"Atrapado por tu Amor"

Lady Sakura Lee

"TENÍA UN EGOÍSTA PLAN QUE NO DEBÍA FALLAR, PERO EL INESPERADO AMOR QUE SINTIÓ POR ELLA LO HIZO OLVIDAR TODA SU AMBICIÓN, SIN EMBARGO, CUANDO SUPO QUE LA AMABA, YA ERA DEMASIADO TARDE..."

Capítulo 1: "El Plan Cruel"

Estaba perdido, lo sabía, qué estúpido había sido ¿en qué momento había decidido arriesgarlo todo? ¿en qué momento había dejado que el vicio lo dominara por completo hasta casi hacerlo perder el razonamiento del cual muchas veces se jactaba de tener? No, realmente había perdido la cabeza y se había ido por el mal camino desde hacía poco más de un año. Estúpido... estúpido... lo perdería todo... todo...

- "Si me salvas de ésta juro que me hago sacerdote"...- Le rezó a un Dios que ni siquiera adoraba, pero que sabía podría existir y ayudarlo ahora del precipicio en que se encontraba.

Sudaba, sentía la gota correr por su frente, sus dedos eran torpes para sostener las cartas, le temblaba el cuerpo entero, casi comenzaba a sentir que se ahogaba, se asfixiaba... alzó los ojos y los posó en los oscuros de su contendiente. Y entonces lo supo, no por su mirada, sino por la sonrisa cínica y porque el otro dejó un "as" en la mesa que casi le paralizó el corazón.

- Gané.

Inuyasha miró fijamente el trozo de cartón blanco con un corazón en el centro, como si fuera algo que pudiera hipnotizarlo, y en cierto modo lo estaba haciendo, no podía apartar sus claros ojos dorados del naipe que lo había condenado a la perdición.

Casi sentía que se le desbocaba el corazón.

Casi sentía que se le había helado la sangre.

Casi sentía que estaba muerto. Muerto. Quizás lo estaba ahora.

- Maldición...- Musitó al fin, en un hilo de voz, con el rostro blanco del pánico y sin saber ya si estaba vivo o muerto ¿cómo diablos había aceptado esa partida?

- Supongo que será usted un caballero y saldará su deuda lo antes posible... señor Taisho...

Y entonces volvió a alzar la mirada dorada a él. Cómo lo odiaba, cómo lo detestaba porque ahora, sólo ahora lo entendía... lo que se proponía, ese había sido su plan desde el principio, y él... tan ingenuo ¿había sido un ingenuo? Realmente ¿cómo había caído tan bajo? ¡¿cómo?! Ahora lo perdía todo... tragó fuertemente y sintió la garganta adolorida, bajó otra vez la vista y carraspeó. Tenía las manos sudorosas y estaba aun en shock, pero tuvo el aplomo de ponerse de pie y alzar la barbilla con desdén y con su tan conocido orgullo, aunque por dentro estaba completamente deshecho.

- Claro que cumpliré, las deudas de juego son sagradas.- Respondió y volvió a fijar sus pupilas doradas en las de aquel bastardo que le había arrebatado lo que más quería.

- Exacto, son de honor... así que... ¿cuándo me pagará? Aunque usted sabe que si no tiene efectivo gustoso aceptaré Taisho Park...

Inuyasha quiso golpearlo. Debía haberlo imaginado. Claro, eso era lo que ese maldito siempre había querido... ¿cómo se había dejado influenciar por el juego? Había apostado dinero, dinero que no tenía y que el otro sabía que debía pagar con sus ancestrales tierras... ohh, su hogar, el antiguo y magnificente Taisho Park...

- Deme un par de meses para reunir el dinero, sé que puedo pagarle en efectivo en vez de cancelar mi deuda con la única propiedad que tengo.- Respondió firme.

- Ahh ¿en serio? – Pero el hombre sonrió con burla- Bien, hijo... tienes un mes, no puedo darte más plazo, también tengo compromisos qué cumplir... – Fingió compasión.

Casi se atraganta del pánico y la rabia. Afirmó las dos manos en la mesa y su rostro se puso rojo de furia.

- ¿Qué? ¿esta loco? ¿Un mes? ¿un mes? ¡¡No puedo reunir todo ese dinero en un mes!! ¡¡Lo sabe!!

El malvado hombre bajó la vista, fingiendo congoja y pesar.

- Quiero casarme ¿sabes? Necesito un hogar digno para mi esposa lo antes posible- Suspiró muy calmo, alzó la vista a él y se arregló la fina chaqueta azul de terciopelo de su traje- Además... no querrás ser conocido como el caballero que no paga sus deudas a tiempo ¿verdad?- Y al decirlo, alzó un poco más la voz para que todos los que estaban en el Club lo escucharan.

