Mi boca cayó abierta en sorpresa. ¿Era enserio? Edward nunca era así de audaz.
Como es sabido, no necesitaba serlo. Sólo debía mirarme y comenzaría a hiperventilar. La forma en la que sus ojos me suplicaban ahora, estaba haciendo a mi cabeza nadar.
Oh, sí. Seguía esperando una respuesta. Abrí mi boca para protestar.
"Soy totalmente capaz de hacerlo por mí misma," me las arriesgué para tartamudear.
"Cierto," concedió. "¿Pero no estás de acuerdo en que mi forma es más divertida?"
¿Desde cuándo divertido era una de sus principales prioridades? Normalmente se enfocaba en mantenerme a salvo. No necesitaba enfocarse en mantenerme feliz. Sólo tenía que estar conmigo para que yo estuviera más que contenta.
Seguía mirándome expectante. Honestamente no podía pensar en una excusa válida, aparte de que si me tocaba de esa forma mi corazón podía simplemente salírseme del pecho.
Me sentía sin poder para decir no. Luego pensé, ¿Por qué había de decir que no? Sabía que cualquier chica en Forks daría todo por cambiar lugares ahora mismo. No podía pensar en una buena razón para rechazarlo, además de mi vergüenza irracional. Hace no mucho estaba prácticamente rogándole que durmiera conmigo. Quería ser libre y cómoda alrededor de él.
Así que asentí ligeramente, aún incapaz de verlo o decirlo en voz alta.
En cuanto le di mi aprobación, puso manos a la obra. Abrió la tapa de la botella de plástico y dejó que un generoso montón tomara lugar en su mano.
Su mirada encontró la mía. Sus ojos topacio estaban ardiendo, aún más que el sol sobre nosotros.
Su siguiente acción me sorprendió. Nunca hacía lo que esperaba, o lo que cualquier otro chico haría. Parpadeé y estaba en el lado opuesto de la sábana. A mis pies, mirándome.
Sus ojos nunca dejaron los míos. Lentamente se estiró y dejó que una mano acariciara mi tobillo, contra el hueso donde la piel más se estiraba. Casi parecía que estaba pidiendo mi permiso. Mi corazón comenzó a farfullar a un ritmo alarmante. La sonrisa en su rostro me dijo que lo tomaba como una buena señal.
Sus manos serpentearon en mi pierna con deliberada lentitud. La sensación de sus frías manos frotando la crema contra mi extremadamente caliente piel era indescriptible. Sus manos llegaron hasta por encima de mi rodilla, y luego hizo lo mismo con mi otra pierna. No pude evitar sentirme aliviada por haberme rasurado las piernas. Frotar vello hubiera definitivamente arruinado el momento.
Mientras trataba de componerme, cambió su atención a mis brazos. Empezó con la punta de mis dedos y hasta los hombres. Cuando sus dedos se entretuvieron en la curva de mis brazos, todo mi cuerpo comenzó a cosquillear. Mi aliento se volvía cada vez más andrajoso.
De repente estaba detrás de mí, masajeando más crema en la parte expuesta de mi espalda.
Sus dedos se movían ligeros como una pluma sobre mi piel, en delicados círculos. Deslizó los tirantes de mi top hacia abajo, de manera que descansaran sobre mis hombros. A pesar de que seguía completamente vestida, me sentía desnuda. Podía sentir su Mirada penetrar mientras acomodaba mi cabello sobre un hombre. Estaba esforzándose en asegurarse de no perder ni un milímetro de mi piel.
Sin advertencia, Edward estaba frente a mí otra vez. Arrodillado, sus rodillas descansaban una en cada lado de mis muslos. Estaba dolorosamente consciente de su proximidad, y luché contra la urgencia de recostarme de nuevo sobre la sábana. Me estaba tomando cada onza de fuerza enfocarme en forzar aire dentro y fuera de mis pulmones.
Siempre un caballero, sostuvo mi mirada y nunca la bajó mientras aplicaba la crema protectora en mi pecho. Tardó menos tiempo ahí que en el resto del cuerpo. Estaba agradecida, por obvias razones. Sabía que podia sentir mi corazón vibrando en mi pecho con embarazosa frequencia, cuando su pequeña sonrisa pasó a ser amplia.
Edward trazó mi clavícula y subió hasta el cuello. Cuando llegó a mi mandíbula, paró para tomar más crema de la botella. Traté de controlar mi respiración, sin éxito. Luego, con inimaginable ternura, aplicó ligeramente la crema en mi cara. Acariciando con ello mi mandíbula, mejillas, y mi frente, hasta que terminó en la punta de mi nariz.
