EL PACTO

.

Estaba cerrando la puerta cuando alguien la empujó por afuera, sentí el pánico recorrerme la boca del estomago, retrocedí asustada.

- Espera, Bella-. Me llamó una voz suave. Miré al chico que tenía delante de mí y sentí un poco de sudor frió mojarme la nuca.

- ¿Alec Dawson? – Pregunté completamente en shock. Él inclinó un poco la cabeza e hizo ademán de pasar por la puerta y yo rápidamente traté de cerrarla. Pero el fue más rápido y la tomó con una mano. – Voy a llamar a seguridad, ¿Qué quieres? – Pregunté temerosa., calculando que tan rápido podía llegar al teléfono del cuarto.

El chico adivinando mis pensamientos me tomó de la muñeca fuertemente pero sin hacerme daño.

Me encogí ligeramente por el dolor de las heridas y porque no sabía que quería Alec, tenía miedo y estaba segura de que Edward no llegaría dentro de un par de horas.

¿Qué iba a hacer?

- Vengo en son de paz Isabella. – Dijo el chico mirándome nervioso, - Es en serio, mira comenzaré con pedirte disculpas por haberte tratado groseramente en el pásado, ¿Okey? -

Lo miré con desconfianza. Él me soltó las manos y se pasó una por el cabello.

- No te creo Dawson-.

El chico me miró con cautela.

. – Mira, quiero proponerte un trato, te prometo que si me dices que no, te dejaré en paz. Mira Isabella, soy capaz de ponerme de rodillas solo para que lo consideres, estoy literalmente arriesgando mi cuello por venir a pedirte esto, no sé si lo sabes pero tienes un novio bastante sobreprotector- lo miré con duda. Alec pareció desesperarse aún más y agregó con voz suplicante, – estoy prácticamente humillándome ante ti, rogándote, es la primera vez que le ruego a alguien, por favor, escúchame-. Tragué saliva. Si algo había aprendido de los tóxicos es que, él que te debieran un favor era algo importante, y el que prácticamente te rueguen por ayuda era algo que no podías desaprovechar.

- Te escucharé Alec, pero no aquí. Vamos a los jardines, no quiero que ni por casualidad Edward entre y nos vea a los dos solos dentro del cuarto-

El chico asintió y sus ojos se iluminaron ligeramente. Caminamos por los pasillo y me aseguré de siempre ir fuera de su alcance y no perderlo de vista, todo podría ser una actuación, miré a mis alrededores, ¿Qué tal si James o Lauren estaban cerca? ¿Eran lo suficientemente influyentes para apagar las cámaras de seguridad del hotel?, apresuré el paso y no me relajé hasta que llegamos al Lobby lleno de gente.

Me detuve. ¿Sería bueno que nos quedemos en el lobby?, me mordí una uña, ¿Y si Edward llegaba antes?, miré hacía la calle y el letrero de la cafetería de enfrente me dio la idea de ir hacia ahí, vería si Edward llegaba y al no estar tan lejos podría decirle que había bajado a la farmacia del lobby.

- ¿Dónde quieres que hablemos? – Brinqué levemente cuando Alec habló, estaba tan concentrada en mis pensamientos que lo olvidé por un segundo.

- Vamos a cruzar a esa cafetería - , le señalé, el asintió y se dirigió a ella, nos sentamos en una de las mesas y pedí un capuchino.

Alec se movía inquietamente, como me había vuelto prácticamente una experta en saber si alguien estaba drogado o no pude ver que estaba en sus cinco sentidos, aún así estaba despeinado, tenía unas ojeras enormes y sus ojos estaban enrojecidos al igual que su nariz, lo que casi me hace pensar que había estado llorando.

Pero era uno de los hermanos Dawson, y algo como llorar no creo que esté siquiera en su vocabulario.

- Empieza a hablar Dawson, no tengo todo tu tiempo- .

- Necesito hablar con Heidi -, soltó tan rápido que juro que ya lo tenía en la punta de la lengua pidiendo permiso para salir,- la amo Bella, la amo tanto que no soporto que ella esté en ese centro de rehabilitación odiándome, sin saber la verdad, no sé que tanto te ha contado Edward, pero Heidi sufrió una sobredosis en una fiesta, llamé a la ambulancia pero James me obligó a irme antes de que llegue por que la policía estaba en camino, yo estaba muy jodido y casi ni me di cuenta en qué momento me subió al coche -, las palabras empezaron a salir aún más rápido mientras la desesperación lo inundaba, estuve tentada a tomarlo de la mano pero obviamente no lo hice.- Bella te juró que yo nunca me hubiera ido, James prácticamente me cargó y me sacó de ahí, ella estaba prácticamente muriendo en medio de la sala, lo juro, me siento terrible, solo de pensar lo que pudo haber pasado me siento enfermo, intenté ir a verla al hospital, pero Edward no me dejó, me dijo que Heidi no quería verme, que me odiaba por qué no me importó lo que le pasaba y que ni siquiera me importó ver si la ambulancia la encontraba viva o muerta, Bella, te juro que no he podido dormir desde que eso pasó-. Tomó una respiración profunda y enterró su cabeza entre las manos, me mordí un labio.

- No sé si creerte, todo lo que se de ti y de tu hermano, lo que he vivido con ustedes me está gritando al oído que te mande a la mierda antes de que me hagas daño. ¿Cómo se que esto no es una trampa? –

- No lo es -. Aseguró alzando la vista, implorándome con sus ojos azules – Sé que me he comportado como un imbécil antes, más que un imbécil. Pero te juro que ahora estoy pagando todo Bella, no puedo dormir, no puedo comer, la extraño horrores, me siento culpable, me duele el pecho todo el tiempo-. Su voz se quebró. ¿Dónde estaba el Alec arrogante y desalmado que conocía? Esto ya no era actuación, conocía suficientemente bien a los tóxicos para saber que nunca se rebajarían a esto. – eh intentado de todo Bella, y ella y Edward me han cerrado las puertas, estoy desesperado, muerto en vida.-

Suspiré.

- Alec, ¿Crees que sea posible que pueda ocultarle algo así a Edward? –

- Sé que puedes, solo tú con una pequeña chispa de esperanza en los ojos, – Vamos Bella, te juro que sí lo haces te deberé un enorme favor, puedes pedirme lo que sea, dinero, información ¡Mierda! Te compraría hasta una casa – Dijo rápidamente, tratando de terminar de convencerme - Si ella de plano se niega a leer mi carta te dejaré en paz, lo juro, pero sé que ella la leerá, lo sé, Edward está actuando como su fuerza de voluntad. – Sacó una carta de su abrigo y la extendió – La conozco Bella, ella no puede creer que la deje a que se muera, ella me conoce sabe que jamás haría algo así - .

Bueno, yo si creería eso si fuera Heidi, lo miré unos segundos más, estiré la mano tomando la carta y poniéndome de pie. Nada perdía con intentar, lo único que podía era ganar.

- Oh Bella, gracias- , suspiró temblorosamente Alec tomando mi mano entre las suyas y llevándosela a la frente, me revolví incomoda y la retiré lentamente. – Lo siento, siento mucho haberte tratado como te trate antes, eres una buena persona, muchas gracias -.

- No me agradezcas, no sé si Heidi no le va a decir a Edward esto-, le contesté con el ceño fruncido- los dos tendríamos problemas pero tengo la idea de que tu más que yo -.

- No creo que Heidi diga algo, yo no diré nada, nadie sabe que vine a hablar contigo, ni siquiera James-.

Suspiré y me puse de pie. Alec me extendió otro papel, esta vez una tarjeta de presentación, fruncí el ceño con extrañeza, la tarjeta decía "Spa Linda Beauty" y un número debajo.

-Se me ocurrió darte mi número de esa forma así no tendrás que guardarlo en tu celular y Edward no sospechará si ve la tarjeta-. Asentí pensando que Alec estaba siendo algo exagerado con eso, lo vi sonreír ligeramente – Créeme, no exagero, Edward seguramente te revisa el celular más de tres veces al día – Rodé los ojos – Háblame de tu casa, no de tu celular por favor -.