Inuyasha sabía que estaba perdido. De alguna forma todo había sido una trampa, una trampa para caer y que aquel bastardo se adueñara de una de las propiedades más admiradas de la comarca... y él había caído... como un niño chiquito... como un ingenuo... ¡él! que era uno de los caballeros más admirados del lugar ¡él! ¡uno de los hombres más ricos y poderosos!

Estaba perdido...

Lo sabía y no tenía salvación.

Su amado y hermoso castillo a manos de aquel repugnante hombre, Naraku.

Debería darse un tiro ahora, no podía soportar más la vida que estaba llevando.

- Preferiría morir en lugar de verlo a él en mi hogar...- Masculló, mientras se colocaba el sobrero y salía raudamente, mientras el otro sonreía complacido.

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- ¿Por qué estas tan irritado? Esto no es la muerte...

Inuyasha la miró con rencor ¿qué sabía ella? ¿qué podía comprender? Por supuesto que no lo comprendía...

- Tú no lo entiendes...- Masculló, alejándose de la mujer, sintiéndose irritado y colérico. Pero sintió su abrazo tibio tras su espalda, envolviéndolo como si fuera un capullo. Su sensual perfume a rosas y especias le provocaron sentimientos encontrados. Por un lado le incomodaba su presencia pues Kikyou le recordaba que, desde el momento en que la había conocido, había comenzado su vicio por el juego, y por otro lado la deseaba, su perfume erótico le recordaba momentos que le hicieron estremecer.

- Yo sí entiendo, mi vida...- Susurró ella en su oído-... estas en la ruina ¿verdad?

Inuyasha hizo una mueca de desprecio, se soltó de sus brazos y caminó con pasos firmes hasta un sillón en donde se sentó pesadamente y con rabia. Su rostro se había contraído y sus ojos dorados la evitaban mirar esta vez.

La muchacha se aproximó a él y se sentó en el suelo, apoyando las manos en sus rodillas. Inuyasha la miró de reojo ahora, sintiendo las caricias que ella le daba en sus piernas. Malvada mujer...

- No tienes porqué atormentarte tanto, mi vida...

- ¿Cómo que no?- Masculló, mirándola directo y con rencor- Este castillo lo construyó uno de mis antepasados hace más de 500 años, luché tanto para que mi padre me lo heredara a mi y no al maldito de Sesshoumaru, le demostré día a día lo confiable y responsable que podía ser, todo para ser el dueño de este lugar... ¡y mírame ahora!

Kikyou lo miró de arriba a abajo y una sonrisa tímida pero sensual se asomó en sus rosados y bien formados labios. Inuyasha suspiró pesadamente y volteó el rostro. Esa no era la reacción que deseaba de ella ¿cómo podía ser tan endemoniadamente sensual? La imaginaba en su cama, desnuda, sobre la colcha de piel que le habían regalado de medio oriente, dándole aquella misma mirada con la que ahora era capaz de olvidarlo todo ¿cómo era posible que lo hiciera perder el control e incluso el raciocinio? ¡Su castillo era más importante ahora que acostarse con ella! Debía alejar el pensamiento pecaminoso de su mente.

La mujer se puso de pie lentamente y caminó hasta atrás, afirmó los dedos en sus hombros, se inclinó para estar a su altura, él sintió escalofríos al percibir su aliento en su oído, el sonido casi musical de su voz podía causarle un estado de trance.

- No te agobies, mi vida... para todo hay una solución...

Inuyasha tragó fuertemente, sintió un nudo en la garganta.

- No... esta vez no la tengo... no tengo ni un mísero centavo... tendré que vender... tendré que hacerlo...

- Sé una forma para conseguirlo...- Respondió ella en cambio. Inuyasha hizo una mueca, despertando del trance.

- ¡Feh! Nadie me prestará dinero. Ya lo he intentado... del banco ni hablar, mi reputación ya es de lo peor, soy un jugador, un "libertino que no toma nada en serio"... – Se burló de las palabras del Gerente del Banco que las había pronunciado aquel mismo día-... y prefiero morir que pedirle ayuda a mi hermanastro... – Su mente se pobló de imágenes de su padre, siempre reprochándole por lo descuidado e irresponsable que era con sus deberes de niño y luego de adolescente... no había cambiado... quizás si le hubiera hecho caso... si hubiera oído sus consejos...

La mujer caminó otra vez rodeándolo y situándose delante suyo, lo contempló un instante, su mente comenzó a trabajar rápidamente, ideando situaciones, tomando decisiones, corriendo riesgos pero todo en ayuda de él... en todo caso, ya lo tenía casi planeado. Inuyasha alzó el rostro y reconoció en sus ojos oscuros la astucia de ella. Sonrió con malicia y luego meneó la cabeza evitando reír a carcajadas.

