N/A: ¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si hubieras...? De seguro que sí, todos lo hemos hecho alguna vez en nuestras vidas. Momentos que pudieron haber sido, situaciones que no debieron de ser algo que querías decir y sin embargo no lo hiciste.

Crepúsculo está lleno de esos momentos donde todos pensamos en lo diferente que hubiera sido si Bella esto o aquello, bueno aquí esta lo que según yo hubiera ocurrido si Bella no hubiera saltado.


UNA TARDE EN EL HOSPITAL

Edward PoV

El Sol estaba se estaba poniendo y los últimos rayos de luz estaban despidiéndose, era el crepúsculo el momento más seguro para los de nuestra especie.

—Dr. Cullen, se le solicita en la sala de emergencias, Dr. Cullen a la sala de emergencias— Dijo la muchacha del altavoz. Me gustaba trabajar en el hospital a pesar de que pronto tendría que irme por la cuestión de que por mi rostro no pasaría un solo año más de los que tenía cuando había muerto. Suspire y me dirigí con paso rápido a la sala de emergencias. La sangre no me molestaba en absoluto Carlisle tenía razón, con el tiempo, uno se acostumbra.

Por cada vida que salvaba me gustaba pensar que, de alguna manera, restituía una de las que había quitado sabía muy bien que era algo tonto y muchas veces Carlisle me pidió que no lo pensara así o las cuentas me enloquecerían pero no hacia cuentas no quería llegar a la locura solo pensaba "Una mas" alguien a quien había ayudado, un humano más que tendrá, con suerte, una buena vida.

—¿Qué es lo que tenemos?— Pregunte a una de las enfermeras.

—Un accidente automovilístico al parecer nada grave múltiples contusiones y heridas que necesitaran un par de puntos. Un muchacho se paso la luz roja y se estrello contra una camioneta.

—Muy bien Señora Clay no olvide poner hielo para la inflamación y mantenerlo alto. Con eso deberá estar bien si siente alguna otra molestia no dude en regresar—Dije cuando trate a la última víctima del accidente—Llámenme si algo mas pasa— Dije a las enfermeras y me senté en la terraza donde los empleados solían tomar sus descansos para fumar cigarrillos. El lugar aun olía a tabaco y estaba lleno de ceniza.

—Cada que lo veo pienso en lo joven que es— Comento una de las enfermeras cuando creyó que estaba lo suficientemente lejos para no oírle.

—Lo sé y ya es Doctor. Además que esta guapísimo— Sonreí al escuchar los pensamientos de las enfermeras, aun no se daban cuenta de que no envejecía en lo mas mínimo, eso me daba un par de años más en el hospital.

El cielo estaba particularmente oscuro esta noche no había Luna ni estrellas la negrura era total y hacia ver el cielo tan infinito que dolía. Escuche las suelas de goma de los zapatos de la enferma chocar contra el piso haciendo un sonido similar al de succión, podía escuchar las palpitaciones de su corazón y su respiración agitada.

—Doctor, lo necesitan — Dijo y se ruborizo al recordar sus comentarios sobre mi apariencia física.

—Gracias— Camine a la sala de emergencias y en cuanto cruce el umbral un aroma fuerte a sangre me golpeo como no había pasado en años, sentí como el color de mis ojos cambiaba y como el veneno escurría por mis colmillos.

—Aquí tiene Doctor— Dijo la enferma y me dio el historial del paciente. No podía ni abrirlo, temía conocer el nombre de esta persona temía que La tua cantante se presentara ante mí, no podría imaginarme o siquiera soportar la idea de que alguien más me resultara atrayente aun no estaba listo para dejarla ir, para olvidarla.

—Por aquí— Dijo y la seguí despacio acercándome a cada paso al efluvio de la persona que estaba en la sala. Me puse el estetoscopio y sujete con fuerza el expediente. Respire profundamente y abrí la cortina azul.

—Buenas noches— Salude y vi a un pequeño niño moreno acostado en la camilla.

—Doctor— Saludo una morena, su pensamiento inicial fue de sorpresa al ver mi rostro pero la preocupación por el pequeño sobrepaso el asombro. No debía tener más de diecisiete años y tenía en brazos a un niño pequeño que no dejaba de moverse.

—¿Qué es lo que paso?— Pregunte

—Se cayó de la litera superior, creo que se rompió la muñeca— Respondió preocupada.

—Joven —Dije al niño que tenia la mano escondida— permítame ver su mano.

Mientras revisaba al paciente pude notar que el olor dulce no provenía de la muchacha sino de los niños, me sentí horrorizado al pensar que me sentía atraído por la sangre de dos pequeños hermanos.

—Soy su niñera —Explico la muchacha como respuesta a mi escrutinio— sus padres salieron de la ciudad pero ya les llame, espero que no tarden en llegar.