- No prometo nada –

- Lo sé – Replicó melancólicamente. Miré la tarjeta que me había dado por unos segundos y me retiré.

Crucé la calle apresuradamente y con el mismo paso subí hasta la habitación, no había visto llegar a Edward pero…

Tomé el picaporte y me preparé mentalmente para lo que venía si Edward estaba dentro, abrí.

Silencio.

Suspiré de alivio, me quité las zapatillas y cerrando la puerta corrí hacia la cama. Busqué una película en la televisión pero ni siquiera le presté atención, estaba pensando en el trato que había hecho con Alec, en la forma en la que había implorado por mi ayuda, ¿Cuándo iba a imaginar ver a un Dawson así?

Me pregunté en cómo sería con Heidi antes de que pasar todo lo de la sobredosis, no me podía imaginar a Alec siendo alguien cariñoso y amable, aunque antes tampoco podía imaginar a Edward siendo así y mira como acabaron las cosas. También me pregunté en por qué Edward no me había contado lo de la sobredosis de Heidi y porque pensaba Alec que Edward revisaba mi celular, ¿En verdad lo hacía tres veces al día? Dirigí mi vista a mi celular y una idea se me vino a la mente, me quité mis pequeños aretes y los dejé sobre la pantalla. Así si él tomaba mi celular me daría cuenta, el no sospecharía que lo hice a propósito y no será cuidadoso en volverlos a colocar en el mismo lugar. Me acomodé mejor en la cama y traté de prestarle atención a la película, me sentía tan cansada que me dormí rápidamente, no desperté hasta el día siguiente, ni siquiera sentí a Edward llegar.

Desayunamos en el hotel y le pedí a Edward que visitáramos a Heidi una vez más antes de irnos, habíamos pensando en ir al Space Needle pero decidí mejor apresurar las cosas y sacarme de encima a Alec lo más pronto posible.

Edward se encogió de hombros y me dijo que haríamos lo que yo quiera.

Heidi parecía brincar de la emoción por vernos de nuevo, me recordó a Alice cuando hablaba de Jasper (eran las únicas veces que la veía muy emocionada).

Tomé mi oportunidad cuando Edward se retiró a tratar unos asuntos con alguien del centro.

- Heidi, sé que no nos conocemos mucho – empecé mirándola con un poco de timidez -, pero hay algo que me pidieron darte -, la expresión de Heidi pasó de confusa a un poco asustada. – Alec vino a verme estaba desesperado…-

- ¿Alec te obligó a darme su carta? – Preguntó con el horror pintado en el rostro, yo negué rápidamente.

- No, el no me obligó, me ofreció un trato y la verdad yo no iba a aceptar pero…- Saqué el sobre que había guardado dentro de mi cartera, la rubia lo miró con miedo, como si el sobre la fuera a morder o algo. Después de unos segundos suspiró.

- Entiendo, un trato con alguno de estos chicos es como una mina de oro, ellos pueden ser de todo pero su palabra es su palabra, y no la dan en vano -, sonreí ligeramente y miré por donde se había ido Edward, Heidi parecía haberse quedado muda, así que hice ademan de volver a guardar la carta pero ella tomó mi mano -, ¿Cómo estaba? Alec – aclaró, la preocupación visible en su rostro.

Decidí ser sincera.

- Parecía destrozado, me dijo que ha intentado comunicarse contigo por todos los medios posibles y que no ha podido, nunca me imagine ver a uno de ellos de esa forma, nunca me había imaginado alguno de ellos sufriendo por otra persona, dice que se siente muy arrepentido y que en realidad no pudo hacer nada ese día. Me rogó Heidi y nosotras sabemos que ellos no ruegan-. Terminé, Heidi observó la carta que aún estaba en mi mano y lentamente la deslizó hasta su regazo. Siguió mirándola unos segundos y temiendo que Edward regresará en cualquier momento agregué: - Por favor no le digas a Edward que te di la carta, ni que me vi con Alec, me va a traer más problemas de lo que crees, a los dos -, supliqué levemente, la chica me miró y asintió.

- No te preocupes, no diré nada Bella aunque prácticamente no nos conocemos me gusta considerarte mi amiga -, sonrió – además sé cómo llega a ser Edward de paranoico y a ti te ama demasiado como para ser el doble de paranoico de lo que es normalmente -.

Le devolví la sonrisa.

- Si quieres responderle a Alec, siéntete libre de hablarme por teléfono -. Le dije sacando una pluma y apuntándole mi numero de celular y de casa-, igual y si solo quieres platicar conmigo siéntete libre de marcarme, aunque casi siempre estoy con Edward y a él no le gusta que conteste llamadas cuando estoy con él-. me reí.

Heidi tomó el papel con una suave sonrisa.

- ¿En verdad puedo llamarte para conversar? – Me preguntó como si fuera una niña a la que le dicen que tiene pancakes para desayunar. Mi corazón se estrujó un poquito ante la nueva demostración de falta de amor de Heidi. Asentí y sus ojos azules se aguaron. – Gracias Bella, estoy tan feliz de que Edward te tenga en su vida, él necesita alguien como tú en su vida-.

Sonreí y noté que Edward venía hacía nosotras, pasé los dedos por mi cabello y le sonreí mientras se sentaba a mi lado, él me devolvió la sonrisa y me dio un rápido beso en los labios. Noté que el sobre que le había dado a Heidi había desaparecido entre sus ropas. Estuvimos con ella unos minutos más y luego Edward dijo que teníamos que irnos, me despedí de la rubia con la promesa de que me hablaría por teléfono a la brevedad posible.

Almorzamos en un lindo restaurant y luego regresamos al hotel por nuestras maletas, el viaje fue tranquilo pero Edward estaba molesto conmigo habíamos tenido una pelea en la habitación, él no había querido usar anticonceptivo otra vez y yo me rehusé a tener relaciones.

- No estés molesto conmigo Edward -, le pedí acariciándole la mano mientras conducía hacia Forks -, entiende que me da miedo quedar embarazada, ¿Cómo vamos a estudiar y atender a un bebé al mismo tiempo? – Le pregunté tratando de hacerlo entrar en razón.

- ¿Es eso Bella, o es que no quieres tenerlo conmigo? – Preguntó amargamente sin verme. Sentí como si me pateara en el corazón.

- Por supuesto que quiero tenerlo contigo Edward, solo que no ahora- dije con firmeza. Llegamos a mi casa y nos quedamos unos segundos en silencio. – No quiero estar peleada contigo, tuvimos un bonito tiempo a solas en Seattle y no quiero que termine así -, susurré buscando su mirada, finalmente cedió con un suspiro.

- Tienes razón, es solo que… olvídalo, te amo. – Me sonrió y me dio un suave beso en los labios.

Me dirigí a mi casa ligeramente preocupada pero no tardé mucho con esa sensación, Sue me recibió con preparativos para la boda que se encontraba a la vuelta de la esquina.

Al día siguiente me desperté y lo primero que hice fue telefonearle a Alec, me respondió en el primer timbre.

- ¿Eres tú? – Preguntó esperanzado.

- Soy Bella,- contesté un poco dudosa, ¿pensaba que Heidi lo llamaría tan rápido? El chico pareció dejar de respirar. – Le di a Heidi tu carta, dijo que la leería cuando estuviera lista -. Silencio.

- Muchas gracias Bella, no sé cómo expresar la gratitud que siento hacía ti en este momento-, declaró el menor de los Dawson con tanta emoción contenida que resultaba un poco difícil de escuchar.

- Me comunicaré contigo cuando Heidi me envié tu respuesta-, le dije rápidamente y colgué, no tenía por qué alargar la conversación, él tenía lo que quería y yo tenía un as bajo la manga en caso de necesitarlo contra Lauren. Estaba subiendo a mi habitación cuando mi celular sonó, era un mensaje.

"Soy yo, me gustaría que nos reunamos pronto para que te informe un par de cosas que te interesan, borra el mensaje, y no me contestes. Gracias de nuevo".

