Twilight characters y copyright pertenecen a Stephenie Meyer:

El comportamiento y algunos diálogos están inspirados en The Wedding Date

Si a alguien no le gusta siéntanse libre de manifestarlo, lo bueno de este sitio es que no muerde nadie

La autora espera que la perdonen por tener sus historias olvidadas pero surgen ideas nuevas y muy pronto todo se aclarará.

Elaboraré un blog para el fic. Espero que le peguen una visitica.

Un abrazo y besos y espero que les guste este otro

Bella

"Oh Dios"– esto no podía estar pasando, mi madre no podía hacerme esto de nuevo

– Si mama, estaré ahí lo antes posible– intente no sonar aburrida

– Jessica quiere que estés presente...ya sé que fue lo que paso pero Bella, no es necesario...–

– Madre, ya dije que lo entendí, lo que no es necesario es que hables de ello–

– Y dime Isabella, ¿ya conseguiste novio?– Esa pregunta broto abruptamente de sus labios yo me quede de piedra, al parecer la imagen que mi madre tenía de mi era la de una superficial chica que conseguía novio tan fácilmente como se tronaban los dedos – Te estás haciendo vieja Isabella, te vas a quedar sin nada sin siquiera haberlo probado –

Vaya...tener 25 años no era estar vieja, ¿que se creía mi madre?

– ¡Madre!

– En fin – zanjó ella, al parecer creía que hablaba con una retrasada – Tu hermana se casa y espera ansiosa que asistas, Mike también así lo quiere... –

Maldita hermanastra mía, siempre tratando de hacerme mal, ella sabía perfectamente que estaba en planes de casarse con el hombre que yo amaba y con el que, hasta hace tres meses, creía que me iba a casar, tenían la caradura de invitarme a la boda y mi madre como si nada...ah Cielos era la copa que colmaba la piscina de mi vida. Yo sabía que ella, Jessica, me odiaba como yo a ella, pues bien...si quería humillarme por qué se iba a casar con Mike yo no la tendría de cabeza, me conseguiría uno más atractivo que Mike y le haría ver a ese demonio de lo que era capaz.

No pude creer la rapidez con la que esa idea broto en mi mente y con mi madre aun al otro lado del auricular.

– Si madre...– afirmé cansinamente – Dile a Jess que ahí estaré –

Corté la llamada antes de darme a mi madre más tiempo de decirme algo, respire hondo y me direccioné hacia el espejo de cuerpo entero que había en un lado de mi habitación.

No es que fuera más hermosa que Jessica, lo cual me llevo a preguntarme si sería capaz de conseguir a un hombre que siquiera me determinara estando ella presente.

Ella no era mi verdadera hermana. Mi madre, Renee había estado casada con Joseph Stanley, un vago que la dejo apenas supo que esperaba a su primer hija, luego dos años después mi madre conoció a Charlie Swan...mi papá... para cuando yo nací él le pidió a ella que se casaran, pero ella no accedió, lo cual convirtió lo que iba a ser boda en un arreglo entre mi madre y mi padre, algo que llamaban comúnmente "unión libre" y vivían en una casa en Australia, con Jessica. Yo era independiente algo que para Jessica era casi un reto imposible de cumplir.

Adoraba a mis primas y primos, con ellos tenía una relación de hermanos, mucho más de la que tenía con Jessica. Alice y Rosalía eran mis más cercanas amigas.

Seguí mirándome al espejo intentando ver algo más que el pedazo de mierda que me sentía, jamás podría hacer que alguien me quisiera estando Jess cerca, ni siquiera Mike pudo resistirse y eso que siempre decía que me amaba, ahora se casaba con mi hermana y yo no quería mas que morirme, o al menos poder enterrarme por unos días bajo tierra sin nadie que me perturbara...imposible...

Maldije mi suerte, era tan simple como estúpida, mi piel era demasiado blanca mis ojos café, mas del color del chocolate, y mi pelo castaño con pintas rojas , nada fuera de lo común, a diferencia de Jessica, que era rubia de ojos grises y piel trigo, las más querida, la más tonta, la mas estúpida cabeza hueca...pero esas eran las características de las que solo yo me daba cuenta, para todos Jessica estaba en un pedestal, menos para Charlie quien la odiaba incluso más que yo, porque sabía cómo era el comportamiento de Jess conmigo, me pregunte que pensaría en estos momentos mi querido padre.

