Título – I Found Your Diary
Autor –Fiver
Disclaimer – Beyblade pertenece a Takao Aoki y la historia I Found Your Diary a Fiver, quien amablemente me permitió traducirla.
¡Y por fin, nuestra querida página de FF me permitió subir este capítulo! Después de varios días ya me estaba comenzando a desesperar.
Por favor, dejen un review para conocer su opinión de la historia. Gracias por leer.
I Found Your Diary
En el capítulo pasado.
–Oh, dios… –dijo al fin, devolviéndole el cuaderno a su dueño–. Entonces, nuestros dos misterios están resueltos. El misterio del diario, y tú, la personificación del misterio.
–Eso parece –Kai coincidió.
–Oh, oh –dijo con una pequeña sonrisa–. ¿De qué vamos a hablar a partir de ahora?
Kai soltó una pequeña risita y se reclinó contra la cama, su rostro tenía una mirada apacible y satisfecha, una muestra de lo que nadie había visto en él desde ese terrible día hacía siete meses.
–Estoy seguro de que seremos capaces de pensar en algo –dijo suavemente.
Capítulo 15
26 de Noviembre.
Nevó un poco hoy. Tristemente no pude salir y revolcarme en ella como un demente niño de siete años porque estaba atrapado en la escuela.
Sí, estaba en la escuela.
Lo escribiré una vez más sólo para confirmar: Hoy estuve en la escuela. A pesar de que no quería estar. Aún así fui, y permanecí sentado en cada clase.
Con ello, se suman al menos cinco meses en los que no me he saltado ni un día.
Hubo vacaciones de verano en un punto de ese periodo, lo admito, pero aún así. Cinco meses. Bastante bien.
Ha pasado un año desde El Accidente. No fingiré que no sigue siendo un infierno, tratando de lidiar con todo. Y mi abuelo tan indiferente como siempre. Pero está bien. Me estoy acostumbrando.
Finalmente acabé la pintura hoy. Tala no me iba a dejar de molestar hasta que le dijera de qué se trataba. Lo juro, es como un perico o algo así, siempre chillando en mi oído.
Como sea.
Esa primera pintura que hice, en el verano… la persona en ella, no aparecía en el espejo. No estaba pensando cuando la hice, así que no sé si realmente significa algo, pero si lo hiciera, entonces creo que sería que, en ese entonces, me sentía como si realmente no existiese. Como… si estuviese aquí, pero no estuviera. No podía ser visto. Y supongo que era verdad. Me estaba escondiendo, de alguna forma.
Deberías de haber visto la cara de Tala cuando trataba de comprenderla.
Así que esta nueva pintura… la disposición es diferente, pero la escena es la misma. Es una persona frente a un espejo. La habitación también es diferente. Es… más agradable. Y naranja. Me he ido acostumbrando a la naranjidad. Pero en esta pintura, el espejo está roto. Porque lo que está en espejo ya no importa. En el espejo, había la "nada", había la "no–existencia". Yo no miro en el espejo y encuentro una persona diferente. Yo sigo siendo el mismo que antes. Pero toda la falsedad se ha ido, en su mayor parte. Así que rompí el espejo. Bueno, lo pinté roto. Porque la mascara está rota… ¿cierto?
Así que, Orientadora, me pregunto cuánta diversión has tenido leyendo mis locos pensamientos por los meses pasados. ¿Tú también has enloquecido? Y sé que lo has estado leyendo. Es tu trabajo, es obvio que lo has estado leyendo. No te preocupes, realmente no creo que uses una peluca. Creo que sólo soy rencoroso… me gusta hacer sentir insegura a la gente.
¿Pero no crees que ya puedo dejar de escribir esta cosa? Tenía que escribirlo porque estaba "retorcido", ¿correcto? Estaba luchando. Pero estoy mejor ahora. ¿No lo has notado? He estado viniendo a la escuela todo el tiempo. He vuelto a tener calificaciones de ocho, en promedio. Tala me está ayudando a ponerme al corriente de las cosas que me perdí. Estaré sacando dieces pronto. Sólo obsérvame.
¿Así que tal vez podamos llevar este ejercicio de exploración de alma a un fin? Por los últimos meses me he forzado a mí mismo a escribir seriamente en esta cosa, y sacar todas las cosas malas. Y a veces Tala y yo hablamos de ello. Quiero decir, yo le grito y él se aguanta.
Así que ya no creo necesitar esto. Odio admitirlo, pero últimamente he comenzado a acostumbrarme a é lo puedo dejar, eso significaría que ya no soy un desastre. Así que…
El libro le fue arrebatado de las manos.
Frunció el ceño y se giró para encarar al ladrón.
Tala permaneció ahí, su usal sonrisita molesta en su rostro, agitando el cuaderno frente a él odiosamente.
–Hey, Kai –dijo–. Encontré tu diario.
–Muy gracioso –replicó, rolando los ojos–. Déjalo, idiota.
–Bien, bien –el pelirrojo dijo con una pobremente encubierta diversión, devolviéndoselo–. Tenía que decirlo. Nunca lo dije en su momento, cuando descubrí que eras tú.
–Eso no quiere decir que ahora tengas que mencionarlo diario –se quejó, garabateando a toda prisa el final de la entrada y metiendo el cuaderno en su mochila.
–¿No lo hace? –cuestionó, encarando una ceja.
–No –dijo firmemente.