Borré el mensaje y no le contesté, desde el día que, gracias al truco de los aretes, había descubierto que Edward revisaba mi celular había comenzado a ser más cuidadosa.

Todo el día estuve pensando en que es lo que Alec tenía que decirme y al día siguiente decidí ir a hablar con él el día de la boda, ya que no vería a Edward hasta la ceremonia y él no tenía por qué sospechar, sabía que iba a estar viendo los preparativos. Lo llamé del número de mi casa de nuevo y quedó en que lo vería cerca de la casa donde sería la boda. Había procurado ser la primera en que la maquillen y en terminar de vestirme para tener un tiempo de más. Alec estaba esperándome en un auto escondido entre los árboles, me subí al carro y este arrancó.

- Te ves muy linda, ¿vas a alguna fiesta? -, me preguntó el castaño mirándome de reojo por unos segundos, luego desvió la vista a la carretera, era tan extraño verlo manejando, o estar tan cerca de él.

- Es la boda de mi papá-, contesté algo incomoda. - ¿Qué es lo que tenías que decirme?-

Alec apretó los labios.

- Primero que nada quiero decirte que desde este momento prometo no mentirte, es algo que hago con las personas que aprecio de verdad, que son menos que los dedos de mi mano, por eso significa mucho que no le esté diciendo a nadie acerca de tu ayuda. No me gusta lo que te tengo que decir, pero desde el día que accediste a ayudarme caí en cuenta de que eres alguien que vale la pena, porque aunque pienses que lo haces para que yo te deba un favor tengo la teoría de que también lo hiciste porque te gusta ayudar cuando alguien lo necesita, eres una buena persona de verdad y me resulta muy agradable eso, es como respirar aire limpio ¿sabes? -, continuó-. No sé que tanto te ha contado Edward de las personas que frecuentamos normalmente pero te aseguro que te hacen pensar todo el tiempo en que no hay personas buenas en este mundo-.

- Bueno, no es como si ustedes se esforzaran en ser tiernas ovejas-. Debatí un poco a la defensiva.

- Exacto, y es por eso que decidí que ya no quiero ser parte de eso, desde lo de Heidi decidí que ya estaba bien de ser un idiota. Lo que nos lleva al motivo de esta reunión-, afirmó, seguía manejando, - mira me he enterado de varias cosas que han hecho contra ti, Lauren, Jessica, incluso James y Edward-.

- ¿Edward? – dije levantando una ceja.

- Bueno, estoy completamente seguro de que Edward te ama o al menos está obsesionado contigo, tanto que da miedo, miedo del de verdad, soy muy bueno leyendo a las personas Swan, te sorprenderías. Pero bueno, el cortarlo o no, es tu decisión y yo no te voy a decir lo que te voy a decir para que termines tu relación con él, sino para que tengas conciencia de algunas cosas y te evite futuros problemas. – Volteó a verme unos segundos y regresó su vista a la calle -, Lauren le dio a Edward una foto dónde estabas con Jacob Black y eso lo puso como loco, te diré que Edward es una de las personas más agresivas e impulsivas que conozco y eso que James es mi hermano. Todos le tienen miedo por una razón ¿no? -, soltó una pequeña risa y me estremecí ligeramente.

- ¿A Lauren igual no? – Pregunté.

- Si, a Lauren igual y eso lleva a otra cosa que te vine a decir, Lauren y Edward están en una guerra donde quedaste en medio, al parecer a Lauren no se le pasó en alto que tu eres el punto débil de Edward. Debes tener mucho cuidado Bella, eres la llave para el fin de la perra esa-.

- ¿Por qué están en guerra? –

- Ella quería joderte, no te dejaste, Edward te defendió y entonces se volvió un reto interesante, Edward dio un golpe bajo y ahora es una guerra donde el que tenga la mente más retorcida gana-.

- ¿Qué hizo Edward? –

- La está amenazando con difundir en las televisoras un video donde ella está drogada y montándoselo con varios tipos, todavía no sé como lo consiguió, pero si se llega a difundir Lauren se va abajo, su padre jamás se lo perdonaría, ¿Si sabes qué está en plena campaña política? -. Asentí.

- Pensé que era tu amiga -.

- No -, negó Alec -, Lauren no es amiga de nadie, es una perra loca y todos preferimos estar bien con ella que tenerla como enemiga, igual que a Edward-.

Me mordí las uñas un poco ansiosa.

- ¿Qué crees que pueda hacerme Lauren? – Pregunté, el chico debió notar el miedo en mi voz, por que detuvo el auto y volteó hacía mí con el ceño fruncido.

- No lo sé a ciencia cierta -, dijo con seriedad-, ella es sumamente inteligente y perversa Swan, tiene una mente retorcida y vengativa. Cuando le dijo a Edward acerca de ti y Jacob Black estaba como haciendo una prueba, no entendía exactamente porque pero…- su mirada se desvió a las ligeras cicatrices en mis brazos -,- Creo que ahora entiendo que quería probar –. Terminó. Asentí y miré por la ventana.

- Oh no -, dije con la voz ahogada, tragué con dificultad.

- Debes tener mucho cuidado, Lauren no percibe daños colaterales, Bella, juro le he visto hacer cosas espantosas, y solo para divertirse. – Detuvo el carro -, creo que eso es lo más importante por ahora, no hagas cosas buenas que parezcan malas, y ten cuidado con tu celular y esas cosas-. Asentí y miré por la ventana, me sorprendí un poco al ver que estábamos de regreso. No bajé enseguida, algo estaba dándome vueltas en la cabeza.

- Siento como si ahora estuviera viviendo un arresto y no una relación-.

Alec frunció el ceño.

- Coincido contigo-. Afirmó, me miró unos segundos-, llámame si quieres saber algo o si tienes noticias-. Asentí y dudé antes de abrir la puerta.

- ¿Podrías avisarme si Lauren intenta algo? – Pregunté. Él recorrió mi rostro invadido por la preocupación y dijo con determinación:

- Voy a hacer todo lo posible por informarte de todo lo que pase,- aseguró-, voy a protegerte como debí hacerlo con Heidi -. Había tanta determinación y compromiso en el semblante de Alec que sentí mis mejillas ruborizarse.

Momento de irme.

- Gracias Alec-. Dije intimidada por la repentina intensidad en el chico. Descendí del automóvil, el arrancó enseguida y yo no miré atrás. Mentiría si dijera que no estaba asustada por todo lo que me había dicho, lo peor es que no tenía con quien hablarlo. Solo con él, y ni siquiera me sentía cómoda a su alrededor.

De repente todo el peso de la nueva información me cayó como un balde de agua fría, me sudaron las manos y mi centro de equilibrio sufrió un desbalance. Entrando a la casa casi choqué con Jacob, me miró unos segundos y su ceño se frunció levemente. No sé qué cara tenía en ese momento pero me condujo a una habitación, alejándonos de los demás.

- ¿Qué pasa? – Me preguntó preocupado -. Estás tan pálida que parece que vas a desmayarte-. Tragué saliva, ¿Podría contar una parte no?

- Es solo que, acabo de enterarme de unas cosas que me alteraron un poco-

- ¿Qué cosas? ¿Todo bien con Charlie? –

- Si, no es de eso, es solo que pensé que Mallory ya se había olvidado de mi pero al parecer está planeando algo -, dije sorprendida por que había logrado decir la verdad sin decir todo.

Mi amigo frunció de nuevo el ceño y acarició mi hombro ligeramente.

- ¿Cómo lo sabes? ¿Cullen te lo dijo? –

- No, no puedo decirte quien me lo dijo, pero estoy segura que es verdad -, aseguré – estoy asustada Jake, si ella está planeando lo que creo las cosas van a ponerse muy feas, no sé si pueda con eso-. Mi amigo tomó mis manos que se retorcían frenéticamente.

