Disclaimer: BLEACH NO ES MIO… AUN ^^

-hhhhhhhhhh- Flash black, pensamientos... o lo que dice mi querido rey se nota ^^


Mis dos reyes

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Por: mokona-kuchiki

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cuarto capitulo: Sin deseos de dormir


-¡Renji!- una voz familiar le llamaba con urgencia, pero por más que miraba hacia todos los lugares que estaban a su alcance, no encontraba señal de la mujer que conocía muy bien y era dueña de esa voz.

-¡Renji!- de nuevo pero con mas fuerza su nombre fue pronunciado en medio de ese lugar desolado. La confunción domino su mente, y la desesperación su cuerpo. El no poder ver rostro de esa mujer y tan solo escuchar su voz pidiendo ayuda quebrantaba su juicio haciéndolo recordar momentos semejantes de su tormentoso pasado.

Entonces, sucedió lo que jamás habría esperado, se vio a si mismo. Su rostro infantil salió de las gruesas capas de oscuridad que cubrían el lugar. Con las ropas que tenia cuando estaba en el Runkongai, con la misma forma de sujetar su cabello y la falta de los extravagantes tatuajes que realizó en su cuerpo ya estando en el Sereite delataban a su pequeña copia.

Los pequeños ojos rojizos del pequeño reaccionaron ante algo que el no percibió y en su rostro se dibujo una expresión de horro semejante a la de…

-¡Rukia!- de la boca del crio salió el nombre de su compañera lo cual le sorprendió.

-Tú ¿Cómo…?- no completo la pregunta que no tardo mucho su cerebro en formular. Su copia termino por correr a la dirección opuesta de donde estaban. Sus pasos eran rápido, pero se notaba a simple vista el temblar sus piernas con cada que daba y el temor que demostraba.

Sin dudar siguió al pequeño ser que se alejaba sin saber el porque. Escucho el crujir de algo, algo que se rompía como si fuera azotado con algo mucho más mayor que él, la repentina luz entro de un pequeño agujero en el punto medio de donde se encontraban corriendo. Por instinto, paro su carrera para esperar lo que saliera del fondo de la luz cegadora. Trato de mantener sus ojos abiertos, pero era tal la intensidad de aquella luz blanca que tuvo la enorme necesidad de parpadear. Tan solo una vez. En menos de un segundo… Todo cambio.

Sus ojos no podían creer lo que apreciaban y su mente negaba a dar la respuesta a su cuestionamiento interno. Podía ver grandes llamas cubriendo la mayor parte de su visión, consumiendo chozas enteras y generando gritos intensos y lamentos enormes de la gente que de la nada comenzaban a llenar el lugar dirigiéndose a lugares seguros, pero non existía tales lugares.

-¡Renji!- volvió a escucharla, pero esta vez, el sonido fue más real, más notorio. Como si la persona que rogaba por su presencia estuviera a menos de veinte metros. Sin pensarlo dos veces se dirigió hacia donde provenía la voz que lo llamaba. No era seguro si estaba en la dirección correcta, o por lo menos cerca, pero él corría, corría todo lo que sus piernas daban, porque, ese lugar le recordaba…

-¡Kyo detente!

"¡Él!"

Llego para apreciar el clímax de lo que sucedía frente de él. Un enorme hollow estaba en medio de todo el alboroto. Aun podía ver personas corriendo por temor a ser devorados por el demonio.

-¡Rukia!- pasó por un lado suyo su copia con una rama de árbol, de medida promedio y posiblemente originaria de algunos de los arboles que estaban tirados en medio del camino. Vio como se le aventaba al hollow con valentía ¿En que pensaba ese crio? Pero cuando vio lo que quería defender…

Tirada con una pierna hecha pedazos y una fuerte hemorragia en la cabeza se encontraba a los pies del hollow su mejor amiga. Su rostro no mostraba señal de dolor…. Pero tampoco de vida. Se alarmo. Trato de coger su zampakutou pero se dio cuenta de que ella no se encontraba en su lugar. Miro con horro como el enorme hollow con un simple movimiento de su brazo prácticamente lo "lanzo" hacia los escombros de las antes casas.