Se acercó y besó rápidamente mis labios. Me examinó otro momento y luego habló.
"Respira, Bella."
Exhalé. Se había roto el hechizo.
Pasé otro minute o algo así, tratando de recobrar el control de mi respiración, con Edward mirándome todo el tiempo. Finalmente se dio cuenta de que nuestra posición no ayudaba, y nos movió a nuestro lugar original.
Estaba despatarrada en el son de nuevo, mientras él se estiraba en la sombra.
Había tiempos en los que el silencio entre nosotros era cómodo. Pero ahora mismo quería decir algo.
"Así que," comencé. "¿Fue tan divertido como anticipabas?"
"No tienes una idea," fue si respuesta.
Pude haber discutido con esa declaración, pero elegí no hacerlo.
Estaba claro que ninguno de los dos se sentía con ganas de seguir leyendo. Edward jugaba despreocupadamente con mi cabello, mientras yo disfrutaba el brillo del sol. Realmente estaba disfrutando este día. También estaba consciente de lo mucho que Edward disfrutaba el silencio. Era la única persona con la que podía estar, y aún así escuchar nada más que sus propios pensamientos y la naturaleza que nos rodeaba. Aunque lo encontraba frustrante a veces, sabía que lo agradecía también.
Había una pregunta quemando mis labios. No quería decirla por miedo, o arruinar el maravilloso momento que estábamos teniendo. Sin pensarlo, me encontré balbuceándola.
"¿Por qué estás recostado en la sombra? ¡No hay nadie alrededor!"
Inhaló con fuerza. ¡Maldita sea! ¡Buena forma de matar el momento, Bella!
"¿Quieres que me recueste en el sol, Bella?" Preguntó Edward.
"¡No respondiste mi pregunta!" Fuera mi primera respuesta. Me senté y di la vuelta para encararlo.
No dijo nada. Sabía que tenía paciencia inagotable y estaba esperando a que yo explicara lo que quería decir.
"No si tú no quieres," respondí. "Simplemente no entiendo porqué no. ¿Recuerdas nuestro primer día en el prado? Estabas muy contento sólo por absorber un poco del calor del sol. ¿Por qué te escondes ahora?"
Me miró cuestionan te por otro momento antes de responder.
"Bella," dijo, su voz tan suave como miel. "Antes de que vinieras a mi vida, el único calor que había experimentado venía del sol. Por eso disfrutaba tanto ir al prado. Pero desde la primera vez que te llevé ahí, sabía que el sol no me volvería a calentar nunca, nunca se compararía con tu calor, el que irradias tú. Incluso cuando no estás conmigo físicamente, pensar en ti trae calidez a mi corazón. No necesito tratar de absorber los rayos del sol, porqué tú eres mi sol ahora."
Estaba literalmente embobada por el sentimentalismo de Edward. Sabía que era totalmente serio, pero también sabía que nunca entendería que había visto en mí.
"Bueno, entonces supongo que está bien." Murmuré.
"Lo haré si quieres que lo haga," dijo, poniendo sus dedos en el segundo botón de su camisa, para abrirlo. El primero ya estaba abierto.
A pesar de que era una oferta tentativa, lo detuve con un ligero sacudir de cabeza.
"Ahora no," dije. "Escuché que el sol estará aquí por un rato. Tendremos otras oportunidades."
Pronto estaré brillando justo como él, pensé mientras me recostaba. Pero dudaba verme ser así de Hermosa.
Descansé mi cabeza en su estómago. Acomodó mi cabello al otro lado de su torso. Y aún contra el material de su camiseta, podía sentir la fría piel en la base de mi cuello desnudo. Queriendo tomar lo mejor del sol, subí mi top para exponer mi estómago. Tan rápido como hice eso, la mano de Edward me alcanzó para descansar sobre la piel del mismo.
Quería absorber tanto como pudiera. No sólo porque era un bienvenido cambio de las nubes y lluvia a las que estábamos acostumbrados. Pero también con la esperanza de que si absorbía suficiente calor, podría retener alguno. Por ahora podría pasar algo al frío cuerpo de Edward. Y con suerte podría guardar otro poco para el futuro. Así cuando me convierta aún habrá calor entre nosotros.
Santa llegó, tarde pero seguro. :) Estoy decidida a terminar las traducciones aunque sea poco a poco. Estos capítulos son cortos, así que espero no tardar mucho. En cada oportunidad. :) Besos, espero lo disfruten. Feliz navidad y que sea un próspero año nuevo.