Tala nunca cambió. Cinco meses después, y aún sigue rehusándose a rendirse con él.
Siempre le estaría agradecido por ello.
Nunca lo admitiría, pero en su interior siempre le estaría agradecido.
–Como sea, apúrate –el taheño ordenó, dándole un ligero empujón–. Tenemos entrenamiento que hacer.
–Pero está helando –lloriqueó, abrazándose a sí mismo en una fútil defensa contra el frío cortante.
–No seas un bebé.
Tala era el único que veía su remoto lado infantil. Y si alguna vez le decía a alguien acerca de él –como aquél día en que descubrió que ese maldito diario realmente le pertenecía a él– moriría lenta y dolorosamente.
–¿Pero por qué? –gruñó mientras caminaban hacia los campos de juego–. La temporada de futbol no inicia hasta Febrero.
–Mayor razón para que intente ponerte en forma ahora –Tala dijo–, es decir, con esa patética prueba apenas entraste en el equipo… realmente necesitas entrenamiento.
–Hey –frunció el ceño, al tiempo que lo golpeaba en el brazo.
–Ok, estoy bromeando –se rió–. Pero vamos, no podemos dejar el entrenamiento hasta finales de Enero. Habremos olvidado todo para entonces. Necesitamos mantenernos practicando.
–Como sea –dijo, aunque podía ver el sentido en eso–. Pero no entiendo por qué sólo yo. ¿Dónde está el resto del equipo?
–¿Estás bromeando? ¿Realmente crees que cualquiera de los otros chicos vendría a practicar en un día como éste?
–Entonces, ¿por qué yo debo de hacerlo?
–Porque tú me quieres mucho –Tala sonrió, despeinando su cabello al tiempo que se paraban en la congelada tierra de la cancha.
–Desearías que lo hiciera, Tala –dijo secamente.
Recordó la mirada en el rostro del otro la primera vez que lo llamó por su nombre. No había sido una decisión consciente –simplemente se le había salido. Había estado pensando de él como "Tala" por un tiempo antes de eso, y un día se le había escapado de su boca. La extensión (y el volumen) del placer del pelirrojo con esta mejora casi lo hace volver al "Ivanov" de nuevo, pero no lo hizo.
–¿Así que cómo va la vida de todas formas? –Tala preguntó de repente–. ¿Algo ha sucedido recientemente?
Kai pensó por un momento. Primero miró al expectante taheño, luego a la cacha congelada, la cual no le atraía por el momento.
–Bueno, eso depende –dijo finalmente.
–¿Depende? –Tala repitió, encarando una ceja–. ¿De qué?
–En lo que tú quieras –dijo lo que él sabía que significaba un furioso "Sé–algo–que–tú–no" guiño–. Puedes elegir. Podemos practicar futbol, y probablemente morir de neumonía, o podemos tener otra de nuestras pequeñas enternecedoras pláticas. Tú eliges.
Tala frunció el ceño por un momento. Le dio su mirada más inocente a cambio, sabiendo que conseguiría lo que quería. Antes, durante ese completo fiasco del diario, siempre había sido Tala quien había estado en control de la situación y decidiendo lo que harían. Kai había había sido tomado por sorpresa por todo aquello que se halló dejándose llevar. Pero recientemente había recuperado su paso y había aprendido cómo tener al pelirrojo en la palma de su mano. Él suponía que ese había sido uno de sus "intercambios", una de las cosas que Tala había tenido que aprender. Kai es manipulador. Kai tiene sus maneras.
–Si caminamos por el parque y el puesto de cafés está ahí, son capuchinos de mi parte –agregó, aplicando la táctica de persuasión que daría el toque final.
Tala suspiró y rodó los ojos.
–Bien, ¿cómo podría decirle no a eso? –dijo, pegándole en la cabeza como diciendo "Sí, tú ganas, mocoso". Kai no le regresó el golpe. Nunca lo hacía, si estaba ganando.
Y caminaron, y hablaron, y ciertamente tomaron un placentero café caliente. Como lo harían los amigos.
Bueno… ellos eran amigos, ¿no?
–Y pensar… –Tala caviló mientras vagaban por ahí–, todo comenzó con un diario.
–Muy poético –Kai replicó secamente.
–Aunque, me he estado preguntando… –dijo pensativo–. ¿Dijiste que tu plan original era esperar que yo perdiera interés en el diario, y entonces recuperarlo?
–¿Sí…?
–¿Cómo es que, cuando yo decidí rendirme, me dijiste que me lo quedara?
Kai se encogió de hombros, pero su rostro se había tornado levemente rosa, si fue por el frío o la vergüenza él no lo supo.
–No lo sé –dijo–. Supongo que pensé que podría… confiártelo. Y yo no lo necesitaba. Como sabes, ya era lo suficientemente afortunado de tener otro.
–¿Así que básicamente te abriste un poco a mí? –Tala sugirió, su molesta sonrisa de regreso a su lugar.
–Muy, muy poco.
–Ja. Lo siento, Kai, tus gélidos acercamientos verbales ya no funcionan en mí… porque sé que no lo sientes.
–¿Es así?
–Sí, así es.
–…Como sea.
Y, como amigos, continuaron avanzando.
F.I.N.I.T.O
Y así, esta historia llega a su fin, espero que la hayan disfrutado tanto como yo lo hice traduciéndola. ¡Muchísimas gracias a aquellas personas que leyeron y dejaron sus comentarios a lo largo de este fic!