Trato de moverse para "auxiliarse" pero se dio cuenta de que su cuerpo no obedecía sus órdenes. Trato y trato pero era evidente que por alguna extraña razón, su cuerpo no se movería por más que se lo pidiese. Tan solo era capaz de observar la escena sin ser parte del elenco.

Aquel hollow no debería de ser tan fuerte, con un simple movimiento de Zabimaru podía partirlo en dos o más pedazos, pero mas sin embargo, faltando Zabimaru, y con su dominio de kiodo que no era demasiado…

-¡Rukia!- su copia salía de los escombros con algunos raspones en el cuerpo, pero nada serio. Trato de ponerse de pie y tras unos instantes lo logro, pero se sujetaba con fuerza la parte izquierda de su estomago, tal vez no salió tan ileso.

Un intenso reiatsu se sintió de repente doblegando a su copia pero no a él. Estaba acostumbrado a sentir casi la misma cantidad de energía en batalla, era normal que pudiese mantenerse estable ante algo similar. Pero de manera improvisa, la energía se incremento.

-¿Qué es eso?- alcanzo a preguntar mientras se apoyaba en su rodilla. Había flaqueado. El sudor se hiso presente en su frente por la intensidad de la fuerza que suprimía el lugar.

El hollow enfrente de él también los sintió. Con un fuerte gruñido dio señal de que quería batalla y como si quisiera que fuera rápido, cogió a la pequeña de cabellos negro con sus garras derechas y con las izquierdas cogió algo que no había percibido.

"Ese es…"

-¡Kyo, Rukia!- de nuevo su copia hiso presencia en ese horrible momento. jamás había sentido tanta impotencia como en aquel momento. ¿Pero que podía hacer él? En aquella pesadilla.

Otro grito del hollow lo saco de sus pensamientos y cuando puso su vista sobre la enorme bestia vio como esta era partida en dos. La sangre cubrió los alrededores y el sonido del enorme cuerpo caer resonó como un eco por algunos instantes. Estaba en shock, no pudo ver nada, ni siquiera quien había derrotado a semejante bestia.

-¿Qué hacemos con ellos?- escucho detrás de él y de inmediato voltio. Se sorprendió levemente al darse cuenta de que su cuerpo ya respondía como era debido. Noto como cuatro sombras se acercaban a "el" y su amiga, y aquel niño que los acompañaba.

-Él esta a salvo. Lo que les suceda a los otros es algo que no nos incumbe- respondió uno de ellos. Las cuatro sombras se deslizaban como depredadores asechado a su presa. Cubiertos por una gruesa capa, las sombras analizaban los daños.

-Pero ellos…- trato de decir unos de ellos, pero fue interrumpido.

-Nuestra única misión es rescatar y llevar sano y salvo al heredero de la corona- volvió a hablar el mismo de antes. – la muerte de ellos es algo que no debería de importar Gure.

Solo noto el gran y tenso silencio que se formo entre los que presenciaron la pequeña discusión y entre las que la llevaron.

-Él me hiso prometer que nada les sucedería- dijo de nuevo el hombre con voz delgada. Trataba de dar la mejor escusa para poder ayudar a los críos tirados frente a ellos.

-Por él- señalo a su copia- se recuperara rápido, solo tiene algunos huesos rotos y posiblemente una leve herida interna.

Todo era verdad, un gran hueco se creo en su estomago, jamás se había visto de esa manera así mismo. ¡Estaba hecho papilla!

-Y ella- por alguna razón puso mas atención a lo que decía- ya no tiene remedio, esta muerta.

Se sorprendió. ¡Rukia estaba muerta! Eso no era posible. No había respiración, no mostraba aquel brillo tan singular de ella en los enormes ojos violetas. Dios ¡Era verdad! Su corazón paro de golpe y sintió como su voluntad se desmoronaba lentamente al igual que su cuerpo. No. Eso no era posible, entendió que ese era un fragmento de su memoria, algo que no quería recordar y por supuesto, no recordaba, hasta ese entonces.

-¡Rukia!- grito con todas sus fuerzas, como si fuera un escape y desahogó a lo que se formo en su interior.


Sus malditos días en ese lugar comisaban a ser insoportables. El fuerte sol pareciera estar en contra suya ya que caía intensamente sobre la ciudad de Karakura, y para su mala suerte, sobre su cabeza. Le dolía la cabeza, la manos, la piernas ¡Todo le dolía! Sus ojos violetas sufrían el haber tomado la única opción que le permitía no volver a ver a ese hombre.

"No dormir"

Llevaba tres días sin dormir ni acercarse a lo que se llama sueño. Desde la ultima noche en que vio al peli verde no pudo contener las ganas de no volverlo a ver, creció en ella algo semejante al odio sin saber el porque y no le guastaba en lo mas mínimo. Jamás había sentido tanta atracción hacia un hombre ¡Un hombre desconocido! Era guapo, no se podía negar y mucho menos trataría de engañarse así misma porque seria una gran perdida de esfuerzo mental y también físico de los cual no estaba en condiciones de luchar contra ella misma.

Volvió a tallar con fuerzas sus ojos con ambas manos. Ese día no habría clases por disputas de los maestros, cosa que no repelarían los alumnos, todos estaba emocionados por algunos festejos que se realizarían en la ciudad que poco les importaba si habría clases o no. Se había tomado la libertad de salir un poco de la casa del peli naranja para tomar un poco de aire y no ser tentada por la dulces y cómodas camas que había en la casa de él ¡Inclusive el maldito sillón le parecía cómodo para dormir!

Tomo de la bolsa que tenia en el hombro el pequeño frasco que le dio Urahara-san

-¿Ya no quieres dormir más?- pregunto le hombre frente de ella con cierto toque en sus palabras de sorpresa.

-Sí.

-¿Por qué?- algo que sabia que preguntaría pero que realmente no deseaba que lo hiciera.

-No creo que sea bueno preguntarles a tus clientes para que quieren el producto si es más que obvio- contesto tajantemente.

-Bueno bueno- su inigualable abanico hiso acto de presencia en ese cuarto, y haciendo un ligero movimiento le indio que su comentaría fue demás- Solo pregunta Kuchiki-san

No importaba si tan solo era una simple pregunta, para aquel rubio una pregunta y una respuesta lo puede significar todo.

Aquel rubio cambió su posición y metiendo su mano en un cajón cercano del cual saco un pequeño frasco de cristal, cubierto por una etiqueta que decía claramente "PELIGRO" No le gusto en lo absoluto.

-Ten- le dio el pequeño frasco- esta es una medicina dada a los soldados en medio de la batalla, es capas de mantenerlos despiertos por un mes si la toman cada día.

Observo el frasco, y lo observo de nuevo, de arriba hacia abajo, de un lado a otro. Si no fuera por que el mismo ex–capitán de la del 12º Escuadrón se lo daba, diría que era un simple frasco de medicina común y corriente como los que había en la clínica Kurosaki.

-Pero ten cuidado- dio la advertencia- no cualquiera puede resistir al efecto causado por tomarlas.

Sus últimas palabras quedaron estancadas en su cabeza sin salida alguna. Era tal su desesperación que si las posibles consecuencias de tomar esas pastillas endemoniadas era el morir, tomaría el riesgo. Con tal de no volver a ver al peli verde, seria capaz de eso y más.

Volvió a guardar el frasco en su bolso, no podía dejarlo en la habitación compartida con las gemelas por que cabía la posibilidad que algunas de ellas por mera curiosidad lo viera y preguntara que era, o pero aun, que tomara una de ellas. No eran niñas pequeñas para que lo hicieran, pero algo había aprendido en su estancia en el mundo era.

"Todo puede suceder"

-¡Kuchiki-san!

-Inoue…

Sin darse cuenta se encontraba en la calle donde estaba la casa de su amiga peli naranja y de que por causalidad salía con una bolsa en mano.

-¿Qué haces por aquí?- preguntó entusiasmada.

-Solo doy un ligero paseo- contesto con una muy bien fingida sonrisa. No era necesario ocupar su tono de voz meloso ya que ella era de las pocas personas en el mundo real que la conocían plenamente. Bueno, no tanto como su amigo peli naranja.

-¿No quieres acompañarme a comparar la despensa Kuchiki-san?- pregunto.

"¿No creo que tenga opción?"


-¿Ya has terminado?

En una habitación totalmente gobernada por la oscuridad, se escucho la voz de un hombre. Pasos se empezaron a escuchar después de que su imponente vos dejara de hacer eco dentro de las cuatro paredes solidas.

-Te pregunte, ¿Qué si ya terminaste de traicionarme?

Un fuerte golpe se escucho, como semejante a la furia del mar contra las piedras y riscos inocentes ajenos a la causa de su enfado. Un silencio estremecedor se formo después de ello, la habitación oscura fue llena por una luz blanca, ya que cinco ventanas fueron abiertas al mismo tiempo. Ambas, enormes, imponentes y hermosas con respecto a su estructura y acabado acababan con la oscuridad.

-No me respondes, Gure- resalto con mucho mas enfado el nombre de aquel que osaba a traicionarlo cuando el se decía su amigo.

El hombre que se refugiaba en la capa de seguridad que le daba la oscuridad que el mismo creo no tuvo otra elección más que hacerle frente. Su cabello negrizco brillo hermosamente con el resplandor aun potente proveniente de las cinco ventanas que se mantenían abiertas por orden de su contrincante

-Yo jamás lo traicionaría- hizo una leve reverencia ante él- mi rey.

Aquel hombre que fue acusado de traición no pasaría en apariencia mas de 30 primaveras, pero las personas que Vivian en el palacio real tenían la cualidad de engañar al señor tiempo y permanecer tan jóvenes como ellos quisieran, los shinigamis también se podría decir que pueden hacerlo, pero tarde o temprano el tiempo pasaría sobre de ellos, tal es el caso del capitán Yamamoto que a pesar de ser el shinigami mas fuerte no fue capaz de evadir el tiempo.

-Entonces dime- de la inmensa luz salió un joven de cabello verdoso y con las ropas típicas de la realeza- ¿Por qué le mostraste a Renji lo ocurrido aquel día?

El pelinegro mantuvo su mirada fija al suelo, por algunos instantes más, y cuando tuvo el valor, lo encaro con sus enormes ojos rojizos.

-Porque también él es parte de esto, mi rey.- contesto sin ninguna duda.

El enojo en aquel que era llamado rey creció enormemente. ¿El descaro de ese hombre era tal?

-A pesar de que te di la orden de que no lo hicieras, me desobedeciste- mantuvo al cordura pero en sus ojos topacio la ira era reflejada a no mas poder.

-Lo que hace esta muy mal- volvió a hablar sin temer a hacerlo- jugar con aquellos que lo consideraban su amigo es incorrecto, su alteza.

-Lo que haga o deje de hacer es algo que no deberías atrever a juzgar.

Un ligero viento entro por la ventanas causando cierta pausa en el debate que se regia en ese lugar. Los músculos tensados en aquel hombre se relajaron al igual que su penetrante mirada verdosa. La causa de su enojo no era la traición de ese hombre ni el que lo desobedeciera, tan solo era que las acciones de ese sujeto perjudicarían sus planes ya establecidos.

-Solo la quiero a ella- contesto después de una ligera pausa- Es lo único que deseo en esta patética vida.

Salió entonces, después de que sus palabras dieren en el blanco que no era más que sentimiento de remordimiento de su acompañante. Camino despacio y con elegancia entre los pasillos enormes y blancos de su morada. Desde pequeño se vio obligado a la necesidad de memorizar cada uno de ellos ya que había perdido la cuenta de las veces que l guardia real había tenido que recorrer el palacio completo en su búsqueda. Y baya que no era una tarea fácil, tan solo en una sección del palacio había por lo menos mas de mil caminos diferentes con destinos diferentes. Un digno laberinto de los amantes a los acertijos y caminos sin salida.