Mi madre decía que algún día Jessica cambiaría, pero desde que mi ex me dejo por ella no tenia nunca pensamientos amables ni positivos.

Seguí en el espejo mirando y pensando en la única manera por la que un hombre estaría a mi lado: pagándole.

Solté una carcajada amarga y abandone el espejo para dejarme caer en la cama, no quería seguir dilapidándome mas, saque el móvil de mis vaqueros y llame a Alice.

– ¿Bella?– dijo apenas contesto – Hola... ¿sucede algo malo?

– ¿Acaso tiene que suceder algo malo para que recibas una llamada mía?– le respondí mordazmente, aunque sabía que ambas estábamos de broma, Alice adoraba que yo la llamara.

Hacía poco menos de cinco meses Alice había tenido una crisis depresiva que la había obligado a entrar a una clínica psiquiátrica de la que había costado mucho salir, cuando encontró a su novio en la cama con otro hombre, Ella siempre decía que mis visitas, cuando le llevaba comida, o me quedaba con ella a leerle y a adornarle el cabello, eran las que le habían salvado de caer en su mundo oscuro.

– No...– dijo pude oír que reía – Sabes que no – Se quedo en silencio por unos segundos y luego dijo – Me entere de que Jessica se casa con Mike... –

– ¿Acaso ya lo sabe toda Australia? – supuse que Jess se había encargado de que fuera así.

– Bella, ya te dije que lo que pienso de aquellos sacos de putrefacción, tu mereces algo mucho mejor –

Como yo, Alice había sido testigo de todo mi sufrimiento y me había entendido casi como yo a ella, incluso intento que entablara más que una amistad con su hermano, mi primo Emmet, pero él nunca se fijo en mi más que para eso, de la amistad, cayo rendido ante los pies de Rosalie, la hermana de Jasper, otro primo segundo, el nuevo novio de Alice.

No estaba molesta por ello, además porque no me sentía preparada para iniciar una relación, no estando tan reciente lo de Mike, ellos seguían viéndose y al parecer eran novios. Por lo visto Rosalie había encontrado la horma de su zapato.

Empecé a desesperarme y supe que Alice era la solución a mis problemas, ella siguió hablando.

– Si, claro. Las invitaciones a la boda nos llegaron a Emmet y a mí, para asistir con nuestras parejas, ¿puedes creer que no enviaron una para nuestra segunda Rosalie?. Claro Jess la odia, seria la última persona que invitaría, no debe saber que entablo relación con Emmet... –

En mi invitación ocurría algo parecido, decía "señorita Isabella Swan y compañía, tenemos el gusto de participarle e invitar a el matrimonio de Jessica Stanley y Mike Newton que se llevara a cabo el día..." eso había sido obra de Jessica, evidentemente, y la odie mas, si es que eso era posible

– Alice, tienes que ayudarme – empecé a suplicar – Sé que odias a Jessica aun más que yo… –

Apenas dije esto casi me pareció ver a Alice envarándose en donde fuera que se encontrara.

– ¿Que necesitas Bella?

Era vergonzoso decirlo aun con Alice a quien confiaba mis más íntimos secretos. Me mordí los labios y lo dije rápidamente para que la vergüenza no me delatara.

– Le dije a mi madre que iría acompañada...no le dije por quien pero sé que asume que es un hombre, no tengo a nadie, tuve que decirles para que me dejara en paz, Alice ¡tienes que ayudarme! –

Al parecer lo entendió todo porque se quedo en silencio y acaso temí por un momento que se hubiera desmayado pero escuche un suspiro suyo así que supe que aun estaba allí. Ese suspiro me dio a pensar que iba a ser imposible ayudarme.

– Yo...Alice, lo siento, se que te estoy pidiendo demasiado...olvida lo que dije, ya veré que hacer... –

– No, Bella– dijo ella firmemente contra el móvil, le dijo a mi rota confianza que se empezó a pegar de nuevo – según la invitación debemos estar tres días antes de la boda, eso es en tres días, yo conseguiré a tu cita e iré a tu casa para que allí nos vayamos los cuatro al aeropuerto...y luego al hotel –

– Alice…–

– Confía en mi, Bella –

– Lo estoy haciendo Alice, pero...no quiero desagradables sorpresas... –

– ¡Ah! déjalo en mis manos, casi hermana, te veré en dos días – la línea se cortó.

