El pasado del Futuro

Kagome se encontraba recostada en la ventana de su cuarto mirando con nostalgia hacia el pozo que la había llevado a un mundo lleno de aventura, felicidad y tristeza. Había pasado ya mucho tiempo desde la última vez que Kagome atravesó ese pozo para viajar en el tiempo, hace ya más de 4 años. Cuando cayó en cuenta todo el tiempo que había pasado, rio para sí, como tratando de darse un consuelo para ese dolor profundo causado por la ausencia de los seres que amaba. Miraba recordando la última vez que estuvo allí, el día más triste de su vida...

-Inuyasha ¿ya te decidiste que vas a hacer?, siempre dijiste que después que destruyéramos ha Naraku ibas a convertirte en un verdadero monstruo.

La voz de Kagome sonaba temblorosa, ansiando que el dijera lo contrario, todo lo que pudiera decir el, definiría su futuro por completo. Noto que su corazón estaba latiendo más rápidamente de lo habitual, como preparándose para una batalla en la cual no estaba en juego su vida sino su felicidad.

-No lo voy a hacer. -Dijo mirando al árbol donde Kagome y el se habían visto por primera vez, aquel día cuando ella lo despertó de aquel sueño que duro 50 años.

-Entonces, ¿te vas a convertir en humano? –Tomo su mano sin darse cuenta mientras un atisbo de felicidad se reflejo en su mirada, algo que Inuyasha decidió no ver.

-No, voy a usarla para regresar a Kikyo. -Dijo volteándose y atreviéndose a mirar a los ojos a Kagome.

Kagome sintió morirse en vida, lentamente soltó la mano de él, al mismo tiempo bajo su rostro para ocultar las lágrimas que surgían llenas de dolor de sus ojos.

-Pero, dijiste que te quedarías conmigo. - Musitó con rabia y dolor al sentirse traicionada, tras unos segundos Kagome se sintió culpable al decir algo tan egoísta y oculto aun mas su rostro bajo su pelo para no mostrar su decepción.

-No puedo, aún amo a Kikyo, en parte es mi culpa de que este muerta, antes no sentía este vacío, por lo menos antes sabia que andaba por ahí o lo que quedaba de ella pero ahora que ni eso tengo no puedo resistir que no este.

Oculto su rostro de Kagome, volteándose otra vez hacia el árbol, para esconder las lágrimas llenas de culpabilidad que luchaban por salir.

-Entiendo, entonces nunca me quisiste. -Afirmo sollozando.

-No lo sé. -Dijo limpiando sus ojos con las mangas de su traje.

Kagome intentó alejarse de ese lugar que antes era sinónimo de alegría pero ahora solo era un recuerdo de lo que nunca fue ni será, pero Inuyasha la sostuvo por el brazo.

-Perdóname, ayúdame a hacerla regresar.

Kagome lo miro con odio, como podía pedirle que lo ayude si le acababa de romper el corazón.

-Un último favor, ayúdame a ser feliz.

-Está bien. -Por lo menos que uno de los dos lo sea.

Kagome le entrego la perla.

-Soló tienes que pedir lo que deseas, así me explico Kaede.

Kagome se fue hacia la aldea de la anciana Kaede, no quera ver lo que estaba por suceder.

Antes de llegar a la cabaña, limpio sus ojos y se tranquilizo para que nadie le preguntara sobre lo ocurrido.

Al llegar había un ambiente hogareño, Sango y Miroku estaban sentados juntos en una esquina, Shipo estaba jugando con Kirara y la anciana Kaede preparaba la cena.

No puedo empañar su felicidad con mi tristeza, pensó Kagome.

Sango noto algo diferente en el rostro de su amiga.

-¿Te pasa algo?

Pregunto sango separándose de Miroku.

-No, ¿ya arreglaron sus problemas? -Pregunto rápidamente Kagome para cambiar de tema

-Claro que si señorita Kagome, ¡ya pusimos fecha para nuestro matrimonio! Después de un acuerdo claro. -Respondió Miroku guiñándole un ojo y riendo maliciosamente.

-No puede acercarse con malas intenciones a ninguna mujer que no sea yo. - Añadió sango jalándole una oreja de manera juguetona.

-¿Crees que cumplirá? -Pregunto Shippo sin dejar de jugar con Kirara.

