Cap.6: Confesiones de un arcángel enamorado
(Edward POV)
Esa noche no pasaría sin reunirme con Gab… si que no… ¿Cómo era posible? Esto desafiaba todas las leyes de la lógica… bueno, eso si tenemos en cuenta que la lógica permite ángeles… ¡pero podía verme!
Tendría que relajarme para poder tranquilizarla a ella… pasarle alguna ola de relajación o algo, pero no entendí por qué, me apeteció solucionarlo por mi solo.
"Y encima caballero…" pensó la chica con ironía.
-¿Te quejas de mis modales?-espeté, y me miró de mala gana a la vez que sorprendida- he sido yo el que ha estado toda la tarde sacándote de líos…
-me las sé apañar yo solita…- hizo un mohín encantador… ¿pero qué estoy pensando?
-lo siento, pero no me dejan dejarte sola-sonreí bromeando, y su corazón empezó a bombear más rápido.-oh, que asco ¡no pienses eso, por dios!
Las mejillas se le colorearon de un rojo como el de un tomate. Me empezaba a hacer gracia y todo.
-lo siento…-murmuró- ¿puedes leerme la mente?-preguntó con los ojos chispeantes.
-¿no te lo he demostrado aún?
-eh… si…-volvimos a estar un rato en silencio… ¿de qué podía hablar con mi humano? Pero ella me quitó la palabra.
-¿Has estado todo el tiempo conmigo? ¿Desde que nací?
-pues… no-dije tajante- tus ángeles… han ido… dimitiendo…
-¿¡Dimitiendo!? ¿Tan torpe soy?-"por dios… ¿tan bajo he caído?"
-¿Qué? ¡no! No… no eres tan torpe… bueno, un poco, y no has caído bajo…-intenté disminuir su culpa, pero unas lágrimas empezaron a brotar del borde de sus largas pestañas.-no llores…
-¿te… te importaría… dejarme sola un rato?-susurró entre sollozos. Quise negarme, pero había algo en esa petición que me convenció.
-no hagas ninguna estupidez-y me levanté de la cama sacudiendo las alas. Aprovecharía el momento para mantener una pequeña conversación con quien yo sabía, total, la vigilaría el ángel de Charlie, que acababa de llegar.
-Vale…
Cerré los ojos e ignoré el pensamiento triste de la chica. Pensé en Villángeles y pronto, la suave brisa de entre las nubes me hizo abrirlos y extender las alas para una carrerita rápida al edificio principal.
No tardé en llegar, y me sorprendí al ver la puerta abierta. Entré en el edificio, y mi sorpresa fue ver a Gabriel sentado sobre la ridícula mesa de roble que destacaba de la blanca habitación. Me miraba fijamente, tanto que incluso me acongojé.
-Edward… pasa-ordenó, y la puerta se cerró tras de mí.
Me acerqué sin vacilar y me puse frente a él.
-Tengo entendido que has estado intentando contactar conmigo… dos veces… ¿ha pasado algo que deba saber?-preguntó con su hermosa frente poblada de arrugas.
-Gabriel… ¿pasaría algo si en un hipotético caso... Bella sería capaz de verme?-sonreí nervioso y me froté la nuca en un gesto de inocencia.
La frente del arcángel seguía igual, y su vista aún fija en mis ojos inquietos.
Tardó un rato en reaccionar, y cuando lo hizo, apoyó el peso de su cabeza en una mano y lanzó un suspiro.
-Edward… ¿te ha visto o no?
-Em… sí… hemos hablado y todo-sonreí nervioso.
-Creo que ya sé lo que ocurre
-¿ocurrir? ¿el qué?
-Edward… No eres al primer ángel que le ocurre algo así… solo hay un tipo de ángel capaz de mostrarse a los humanos, y te aseguro que no es el de la guarda.
-¿Qué quieres decir? ¿soy raro?
-Mucho mejor…-suspiró- Yo… conocí a uno como tú-se levantó de la mesa y aparecieron dos butacas, una frente a la otra salvo por la mesa en medio. Me senté.
