nos vamos.- Respondí evadiendo su pregunta, porque de lo contrario me habría visto obligada a decir la verdad, pues hablar mentiras no se me daba bien; y decir la verdad era que "no, no estaba muy bien". Estaba enamorada de un frío, un hijo de Rohe, quien se alimentaba de mi sangre y que, probablemente, ansiara tanto la mía como yo de su atención. No, definitivamente no podía permitirme a mi misma contestar su pregunta.

El gerente asintió y me dejó ir con Draco quien me abrió la puerta, y de mala gana me siguió.

-¿Tienes tu varita contigo, verdad? – Asentí; estábamos afuera del restaurant, donde ya comenzaba a caer una fina nieve, un escalofrío pasó por todo mi cuerpo: nervios mezclados con frío. –Bien. En la tienda de caramelos hay una chimenea, debes irte a casa de Hagrid para llegar a Hogwarts por polvos Flú, tu varita es por seguridad.

-¿A dónde vas tú?

Se encogió de hombros. Y me fijé en que solo portaba un sueter de manga larga, mientras yo portaba bufanda y botas.

-No me iré sin ti.

Se acercó demasiado a mi, y me resopló.

-¡Soy un monstruo, Hermione, que en cualquier momento podría matarte! ¿Tan poco valoras tu vida? ¡Aléjate de mi, vive!

Su voz me provocó un sobresalto, pero por alguna razón no podía alejarme de él. No infundía miedo en mí, y no había nada más que yo quisiera más en mi vida que estar con él. No podía irme sin él, ni él sin mi.

-Si piensas que soy un super héroe estas muy equivocada, - bufó, y de su boca salió vapor. – Soy el villano de la historia, el que debe estar alejado de la humanidad por bien de la misma.

Yo lo miraba atentamente, con mi mirada llena de suficiencia y convencimiento. Yo no daría un paso a tras de lo dicho, yo lo quería, yo me sentía protegida y valorada cuando estaba con él. Y entendía, de veras lo hacía, lo peligroso que podía ser tener una relación con un frío, pero él no era sólo un frío… él era Draco Malfoy, un frío con alma humana.

-Debes irte, Hermione, por favor – Con su mano derecha rozó mi mejilla, apenas sentí su gélido tacto, y ese gesto le resto completamente la importancia a su petición. Él no quería que me fuera, o al menos no lo demostraba.

Tomé su mano que aún rozaba mi mejilla y la acerqué más a ella, para que la tocara por completo, a lo que dio un respingo al sentir mi cálida piel. Yo arremedé su gesto, y coloqué una de mis manos en su mejilla y la acaricié a pesar de lo fría y dura que la encontraba.

-Si supiera que tus sentimientos no son como los míos no insistiría, pero no me has dado menos motivos para creer que estoy en lo cierto.

Él me miró con gravedad, se sacudió para quitarse mi mano de encima y asimismo la suya de mi cara.

-Dame un momento. –Se alejó unos pasos de mi, dándome la espalda. De nuevo silencio entre nosotros. Draco parecía tener una lucha interna consigo mismo, y yo estaba ansiosa por conocer los resultados, pero antes debía considerar tener una lucha yo también. ¿Porqué, a pesar de sus advertencias, no le temía? Eran varias razones, y la más palpable era que él ya me había salvado en dos ocasiones: suficientemente a tiempo. No le temía porque él no había intentado hacerme daño, si lo hubiera querido hacer ya lo hubiera hecho, por ejemplo, cada noche cuando visitaba mi recámara, cuando no estaba Ginny. Pero por otro lado, Draco era un hijo de Milkan de Rohe, la peligrosa fría que criaba a su familia bajo sus mismos principios. Si yo no veía la similitud entre el comportamiento entre Draco y el de su creadora, entonces ¿a qué le tenía tanto miedo él? ¿Acaso Draco era el único de su familia que podía no hacerle daño a los humanos? en ese caso, ¿porqué no se cambiaba de familia, como a la de Ginny (quien yo recientemente había descubierto que también era una fría, cuando la discusión entre ella y Draco en el bosque)? Draco le temía a algo que yo desconocía, aparte de su temor a mi ausencia del miedo hacia él.

-Quiero que… quiero que lo sepas, que si fueras tan inteligente como sé que eres te alejarías de mi. Quiero estar contigo pero no debería quererlo.

Mis pupilas se clavaron en las suyas, midiendo la veracidad de sus palabras. Palpando cada una de ellas, pues sabía que tenía razón… pero a la vez, él me infundía seguridad, por muy retorcido que pareciera la situación, Draco era mi fuerte.

-¿Porqué no me temes?-Gruñó, enojado.

Di un paso hacia él, pero Draco se alejó aun más de mi, como huyéndome. Hizo ademan de decirme que me alejara, que estaba pensando.

-Sabes lo que soy. ¡Tú lo sabes! – Me gritó. Sus cejas casis e tocaban en sus sienes y sus labios estaban rojos por la presión que había ejercido en ellos para no gritarme aun más, supuse. A mi vista , de un momento a otro, desapareció y apareció en otro .- ¡Dimelo; dime que sabes que soy un vampiro, y que puedo matarte! – De nuevo apareció frente a mi, y yo me sobresalté. Puso una de sus manos en mi brazo y lo apretó ligeramente – Dime que te asusto, dime que me aleje de ti… porque de otra manera, Hermione, te juro que te hago daño.

Giré sobre mis talones dándole la espalda deshaciéndome de su apretado agarre, y mis ojos vagaron por el bosque verde y vaporoso; me fijé en que las estrellas ya brillaban por la falta de luz y que, efectivamente, estaba muy lejos de casa. Y aun asi, le daba la espalda a un vampiro, el cual, sediento, podría morderme por desprevenida. Pero, morir en sus brazos, seguramente no sería tan malo. Dolería, sí, pero seguro compartiríamos el sentimiento, pues Draco estaba tan anclado a mi que quitarme la vida sería como llevarse la suya propia junto a la mia. Lo sabía. Giré suavemente de nuevo, dándole un ángulo de mi cara y para observar de lado su reacción.

-No.

-¡¿No?! – Bufó, molesto.-¡Eres tan terca!

-¡Y tú tan cerrado! No te tengo miedo, tu no me harias daño… yo confio en ti, ¿porqué no puedes creerme? Siempre quieres saber lo que pienso: ¡aquí lo tienes! Yo, Hermione Granger, estoy enamorada de ti, Draco Malfoy. –Suspiré rendida, ya había dicho todo lo que tenía que decir y ahora solo tocaba observar su cara de sorpresa por mi confesión. –Es irremediable, no puedo contra el sentimiento… por favor, yo no…

Una sonrisa curvó ligeramente sus labios, sin embargo la preocupación no se alejó de su mirada, se acercó decididamente a mi encarándome.

-Entonces no me dejas opción; romperé las reglas.

Sus ojos color caramelo que detonaban toda su excitación. Su cabello perfectamente peinado y su andar tan grácil contrastaban con su declaración, Draco no era un rompe-reglas, o al menos no lo aparentaba. Pero lo cierto es que él ya había esperado mucho tiempo para romper las reglas, dejar los tabúes.

-¿Sabes cuán extraños me resultan tus cambios de humor, vampiro bipolar?

Él ignoró mi pregunta.

-¿Cuál es tu plan para esta noche, Granger? –Dijo con su voz tan varonil y grave me contagió de su emoción, y le sonreí… una sonrisa con la que le decía a gritos que no le temía, que le quería y que estaba contenta con su decisión. Él a cambio me dio una de sus deslumbrantes sonrisas.

-Pues cierta persona me ha mandado a casa, pero aun es temprano, ¿no lo crees?. – Repliqué, aun sonriendo.

-Creo que deberías rebelarte también, ya sabes…¿romper las reglas, quizás?

Mis rodillas flaquearon, la manera en que me miraba y me hablaba era tremendamente sexys. Draco era demasiado perfecto para mi, a tal grado que me hacía dudar de mí misma. ¿Era yo lo suficientemente buena para él?