- Conozco esa mirada Kikyo... ¿qué es lo que te propones? ¿acaso has encontrado una idea para salvarme?- Hizo una mueca burlona y se bebió de un sorbo el vaso de licor que reposaba sobre una pequeña mesita, a su lado.

- Lees mis pensamientos...

Inuyasha clavó sus ojos brillantes en la mujer, ella le sonrió.

- No te creo.

La joven muchacha se acercó más lentamente y el borde de su vestido rosando el suelo era lo único audible en aquella pequeña habitación. El aristócrata tuvo que admitir que adoraba la naturaleza "misteriosa" de esa mujer. Kikyou se arrodilló junto a sus piernas nuevamente y lo miró con sus ojos sagaces.

- Es muy fácil volver a tener dinero... sólo piénsalo.

- No me sugieras volver a apostar, por favor...

Ella acarició tímidamente su rodilla, él retuvo el aliento.

- Ya me di cuenta que el juego no es lo tuyo... no ese juego al menos...- Sonrió.

- Ve al punto, Kikyou ¿cómo podría conseguir dinero y de forma rápida sin venderle mi alma al diablo?

- Casándote.

Eso casi le dolió el corazón. Sus ojos brillaron con furia y ella sonrió divertida.

- Sabes que quiero casarme contigo...- Murmuró él al fin, taimado y algo dolido.

- Lo sé y... te hubiera dicho que sí pero ahora viviríamos en la pobreza... no quiero eso para mi, he pasado toda mi vida en ella...

Inuyasha la miró con ternura. Él conocía su historia, sabía que no era de su linaje ni de su posición social pero aún así la amaba profundamente y la hubiera hecho su esposa si no fuera porque tan pronto como la conoció, perdió toda la fortuna en el juego que ella misma lo envició... esperaba volver a ser rico para darle la vida que Kikyou se merecía...

- Y te entiendo perfectamente, mi vida...- Murmuró al fin, envolviendo su mano que reposaba en su rodilla. La muchacha lo miró con sus ojos grandes y oscuros, con esperanza.

- Sé que debes cancelar tu deuda y que nadie quiere ayudarte... casándote aseguras tu futuro consiguiendo dinero sin mucho esfuerzo...

El hombre reprimió una carcajada pero luego de un par de segundos no pudo soportarlo más y se rió abiertamente con su típico sarcasmo. Kikyou odiaba realmente eso de él, nadie se burlaba de ella. Se puso de pie con cara de pocos amigos decidida a abandonarlo y que le llorara sus desgracias a otra. Pero se detuvo en seco y lo miró fijo.

- ¿Quieres que te ayude o no?

Inuyasha se calmó y le sonrió suavemente. Estiró su mano para alcanzar la blanca mano de ella y la acercó a sus labios.

- Por favor.

Kikyou lo observó fijamente pensando si en verdad su desesperación llegaría al punto de hacer "cualquier cosa dentro de los márgenes de la legalidad" para salvar su reputación y honor. Suspiró y volvió a acercarse a él.

- Una forma fácil y rápida de conseguir dinero es casándote con una heredera casamentera.

Inuyasha suspiró y luego arrugó la frente.

- ¿No es broma? ¿Es ese tu plan? ¿me rechazas pero quieres que me case con otra?

- Así es- Respondió segura.

El joven hombre hizo una mueca. La verdad, esperaba cualquier cosa menos eso, era tan absurdo.

- Estas loca. Prefieres que me case con otra pero no contigo.

- La verdad es que prefiero que te cases con una muchacha con dinero, te separes y luego te cases conmigo.

¡Bingo! Esa era la solución. La miró un poco consternado. Es verdad que él era a veces algo caprichoso, medio cínico y bien poco le importaba la suerte de los demás (menos de aquellos que ni conocía), pero... ¿¿casarse por dinero?? ¿utilizar a un inocente para pagar sus deudas de juego?

- No me mires con esa cara...- Dijo de pronto ella, llevándose ambas manos a la cintura-... no es tan malo... como si nadie se casara por dinero... todos lo hacen.

- Bueno... sí...- Musitó Inuyasha, aunque aun no muy convencido-... sí, casarse por amor es de lo más extraño ahora... – Se sonrió-... creí que me había sacado el premio mayor contigo pues realmente estoy enamorado de ti.

- Y yo lo sé ¿entonces?

Él apretó los labios. En su orgullo y forma de pensar no era muy "honorable" casarse por dinero... al menos no para pagar sus deudas de juego y luego abandonarla para realmente rehacer su vida... ahhh pero a situaciones desesperadas, medidas desesperadas...

- Mmmmm...- Inuyasha se llevó una mano a los labios, jugueteando con ellos mientras observaba el horizonte rojo del atardecer de verano.- Es... cruel de alguna forma hacer eso...

Kikyou hizo una mueca. Tenía que convencerlo, tenía que hacerlo entrar en razón. Se acercó rápidamente y lo abrazó desde su espalda, sus labios rojos rosaron la mejilla del hombre, éste no se inmutó.

- Pero... no es tan malo... sólo te casas con ella... conviven un tiempo y luego dices que... no sé, inventas una excusa, incompatibilidad de caracteres, adulterio... con adulterio la iglesia se demora menos en anular el matrimonio... para eso te quedarás con parte de su herencia, además de su dote y... pagas tus deudas...

Él volteó y la miró muy serio.

- No quisiera casarme con alguien por la cual no sentiré nada.

- No será tan malo ¿acaso prefieres que Naraku se quede con lo tuyo?

Eso jamás. Tensó el rostro y apretó los puños de ambas manos.

- Claro que no- Musitó dolido- Pero... ¿no te importa que me case con otra? Tu sabes lo que significa todo eso, el convivir y... ya sabes, tendré que cumplir- Sonrió de forma seductora probando si lograba despertar los celos en ella y lo logró. Kikyo lo miró fija y muy seriamente.

- No tendrás que esforzarte tanto ni cumplir si tu futura esposa es una niña inexperta.

La mueca de Inuyasha se volvió más grande. Eso sí le desagradaba sobremanera.

- Estas loca. No me gustan las inexpertas. Son un fiasco.

Ella sonrió más, satisfecha. De eso se trataba ¿acaso se lo iba a dejar en bandeja de plata a una devoradora de hombres? Ni muerta.

- Será como si ella no existiera... – Inuyasha la miró muy serio pero la mujer prosiguió-... aguanta un par de meses... dos o tres y luego te separas y ya. Será todo. Tendrás el dinero y la libertad para casarte conmigo...

- Lo haces parecer tan fácil...- Dijo de mal humor y entonces desvió la mirada hacia la puerta, pero tenía la vista perdida-... si estoy con ella no podré verte... eso no podría soportarlo...

- Estaré cerca, lo prometo y sin siquiera levantar sospechas.

Él hizo una mueca no muy convencido.

- Siento que me estas enviando al matadero...- Entonces posó sus ojos fieros en ella y arrugó la frente-... tienes todo esto planeado ¿verdad? Supongo que ya también tienes pensando en la pobre víctima de esta jugarreta, dime ¿Quién es?

Kikyou sonrió ampliamente.

- Se llama Kagome Higurashi... – Respondió al fin e Inuyasha notó un extraño brillo en sus ojos al pronunciar aquel nombre-... y es en su casa donde yo trabajo. Soy su institutriz.

Continuará...


N/A: Hola! sí, de vuelta otra vez! mi fic Nº 20!! (fiesta, fiesta) la verdad es que me di cuenta que me deprimo sino estoy escribiendo, me gusta soñar e imaginar historias, creo que eso me ha traído muchos momentos agradables cuando la vida de uno a veces es un tormento ¿verdad? no hay nada mejor que recrearse un poco con la lectura, eso pienso al menos yo jeje.

Este fic no sé que tan extenso será, obviamente tendrá más de 10 capítulos, es una historia un poco compleja y con más de una temática, bueno, ya irán averiguando. Prometo misterio, tensión, odio, amorrrrr (de eso mucho, ya me conocen jaja) algo de aventuras quizás, etc.

Oh! seguro las que son fans de Kikyou me odiarán por ponerla nuevamente de "rival de Kagome" u otras por "repetir" el personaje de ella (que sea siempre parte del triangulo amoroso), pero explico ahora porque hago esto. Para mi, no hay otra rival que no sea Kikyou, ella fue el amor de Inuyasha y para Kagome (me estoy refiriendo a la historia original, al manga y animé) Kikyou siempre fue el amor frustrado de Inuyasha... si pusiera a otro personaje como Kagura o qué sé yo, me parecería muy "irreal" pues todos sabemos la historia entre Inu y Kikyou y quiero (siempre lo hago) que mis fics mantengan algo del animé de Rumiko pues así se hace "más creíble" y no es difícil de imaginarse en ese plano.

Jaja, larga mi explicación, pero es para que entiendan. Si no les gusta pues no digan nada, total hay muchos fics en fanfiction que leer o mejor escriban sus propias historias, así como lo hago yo, escribo mis propias historias pues no me gustan las que leo (no me refiero a los fics eh? me refiero a las historias románticas XD)

Gracias de antemano por sus comentarios... a la espera de Ova de Inuyasha ¿verdad? quiero verlo

Lady Sakura Lee.