-¿qué pasó con él?-no era el único… eso me alegraba… un poco…
-Cada cosa a su tiempo, Edward… ese ángel… -comenzó a narrar lento y pausado-al morir, como solo los elegidos pueden, tuvo la opción de ser un ángel… aceptó y como tú, bajo a la tierra. Este chico (era un chico), era hábil… astuto… ambicioso… hasta que la conoció. Ella era… especial, era guapa, inteligente… y su protegida. Él era el mejor cuidador de todos, tanto, que la niña nunca tuvo un rasguño, pero todo cambió cuando descubrió que poseía el poder de la aparición y el chico fue capaz de aparecerse frente a ella. Él velaba su sueño, y al despertar, disfrutaba viendo su sonrisa en la mente de la joven. Eran el uno para el otro… estaban enamorados, y entonces fue cuando ocurrió todo… ella tuvo un accidente y él decidió sufrir en el infierno por no haberla salvado, pero bajando las escaleras a lo más oscuro, algo especial… un fulgor extraño, por así decirlo, le hizo recapacitar, y descubrió, que solo los ángeles más fuertes son capaces de renacer de sus cenizas, de aprender de sus errores, y para nombrar a este tipo de criaturas, solo existe un nombre: arcángeles…-hizo una pausa.
Pensé en aquella historia. No veía el por qué me la contaba, ni tampoco le encontraba sentido con mi situación.
-Pero Gabriel… ¿qué tiene que ver eso conmigo? ¿Soy un arcángel acaso?-pregunté, y no sé que gesto tenía mi rostro cuando caí en la cuenta… él era ese ángel.
-Edward… piénsalo… tienes el don… no lo utilices como lo hice yo…
-Oh… lo siento mucho, Gabriel… pero sigo sin entenderlo.
-no tienes que entender nada, chico… solo que seas más responsable de lo que yo fui.
-¿Por qué? Tú no fuiste el que produjo el accidente
-En un cierto modo, sí… y nunca podré perdonármelo…
-No te sigo…
-Ella estaba enamorada de mí… y aquel accidente no fue un simple choque de coches… ella podría haber sobrevivido, y yo no quise evitarlo.-miró al suelo.
-No es verdad…-quise convencerle, pero supuse que no serviría de nada.
-Lo único que me reconforta es que ella sigue aquí, que no me ha dejado por nada-sonrió con tristeza.
Ambos nos quedamos en un silencio para nada incómodo, cada uno en sus pensamientos, e intenté recapacitar en aquellas confesiones de ese arcángel enamorado.
Caí pronto en la cuenta de que Bella estaba sola, así que me puse en pié seguido de la mirada de Gabriel.
-Haces bien en marcharte ya… tu humana te debe estar esperando desde hace rato.
-Gracias por todo, Gab-sonreí ante el diminutivo, y él acompañó a mi sonrisa.
-Ten cuidado, ¿quieres, chico?- murmuró apesadumbrado, y asentí cerrando fuertemente los ojos y notando el suelo duro de parqué de la habitación de Bella.
Abrí los ojos, y descubrí la habitación vacía. Miré ante mí y vi en el espejo que aún llevaba la túnica blanca de ángel, y con un chasquido, volví a vestir mi otra vestimenta.
Agudicé el oído y escuché sus pensamientos desde la cocina, por lo que me teletransporté.
-Jake… sí… ¡son de verdad!... claro… te lo puedo asegurar, esas alas no son de plástico… creo que lo de los ángeles e… ¿Jacob? Jake, ¿estás ahí? ¡Jake!-miró el auricular extrañada y frustrada, para después girarse y verme apoyado sobre un dedo mientras aplastaba con él el botón de colgar del teléfono.
"Oh oh…"-pensó, y reconocí mi rostro algo colorado del enfado desde su mente.
-Esto… no te oí llegar…-murmuró
-¿¡Se puede saber qué haces diciéndole a alguien que tienes un ángel de la guarda!?
-Es mi mejor amigo… ¿cómo le voy a ocultar esto?
-creo que no te dejé las cosas bien claras… por cierto ¿Dónde está tu padre?-pregunté, cayendo en la cuenta de que no oía a nadie más.