-Llévame a donde tú quieras, Malfoy

Una sonrisa atrevida torció sus labios hacia arriba, seguro, estaba convencido de lo que haría.

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La pradera que estaba a una hora del restaurant en Hogsmade nos llevó 15 minutos encontrarla. Draco condujo la escoba maestramente, no chocaba con ningún árbol ni con ningún carro, eso a pesar de que la velocidad a la que iba me era casi imposible ver qué estaba en frente de mi, para mis ojos los arboles que pasábamos solo eran una mancha verde con café, una mezcla de colores. Pero ahora lo veía bien, ya sentada en el tronco de un árbol caído, que el lugar en donde estaba era realmente bello, lleno de arboles altos y verdes, flores de muchos colores a mis pies; y lo mejor, la neblina nocturna provocada por el frío del invierno daba el toque perfecto para mi cita con un vampiro, era tan misteriosa como romántica.

-¿Cómo descubriste éste lugar?

Draco, quien a la luz de la luna se veía aun más perfecto, estaba recargado al tronco de un árbol, a un par de metros de distancia de mi.

-Es aquí a donde vengo de noche en noche, es mi lugar preferido… –Y volvió su mirada hacia mi con una mirada significativa, llena de alegría; y ¿ cómo contener la mía? Él rompía las reglas por mi, por una completa humana! ¿Le era yo tan especial? – …después de tu recámara, claro – Soltó una risita. ¡Cómo me encantaba verlo feliz!

Arranqué una ramita del tronco que tenía bajo mi peso y me puse a jugar con ella, entre nerviosa y entretenida, pensando en alguna respuesta.

-¿Ha venido alguien más contigo?

Draco negó con la cabeza, movimiento que provocó que su cabello brillara aun y cuando la neblina estaba sobre su cabeza.

-¿En qué piensas? – Él frunció el ceño al escuchar mi pregunta, sorprendido de que yo le ganara su pregunta favorita. Yo mientras tanto sonreía triunfante, tendría que responderme y después de todo a mi me encantaría resolver más dudas sobre un ser tan hermoso como lo era él para mi.

-Estoy concentrado para controlar mis emociones, mis impulsos y mi fuerza; y a la vez pienso en ti, y es eso lo que me hace más llevadero mi auto control. –Me vio por el rabillo del ojo, tanteando mi reacción. - ¿Tienes miedo?

-No.

-Estas sola en un prado con un hijo de Rohe, a dos horas del Colegio.

-No estoy sola. – Refunfuñé, a pesar de que sabía que él decía toda verdad. Él levantó una ceja haciendo una pregunta muda: "¿a si?" Tomé aire, estaba lista para darle mi teoría que de hace unas horas para acá se había plantado en mi cabeza. – Dentro de tu cuerpo habitan dos almas, una es el vampiro hijo de Milkan de Rohe, y la otra es de Draco Malfoy. Pienso que aunque te es difícil controlar a la primera alma, la segunda es tu escencia, aquella que piensas que es tu pasado pero que descubres que también puede ser tu presente. No tienes por qué dejar de ser en alma y cuerpo Draco Malfoy, es él quien siempre me acompaña cuando el vampiro quiere atacar.

Draco me miró casi con la boca abierta, y su cara a mi me pareció como si palideciera aún más de lo normal, por supuesto, eso solo era mi viva imaginación. Se quedó quieto durante un minuto entero, como la fría estatua que solía ser cuando pensaba, y aun seguía sorprendiéndome, y me daban ganas de sacudirlo para recordarle que debía respirar y pestañear.

-Sabía que eras lista, Herms. – Dijo, y mi sobrenombre sonó celestial al ser pronunciado por su grave voz. Me deslumbró con una de esas sonrisas y yo parpadeé perpleja.