-Más le vale que cumpla o ¡si no! -Alegó la castaña sosteniendo su boomerang en alto.

Todos rieron ante esta escena menos Kagome que solo esbozo una pequeña sonrisa de nostalgia.

-¿Quieres acompañarme a buscar leña Kagome? -Pregunto Sango para poder indagar que le pasaba en realidad a su amiga.

-Sí.

Ya en el bosque...

-Ahora dime ¿Qué ocurrió?, ¿Qué decidió Inuyasha?

Kagome se rompió en llanto, y le contó lo sucedido a su amiga.

-Y ¿Qué piensas hacer?

-Me iré con Kouga.

-¡Pero no lo amas!

-Eso pensaba, pero al despreciarme Inuyasha, no me dolió tanto como al pensar que Kouga me abandonará.

-¿Es verdad?, Pero acabas de llorar por lo que paso.

-Sí, llore más por sentirme engañada que por una pena de amor, ya es tarde Sango y debemos regresar.

-Sí, ya deben estar preocupados. -Dijo poco confiada en la confesión de su amiga pero decidió dejar el interrogatorio para después.

Al entrar a la cabaña se encontraron a Kikyo sentada junto a Inuyasha sosteniendo su brazo, a Miroku y Shipo comiendo la cena, y la anciana Kaede feliz de tener a su hermana viva pero sin dejar de ver disimuladamente a Kagome. Sango corrió a los brazos de Miroku a darle un beso ignorando la presencia de Inuyasha y Kikyo al ocurrir esto Shippo se asusto y salto tirándole la sopa caliente encima a Inuyasha, este lo tomo por la cola y empezó a sacudirlo por los aires.

-Enano maldito, como se te ocurre hacerme esto.

-¡Déjalo! ¡Fue un accidente! -Dijo Kikyo riendo, al ver a Inuyasha lleno de especias y fideos en el cabello y el rostro.

-Es cierto, fue culpa mía, yo lo asuste. – Agrego Sango conteniendo la risa para no enojar mas al hanyou.

-¡Suéltalo ahora! -Gritoo Kikyo mirando con seriedad a Inuyasha.

-Está bien. –Respondió este de mala gana, mientras soltaba a Shippo.

-¿Cuándo es la boda? –Inquirió Kikyo para rellenar el silencio que se formo tras el incidente.

-Dentro de unos días. -Respondió Miroku que estaba consolando Shippo que no dejaba de llorar.

-¿Cuándo será la boda de ustedes? -Preguntó Miroku sin pensar.

Sango golpeo con el codo a Miroku reprendiéndolo y mirando a Kagome, esta solo le dio una sonrisa triste.

-No te preocupes estoy bien, no estoy enamorada de Inuyasha después de todo, ya te lo dije. - Expresó mirando hacia cualquier lugar con el fin de evitar la mirada de sus amigos.

Si es así. Llegue a esa conclusión después de analizarlo profundamente. –Continúo tratando de poner toda la seguridad posible en sus palabras.

- ¿Es verdad? -Pregunto Kikyo confundida.

-Era solo un capricho de adolescente. - Reconoció Kagome tratando de restarle importancia.

-Entonces no estás enojada con migo. -Intervino Inuyasha.

-No, estoy muy feliz por ustedes.

Sango estaba bastante confundida, pero trato de creerle a su amiga.

- ¿A dónde vas? Pregunto Sango sin saber que esperar de su amiga al verla dirigirse hacia la puerta.

-Voy a buscar un poco de agua al rio, se termino la que quedaba limpiando el desastre de la cena.

- ¿Me llevarías a un sitio?- Pregunto lo mas calladito posible a Kirara al divisarla tras salir de la casa.

Kirara asintió.

-Llévame a donde Kouga.

Al llegar a la cueva...

-He venido a despedirme.

- ¿A dónde vas?

- A casa, y no pienso volver, también quiero pedirte que le digas a mis amigos que los quiero mucho y que les deseo lo mejor cuando descubran que no me fui contigo.

El la mira confundido.

-¿Por qué no te quedas conmigo de verdad?

-No te haría feliz.

-Kagom...

-No digas nada, cásate, ten hijos, se feliz, algo que no se si yo podre ser y no me esperes yo no volveré.