- Tranquilízate, quedan solo cuatro semanas para que cada quien se vaya a la universidad, solo cuatro semanas más y ya no tendrás que verla, nunca. Ella no va a desaprovechar la oportunidad de alejarse de su padre y sus reglas. –

- ¿Tú crees? –

- Obvio Bells -, me sonrió, me hizo cosquillas y me sacó unas risitas -, tranquila, disfruta la fiesta, sonríe. Tu papá anda buscándote está súper nervioso, se ve súper chistoso-. Sonreí y decidí seguir su consejo.

- Muchas gracias Jake, te quiero -. Le dije abrazándolo fuertemente. Era algo que solíamos hacer mucho antes por lo me salió naturalmente. Él me abrazó de regreso y deposito un beso en mi coronilla.

- Sabes que me tienes aquí para ti, siempre. No importa si nos distanciamos-. Me sonrió, le sonreí otra vez y me encaminé a ver a mi papá.

Charlie estaba súper nervioso de verdad, fue tan emotivo y divertido que apartó por completo mis preocupaciones. Los invitados fueron llegando y la ceremonia estaba a punto de empezar, sabía que Edward y los chicos ya habían llegado pero aún no había podido reunirme con ellos; Tenía una pequeña intervención en la ceremonia quilete, al igual que Leah y Seth. Finalmente todo comenzó, me paré en mi lugar y mi mirada se cruzó con la de el mediano de los Cullen, era inexplicable el como mi cuerpo reaccionaba a su presencia, ni siquiera tuve que buscarlo entre las demás personas, él me dedicó esa sonrisa que solo existía para mí y yo se la devolví. Se veía tan guapo, varias mujeres lo inspeccionaban descaradamente de arriba abajo, estaba completamente de negro, Dios sabía que bien le quedaba el negro, el traje, la camisa e incluso los zapatos eran de ese color, su cabello estaba medianamente ordenado, y estaba pulcramente afeitado. Hermoso, y más con esa sonrisa tan genuina y a la vez tan difícil de obtener.

La ceremonia fue muy bonita y muchas lágrimas se derramaron durante ella, algunas mías, otras de Leah y Sue, incluso los ojos de mi papá brillaban casi tanto como el mar siendo bañado por la luna. Una luna redonda, completa y hermosa de las que tanto nos gustaba a papá y a mí observar cuando acampábamos en el patio trasero de nuestra casa en Forks. Después de algunos abrazos, besos y felicitaciones, llegó el turno de Edward de felicitar a Charlie y a Sue, fue muy corto y considerablemente menos efusivo que todas las demás personas pero era algo, y para mí era un gesto tan lindo y tierno que casi me hace llorar de nuevo.

Rápidamente se acercó a mí y me besó fuertemente en los labios, cuando nos separamos el me abrazó con el mismo ímpetu.

- Luces tan hermosa que haces que sienta que mi corazón va a salir de mi pecho-, susurró muy bajito en mi oído. Me sonrojé ligeramente y le di un suave y corto beso en los labios. Lo tomé de la mano y fui a saludar a mis amigos, Edward parecía estar tan tranquilo que no puso mala cara, simplemente seguimos con las manos entrelazadas mientras yo hablaba. Incluso cuando llegó Jacob y las cosas parecieron tensarse él no hizo ademán de irse o de provocar alguna pelea.

La música comenzó a sonar y bailamos por mucho tiempo, nos besábamos y yo le contaba anécdotas chistosas en la Push, como cuando hice mal el agujero para la fogata y tuve que correr por varios metros apagando los trozos de madera incendiados que el viento esparció, o como había que tenido que lamer helado de la arena porque perdí una apuesta. Nos tomamos varias fotos, algunas tomadas por mi y otras por Alice.

- Oh Bella, Charlie y Sue se ven tan felices -, expresó Alice colgándose de mi brazo.

Sonreí mirando a mi padre y Sue que cortaban el pastel, mi papá tenía esa mirada de felicidad y orgullo que lo hacía ver un poco más alto y mucho más joven. Me sequé un par de lagrimas que se deslizaron por mis mejillas, estaba tan feliz por ellos, apoyé mi frente en el hombro de Edward, el frotó ligeramente mi brazo, lo miré a los ojos sonriendo.

- Estoy muy feliz hoy -. Le dije, me besó suavemente y me tomó de la mano encaminándome a la playa, no había nadie en esa zona, todos estaban por lo menos a 40 metros de nosotros.

- Me gustaría hablar contigo de algo -, dijo deteniéndose frente a mí.

- Adelante Edward, ¿pasa algo malo? – pregunté preocupada

- No, no -, negó rápidamente – Todo lo contrario… - el chico de pelo cobrizo se revolvió el cabello y tomó aire, parecía nervioso, lo cual era extremadamente extraño en él. – Ya habíamos quedado en que viviríamos juntos al ir a la universidad, ¿no? –

- Si –. Afirmé sonriendo.

- Y eso me hace muy feliz, tenerte toda para mí todo el tiempo sin que nadie nos mida el tiempo o esas mierdas, pero hay algo más que me gustaría…- Introdujo su mano en el bolsillo y sacó un pequeño estuche negro. De repente mi pulso cardiaco se disparó a mil latidos por segundo y sentí una oleada de adrenalina recorrerme de pies a cabeza, mi boca se abrió de la sorpresa y miré a mi novio abrir la caja como si estuviera a cámara lenta.

- Cuando compré esté anillo pensaba en que nos casáramos ya, antes de irnos a la universidad, pero he reflexionado y he tratado de pensar no solo en lo que yo quiero sino en lo más conveniente para ti, pensé en no hacer esto porque me ibas a rechazar pero también pensé en que tal vez podría ceder un poco para que esto funcione – Tomó mi mano y finalmente me miró a los ojos, vi la vulnerabilidad y todo lo que le estaba costando ser tan sincero y demostrar lo que sentía. – Te amo tanto que vivo con el miedo de que algo te pase o decidas irte de mi lado, es algo que a veces no me deja dormir, sé que hay muchas cosas que tengo que cambiar y prometo que lo haré en un futuro, siempre y cuando el futuro te incluya a ti. Esto es una propuesta de matrimonio a largo plazo, todo depende de cuando te sientas lista, es un compromiso de parte de ambos de que nos amaremos y nos apoyaremos y trataremos de hacernos felices el uno al otro. Eres lo mejor que he tenido en mi vida, eres la luz que quemó todas las demás y la qué me deslumbró por completo, eres mi todo, ¿Te casarías conmigo en un futuro? – Preguntó sonriendo nerviosamente.

Yo me había quedado sin habla, estaba sumamente impactada. Mi cerebro corría a mil por hora, estaba a punto de hacer un salto de confianza con la posibilidad de caer fuertemente desde una altura lo suficientemente alta como para probablemente no salir completa. Comencé a dudar, sabía que si le decía que si a Edward iba a firmar un contrato imaginario tan fuerte que nada iba a poder romperlo, sin embargo al encontrarme con los verdes ojos del chico del cual estaba totalmente enamorada mis dudas desaparecieron. Íbamos a lograrlo, lo estábamos logrando.

- Si – dije primero con voz ronca, me aclaré la garganta y sonreí ampliamente - ¡Si! Oh Edward, te amo tanto -, dije tirándome a sus brazos con suficiente fuerza como para hacer que giremos un poco, el me sujetó con fuerza enterrando su cara en mi cuello donde empezó a repartirme pequeños besos, subió por mi cara, besó mi frente y luego los labios.

- Te amo tanto mi hermosa Bella, prometo cuidarte y amarte hasta que tengan que enterrarme y probablemente ni así deje de amarte -. Me dijo deslizando el anillo en mi dedo de forma lenta, ambos lo miramos unos segundos.

Iba a decirle algo y entonces un estruendo me sobresaltó, eran los fuegos artificiales, lo que significaba que era hora de que Charlie y Sue se fueran de la fiesta rumbo a su luna de miel, estarían fuera una semana y media, irían de viaje a Los Angeles a casa de uno de los parientes de Sue que rentaban cerca de la playa. Le repetí a Edward el amor que sentía por él y cuan feliz estaba y nos encaminé a la fiesta.