—Creo que está rota —Dije y llame a la enfermera— tomaremos una radiografía para estar seguros.

—Joven usted necesitara una férula — Le dije al niño al tener las radiografías en la mano vi que el niño buscaba a su niñera en la habitación y me imagine que había salido a esperar a los padres para los que trabajaba.

Intente explicarle al pequeño lo que era una férula y para que servía mientras la ajustaba a su mano.

—Doctor, ¿Qué es lo que tiene?— Pregunto una voz detrás de mí, una voz que conocía muy bien.

—Una fractura en la muñeca, con una férula estará bien en poco tiempo— Me gire sobre los talones para encontrarme frente a una preocupada madre. Una preocupada y bella mujer que llevaba años intentando olvidar. Comencé a caminar, una enfermera podía darlo de alta, mis pies se detuvieron la curiosidad era mayor que la cobardía y aun así sentía que algo dentro de mi no quería saber.

—Este joven es… ¿Tuyo?

—Edward, el es Jacob— Dijo y sonrió, el tiempo había dejado tras de sí unas arrugas minúsculas en los ojos de Bella que la hacían ver más hermosa.

—Oh Edward muchas gracias— Dijo y me sujeto del brazo, el tacto con sus manos suaves me hicieron recordar cosas que había prometido olvidar.

—¿Y este pequeño también?

—Sí, también.

—Debí suponerlo— Dije y le di un caramelo de colores a Jacob… Jacob hijo— Creo que eso es todo firmare algunos papeles y podrán irse a casa.

No podía esperar para salir de la habitación e irme, renunciar a mi trabajo en el Hospital General de Seatle e irme lejos muy, muy lejos sin mirar atrás. El pequeñín se rio y estiro sus manitas hasta alcanzar el estetoscopio de mi cuello. Sus ojos chocolate se detuvieron en los míos y sonrió.

—Parece que le agradas— Dijo Bella y me lo dio para que lo cargara. El bebe reía y balbuceaba no pude evitar sonreír.

—¿Dónde está papá?—Pregunto Jacob hijo.

—En la sala de espera con tu prima— Respondió Bella, era tan raro verla actuando como una madre, tan hermosamente raro.

—Vamos, yo los acompaño— Dije sin soltar al niño, el calor que emitía su cuerpecito rechoncho me hacía sentir vivo y tener entre mis brazos al hijo del amor de mi vida hacia que mi corazón congelado en el tiempo latiera de nuevo.

—Mira papá tengo una férula— Le mostro el niño a su padre, a Jacob que seguía siendo el mismo Quileute fornido que era cuando muchacho solo que ahora era un adulto.

—Doctor Cullen— Dijo Jacob Black a modo de saludo.

—Señor Black— Dije y le di un apretón de manos, ambos usamos mas fuerza de la necesaria y el rio— Veo que ya conociste a Edward.

El bebe giro su cabeza al escuchar su nombre y le tendió los brazos a su padre.

—¿Edward?— Pregunte incrédulo.

—Edward Black —Dijo Bella orgullosamente—Vamos chicos ya es tarde, despídete del Dr. Cullen.

—Gracias Doctor Cullen— Agradeció el pequeño y comenzó a correr.

—Hasta luego Cullen —Se despidió Jacob e intento alcanzar a su hijo— No corras, el piso esta resbaloso.

—Veo que heredo tu falta de coordinación— Comente sin darme cuenta.

—No lo podría negar aunque quisiera —Dijo y me sujeto del brazo, ambos miramos a su familia entrar al auto donde esperaba la nana, su sobrina.

—Recuerdo a una muchacha de Forks que tenía una colección de férulas, espero que no sea tan torpe— Bromee, no pude no reírme de la cara de enojo fingido que tenia Bella— Tu familia es hermosa.

Sentía como los celos y la tristeza se abría paso desde mi interior "Por favor no ahora" pedí.

—Y tú eres parte de ella, todos los Cullen lo son—Dijo y sonrió.

—Gracias Bella pero yo no puedo…

—Planeaba decírselo esta noche pero serás el primero en saber— Dijo interrumpiéndome— Tómalo como un regalo de agradecimiento.

—Bueno, gracias por mi regalo— No tenía idea de que podría ser, espere a que me dijera. Vi como sonrió y tomo una gran bocanada de aire. Sujeto mi mano fría con la suya tan cálida y suave y la llevo a su vientre.

—Si es niña la llamaremos Renesme.


Hola de nuevo..!

No, la dramática despedida del capítulo anterior no era la definitiva y ciertamente tampoco la de este capítulo, eh les comente que su sorpresa se dividió en dos?

Para ir a la siguiente parte de su sorpresa hagan clic aquí..! (nO aquí no)

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(ya saben le quitan los espacios)