Suspiro amargamente cuando había encontrado un buen lugar para aclara sus ideas. Se sentía frustrado en los últimos tres días, la razón, no había podido ver a su amada Hime en esos tres malditos días, por mas que había intentado hacer la conexión entre él y ella mediante los sueños, el resultado era el mismo.

Simplemente se veía a si mismo en una inmensa oscuridad que significaba que la persona con la que quería hablar no estaba gozando de la bendición de Morfeo. Cosa que odiaba. Puesto que deseaba el tener en sus brazos a la joven que le robo todo lo que es él.

Siguió su camino hasta toparse con uno de los tantos jardines que había en ese lugar. Tan hermosos y tan exótico, contaba con una colección de todas las plantas que existían en los dos mundos que reinaba, decía dos porque siempre tenía que haber un equilibrio entre la sociedad de alamas, y quisiera o no, sus decisiones afectaban tanto al mundo humano como al de los shinigamis.

-Kyoto, perdóname.

No tenia la necesidad de dar la vuelta y encarar a la persona que corrompía su paz, conocía a la perfección quien le había llamado y por esa simple razón no quería mirara atrás.

-Tienes suerte de que no te acuse de traición- contemplo un hermoso lirio blanco para después soltar con desprecio- si no ya estarías agonizando.

-Entonces debería de estar eternamente agradecido- contesto.

-Es lo mínimo.

No espero respuesta así que siguió su camino por ese mundo verde lleno de vida. Sentía como el dolor de su cabeza comenzaba a aumentar cuando se dio cuenta de aquel hombre tenia el descaro de seguirlo. Siendo él rey por lo menos debería de mostrar respeto.

-¿No tienes otras cosa que hacer?

-Mi deber es cuidarte, acaso eres tú el que olvida las cosas- su cabellos negrizco bailaba al compas con el viento que empezaba de nuevo golpearlos, pero esta ves, en ves de calmar a su alteza hiso que aquellos que trataba de olvidar retomara el rumbo adecuado y explotara como resultado.

Lamentablemente las únicas que sufrieron las plantas y flores que habitaban en ese lugar, puesto que en un abrir y cerrar de ojos todo ese lugar se vio envuelto en llamas que no tenían fin.

-¡A quien se le olvidan las cosas Gure!- no dudo en atacar y desquitar todo lo que sentía. Simple. Se sentía traicionado por su mejor amigo, la única persona en la cual confiaba plenamente no era capas de entender las razones por las cuáles hacia lo que hacia.

No fue tan tonto como para quedarse cerca de su rey que no dejaba de ser un simple crio que lloraba cuando no se le cumplía hasta el más mínimo capricho. Una ligera sonrisa inevitable adorno el bello rostro de su contrincante, ¡Era divertido cabrear a su majestad!

-¡De que te ríes maldito!

Las llamas se dirigieron a Gure como si tuvieran vida propia, y la tenían. Pero a pesar de que el ataque era intenso, con un simple movimiento de su mano desapareció in alcanzar su objetivo haciendo presa de admiración a su majestad.

-La primera lección que se le dio mi rey- dijo acompañado por una risilla ligera- jamás, jamás ataque bajo el dominio de los sentimientos.

Una pequeña y diminuta espera se creo entre sus manos, más pequeña que una pelotita de pimpón. Esa era la única regla que siempre se tenia que respetar, para aquellos que dominaban el kiodo en su manera perfeccionada lo debían de saber y respetar, si no… solo te queda la derrota.

Lanzo la pequeña esfera con dirección a su rey el cual, reacciono en el momento justo y utilizando el shunpo se alejo lo necesario para no verse en medio de la explosión tan fuerte de poder que su guardia era capaz de demostrar.

-¡Gure!- exclamo.

-Yo jamás te traicionaría- sin que Kyoto se diera cuneta el ya estaba detrás suyo con una expresión dolida- porque yo soy tu amigo idiota.


-Ne… Kuchiki-san

-mmm… estaba totalmente distraída en saber que tantas cosas llevaba su amiga en las cinco grandes bolsas que ambas llevaban. Podo ver algunos productos como atún, mayonesa, pulpo, etc.… no quería ni pensar para que ocuparía todo eso.