-Una llamada urgente del trabajo… ¿y quién eres tú para decirme lo que tengo que decir?
-¿Tu ángel, quizás?-levanté la ceja.
Intentó mantenerme la mirada, pero no pudo. Se acercó a una silla y se dejó caer.
-¿qué va a pasar ahora?- me preguntó- de todas formas no creo que Jake se lo creyera.
-No te preocupes, seguro que su ángel lo sabrá borrar de su mente.
-oh… ¿Jake tiene ángel?-Su cara pasó de una hermosa culpabilidad a la curiosidad… ¿hermosa dije? Oh, vamos Ed… esto no puede estar pasando…
-claro, todos tienen…
-oh, vaya… ¿y todos pueden ver a sus ángeles?
-claro que no… nosotros somos un caso especial.
-Ah… ¿y los demás pueden verte?
De pronto, no supe que decir. Balbuceé sin sentido… ¿los demás podrían verme?
-no… no lo sé… oye, ¿tú no ibas a estudiar esta tarde?-levanté una ceja irónica, y la chica cogió el color de un tomate.
"¡anda, el trabajo de historia!"
-Eh… no
-Lo siento, pero debes controlar mejor tus pensamientos- sonreí- al trabajo de historia, vamos-me levanté de la silla en la que me encontraba y le tendí una mano. ¿Estaría mal que le ofreciera ayuda para levantarse?
Miró temerosa la mano, pero la aceptó sin dudarlo. Su piel era suave y cálida, y los dos nos miramos por un segundo ante aquel leve contacto que solté en cuanto estuvo de pié.
-Te espero arriba-dije y evité fijarme en su mente, donde seguro apareciese yo.
No tardó en subir, y cuando entró no pudo evitar un suspiro al ver los libros abiertos.
-¿No podemos dejarlo para otro momento?
-No
-anda, porfa…-no pude resistirme a los ojitos de cordero degollado.
-Pero después lo haces- señalé, y me aseguraría después de que aquello se cumpliese.
-¡Sí!-celebró, y se sentó a mi lado en la cama.
Casi temblé al leer todas aquellas preguntas que su mente trabajaba para mí.
-No pensarás preguntarme eso, ¿no?- dije al leer una que me puso los pelos de punta.
-¿Qué? oh, yo no… ¡Quieres dejar de hacer eso? Me pone enferma- exclamó. Se veía adorable cuando se enfadaba, y no pude evitar otra sonrisa. Esto me estaba pareciendo grave…
-Valeeee… ¿qué quieres hacer entonces?-preguntó distraído, y dejando un poco de privacidad en su cerebro.
-Es que tengo tanto que preguntarte… ¿te importaría?
-Según qué me preguntes
-Vale, empiezo… ¿Qué es un ángel?
La miré divertido. Me tenía delante y no sabía qué era un ángel.
-pues un ser con alas
Su cara hizo una mueca.
-Eso lo sé, tonto, quiero decir… ¿fuiste humano o algo parecido?
-¡Ah, eso! Sí, lo fui
-Cuéntame tu historia-me ordenó curiosa, y se aovilló en el cabecero de su cama poniéndose cómoda.
-pues… yo era un chico normal… no hace mucho que morí… menos de una semana, quizá.
"qué susto…"
-Lo cierto es que no sentí casi nada… iba en el coche con mi prom… digo, con mi amiga, y estábamos hablando cuando me despisté y chocamos con un coche que venía en dirección contraria. Ya no se podía hacer nada con mi cuerpo cuando las ambulancias llegaron.
La cara de la chica se decompuso.
-oí una historia parecida en el telediario los otros días… dos chicos chocaron en un coche por Chicago, o algo así…
-¿Ya habías oído hablar de mí?-sonreí bromeando, pero la mueca de Bella me hizo recapacitar sobre mis palabras- esto… era solo una broma
-¿Esa era tu historia?-preguntó
Asentí con la cabeza, y la chica enmudeció.
-¿Cómo está tu familia? ¿Los vistes después de eso?