Volví hacia el espejo no muy segura de que era lo que acababa de pedir a Alice pero sabía que ella no me iba a defraudar, me quería demasiado para eso.

Alice

– Pero es un viaje gratis, Maxwell, vamos es solo por...– dije suplicando.

– Lo siento Alice, pero no puedo… –

El malnacido corto la llamada."Maldito impotente, de todas maneras no le hubieras servido a Bella".

Tome al último hombre de mi lista de amigos, había agotado a todos, me hallaba en una encrucijada.

Iba a ayudar a Bella, no me daría por vencida, mire al directorio y lo bote a un lado, tome la guía publica y marque lo primero que vi, el anuncio más grande y el de las fotos de hombres más guapos.

Edward

Colgué la llamada que había recibido, esta mujer definitivamente estaba loca, nadie nunca había pagado por mis servicios como esta mujer y sin siquiera probarlos...la historia que había contado era aun más disparatada, quería que actuase de novio para su hermana , para que asistiera a una boda, para que no quedara en ridículo, o algo así, vaya...La señorita Brandon había dicho que el resto de la historia seria contada cuando estuviéramos en persona, y para ser sincero tenía un poco de curiosidad vulgar.

Como dije no estaba solicitando mis servicios como "aquello", necesitaba de un hombre que se hiciera pasar por novio, sin relaciones, nada.

Mire hacia el screen "Ambrosía" titulaba, ese era el nombre mi negocio, del cual era administrador...y funcionario cuando las damas pagaban la tarifa que yo exigía, lo cual no pasaba a menudo.

Los muchachos eran solo chicos que querían ganarse la vida fácilmente y amaban a las mujeres sin importar su edad, en palabras mas éramos un prostíbulo masculino.

La señorita Brandon había dicho la fecha y había mencionado el viaje y al mirar en la base de datos del screen vi que no había nadie disponible.

Mi negocio era importante para mí, y si debía ir yo mismo por la cantidad de dinero que la señorita Brandon había ofrecido lo haría.

Mi madre, Elizabeth, era hippie, no tenia padre y mi madre se dedicaba a vender sus objetos...nunca supe hasta que crecí el por qué sus amigas me encontraban atractivo. Mi madre murió de neumonía y tuve que salir adelante vendiendo mi cuerpo, pero estaba en una situación deplorable así que no tenía más opción.

Después de años pude crear mi propio capital y esto fue lo que conseguí, un cuasi emporio dedicado a la complacencia femenina, a ellas debía lo que tenia ahora incluso la educación.

Era un hombre de mundo y podía escoger a la mujer con la que me acostaba y ahora conocería a la primera mujer que no me contrataba para eso según la señorita Brandon, no olvidaría su nombre, se llamaba Isabella Swan.

Bella

– ¡¿Que?– grite, supe que Alice había apartado el teléfono de su oído cuando grite pero no se que esperaba después de lo que había dicho – ¡Por todos los cielos, Alice! ¿Que hiciste?–

– Bella, tienes que entender, nadie quiso ayudarme y yo quería ayudarte a ti Bella, perdóname… –

– No se trata de perdón Alice, ¿Te das cuenta de eso, has contratado a...a... un...?– incluso la palabra me daba pena

– Lo sé Bella pero piensa en eso... vas a ir a esa boda y no les vas a dar a esos dos sacos de mierda la satisfacción de verte sola... –

Alice tenía razón, maldita sea, cuando pronuncio estas palabras mi estúpida imaginación me llevo a mi llegada a la casa de mi madre, del brazo de un hombre y las caras de ellos...

– ¿Bella?, ¿estas ahí?...Bella, ¡oh, cielos! creo que la he matado, ¿Bella?– insistió.

– No, no me has matado Alice, al menos todavía. Sé que te esforzaste mucho, lo siento...– ella había sido buena no tenia derecho a tratarla mal.

– Aun lo puedo cancelar Bella, si no quieres...– me dijo ella, lo sentía en verdad.

– No – dije con convicción, estaba segura que algo nuevo debía salir de todo, esto rogaba por que fuera así.