-¿A pasado algo entre tu y Kurosaki-kun?

Se paro en seco al escuchar el nombre, o más bien el apellido del peli naranja salir de la boca de su amiga.

-¿Por qué lo preguntas Inoue?

-Es solo que…- dudo- ustedes ya no son como antes.

-¿Y como éramos?- pregunto algo nerviosa

-Kuchiki-san, tu y Kurosaki-kun siempre están juntos, se hablan con… tanta familiaridad, que parecen que son más que amigos- el sonrojo apareció en su rostro, pero no quiso intervenir en el discurso de su amiga- pero ahora, en estos últimos días… ya no son los mismos.

Trato de que la peli naranja no viera el color carme si en su rostro así que siguió con el camino trazado. Era verdad, ella misma lo sabía. Las repetitivas preguntas de Ichigo hacia su estado de animo y contantes pesadillas la obligaron a crear una ligera línea entre ella y el, con el fin de que no se enterara de lo que sucedía dentro de ella.

¿Por qué?

Porque con el no podía fingir, si le mirar con esos ojos almendrados en ese preciso momento y le preguntara que le sucedía, no podría seguir fingiendo y le soltaría todo sin ninguna restricción.

No podía, no quería que el peli naranja se metiera en sus líos, porque eso eran, sus líos no de él, ya bastante había hecho ella como para incluir a Ichigo en algo más.

-Kuchiki-san- de nuevo era sacada de sus pensamientos- te quedaste callada.

-Perdón Inoue- había estado ignorando las posibles palabras que su amiga había estado diciendo cuando ella entro en trance- pero, créeme, entre Ichigo y yo no sucede nada, ni sucederá.

Dio por terminada la discusión con aquella respuesta, el camino que faltaba por transitar fue reinado por un silencio enorme hasta llegar a la morada de la peli naranja.

-Gracias por ayudarme Kuchiki-san- agradeció con una enorme sonrisa.

-Por nada Inoue.

Lo último que vio de su amiga fue como sacudía la mano con energía y cerraba la puerta al compas. Que buena amiga era esa mujer, tan alegra, tan positiva, y dispuesta a dar todo por sus amigos, como lo demostró en la última batalla. A veces le daba por pensar el querer ser como ella, con la misma energía y alegría que le caracterizaba. Pero es algo que jamás podría ser.

La luz del día iba desapareciendo y la luz artificial creada por el hombre comenzaba a iluminar las calles de Karakura. El día había pasado muy rápido y sin darse cuenta la luna comenzaba a salir, tan blanca y tan bella como siempre.

Posiblemente Isshin Kurosaki debería de estar torturando a su hijo por no saber donde estaba. Pero en verdad de quien huía era de él. Porque sabía que frente al peli naranja, era totalmente trasparente.

-Enana…

Sus ojos se abrieron enormemente y su cuerpo se estremeció ligeramente al escuchar la gruesa y tosca voz de su compañero de batalla. Trato de controlarse para poder encalarlo.

-¿Qué haces aquí idiota?- pregunto con ira fingida.

-Todavía te atreves a decirme idiota cuando tu desapareces de la casa sin decir nada.

¡Joder!

-No tienes ningún derecho a reclamarme- le dio la espalda dispuesta a dejar hablando solo al peli naranja cuando fue sujeta bruscamente por el brazo y obligada a mirarlo.

-¡No tengo ningún derecho!-exclamo- me ignoras cuando te hablo en la escuela y en la casa, me evitas cuando salimos de ella y ahora me huyes ¡maldita cobarde!

Se sorprendí por la manera que le hablaba aquel chico, no era enojo lo que había en ellas, claro que no. Pero si una mescla de sentimientos que no era capaz de descifrar. La cercanía también hacia que dificultara la manera de ver las cosas.

-¿¡Rukia que diablos te sucede!

-…

Una persona a la distancia observaba la discusión de los jóvenes demostrando cierta tristeza en sus ojos. Cerro la ventana para que no se dieran cuenta de ella era testigo de su no muy tranquila discusión.

