Shino entro a su casa con su paso siempre tranquilo y quito su gabardina gris dejando solo la negra. Inclino un poco la cabeza saludando a su padre y madre quienes estaban sentados en un tanami bebiendo té tranquilamente. Su madre se recogió un mechón de cabello y lo llevo tras la oreja mientras veía a su hijo descalzarse.

-Hijo, tu padre y yo queremos hablar contigo.- Sus precisos ojos cafés sin gafas que los ocultaran miraron a su esposo con impaciencia. La mujer era hermosa y no usaba las típicas ropas de su familia aunque si vestía un largo y elegante kimono negro.

Shino haciendo gala de su serenidad se acerco a ellos y se sentó lentamente a esperar que su padre colocara de nuevo el té sobre la mesa y comenzara a hablar.

-Hijo ¿Sabes a que edad se considera que se alcanza la madurez para un Aburame?

-21 años, padre.- Contesto él con leve molestia que no mostró. No había nada de la familia que él no supiera ya.

-La cual tú alcanzaras en unos días. ¿Conoces lo que significa?

-Si, padre.- Esta vez no pudo ocultar la incomodidad y su madre, dejando a un lado su seriedad, le tomo de la mano.

-Sabes lo orgulloso que estoy de que pronto asumirás la responsabilidad del clan, sustituyéndome como monarca. Pero conoces que para ello existe una regla.

-Deberé estar casado para entonces. Y mi mujer será elegida por mi madre. Aunque yo puedo rechazarla si no me satisface, pero solo tendré tres días antes de buscar otra mujer o no me haré cargo del clan.

-Shino.- Llamó su madre con cariño, recordando como en un par de citas ella y su esposo se habían enamorado.- He escogido ya a tu esposa. Esta esperándote en el invernadero.

Shino se sobresalto ligeramente. Se suponía que no conocería a la chica una semana antes de su cumpleaños para lo cual aun faltaba un poco. No era como si unos días hicieran diferencia. Él sabía que terminaría aceptando a la mujer que su madre eligiera. Tomaba todo ese asunto del matrimonio quizá con demasiada frialdad pero a era porque le parecía natural que el clan intentara tener la estabilidad de posibles herederos.

Y eso sería, una mujer como todas las demás del clan, serena y pacifica, criada desde pequeña para ser madre y esposa. Una admirable ama de casa y con las caderas amplias para dar hijos aunque debía tener unos lindos ojos y sentido de rectitud y elegancia para que al hombre le fuera atrayente. Además de joven de entre 17 y 21 años. Elegida desde su nacimiento y aislada de una vida con otros hombres para conservarse pura hasta que él la tomara en su noche de bodas.

Creciendo con mujeres mayores que le enseñarían hasta convertirla en una joven culta y agraciada. Delicada y pacifica, sumisa ante él, pero fuerte ante los demás. Mujer respetable, digna de admiración, bella y recta. Alegre y cariñosa, pero severa cuando se necesitara. Simplemente, la esposa perfecta.

-Quiero conocerla- Demando poniéndose de pie, esperando a sus padres. Se suponía que la primera vez que la viera debía ser en presencia de sus padres. Sin embargo ellos no se movieron de su lugar y siguieron bebiendo tranquilamente hasta que la mujer sonrío.

-Ella es algo…especial. Pero aunque no sea lo que tu esperas, debes tomarla en cuenta. Creo que es perfecta para ti. Aun si no fue criada para ello.

-¿A que te refieres, madre?

-El día que tu prometida nació fue elegida exclusivamente para ti; Saori es su nombre. Sin embargo cuando la conocí no quede satisfecha.

-Pero tu madre es una mujer inteligente.- Interrumpió su padre con una leve sonrisa y la mujer se sonrojo.- Conoció a otra jovencita, y ha pactado con su abuelo para que te la prometiera. Ve a verla, hijo. Conoce su historia, habla con ella. Y sobretodo…tenle paciencia.

Shino hizo una reverencia sin entender porque debía tenerle paciencia pero dispuesto a tratar a su futura esposa. No sintió ningún nerviosismo cuando se pregunto como seria físicamente, o sus gustos. Ella seria lo que debía ser. Hermosa y elegante.

Recorrió los pasillos y se acomodo su ropa antes de correr la puerta que llevaba al invernadero. El calido sol no lo toco en lo absoluto, repelido por sus ropas. Lo que si toco era la piel de una chica. Cuyo cuerpo se ocultaba en gran parte por las flores que había en unas masetas. Solo podía ver através de las hojas la tela morada de su vestido. Un color que él no acostumbraba a ver en las mujeres del clan.

La chica se giro dándole la espalda y él avanzo un poco notando que no era el color del vestido lo curioso en ella. Era su cabello, morado y largo hasta las caderas. Camino hasta quedar tras de ella y se sorprendió ante la imagen.

Era alta, no tanto como él, pero si más que las mujeres de las que se rodeaba y debía llegarle hasta la barbilla. Su piel era blanca y de apariencia suave. Su ropa era ridículamente pequeña y el vestido no tenia mangas. Aunque lo sorprendente era la katana que cargaba en la espalda. Las zapatillas negras golpetearon el suelo con impaciencia y dio un suspiro. Elevando una mano para tocar una flor. Ella dio un sonido de asco y se alejo un paso casi chocando con Shino.

-Odio los bichos. No se como intentan que me case contigo.- Gruño y se dio la vuelta para verlo. Sonriendo altaneramente.- ¿Qué? ¿Sorprendido que notara tu presencia? No tengo muy buen olfato pero si se detectar cuando alguien más entra a una habitación conmigo.

-No lo entiendo. Mi madre no elijaría una kunoichi para ser mi esposa.

-Oh ¿Lo dedujiste por mi espada o solo fue intuición?- Pregunto sarcástica y Shino parpadeo sorprendido ¿Qué clase de mujer habían escogido para él? Ella debía ser delicada, aunque, hermosa si era. Tenía unos sensuales labios rosas. Y unos grandes ojos en morado intenso al igual que su cabello. Siendo complementados por el vestido que era hecho para que los resaltara, y más cuando la tela tenia bordado un dragón chino en hilo plateado.

Se permitió verla una vez más. El vestido aun sin tener mangas no era escotado. Y el cuello de la chica era largo y elegante, gritando porque besos lo recorrieran. Era delgada y… ¿Para que describirla? La chica era simplemente perfecta. No sabia si ella podía proporcionar hijos pues sus caderas no eran tan anchas como esperaba, pero era…lujuria lo que sentía.

-¿Qué edad tienes?- Pregunto cambiando el tema y ella pestaño varias veces. Hermosos ojos que le detuvieron la respiración momentáneamente.

-20 años.- Su voz se volvió más dulce y tímida. Él lucia tan misterioso que solo podía verlo atentamente. Luchando por parecer tan fuerte como en ese momento no se sentía. No sabia como su abuelo la había prometido a semejante sujeto. Mentira, si lo sabia, su abuelo buscaba un hombre estable para ella, que la protegiera.

-¿Qué ocupación tienes?- Siguió, intentando conocerla un poco más.

-Ninja de la Cascada.- Apunto el protector que estaba atado a su pierna, en el muslo derecho.- Ayudante en el restaurante de mi abuelo y próximamente fugitiva, porque no pienso casarme contigo.- Sintió la mirada penetrante de él, siguiendo el movimiento de sus brazos hasta cruzarlos sobre su pecho. Aun cuando él usaba lentes era un gesto que se notaba. Él se quedo callado y ella odio no poder ver su cara y descifrarlo, su voz calmada tampoco ayudaba para saber que era lo que opinaba al respecto.- Entiendo que originalmente tienes otra prometida, así que no hay ningún problema- Sonrío satisfecha.- Así que, con tu permiso…-Hizo el ademán de irse pero al pasar junto a él la sujeto del brazo.

-Tú eres mi prometida. Has sido escogida y no veo la necesidad de rechazarte, ya te he conocido y no quiero perder mi tiempo conociendo a alguien más.

-¿Conocido? No sabes ni mi nombre, cariño. Así como yo no conozco el tuyo y no planeo hacerlo. Mira, quizá bajo toda esa tela seas tengas un gran cuerpo y un lindo rostro, lo mismo podrías ser terriblemente feo, lo que, por tu voz no creo. Pero eres muy misterioso y aunque a mi me encantan los chicos misteriosos y serios, no tengo intenciones de nada contigo.- Intento zafarse nuevamente de su agarre, la piel de él estaba dándole escalofríos…muy placenteros, y no quería saber porque.

-Así que te gusta mi voz.- Dijo con la seguridad que tanto lo caracterizaba.

-Mira, amor, voy a dejarlo claro. Yo no soy conveniente para ti, vi a las otras mujeres y jamás seré ni remotamente parecida ¿esta bien? Tengo cerebro, y soy algo agresiva y sádica en ocasiones. No soy delicada ni débil, soy ninja, soy fuerte y me gusta valerme por mi misma. Y no necesito de ningún hombre que me cuide y "proteja" mis problemas los arreglo yo sola. Así que si quieres una muñequita te recomiendo que aceptes a tu prometida original. Yo me voy.