Los chicos se acercaron a mí, y pude ver que le lanzaron miradas extrañadas a Edward, todo incluso Rosalie, solo Jake faltaba pero él ya no se había acercado a mí en toda la fiesta, miré a Edward y no pude evitar sonreír, ya sabía que notaban extraño en él.

Edward estaba sonriendo.

La suave curvatura en sus labios era pequeña y en cualquier persona no sería algo digno de atención pero era algo totalmente fuera de lo normal en él.

- ¡Edward!– un torbellino en traje se estrelló en las piernas de mi acompañante. - Hola, ¿Cómo estás? Disculpa que no haya venido a saludarte pero es que ahí está ya sabes quién y tenía que aprovechar que aquí no está Lucas para llevársela – Exclamó Seth hablando a toda prisa. El mediano de los Cullen retomó su semblante serio, sin embargo palmeó torpemente la cabeza de mi ahora formalmente nuevo hermanito. - ¡Oh casi lo olvido! Bella, - me llamó - mamá y Charlie preguntan por ti, ya se van -.

Asentí, le di un beso en la mejilla a Edward y me encaminé a la casa. Adentro se encontraba Leah, Jacob, Billy, mi papá y Sue, el ambiente era de júbilo y no me costó nada unirme a los abrazos, bromas y risas que compartían. Estaba que brincaba de la felicidad, tanto por mi papá y Sue como por la propuesta de Edward. Seth llegó un rato después parloteando acerca de que esperaba que regresaran con un regalo por cada día que no estuvieran en La Push. Finalmente llegó la hora de la despedida, Billy se había ofrecido para llevarlos al aeropuerto y Leah iba a acompañarlos, Jacob y yo nos quedaríamos a verificar que la fiesta termine y la limpieza se haga, Seth estaba encantado porque según él iba a poder dormirse súper tarde. Apenas se fueron Seth desapareció balbuceando algo de "ojala no se haya ido aún", Jacob y yo nos miramos y encogimos los hombros al mismo tiempo para luego echarnos a reír.

Las risas cesaron y Jake seguía mirándome, no sé por qué pero me sentí incomoda y desvié la mirada.

- Necesito hablar contigo -, sentenció, me tomó de la mano y lo seguí -. Vamos a un lugar donde no nos puedan escuchar -.

Asentí aunque el ya no me estuviera viendo, sentí los nervios burbujear en mi estomago, él estaba nervioso y me lo contagiaba. No podía dejar de pensar que era sumamente extraño su comportamiento, así como tampoco podía dejar de preocuparme por qué Edward empezara a sospechar si no regresaba pronto.

Mi amigo me guió a la parte frontal de la casa, se escuchaba las risas y charlas del patio trasero, aún cuando la fiesta estaba a punto de acabar había bastante gente y ánimo no decaía. Por alguna razón deseé no estar con Jake, deseé decirle que otro día hablábamos.

Pero no lo hice, dejé que me guiara y pronto entendí a dónde íbamos, sonreí levemente. Estábamos en la entrada de nuestro antiguo escondite secreto. El lugar era simplemente un espacio oculto entre la pared de la casa y unos grandes arbustos llenos de flores, la naturaleza y la pared de la casa se separaban por un pequeño espacio donde si te metías nadie te veía por afuera, para entrar había que agacharse muchísimo y cuando era pequeña me encantaba porque me hacía sentir que estaba en un pasadizo secreto, en un laberinto de esos que había en los cuentos de fantasía.

- ¿Recuerdas cuando nos escondíamos aquí por horas? Mi papá trató incluso de sobornarme para saber donde nos escondíamos -, reí recostándome en la pared, el espacio era bastante más pequeño de lo que recordaba, cuando medía varios centímetros menos el lugar parecía lo suficientemente grande para construir un pequeño departamento adentro, ahora me daba cuenta de que apenas cabría un sofá cama. Una vez que esos pensamientos se fueron noté el tenso silencio en el que se encontraba Jacob, lo miré a los ojos, el tragó fuertemente.

- Hay algo que siempre he querido decirte-. La voz de mi amigo sonaba extrañamente vulnerable, las manos le temblaban. Le sonreí para infundirle confianza, si ya estábamos aquí lo mejor era terminar lo más pronto posible, empezaba a preocuparme de verdad el nerviosismo de mi amigo.

- Vamos Jake, sabes que puedes decirme lo que quieras-, lo animé. El suspiró con fuerza y dio un paso hacia adelante. Echó una mirada a nuestro alrededor, como para ver si alguien había encontrado nuestro antiguo escondite, la música de la fiesta se escuchaba levemente pero ambos sabíamos que nadie iba a encontrarnos ahí. El se acercó un poco más y volvía a sentirme sumamente incomoda. Decidí presionar un poco más.

- Jake que…-, pero no pude terminar de hablar, porque Jacob Black, mi hermano, mi mejor amigo desde que teníamos tres años me estaba besando. Sus labios presionaban los míos, sus ojos estaban firmemente cerrados mientras los míos estaban completamente abiertos, el acto se sentía completamente fuera de lugar sus labios no eran los suficientemente suaves y no había pequeñas cosquillas en el estomago. Tardé exactamente cinco segundos en apartarlo, y fue lo suficientemente brusco como para hacernos trastabillar con el impulso.

Ambos respirábamos fuertemente pero estaba casi segura que era por causas diferentes, miré asustada alrededor, si Edward llegara a enterarse de esto… no quería ni imaginar que pasaría

- No te atrevas, nunca. ¡Nunca a besarme otra vez! – Le grité sumamente enfadada, y asustada también, si somos sinceros.

La expresión de Jake fue como si hubiera recibido una puñalada justo en el pecho.

- Lo siento es solo que…- Se calló de repente y tomo airé varias veces, frunció el ceño y al fin pareció decidirse a dejarse llevar, como si ya no tuviera nada que perder-, Bella, te he querido toda mi vida, y te he amado ya por varios años-, sentí que el mundo se me caía por completo, quería que se calle en ese momento, todo me parecía irreal, una pesadilla. Jake parecía estar siendo torturado mientras me decía todo esto. Mi respiración se volvió aún más irregular, ¿Por qué estaba pasando esto? ¿Por qué Jake hacía esto? Nada podía ser igual ahora.

Nada.

- No me puedes decir esto, Jake.- Lo interrumpí -, no puedes, ¿Qué se supone que te debo contestar? ¡¿Por qué me lo estás diciendo?! – Exclamé soltando unas lágrimas, nada volvería a ser igual. Creo que yo igual tenía cara de estar siendo torturada por qué Jacob hizo ademan de acercarse a mí pero yo estiré los brazos para impedir que se acerque. No lo quería cerca de mí, me sentía muy mal por tratarlo así pero solo podía pensar en que estaba echando todo a perder -. Sabes que amo a Edward y que nunca le sería infiel, así que por favor no vuelvas a besarme-.

Eso pareció borrar la expresión torturada de Jacob y pasar a una de enojo.

- Esto es tan injusto Bella, él es todo lo que siempre odiaste de las personas y no sé qué pasó que se te metió por los ojos y ahora parece que te volviste ciega. ¡No es justo! ¡Te he amado desde hace mucho! ¡Te he respetado y te apoyado todo el tiempo! Y él en menos de seis meses te tiene comiendo de la mano. Me dije tantas veces que a lo mejor tu no me ibas a amar como yo a ti y estaba bien con eso, lo podía aceptar pero no con Cullen, con él no puedo aceptarlo. Te lastima te ha cambiado por completo. Sabes todas las cosas que me ha hecho, que le ha hecho a tus amigos y aún así lo defiendes, le das la espalda a los que te recibieron con los brazos abiertos…-

- Basta -. Le corté con un hilo de voz, estaba apuñalándome en el corazón, no quería escucharlo, quería regresar el tiempo, no conocerlo, no conocer a nadie, seguir en mi casa, sin amigos, sin nada, preferiría lo que sea con tal de no estar pasando esto -, no quiero seguir escuchándote, te quiero Jacob, como se quiere a un hermano, y ustedes nunca se han tomado la molestia de escuchar las razones que me hacen amar a Edward y defenderlo, no lo saben, no lo entienden y no me escuchan sin prejuicios, por lo que es probable que nunca me entiendan. Me duele mucho esto, muchísimo Jake porque después de Edward, eres la persona que más quiero. – Paré un segundo para tomar aire porque mis siguientes palabras iban a doler muchísimo y le iban a doler más a Jacob -, pero creo que es mejor que nos alejemos, al menos por un tiempo-. Jake enmudeció y parecía que su peor pesadilla se estaba haciendo realidad-, no quiero lastimarte y tampoco sé cómo lidiar con lo que me acabas de decir, pronto nos iremos a la universidad y…-

- Espera, con todo lo que dije en ningún momento buscaba que me hicieras a un lado- . Rebatió acercándose -, sigues siendo mi amiga, sigo estando aquí para ti, pero necesitaba decírtelo, no podía callarlo más-. Lo miré con profunda tristeza y lo tomé de las manos.