Sentía un ligero hueco en su pecho, siempre había demostrado cierto interés hacia la persona que discutía con al pelinegra, pero al parecer sus sentimientos jamás correspondidos como deberían sencillamente porque la persona que amaba ya tenia a ese ser especial.

-Orihime-san…

Se dio cuenta de que los integrantes de su Shun Shun Rikka habían aparecido sin que los llamase.

-¿Les has dicho?- asta la pregunta sonaba estúpida, pero Shun'ō en verdad quería saber si su dueña había sido capaz de decirle a Hime-sama lo que había visto.

-No.

Entre los integrantes de Shun Shun Rikka se formo un silencio corto hasta que Tsubaki apareció y le dio un ligero golpe en la cabeza a su dueña.

-Les tienes que decir mujer- exclamo- tienes que contarle lo que hemos visto.

-lo se, pero, es muy doloroso- no puedo soportar mas y las gruesas lagrimas comenzaron a salir por sus ojos.

El enorme sus piro de Tsubaki fue lo que siguió, nadie era capaz de decir algo asta que Shun'ō hiso acto de presencia.

-Si no les dices orihime-san su pesadilla será peor…


AY!

GOMENASAI

Normalmente subo los capítulos el sábado por la madrugada pero no estuve en casa y muchom menos frente a mi compue. Por eso actualizo hasta aurita

Reviews XD

Rhiliniel Aralith: La primera siempre será la primera XD. Me alegra de que hayas leído la primera versión, lo del rey malvado solo es una fase de todo hombre cuando siente que el amor de su vida no es la misma o su amor no es correspondido, no odien Kyoto!

jessy moon 15: A mi también me conquisto *¬* y si, ciertamente ichi se pasa (perdón por la palabras) bruto (ay ya no la escribí XD) por que hay la tiene hasta con moñito y todo pero no es capas de decir lo que siente (maldito orgullo) jaja.

Minako: ne! Perdón por la espera como ya dije me era imposible subir el capi antes gomene.

Dlkg.: Nueva lectora ¡yupi! Jaja dios si me cuido jeje gracias. Pero pronto se aclararan todas las dudas.

jesica-haruzuchia: gracias por seguir esta historia y perdón por dejarte picada aun que creo que te deje mas picada que antes verdad? XD.

Kia: Esa luz, esa luz XD. Perdón por hacer el príncipe más malo peor no tenía opción XD y por lo de los capi más largos, espero que este te haya complacido, pero pronto serán mas largos jeje.

Ghost iv: XD. Tienes razón.

SIKKANDDA: JAJA! Fue el review mas largo, en serio… se puede decir que la mayoría d tus preguntas ya fueron contestadas y que de seguro unas cuanta mas se formaron XD. Gomenasai, no puedo adelantar nada. Nii-sama me mataría.

chidorisagara: ¡Si, soy mala! (risa maléfica) no es cierto, y solo te puedo decir que lo que desea posiblemente sea concedido el próximo capitulo.

RukiaAikoChoEmi:L o de las faltas de ortografía enseguida será explicado y por lo demás, gracia sor decir que esta historia es buena XD y no voy aclara jeje.

L:Jaja no le digas pinche pobrecito.

En casi todos lo reviews al pobre de Kyoto le dicen pinche, se la mientas o lo maldicen, solo me queda aclarar ÉL NO ES MALO.

Bueno, con respecto al capi anterior, lamento las faltas de ortografía, en ese momento estuve bajo mucha presión con respecto a un trabajo de leyes que me encargaron y que gracias a dios termines puyfff. Pero al tener poco tiempo le pedí a Nii-sama que revisara la ortografía, él me ayudo, pero fue error mío ya que siempre tengo dos documentos de cada capitulo en mi memoria, por PEN…SATIVA subí el que no estaba corregido y al tercer día me di cuenta

Lamentablemente no puedo quitar el capitulo por una apuesta que ise con el propio Nii-sama. Lo siento.

Sin más que decir me despido hasta el próximo sábado.

Matte ne

Mokona-kuchiki.