-¡Hey, no hagas eso! – Repliqué aún pestañeando. Al parecer él no sabía de su poder encantador de sonrisas pues me preguntó de qué hablaba, a lo que le contesté: - ¿No te has fijado que después de sonreir la gente se queda como en la luna? – Negó con la cabeza. – Bueno, para que lo sepas, sueles deslumbrar con tus sonrisas, cuando las usas haces que la persona en frente vea lucecitas de colores por un buen rato. – Sí, yo aún veía las mentadas lucesitas.

-Nadie me había dicho eso antes…

-Quizás por que no estabas muy acostumbrado a sonreir – Le interrumpí, y él me dio la razón, pero agregó: - Hasta que llegaste tú. – deslizó ágilmente su cuerpo por el tronco hasta llegar a sentarse alado de mi, mirándome a los ojos y yo sin poder evitar sonrojarme.

-Adoro que te sonrojes. –Tomó mi cara delicadamente con un dedo para girar mi mirada a la suya. – Aveces te sonrojas incluso cuando duermes- Se rió por lo bajo, al parecer disfrutaba de algún recuerdo.

-Quiero saber todo sobre ti. – Dijo y me miró atentamente.

-Me doy cuenta que sabes de mi más de lo que yo se. ¡No sabía que me sonrojaba dormida!

Draco se rió

-Fue hace un par de noches. – Su boca se transformó en una línea cuando dijo: - Soñabas conmigo.

Si no fuera suficiente pena ya con esto me dejó mas avergonzada que nada. ¡Había soñado con él, Draco se había dado cuenta y para colmo me había sonrojado! Lo cual ahora me dejaba aún más sonrojada, si eso era posible.

Me levanté torpemente de mi cómodo asiento y le di la espalda mientras pensaba que me había pillado. Sí que había soñado con él, ¡y vaya sueño!

Pasamos las horas platicando, él me hacía más preguntas de las que él me contestaba cuando yo preguntaba. Era injusto, peroa Draco parecía interesarle más mi vida que la suya. Juraba que yo era la persona más interesante que jamás había conocido, y yo no podía evitar encogerme por su declaración; mi vida antes de llegar a Inglaterra había sido, en todos los sentidos, patética. En cambio él era un ser diferente a mi. Ignoraba cómo se había convertido en un vampiro, en un frío, y cómo había llegado a formar parte de Milkan de Rohe. Yo añoraba saber más de él, pero Draco casi no me dejaba preguntar, parecía estar anonado con mi pasado. El tiempo pasó alrededor de nosotros y si no fuera porque los humanos necesitamos dormir, nos hubiéramos quedado mirándonos hasta el día siguiente y más. Aveces no hablábamos y nos limitábamos a mirarnos. Pero el sueño me vencía, comencé a bostezar.

-Duerme, Herms

Yo parpadeé, tratando de abrir los ojos.

-No tengo sueño. – Mentí. ¡Claro que tenía sueño! Pero estar cerca a él me hacía ignorar mis necesidades primarias. Solo quería estar a su lado, seguir viendo su hermosura; sentía que desaparecería en cualquier momento. Era tan hermoso que me dolía verlo. Definitivamente yo era una masoquista, estúpidamente enamorada.

-Sí que lo tienes, duerme. – Acarició una de mis mejillas con su mano gélida. Delicioso.

-Solo si me prometes no desvanecerte. – Pedí con angustia.

-Estaré cuando tu despiertes.

Y con su promesa, cerré los ojos, recargando mi cabeza en su hombro, duro pero suave. Y mis sueños dieron vida a Draco, visualizándolo, de todos modos, aunque estuviera dormida.

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Lo sientoooooo por no haber escrito antes, de veras que penaa

Y si he tenido tiempo pero tantas cosas en la cabeza que no he podido escribir.

Primeto seguirle

Esta historia no se ha acabado

Y su misterio aun no es resuelto

Quienes y que quieren los amigos de draco

A q le teme draco alaceptar a hermionee

Q pasara con ginny Harry y ron cuando sepan de hermione y su nueva relación

Draco aguantara la tentación de la sangre de hermione??

Déjenme reviews eso es mi motor de es ribir