- No puedo hacerte eso Jake, no puedo retenerte a mi lado, contarte mis alegrías y mis penas con Edward sabiendo que te estoy lastimando, tal vez si nos distanciamos un poco puedas fijarte en otra chica-. El negó con la cabeza y me abrazó fuertemente. Traté de calmarme, de pensar con claridad, sabía que lo había lastimado, no estaba pensando muy bien en mis palabras y más tarde me di cuenta que había sido muy injusta con él, muy egoísta con lo que le decía.

- No quería perderte-. Dijo con el tono tan derrotado y tan triste que tardé mucho tiempo en encontrar mi voz para volver a hablar.

- Yo tampoco -, mi voz salió quebrada y un poco ahogada -, la distancia nos puede ayudar, tu encontrarás a alguien que de verdad valga la pena, tal vez más adelante podremos volver a la normalidad -. Musité después de un rato.

Esas palabras parecieron una sentencia de muerte para Jacob. Me soltó, se alejó y sin decir ni una palabra más, sin dirigirme ni una mirada de soslayo, salió de nuestro escondite.

- Adios -. Susurré sintiendo el sabor de una despedida permanente. Ya no lloraba, me había quedado seca, sin lágrimas, sin fuerzas, procesando lo que acababa de pasar, me había quedado sin la persona con la que siempre pensé que contaría. Además me encontré dudando entre si le decía a Edward lo que había pasado o no. Sentía que tenía que decírselo antes de que se entere de otra forma, mejor por mí que por otra persona, tenía que confiar en su nueva actitud y en sus promesas.

Me quedé en el escondite por mucho tiempo o al menos eso fue lo que sentí, sin embargo cuando salí la fiesta seguía y nadie me preguntó porque había tardado tanto.

Enseguida encontré a Edward, estaba sentado en una de las mesas fumando un cigarrillo su semblante era terriblemente serio, me senté a su lado y automáticamente él tomó mi mano.

-En verdad me encantaría que te quedaras conmigo hoy ¿De verdad no puedes? - Dijo de repente Edward, apagó su cigarro y se volteó hacia mí. Yo lo pensé, le había dicho que no podía por que iba a cuidar a Seth y a Leah, pero pensándolo mejor, no se me antojaba quedarme toda la noche en la misma casa que Jake, no iba a ser lindo ni para él ni para mí.

- Yo igual quiero quedarme contigo, hablaré con Leah y le diré que solo se quedará Jacob con ellos -. Afirmé, el asintió y prendió otro cigarro. Tragué saliva y me armé de valor. – Edward, hay algo que tengo que decirte -, sentí como todo su cuerpo se volvió de piedra, apreté su mano fuertemente – Pasó algo hace un rato, y para mí no significo nada pero necesito contártelo… -

- Lo sé -, me cortó abruptamente.

Sus palabras me dejaron confusa, parpadeé lentamente y escudriñé su rostro en busca de respuestas.

-¿Qué sabes? – Pregunté intrigada.

- Lo que pasó entre ese… perro asqueroso y tú -, gruñó, soltó mi mano y se apretó el puente de la nariz, con la otra mano sacó otro cigarrillo, - Lo vi -.

Mi corazón dio un vuelco y luego se encogió, mis piernas se volvieron de gelatina y un feo dolor en el estómago apareció en un segundo.

-Espero que hayas escuchado toda la conversación -, susurré nerviosamente, tragué saliva y me preparé para la ira de Edward.

- Si, solo eso me está reteniendo de ir a deformarle la cara a ese hijo de perra y arruinar la boda de tu papá -. Dijo entre dientes, su pecho subía y bajaba de manera violenta, podía ver las venas de sus manos marcarse debido al esfuerzo que le daba contenerse. Me puse de pie y pasé mis manos por sus hombros, le acaricié los brazos, besé su cuello, la parte de atrás de sus orejas y finalmente me detuve solo abrazándolo por la espalda.

- Como le dije a él, te amo Edward, el solo es un amigo, nunca lo he visto de otra forma y nunca lo veré de otra forma, hoy acepté casarme contigo dentro de un tiempo y ha sido uno de los días más felices de mi vida -.

-Te creo -, musitó mi cobrizo, tomó mis manos y las besó -, solo te necesito junto a mí, me da trabajo controlar mis impulsos de ir a matar a ese perro, de verdad no quiero tener más problemas con tu papá-.

Regresé a mi asiento y lo tomé de la mano haciendo que me mirara.

-Me voy a quedar contigo Edward, siempre me voy a quedar contigo -. Le dije sonriendo. Nos miramos por lo que me pareció una eternidad hasta que Edward sonrió levemente y desvió la mirada.

- Ese es el plan -. Dijo poniéndose de pie -, vamos a que hables con Leah -

Me puse de pie sintiendo paz, estaba tan contenta por la reacción de Edward que sentía que flotaba. ¡Cuánto habíamos avanzado!

No cabe duda que esa noche la pasamos genial, incluso llegué a olvidar lo que había pasado con Jake. Para ser sincera casi olvidé hasta mi nombre.

Pero al día siguiente tuve que volver a la realidad. Mi novio me dejó en la puerta de mi casa, no estaba muy contento con eso pero sabía que tenía que pasar en algún momento. Cuando llegué me sorprendí gratamente de ver a Jasper y a Emmett en la sala.

Jacob estaba en la cocina, cruzamos miradas un segundo y luego nos evadimos. Me sonrojé de vergüenza y me concentré en Jasper quien simplemente me sonrió y me palmeó el lugar a su lado.

Me senté con él y rápidamente Emmett sacó un tema de conversación de debajo de la manga.

Conversamos de estrenos en el cine mientras Jacob lograba escabullirse fuera de la casa, me sentí triste porque en otra situación él estaría conversando con nosotros.

-¿Qué te parece si armamos una pijamada tú, los mocosos y yo? – Preguntó Jasper antes de irse.

- Me parece una excelente idea-, dije sonriendo, no podía salir de mi casa ni tampoco meter a Edward a ella así que una noche de películas con Jazz era lo mejor, Edward parecía tragarlo ahora un poco más, desde que mi amigo estaba tan ensimismado con Alice, mi novio no sentía tantos celos de él. – Tengo que ir a Forks a mi antigua casa, quiero traer mi vieja caja de seguridad, no pesa mucho así que supongo que no será problema traerla hasta aquí-

- Oh nada de eso -, rebatió mi amigo – estoy ocupado en la tarde pero si vas en bus prometo pasar por ti a las 9 de la noche para venir juntos-.

- Esta bien, me parece una buena idea, Billy se quedará con Leah y Seth hasta esa hora así que no hay problema-.

Nos despedimos y yo hablé con Edward para avisarle de lo que iba a pasar hoy, él aceptó a regañadientes, y como si no quiere la cosa preguntó si Jacob se quedaría en la casa también.

-No, tengo entendido que irá a Forks en la tarde, lo contrataron para que repare el viejo motor de una de las camionetas de la policía y regresará en la noche, se quedará a dormir en su casa -. Le informé mientras me ponía los tennis para salir de la casa.

Edward suspiró aprobatoriamente.

