Disclaimer: todo es de JotaKá blablá nadie me paga por esto blablá.

Si quieren pueden agregar "Perfecta - Miranda" como soundtrack de este capítulo :) o como ustedes prefieran.

¿EPILOGO?


Después de intentar dormir durante dos horas y cuando la resaca ya se le había pasado un poco, limpió su habitación, lavó el baño, acomodó todo lo que aún seguía en cajas, cocinó lo suficiente para 6 personas con postres incluidos, se bañó, se afeitó, se vistió, revisó los papeles del trabajo –aún siendo domingo- y trabajó en ellos durante un rato.

Al cabo del medio día, no tenía nada absolutamente que hacer.

Cuando estaba así de nervioso, se volvía tan productivo que no era de sorprenderse que haya vencido a Voldemort.

A punto de empezar a morderse las uñas estaba el pobre Harry cuando sonó el teléfono. Su corazón comenzó a latir a un ritmo descomunal y tardó un poco en contestar.

-Bueno…

*

A pesar de todos los intentos no lograba poner los recuerdos faltantes en esos espacios en blanco que tenía su cerebro.

Para cuando salió de la cama y pisó el suelo helado, ya había llegado a la conclusión de que tenía que hablar con Harry. El estómago se le revolvió de solo pensarlo.

Primero se dio un largo baño, escogió una ropa bonita, tragó una pastilla para el dolor de cabeza, se preparó un café y tomó asiento en uno de sus sillones (frente al teléfono) y se pasó entonces un buen rato tratando de decidir qué iba a decirle.

Terminó el café y aunque ya se le había bajado un poco el malestar, no podía pensar sin café, así que se levantó por otra taza y volvió a sentarse para continuar con la extenuante tarea.

Ver el teléfono.

Y entonces entendió que por más que tratara, no encontraría la forma adecuada de decir lo que tenía que decir. Espontaneo saldría mejor.

Con el corazón empezando a palpitar bruscamente, tomó un poco de los polvos que estaban a un costado de la chimenea.

-Casa de Harry

Y una llama verde la envolvió.

*

-Ah… Hola Ron-

Harry casi se pone a brincar de la emoción. Era solo Ron.

"Hola hermano, ¿vendrás a la Madriguera?"

El pelirrojo recién había empezado a usar el teléfono y era uno de los pocos artefactos muggles de la colección de su padre que realmente le había llamado la atención. Y ahora que lo sabía usar…

-Em… ¿para qué? No estoy seguro Ron ¿Ginny te dijo algo?

Y volvió a sentir el pulso acelerársele.

"Dijiste que veríamos juntos el partido de los Chudly Cannon esta noche aquí… pero si tienes planes tío pues me la debes"

Harry sonrió nervioso. Ahora recordaba, el partido.

-¿Ah eso? Si Ron, casi lo olvidaba. ¿A qué hora es?

"A las 6"

Harry miró su reloj: la una de la tarde.

-Sí, ahí estaré.

"Vale"

-Saludos a todos.-

"Gracias. Hasta las 6 entonces."

Harry tomó los lentes con una mano y con la otra se masajeó el puente de la nariz. Sería un día largo. Lo veía venir.

No tenía mucha hambre pero para matar un poco el tiempo fue hasta la cocina a merendar un poco de todo lo que había cocinado.

Y en eso estaba cuando un ruido fuerte y un conuncoño lo hizo voltear a la sala. Hermione estaba sobándose la pierna y el sillón nuevo se veía de repente un poco culpable.

-¿Estás bien?- Harry se acercó a ella mientras trataba de aguantarse la risa. Excelente forma de hacer más amena la cosa.

Hermione levantó la vista con las mejillas rojas.

-¿Eso siempre ha estado ahí?- preguntó mosqueada

Menos una semana.

-Si- y tras una carcajada, la invitó a pasar a la cocina.

-¿Quieres algo de tomar?

Ella asintió. ¿Recordaría algo él? Se veía tan tranquilo…

-¿Jugo de calabaza? ¿Té? ¿Agua?...-

-¿Tienes café?

Harry sonrió. Al parecer todavía no se le pasaba la cruda a su amiga. Asintió y comenzó a prepararlo. Se sentía torpe y nervioso, y enfrascado como estaba en sus pensamientos se le cayó la cuchara al suelo. El estruendo hizo a Hermione voltear.

-Oye em… hice mucha comida ¿tienes hambre?- No importa cómo, debía llenar esos espacios en blanco que tan incómodo lo habían puesto siempre.

La castaña se lo pensó un poco pero la verdad es que con las prisas y los nervios no había probado bocado en todo el día.

-La verdad sí.

-Vale-

El moreno empezó a servir un plato para cada uno y los asentó en la mesa junto a sendas tazas de café. Ella estaba ojerosa y se veía cansada, él en cambio estaba alterado.