Quito su brazo rudamente ¡Carajo! Ella no era un objeto que pudieran comerciar y vender al mejor postor. ¿Es que nadie pensaba en sus sentimientos? Ella quería enamorarse. Encontrar ese hombre con el cual pudiera mostrarse dulce, al cual amar, ese que la hiciera vibrar cuando le dijera que la amaba. Se creía idiota por aquellos sueños tan infantiles. El camino ninja y el amor no siempre iban de la mano.

¿Cambiaria algo si aun tuviera padres? ¿Ellos habrían evitado todo eso? Sólo tenia a su abuelo paterno y como todas las familias quería descendientes. Y siendo ella la única nieta debía dárselos. Aunque ella también ansiaba una familia propia.

-Tú no puedes decidir lo que es mejor para mí.- No quería que ella se fuera. Pero era sólo porque era la única persona que lo había desafiado, nada más. Aquel calor de su cuerpo, esa sutil fragancia de su cabello, o el aroma en su piel, los ojos brillantes y la suave voz no tenían nada que ver.

-Estoy cansada.- Murmuro, dejando de forcejear y apoyando la mano sobre el pecho de él.- De verdad no soy lo que buscas, para ti sólo seria un capricho, me quieres porque yo no lo deseo. Si algún día llegaras a interesarte en mi, seria solo por el reto que te represento. Ahorrare todo eso y dile a tu madre que puede romper el compromiso, que no soy lo que buscas.- Su voz se apago. Cual difícil era para ella saber que no era lo que esperaban. Que como mujer no servia, que como una esposa nadie iba a quererla por no ser…dulce. Aunque lo era, realmente lo era, pero tenía tanto miedo de mostrarse tal cual y salir herida.

La puerta se abre y los padres entran con los brazos entrecruzados como una feliz pareja. La mujer la mira y sonríe, haciendo que ella se sonroje y se separe del chico, quien esta vez no intenta retenerla. Se coloca tras de él y se siente desnuda. Todos están tan cubiertos y ella luce tan provocativa, pero no puede evitarlo, le gusta lucir sensual y femenina aun cuando va a alguna misión, cosa que iba a hacer hasta que llego su abuelo anunciando su compromiso y la apuraba a salir de la casa y viajar a Konoha.

-Espero ya se conocieran lo suficiente.

-Por mi parte si, madre.- Responde Shino, conoce que le teme a algo, pero aun no sabe a que, la mente de la chica es un enigma para él, y siempre ha amado los misterios.

Ella da otro paso más y termina casi escondida. Conocer a los padres de un amigo o pretendiente siempre le ha causado pena y hasta cierto temor, quizá porque los de ella murieran cuando era una niña y no conoce a ciencia cierta una figura paterna más que la de su abuelo, que poco ayuda.

-¿Y tu cariño?- Habla de nuevo la mujer y a ella recorre un escalofrío, sintiéndose tentada a sujetarse de la espalda del chico pero se contiene de hacerlo y se descubre un poco. Da un paso al frente y le sonríe cortésmente a la hermosa mujer.

-Fue justo como lo imagine.- Contesta y hace una pequeña reverencia. Entonces voltea a mirarlo en espera de que diga que no la quiere como prometida y acaben con todo eso. Pero él sigue mirando a su padre.

-La quiero a ella.- Su serenidad es aterradora para ella. Pero no le importa. Ella no quiere casarse porque no se cree lo suficiente buena, no porque no lo desee a él. La mira de reojo y nota la sorpresa en sus hermosos ojos púrpura. Sus padres sonríen y cuando ella también lo hace sabe que algo ha planeado ya.

Ella no es delicada, sensible, dulce y cariñosa, se lo dicho ya. Ella es demasiado liberal, sus ojos denotan alegría y carisma. No es reservada y sumisa, no, ella es tan…diferente a lo que espero. Tiene un caracter fuerte, muy contrario a lo fragil que parece su cuerpo. Y ahora esta a punto de saber si la elección que tomó fue la correcta.


Se que un OC no es lo que esperaban, pero creo que es lo mejor para Shino ya que de él no hay muchas historias y esta chica es perfecta para su personalidad. De cualquier forma la historia en si no es larga aunque tendra un poco de cada categoría.

Si alguien la ha leido, pues gracias y mis deseos porque lo disfrutara.