- Perfecto, entre más lejos mejor, tengo que colgar hermosa. Te amo, nos vemos mañana -.

- Vale, te amo –

Una vez que llegué a mi antigua casa no hubo mucho que hacer más que esperar que den las nueve para que Jazz pasé por mí, había comenzado a lloviznar y me aseguré que todas las ventanas estuvieran cerradas. Pasaron 15 minutos de la hora pactada y estaba a punto de marcarle a mi amigo cuando vi llegar la enorme motocicleta de Jacob.

Mi amigo descendió incomodo de su máquina y se acercó a mí.

- Jasper tuvo un problema con su automóvil y me pidió que venga por ti – Dijo claramente incomodo, se notaba a leguas que daría lo que fuera por no estar ahí en ese momento.

Un fastidioso nudo en la garganta hizo aparición, no era justo que mi amigo, o ex amigo tuviera que hacer algo que no quería, no quería aprovecharme de lo que sentía por mí.

- Oh Jake, no tenías por qué venir, no quiero que te veas obligado a nada, puedo llamar a Emmet o a… - Me corté lentamente no queriendo mencionarle a Edward.

Él frunció el ceño unos segundos.

- Vamos -, suspiró Jacob extendiéndome el otro casco que tenía.

- No tienes que llevarme, puedo caminar -.

- Claro que no, – dijo decidido,- está empezando a llover y ya oscureció, no me conoces bien si crees que dejaré que te vayas sola hasta Fork, lo cual es bastante tonto ya que está lejisímo. – Sentí un nudo en la garganta que me empañó los ojos, Jake fingió no verlo.

- Dame un segundo voy por mis cosas – Entré a la casa, decidí no llevar mi caja fuerte, no había donde ponerla en la moto, solo tomé mi bulto y salí otra vez. Me puse el casco y sin más preámbulos me subí a la moto, pasé mis manos por su cintura.

- Gracias Jake – susurré. Él no contestó, simplemente arrancó la moto y en pocos segundos nos encontrábamos volando por la calle. Apoyé mi mejilla en su espalda, era mi forma de decirle que lo sentía. Lo escuché suspirar lentamente. Sentí como experimentábamos un momento de paz, los siguientes 10 minutos solo sentí el viento azotarme el rostro, me sentía extrañamente tranquila, pero por supuesto, esto no iba a durar.

Todo iba bien y en unos segundos todo se volvió un caos, escuche a Jake maldecir fuertemente, un chirrido, mi corazón saltó y lo último que recuerdo fue una luz intensa, mi cuerpo siendo sacudido violentamente, gritos y luego dolor, mucho dolor.

-O-O-O-

POV EMMETT

-O-O-O-

Estaba quedándome dormido cuando mi celular sonó. Me moví perezosamente quitando mi brazo de la cintura de Rose que ya se había quedado dormida.

- ¿Hola? ¿Qué pasó Jasper? – Pregunté un poco alarmado, eran las 12 de la noche, él había salido con mi hermanita y era muy extraño que me hable a esta hora.

- Bella y Jake tuvieron un accidente -, dijo con la voz asustada, me senté en la cama, el movimiento despertó a Rose.

- ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Están bien? – Pregunté muy asustado, Rosalie alarmada por mi tono de voz se sentó.

- ¿Qué pasa Emmett? – Preguntó con la voz ronca. La miré poniéndome de pie.

- Jake y Bella tuvieron un accidente, ve por Alice -. Rose ahogó un grito y rápidamente comenzó a vestirse.

- No lo sé, estoy en camino al hospital. Lo único que sé es que iban en la moto y un carro se estrelló contra ellos. El papá de Jake acaba de llamarme, dice que le hablaron del hospital. Todos saben que Bella es hija de Charlie y que este se fue de luna de miel, así que le dejaron la tarea de avisarle, pero dice que quiere tener información antes de asustarlos, ya estoy en la puerta del hospital, ¿Te veo aquí? –

- Claro que sí, ya estamos arreglándonos para salir -, dije terminando de ponerme el pantalón. Hubo un pequeño silencio.

- Hay que decirle a Edward -. Titubeó Jasper, tenía razón, me froté el cabello.

- Prefiero tener información que darle primero-. Dije, no sé cómo le iba a hacer para que Edward me contesté el teléfono, ni siquiera estaba seguro de que el teléfono que tenía era el mismo que utilizaba ahorita.

Colgué con Jasper en el mismo momento en que Alice y Rosalie entraban al cuarto. Me puse una playera, agarré una chamarra y me encaminé a la puerta junto con ellas. Lagrimas corrían por las mejillas de Alice.

- Calma Allie, ya verás que todo estará bien, no hay que predisponernos al peor escenario – Le dije con toda la tranquilidad que pude. Alice temblaba, estaba aterrada. Rosalie se sentó en el asiento de atrás con ella y la abrazó todo el camino.

Cuando llegamos Jasper y Billy estaban hablando con un doctor.

- Están malheridos pero no es nada con lo que pudo haberles pasado, fue un accidente con bastante suerte, créeme Billy, tu hijo fue el menos herido y Bella se va a recuperar antes de entrar a la universidad – Alcancé a escuchar, algo que me tranquilizó un poco.

- ¡Jazz! – Exclamó Alice, Jasper volteó y mi hermanita se arrojó a sus brazos.

- Tranquila nena, Bella y Jake están bien - . Dijo el rubio acariciando el cabello de Alice, saludamos a Billy Black y luego nos sentamos en las sillas que habían a un costado.

- ¿De verdad están bien? ¿Qué fue lo que pasó? – Preguntó Rosalie.

- Al parecer un idiota se pasó la señal de alto del semáforo y los embistió de lleno. Lo bueno es que no iba a alta velocidad, sino hubiera sido mucho peor, Bella se llevó la peor parte porque estaba sentada detrás de Jake y normalmente son los que llevan las de perder – Dijo Billy cruzado de brazos.

- Yo no pude ir por Bella a Fork porque me fallaron los frenos y como estaba lloviendo preferí no arriesgarme – Resopló Jasper -, Doy gracias que no les pasó nada de gravedad, el doctor habló con nosotros hace unos segundos, están golpeados, pero están bien – dijo y nos contó lo que le había dicho el médico.

Billy se despidió para ir a ver a Leah y Seth que se habían quedado en su casa solos y asustados. Nosotros nos sentamos en silencio, como que aún no se nos bajaba la descarga de miedo y adrenalina que nos había generado la noticia.

- Hay que hablarle a Edward – Dijo Alice en voz muy bajita. Yo resoplé desparramándome más en la silla. De verdad no quería hablar con Edward, sentí la suave mano de Rose acariciar mi brazo, la miré y me tranquilicé un poco.

- Lo sé, lo que no sé es cómo lograremos que nos contesté el celular -, dije amargamente-. Si estuviera en la casa, no había problema, voy a azotar su puerta hasta que me abra pero… - Me corté con desgana.

-Estoy segura que si le hablamos del celular de Bella si va a contestar – aseguró Alice nerviosa.

Jasper sacó de su bolsillo el celular de Bella y me lo entregó. Me removí inquieto, tuve que respirar varias veces para infundirme de valor, no tenía idea de cómo iba a reaccionar Edward, o más bien si tenía idea y si estaba bien en mis suposiciones esto iba a ponerse feo, y probablemente Jasper, Billy y yo íbamos a tener que hacer guardia en la puerta de Jacob para que mi hermanito no lo mate.

Marqué el número. Edward no contestó la primera llamada, pero a la segunda contestó al segundo repique.

-Hola, ¿Qué pasa? ¿No puedes dormir sin mí? – Dijo Edward con una voz tan suave y cariñosa que me dio trabajo encontrar mi voz para contestarle, ¿ese era mi grosero e insoportable hermano? – Hey, ¿Bella, estás ahí? –

- No soy Bella, Edward -, Contesté lo más sereno que pude, - Soy Emmett -.