Kouga vio la decisión en sus ojos y no insistió, Kagome lo abrazo, luego monto a Kirara y se fue a la casa de kaede.

Al llegar ambas parejas estaban abrazadas una junto al fuego y otra en una de las esquinas, Shippo estaba dormido.

- ¿Y el agua?

Pregunto Sango.

-Rompí el balde, lo siento.

-No te preocupes hay suficiente agua para hoy, mañana buscaremos mas, ¿Quieres algo de comida? -Dijo Kaede que acababa de entrar.

-No, estoy cansada y quiero dormir.

-Está bien.

Kagome espero a que todos se durmieran, tomo su mochila y dejo una carta diciendo que se iba con kouga, antes de salir miro hacia atrás estarán mejor sin mi yo sería una carga y siempre me tendrían lastima.

Salió y se dirigió al pozo antes de regresar a su época y vio por última vez su pasado antes de regresar a su presente y salto.

¡¡¡Kagomeee!!!

Un grito saco a Kagome de sus recuerdos.

-Dime Souta. –Respondió con voz monocorde.

-Ayúdame a preparar la cena. –Rogo tratando de poner su cara de cachorrito abandonado algo que ya no le funcionaba tras pasar los años ya era todo un adolescente.

-Hoy es tu turno, Souta, no quieras escapar de tus responsabilidades.

Dijo mirando seriamente a su hermano, hace varios años que ella ya no era la misma, había cambiado física y mentalmente su cabello le llegaba a su cintura, había crecido unos centímetros y se había hecho más fuerte y ágil con el arco, a pesar de todo ella seguía practicando era lo único que la ataba y la hacía recordar aquella época, ya no se parecía tanto a Kikyo o al menos eso ella quería creer. Su rostro alegre no era el mismo aunque sonreía frecuentemente algo no estaba, algo faltaba en su mirada, en su sonrisa, su forma de hablar, quizá la falta de esperanza o la desilusión habían opacado su brillo.

-¡Por favor!

-Bueno, pues entonces tu me ayudaras en esta semana que tengo los exámenes de la universidad.

-Está bien. – Acepto sonriente para después retornar a la sala.

Ya habían terminado los exámenes finales y Kagome regresaba exhausta a casa decidida a disfrutar sus vacaciones.

Kagome se encontraba subiendo las escaleras hacia el templo junto con Tetsu (un joven que hace un año la acompañaba a todos lados, era dos años mayor que Kagome, de ojos negros como la noche, de piel blanca como la luna, más alto que ella, con un dejo de misterio en su mirada), esta sintió un escalofrió que recorrió su espalda miro a Tetsu, el la estaba mirando también como presintiendo que algo malo estaba por pasar. Subieron rápidamente los escalones que faltaban, al llegar vieron que cientos de sombras negras salían del templo.

-¡Mi familia!

Grito Kagome pensando todo lo que le podría haber pasado a sus afectos, los únicos que le quedaban, si perdía a alguien mas moriría.

-Vamos, tenemos que ver que estén bien. -Le dijo Tetsu como si pudiera leer sus pensamientos.

Corrieron hacia la casa y vieron a Souta desmayado en el frente de la casa, con la madre y el abuelo de Kagome a su lado, Tetsu lo reviso y vio que estaba bien solo fue el susto. Antes de entrar ven que las sombras se reúnen en una sola. Kagome por instinto corre a su habitación y buscó su arco y sus flechas y corrío hacia la sombra gigantesca, Tetsu se queda mirándola, ella le había contado sobre sus viajes en el tiempo y sus aventuras pero nunca la había visto utilizar el arco, Kagome empezó a dispararle flechas llenas de energía purificadora.

Tetsu por su parte tomo su espada, que estaba escondida en su mochila, parecía imposible que una espada de tal tamaño pudiera caber en una mochila común pero nada lo era en Tetsu, al igual que el esta espada era diferente a una común tenía el principio de su mago en forma de la luna creciente y ambas puntas de la luna se unían mediante una esfera azul. Tetsu empezó a atacar.

La sombra empezó a tomar forma, Tetsu salto más alto de lo que un humano normal lo haría, y atravesó con su espada al monstruo que se empezaba a formar, un rayo azul celeste atravesó al monstruo y lo dividió, en vez de destruirlo se formaron 2 monstruos....