Comieron en silencio. Puro sonido de tenedores, sorbos de café y masticadas de comida.

-Estaba delicioso. Gracias Harry- y sonrió. Se notaba a leguas que estaban tan incómodos… si tan solo supiera como preguntarle.

-De nada-

Seguían sentados y mirando la mesa como si de repente fuese extremadamente interesante. Cosa que no era. Como un minuto pasó sin voces.

-¿Quieres un té?- preguntó el anfitrión.

-No gracias.

Nuevo silencio, igual de incómodo que los anteriores.

-¿Irás con Ron a ver el partido?

-Si ¿y tú?

-Sabes que no me gusta eso. Además tengo un poco de trabajo pendiente todavía.

-Ah… mejor vamos a la sala, estemos más cómodos.- el moreno se revolvió el cabello, nervioso, mientras caminaron a la sala, donde se sentaron juntos.

-Y ¿cómo va el trabajo?- preguntó Harry.

Y entonces todo pasó muy rápido y con vida propia. Ella tenía la intención de contestarle, de contarle qué novedades había en su vida pero lo único que pudo salir de su boca fue… bueno en realidad lo único que logró fue acercarse a Harry y besarlo.

Durante la comida, y a hurtadillas, se la había pasado mirándole. De espaldas mientras preparaba la comida, de perfil mientras estaban en la mesa. Y su boca ¡oh Merlín! Su boca.

Se atrevió a pegar sus labios, probarlos; pedir permiso, entrar en su boca otra vez (la misma que, borracha o no, besaba como debería estar prohibido). Pasó los brazos por su cuello y el cabello azabache y rebelde le hizo cosquillas en el dorso de la mano.

Quizá intentó descubrir si la sensación en los labios con la que se despertó provenía de él… y sí. Ambos pares de labios encajaron como por arte de magia.

Harry por su parte, había intentado hablar y hablar para posponer el tema todo lo que se pudiera pero lo único que había logrado era luchar consigo mismo para no mirar la figura de su amiga.

El moreno levantó la mano que había tenido en el sillón y la dejó en la espalda de ella, que se curvó inconscientemente ante la sensación. Cosa que a él le pareció de lo más sensual.

-Harry…- mustió Hermione, separándose un desesperante y corto segundo para hablar y reanudar su tarea. Él sin embargo sólo hizo un ruido ronco que bien pudo significar ¿qué pasa Hermione? O tal vez fue porque ella le estaba mordiendo el labio. Nunca se sabe.

-¿Qué sucedió ayer?- y para cuando esas palabras fueron dichas, Harry ya tenía una mano muy en las profundidades del sostén de la castaña y, ardientes como estaban sólo pudo limitarse a sacarla de ahí y mirar el suelo, más rojo que un tomate.

-Harry…- repitió ella, todavía con el corazón galopante y los labios rojos. -¿Qué sucedió anoche?

-Pues vaya…- una vez más, pasó la mano por su despeinado cabello azabache –en las noticias de hoy dijeron que…

Hermione empezó a reír.

-En serio…- puso su mano sobre la de Harry, que estaba en el sofá. -¿Qué pasó?

Harry suspiró cansado. Primero lo primero

-¿Qué recuerdas?

-Bueno, tengo flashes ¿me entiendes? Primero de nosotros bebiendo, luego bailando y por último… ¿Harry tú bailas?

El moreno soltó una carcajada y se rascó la nuca.

-Sólo cuando bebo- sonrieron los dos. -¿Y ahí se detienen tus recuerdos?

-No…- la castaña bajó los ojos e intentó camuflajearse con los sillones rojo Gryffindor. –Después una imagen de nosotros besándonos. Y ahora sí, ahí terminan mis recuerdos.

¿La mesa? Pff… el piso era como cien veces más interesante.

-Harry…-

-Ya ya…- fijó sus ojos en ella, pero Hermione seguía desviando la mirada.-Pues eso. No hay mucho más. Comenzamos a beber Wisky y…- sonrió –resulta que ninguno de los dos tiene especial tolerancia al alcohol.

-Claro que no- los ojos marrones se abrieron de sorpresa –eso es el primer síntoma de alcoholismo y yo no soy ninguna alcoho…

-¿Me dejarás terminan Herms?

-Vale.- Y otra vez, mirada al suelo.

-En algún punto de la conversación te saqué a bailar y ahí estábamos, muy tranquilos y… muy cerca, mientras bailábamos. Hasta que me dijiste muy insinuante que irías al baño y cito: ¿me acompañas Harry?

La chica casi se atraganta con su propia saliva

-Es imposible que yo haya dicho semejante cosa.

Harry se cruzó de brazos.

-Vale. Ya no digo más.