- ¿Qué carajo haces con el celular de…? – Gruñó mi hermanito rayando en la furia para luego quedarse en silencio, tardó exactamente cinco segundos en volver a hablar. - ¿Le pasó algo? – Preguntó con la voz queda, ocultando por muy poco el pánico que lo invadía.

- Edward, Bella tuvo un accidente – Se escuchó un fuerte golpe del otro lado del teléfono, me apresuré a infórmale: - Está en el hospital, está viva, pero al parecer tiene algunas fracturas, todavía no nos dice bien el doctor.-

- En unos minutos estoy ahí-. Aseguró y sin más colgó el teléfono. El "conduce con cuidado" que estuvo a punto de salir de mis labios murió en un suspiro. Miré el celular y luego miré a mi familia.

- Edward viene hacia aquí -, dije aprensivamente – hay que estar tranquilos y tratar de que esto no sea más difícil de lo que ya es, sobre todo para Jacob y su padre -.

Jasper y Rosalie asintieron y Alice frunció el ceño, no le tomé importancia, tenía una idea del porqué de ese ceño fruncido, mi hermanita se dejaba llevar demasiado por el amor que le tiene a Edward y llega muchas veces a ser irracional. Jasper se retiró para ir a la habitación de Jake que se encontraba un piso arriba y no habían pasado ni 10 minutos de eso cuando vimos salir a Edward del elevador.

Estaba pálido, mucho más que de costumbre, se veía que se había puesto la ropa descuidadamente y se encontraba mucho más despeinado que de costumbre, resultaba chocante verlo así, el odia estar tan desalineado fuera de la casa. Alice rápidamente corrió hacia él, pero inmediatamente Edward alzó una mano pidiéndole que no se acerque.

- Ella está bien, no está en peligro, se ha dado un buen golpe pero está fuera de peligro -. Repetí – Ahora está inconsciente ya que sentía dolor y el doctor le inyectó unos sedantes -. Informé rápidamente. Edward asintió efusivamente y tragó saliva, parecía que estaba tratando de calmarse.

- ¿Iba con ustedes? ¿Qué pasó? – Preguntó bruscamente, su respiración era pesada y miraba las puertas a lo largo del pasillo, evitaba a toda costa mirarnos. Tragué saliva, iba a soltar la bomba.

- No iba con nosotros, Lo que sé es que Jasper tuvo problemas con su automóvil y no pudo irla a buscar, entonces Jacob pasó por ella a Forks, los embistió un idiota que se pasó la señal de alto -. Pude ver como se le cortaba la respiración, se quedó completamente inmóvil y su boca se abrió ligeramente. Tardó un poco en volver a hablar.

- ¿Bella estaba con Black cuando los arrollaron?- Preguntó con una voz muy extraña, como si estuviera horrorizado de solo pensar la posibilidad y como si no hubiera escuchado bien lo que dije. Ahora me miraba directamente a los ojos y algo se retorció a la altura de mi pecho, Edward parecía estar al borde de una crisis.

- Si -, aseguré con la voz suave -, están buscando al carro pero tanto Jake como Bella quedaron inconscientes al momento del accidente, y aunque recobraron la consciencia segundos después el conductor ya había huido, los doctores dicen que no creen que recuerden detalles específicos del accidente, sin embargo testigos dicen que el automóvil los embistió y luego huyó a toda velocidad hacía la carretera de Seattle-.

- ¿No saben cómo era el automóvil? –

- Solo saben que era un carro deportivo oscuro -. Sin más Edward se dio la vuelta, abrió y cerró las manos, pareciera estar tratando de calmarse, miré a Rosalie fijamente, ella se encogió de hombros.

- ¿Cuál es su habitación? -, preguntó aún sin voltearse.

- La 12 -, dije mirando la puerta al fondo del pasillo, sabía que de nada serviría decirle que nadie podía entrar aún, así que lo deje entrar, sin embargo por si acaso me metí detrás de él, dejando a todos los demás afuera. Mi hermanito dio unos pasos dentro de la habitación pero enseguida se detuvo en seco.

Escuché como el aire se le atoró en la garganta y un grito ahogado se filtró por sus labios al verla, y es que no era para menos. Bella estaba que daba miedo, su palidez era extrema, en el rostro apenas tenía el labio partido, el casco la había ayudado muchísimo, aun así no la había salvado de una esguince en el hombro y la muñeca izquierda, un par de costillas magulladas, y muchos raspones en los brazos y las piernas. Según el doctor Bella había tenido suerte, ya que al ir atrás de Jake y por la forma en la que los golpeó el automóvil, pudo haber salido impulsada muchos metros en lugar de un par. Jake estaba mucho más herido, tenía un brazo roto, un esguince y una costilla fracturada.

Vi las manos de Edward temblar, vi todo su cuerpo temblar, se acercó lentamente a Bella y estiró la mano, la colocó en su pecho y suspiró con alivio, la tomó de la mano que no tenía enyesada y la besó. Eso fue mi señal para irme, Edward estaba tan absorto en ella que en ningún momento notó mi presencia, me fui en el momento que tomaba una silla para sentarse a su lado.

Salí rápidamente de la habitación y me dirigí al baño, apenas entré no pude evitar soltar un par de lágrimas. Dolía ver a Edward tan lastimado, yo ya había dado por sentado que él no tenía remedio, que no podía ser humano con ninguna persona, me había desapegado de él hasta el punto de que muchas veces no lo consideraba mi hermanito, pero el ver como comprobaba el latido del corazón de Bella para saber si estaba viva me había conmovido de sobremanera. Ahora veía porqué Alice cuidaba y procuraba esa relación, me senté en el piso del baño y me sentí culpable una vez más, como siempre abandonamos a Edward, una vez más nos fuimos por el camino fácil. Me limpié las lágrimas y me puse de pie, podía escuchar a Rosalie que venía apresurada a buscarme. Lavé mi rostro y me dispuse a salir del baño.

Tenía que ver por mi familia, incluso por Edward, tal vez él no quisiera abrirse conmigo por ahorita, pero sus barreras parecían estar ablandándose y ni siquiera nos habíamos dado cuenta, tal vez sea hora de insistir un poco más, o insistir de otras formas.

.


Aquí sigo.

Ha pasado demasiado tiempo desde que actualicé, en mi defensa solo puedo decir que así como tiempo, también han pasado demasiadas cosas en mi vida, he perdido gente muy amada, y como saben eso es algo que simplemente no es fácil de asimilar, pero poco a poco y con amor, tanto de mi misma como de las personas que me rodean he podido salir adelante.

Y aquí sigo, y voy a terminar la historia, a la que por cierto le falta poquito.

Alec será el elemento sorpresa.

Adelanto del próximo capítulo:

Apenas cerré la puerta ellos comenzaron a gritarse, no quería espiar pero saber que estaban peleando por mi presencia me hizo quedarme en mi lugar y escuchar atentamente.

- ¡¿Estás loco, Alec?! – Exclamó James, se escuchaba todo claramente a pesar de la gruesa madera de la que estaba hecha la puerta, - ¿Qué carajo hace ella aquí? –

- Está ayudándome. – Dijo Alec con voz malhumorada.

- ¿Que? Sigues con la jodida idea de hablar con Heidi – Se río su hermano - estás demente, no caves tu tumba hermano –

- ¡No estoy cavando nada! Él no va a enterarse, estamos siendo muy cuidadosos y ella es una buena persona, no es solo por Heidi, quiero ayudarla –

No pude evitar sonreír un poco ante lo último que dijo Alec.

- ¿Ayudarla a qué? – Gritó James frustrado – ¡Ella no es tu problema! No la traigas a la casa idiota. Cullen es un demente, ¡mierda! ¡Está tan jodido que puede que hasta tenga alguien siguiéndola! Y tú, la traes a la jodida casa, ¡Y están solos! – Exclamó alzando aún más la voz. Luego la bajó y le dijo afectado. - Sabes que a mí me importa una mierda con quien te relaciones pero no con ella Ally, eres mi hermano y Edward ya te tiene en la mira por Heidi… -.

- Solo hablamos – Dijo Alec tan bajo que casi no lo escucho.

Espero que siga alguien por aquí.