Mi perfecta Vecina
Capitulo IV
Eran alrededor de la 1 de la tarde, y cierto pelinegro salía perezoso de su departamento, sus morochos ojos negros lucían cansados, y su cabellera negra era un tema del cual se le podía usar mucho en su contra.
Pasó por la puerta guinda para salir a contemplar el patio, sus ojos le calaron por instantes al encontraste con la luz del sol. Inútilmente intentó cubrirse con su antebrazo.
Giró su vista al lado al escuchar el cerrar la puerta de la casa de ella. Le sonrío bobamente por segundos mientras que Sakura sólo lo veía con muecas extrañas.
…
Pasó un nupcial de segundo cuando por fin se dio cuenta del desastre en que se encontraba. Como pudo acomodó su cabello sin buenas mejorías, y talló sus afilados ojos para poder despertar bien. Al estar completamente despierto se tragó con la mirada las piernas largas y blancas de Sakura que la bendita falda no podía cubrirle.
Muy en sus adentros se imaginó a la pelirrosa levantado su falda para él, como una infinita muestra de cariño que Sasuke bien merecía. Ensanchó su sonrisa una vez más al pensar cosas tan descabelladas que sin lugar a duda ella tenía la culpa de tales pensamientos.
La sonrisa apenas y duraron un par de segundos cuando esta al fin se desvaneció por completo. Trayendo en su lugar una mueca de desagrado y unos ojos rojos de enojo al ver aquella tan comprometedora situación.
¿Sentimientos encontrados de Sasuke?
Nunca había dudado de que Sakura fuera un buen partido para él, ni de que su aventura solo duraría una noche… aun así esa no era una excusa para sentirse tan enojado por ver a Sakura en brazos de otro hombre.
¿Celos? No para nada, es sólo que ese bastardo le parecía muy poco hombre, y no la merecía tanto como él la merecía a ella. Además no hay tal acto de celos, el prefiere llamarlo pertenencia.
Sakura guío sus asustados ojos verdes en dirección a Sasuke al haber escuchado el tronido de vidrio chocar contra el suelo. Sin querer al joven Uchiha se le había resbalado la taza de café de las manos que por cierto comenzaba a sangrar. En ese momento se duda mucho si el pelinegro la dejó caer o simplemente la apretó con brutal fuerza.
-Tsk, Sakura, déjalo ya- aquel joven de tan parecido a Sasuke logró sacar del trance a la pelirrosa-es sólo un crio-exclamó acompañándola hasta el auto y adentraron en el justo antes de partir.
¿Aquel impertinente le había llamado crio?
Diablos.
Este día no pudo comenzar mejor, y esto se vera reflejado en la actitud de Sasuke, que ahora mismo esta apunto de matar a alguien. Comenzando por aquel tipo.
Uchiha Sasuke no era un crío ni mucho menos un perdedor. Y aunque no podía negar la sensación que le causó verla con otro que no fuera el mismo Sasuke, no iba perder el juicio dándole en bandeja de plata a la pelirrosa vecina.
Esos sueños húmedos con ella, ese aroma a cerezo en cada suspiro y esa niña perfecta tenía escrito en cortadas el nombre de Uchiha por todos lados.
Sakura solo era de él.
A muerte.
-¡¡Mierda Sakura!! ¡Mierda, mierda mierda!-
Todo aquello que era tocado por las garras de Sasuke, tenía la mala suerte de salir volando del lugar, llegando a reventar platos contra la pared e incluso hasta su pobre gato negro, que este alcanzó a maullar para que Sasuke lo dejara en el suelo.
-Ese gran imbecil y esa Sakura de provocadora me están jodiendo… ¡Mierda!-gruñó fuerte al sentir como la herida de la mano se volvía a abrir debido al impacto con la mesa. Quien no corrió mucha suerte y se llego a partir.
Y hubiera seguido comportándose de la misma manera como lo hace un niño al no recibir un dulce, si no fuera por las luces del carro que llegaron a colarse por su ventana. Sasuke supuso que era ese par y decidió echar un leve vistazo.
-Muchas gracias Sai-su aguda vista alcanzó a leer los labios de la pelirrosa, quien lucía contenta ante presencia de Sai
Por reacción de su cuerpo Sasuke apretó el puño, frunció el seño y sus labios, y sus ojos ónix volvían a ese antiguo color escarlata anormal. Sasuke estaba enojado y eso no lo pudo evitar por mucha fuerza de voluntad que tuviese.
-No hay de que -intentó seguir leyendo la plática si no fuera porque el imbecil del tal Sai no le hubiera dado la espalda ni hubiera tapado a Sakura en su acto.
Ese niño se esta mereciendo una buena tunda por parte de Sasuke. Justo ahora estaba pensando juegos macabros que podría usar con ese pedazo de imbecil.
Pudo haber seguido con esa mentalidad, mas sin embargo sus 5 sentidos se aflojaron al ver el cálido abrazo que ambos se daban. Sus manos le temblaron con ganas, y para evitarlo volvió a apretar su puño más fuerte, pero esto sólo lograba hacerle sentir más.
Él no tenia derecho a sentir nada de esas delatantes y molestas.
Como ese sudor en el pecho, el temblor de sus manos, e incluso el picor de sus ojos que Sasuke aplacaba con sus antebrazos eran cosas que el no podía estar sintiendo.
Simplemente porque no. Porque así era él de insensible y así lo tenía que ser siempre.
Visualizó las blancas manos en la espalda de Sai, acariciándola suavemente con lo que parecía ser dulzura y amor. Acto que ella nunca había hecho con Sasuke, tomando en cuenta lo mucho que él quería estar físicamente con ella.
Pero solo era eso. Deseo.
Ya se lo había repetido millonadas de veces en su interior.
El no podía amar… ni podía sufrir por un simple amor pasajero. Que después de todo, tan sólo era eso. Amor pasajero.
Se escuchó el portazo a lo lejos. Logrando acaparar la vista de ambos.
El pelinegro salió volado de su casa mientras miraba directo a la ojiverde, ignorando por completo la compañía de Sai. Sonrió socarrón a la vez que mojaba sus labios con un sensual movimiento de su lengua y miraba descarado el esbelto cuerpo de la condenada mujer.
-Joder Sakura, realmente estas muy buena- La falta de respeto no la ofendió en lo mínimo, estaba acostumbrada. Pero por otra parte Sai se enfureció y corrió hacia Sasuke para intentar golpearlo.-Eres muy patético-suspiró agotadoramente mientras que con una mano tomó su puño y lo envío directo al lodo.-Si… pa-té-ti-co.-
- Otra ves me dejas con las ganas Sakura –Sasuke tocó su pene por arriba del pantalón en forma juguetona y le guiñó el ojo a Sakura que a pesar de su puchero, tenia sus mejillas sonrosadas.- Te esperare en la cama preciosa-los ojos ardidos de Sakura se agrandaron al sentir la lengua de aquel sujeto sobre la comisura de sus labios. Y justo después de su trance, vio como Sasuke se daba media vuelta y giraba directo a su automóvil.
-Imbecil ¿A dónde crees que vas?-
-Al bar-ya adentro del carro prendió su estéreo- Y quien sabe Sakura… tal vez traiga devuelta a la zorra de tu "amiga" Ino. ¿Te dije acaso lo bien que me sentí cuando me le tiré?-sonrío torcidamente al ver por el retrovisor los gestos de su vecina.-Deberías ser mas… disponiblecomo ella.
-Vuelve aquí pedazo de imbecil-la chica lo amenazó con el puno antes de ver salir volado el auto del cabronazo de Sasuke.
-Joder Sasuke…¡¡Regresa!!- chilló con lagrimas al borde, golpeando sus rodillas con las palmas de sus manos.
La verdad que no quería volver a encontrarse con su ex amiga en labios de Uchiha otra vez. Eso es algo que no podría superar, y es que además de que la chica fuera su mejor amiga ahogada de borracha, era a él a quien mas celaba.
No solo con Ino, si no con cualquiera.
Seria egoísta decir que seria muy problema de Ino, pero así lo era… además le dolía admitir que Sasuke tuviera razón.
Ino era demasiado disponible.
Y si eso llegara a suceder, sólo tendría que ignorar los gemidos de la rubia como del pelinegro en la casa de alado.
Por otra parte y muy lejos de la pelirrosa, Sasuke sonreía socarrón por su venganza.
Haber humillado a Sai fue demasiado fácil, y el hecho de que Sakura viera todo aquello le daba puntos extras a la situación.
Con Sakura aun no pasaba nada, pero era cuestión de tiempo para que ella también cayera, o al menos eso creía él
Además hoy planeaba y conseguiría calmar su apetito sexual, cuando él
mencionó la pelirrubia no era chantaje, realmente decía la verdad.
Bueno… Al fin y al cabo es un cabron con apellido Uchiha.
Y es de suponerse… que le vale una mierda lo que piensen de él.
O mejor dicho… de un crío cabron como él