La miré sorprendido… y es que aún no había sacado el valor necesario de ver a mis padres desde aquel momento.
-esto… no.-dejé mi mirada perdida por un momento en la pared- creo que ya has tenido bastantes respuestas por hoy… está oscureciendo.
-¿Qué? ¿Ya?
-Sí, ¿quieres cenar o te esperas a Charlie?
-Prefiero esperar- aparté la vista de aquel mohín infantil que la hacía tan graciosa y vulnerable.
-Entonces, al trabajo
Minutos después, y tras alguna que otra pataleta mental y un poco de hipnosis por mi parte, la chica se sentó en el escritorio y empezó a escribir el trabajo de historia que tenía por delante. De mientras, yo bajé a prepararles la cena.
Estaba decidiendo si escoger entre una ensalada normal o una de pasta, cuando unas voces en mi cabeza empezaron a tronar.
"Otra vez volvemos al caso de hace casi una semana, el de los chicos de Chicago… Dios, qué pesados son, mejor cambio de canal" pensó el vecino, y corriendo cogí el mando de la televisión para poner aquel canal en el que echaban la noticia.
-A día de hoy, todo el mundo se ha volcado en la muerte del joven fallecido en el accidente. Muchísimas personas han acudido hoy a su entierro, donde la tumba del chico está a rebosar de flores. Hoy hemos conseguido hacer unas preguntas a su familia, los cuales están destrozados…- La reportera que se encontraba frente al cementerio cambió por un primer plano de mi padre, Carlisle, con un rostro triste y sombrío. Mis ojos parecieron humedecerse, pero los ángeles no pueden llorar.- Doctor… ¿Qué piensa hacer ahora después de este trágico accidente?
-Entre todos hemos decidido cambiar de ciudad para descansar y reflexionar sobre lo ocurrido… Edward era uno de nosotros, y ha sido una pérdida enorme…-No lo pude soportar más, por lo que apagué la tele y me volví a encerrar en la idea de la ensalada de pasta.
Casi la hube terminado cuando escuché las voces mentales de Charlie y su ángel entrar por la puerta, por lo que solté los utensilios de cocina que tenía en las manos y quité la pasta de la lumbre donde cocía. Este sería el momento para saber si otros humanos podían verme.
El ángel fue el primero en entrar, y me saludó jovial cuando cruzó la puerta.
-¿qué hay, chaval?
Le sonreí, y no me moví de al lado de la mesa. El alivio llegó a mí cuando Charlie entró en la cocina y pasó de mí.
-M… Bella, ¿Ya has hecho la cena? Huele muy bien-exclamó, y Bella bajó las escaleras sin tropezarse hasta llegar a la cocina.
-no te he oído llegar-sonrió a su padre, y entre los dos terminaron lo que yo había empezado.
No tardaron en ponerse a comer, y el ángel, que se llamaba Lutgardo, por cierto, estuvo hablando conmigo largo rato.
-He oído en la comisaría que una familia nueva va a venir al pueblo-me comentó
-¿Sí? Lo cierto es que esto es demasiado pequeño… no comprendo que puede atraerles de este lugar.
-Es tranquilo
-Tienes razón… ¿Sabes quienes son?-pregunté, algo esperanzado, pero deseché la idea de mi familia solo llegar a mi cabeza.
-Un doctor y su familia… creo que se llaman Cullen… salen mucho en las noticias últimamente.
---------FIN DEL CAP
Bueno… no me maten, ni catapulten, ni asesinen, ni crucifiquen, ni muerdan, ni ataquen, ni hagan cosquillas ni nada, plis!!! Se que esto es demasiado, perdí la cuenta desde cuando no escribo esto!!!! Lo siento! Mil perdones!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No sabeis lo que es ver 52 comentarios, en serio!! Esto es la caña! xD pero esque an pasado muchas cosas desde que empecé con esta historia, y la inspiración se fue marchando…. Sorry! Bueno, aparte de mis disculpas, les digo que no se si voy a seguir escribiendo, pero de todos modos voy a intentarlo, ok? xD
Gracias por ser tan pacientes conmigo! xD
PD: visiten !!! xD