-No no!- Hermione volvió a tomar la mano de su amigo –por favor sigue-

Y si creyó que ya no podía estar más roja, la ilusa Hermione no sabía lo que venía después.

-El caso es que nos besamos mucho rato…-

"por no decir que casi lo hacemos ahí mismo" pensó el moreno.

-…pero alguien empezó a tocar la puerta del baño así que salimos a tomar un taxi y cuando entramos tú dijiste tu dirección y yo no pude decir nada más.

-¿Por qué?- inquirió, como si no hubiera sido ella la protagonista de tan interesante historia.

Harry miró el suelo por unos segundos

-Porque me estabas besando- levantó la vista y Hermione todavía estaba rehuyendo su mirada. Así que continúo.

-Y luego entramos a tu departamento y a la mañana siguiente me fui. Y eso fue lo que sucedió.

Se mantuvieron sin hablar por casi dos minutos seguidos. Harry sorprendido de haber podido contar toda la historia sin explotar de vergüenza y Hermione completamente pasmada de los dos efectos que el alcohol resultaba provocarle: desinhibición y amnesia. Asquerosa combinación.

-Y en mi departamento…- Merlín era tan difícil preguntar todas esas cosas -¿…Pasó?

-¿Pasar qué?- Definitivamente esto se llevaba el premio de la situación más incomoda de su vida.

-Ya sabes…- lo miró a los ojos -¿Lo hicimos?

Harry pasó la mano por su pelo.

-Sí

Como se lo temía.

-Ah

-Oye Hermione de verdad, lo siento. Es decir, yo también estaba borrachísimo y bueno, a decir verdad, no fue que te obligara precisamente. En cerio, perdóname.

Pero ella no estaba escuchando

-Harry ¿por qué te fuiste sin decirme nada?

-Entré en pánico. No sabía si ibas a recordarlo o no, si estarías enfadada conmigo. No tenía idea de qué decirte. Discúlpame.

Ella estaba segura de que Harry no había estado tan bueno en toda su vida como ese día. Y ese día, no estaba intoxicada.

-No puedo perdonarte Harry.

Los ojos se le abrieron de la impresión, dejando sus orbes verdes más visibles tras las gafas.

-Pero Hermione…

-No puedo perdonarte Harry… - lo interrumpió –porque no hay nada que perdonar.

Y se acercó despacio, poniendo la mano en la mejilla de él. Estaba lisa, como si acabara de rasurarse. Harry se quedó quiero porque ¡joder! Era Hermione sobria la que estaba acercándose y por Merlín que desde hacía tiempo que se había puesto bastante bien.

Volvieron a besarse pero esta vez con calma, sin las prisas del Wisky de fuego.

*

Haber tenido sexo con una amiga mientras ambos estaban borrachos era una cosa. Pero hacer el amor con ella mientras los dos están conscientes es algo ligeramente distinto.

Por eso cuando, después de que Hermione soltó ese último gemido más ronco que los demás y se quedó laxa sobre las sábanas, y sólo después de que Harry se tensara sobre su cuerpo y tocara el paraíso con sólo la punta de sus dedos largos, fue que el moreno lo entendió.

Los Potter necesitaban un cambio de aires. Algo simple pero significativo, como cambiar de pelirrojas a castañas.

-¿De verdad recordabas solo eso de lo que pasó ayer?- Uno de los dos tenía que romper el silencio y como ella no lo había hecho…

-Si…- Hermione comenzó a sonreír -Pero me imagino que la pasé bien.

Ambos sonrieron.

Quizás las cosas fueran más sencillas aún de lo que se habían imaginado. Es decir… fueron amigos desde siempre.

No es como cuando conoces a una persona y empiezan a salir, a conocerse. A mostrar su mejor lado para impresionar y enamorar al otro, cosa que muchas veces termina siendo sólo la punta del iceberg. No, ellos están al tanto de sus miedos, sus fortalezas, sus logros y sus vergüenzas. Saben a la perfección qué le gusta comer, leer, hacer, ver, y muchas cosas más al otro

Ser amigos que se vuelven pareja es mucho más fácil.

Después de un silencio de varios minutos, Harry cambió de idea.

Tal vez no fuera tan sencillo. Pero por volver a tener a Hermione así, definitivamente estaba dispuesto a intentar.

FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN FIN

Expandir los horizontes es importante y eso incluye escribir sobre cualquier cosa, incluso si no es a lo que estamos acostumbradas, como en esta historia.
Gracias de verdad a todas las que leyeron, las que comentaron, las que pusieron la historia en alerta y todas esas cosas hermosas ;)
Ahora sí, este es el capítulo finalísimo. Espero que no se aburrieran, y si de paso les gustó pues mucho mejor!! :D

Nos leemos pronto, espero.

Taniz (: