Disclaimer: nada es mío todo es de Meyer, para mi desgracia y envidia lol

Mil gracias por los reviews, los adoro, tanto los anónimos como los firmados.

Capitulo 6

Noche de compromiso



--Tranquilo, Edward, solo estoy apreciando la belleza de tu prometida. Además creo que tienes problemas mayores ahora mismo.—su sonrisa se hizo más ancha.

--De qué diablos hablas?—le pregunte antes de sentir que alguien tocaba mi hombro.

--Edward, creo que deberías ir por Bella—me dijo Jasper con voz contenida

Cuando me voltee mis ojos casi se salen de sus orbitas, que diablos hace Tanya hablando con mi ángel. Si ella le ha dicho algo, o si le ha hecho algo a mi Isabella, no quería ni pensarlo; debía mantenerme con la sangre fría por el momento.

--Si, se supone que no debía venir al baile, pero no pude evitar la tentación—escuche que Tanya le decía a mi ángel, con su falsa voz.

Tome a mi ángel por la cintura y la acerque a mí. Mire ceñudo a Tanya por encima de la cabeza de Bella, para que ella no se diera cuenta.

--Edward! Me asustaste—dijo mi ángel llevándose una mano al pecho.

--Lo siento Bella, no fue mi intención—le dije aun lanzándole dagas a Tanya con mis ojos.

--No hay problema, Edward. Mira ella es Tanya, dice que se está quedando unos días en palacio, pero que nadie le aviso de la fiesta; parece que se irá mañana, le dije que se podía quedar en el baile y unos días más. Así tengo más compañía además de Alice, se que se llevaran muy bien; Tanya es muy dulce, no te importa verdad? – me dijo mi ángel levantando su cabeza para encontrar sus ojos con los míos. Trate de suavizar mi mirada, para que no se diera cuenta, pero aun tenia la mandíbula tensa.

--Ya conozco a Tanya. Bella podrías ir donde Alice y Jasper enseguida te alcanzo.—dije con voz tensa

--Hice algo? Estas molesto conmigo, no quise tomarme ninguna libertad, discúlpame si…--la corte. Ella era tan dulce que pensaba que me había enojado con ella. Mis ojos se suavizaron y le di una sonrisa.

--No has hecho nada, Bella. No te preocupes, ahora compláceme si?—le dije tomando su bello rostro en mis manos. Pude ver que la sonrisa de Tanya se transformaba en una mueca.

--Está bien.—me dijo y me dio una sonrisa pequeña—Hasta luego Tanya, espero que nos volvamos a encontrar.

--Claro su alteza, será un placer encontrarme con usted de nuevo—le dijo Tanya fingiendo alegría. En cuanto Bella estuviera lo suficientemente lejos para escuchar Tanya me tendría que explicar muchas cosas.

Cuando no pude ver a Bella, me voltee y tome a Tanya del brazo arrastrándola fuera de la sala.

--Que diablos fue eso Tanya—le gruñí en cuanto estuvimos sin testigos, aferrando mi mano en su brazo. – Te dije bien claro que no te quería cerca de Bella, ni de mi familia, te dije que te quedaras en tu habitación y recogieras tus cosas porque te ibas en la mañana. No me hagas echarte esta noche.

--Cariño, yo no hice nada, me dijiste que no me acercara ella y a tu familia; pero no me dijiste que no podía venir al baile. Además ella fue quien se me acerco, que querías que le hiciera un desplante a tu linda prometida?—me dijo ronroneando, esta mujer me tenía ya cansado, pensaba que era un idiota o que me dejaría enredar por sus palabras.

--Mira Tanya, no sé qué te traer entre manos, te conozco y se la clase de mujer de que eres. Te lo advierto una vez más no te acerques a Isabella, durante lo que queda de tu estadía, cuando salgas de palacio mañana en la mañana no volverás a poner un pie aquí. Te daré una cantidad de dinero por tus "servicios" para que te puedas mantener hasta que te enredes a alguien más.—le dije tenso, deseando terminar la conversación antes que mi ángel se empezara a preguntar dónde estaba.

--En verdad te vas a quedar sin desahogarte dos semanas, solo por no enojar a la niñata esa? Vamos cariño te apuesto a que es una frígida, nunca te complacerá como yo puedo. Toma mi oferta, mantenme fuera de palacio para que tu "Isabella" no se entere y venme a visitar en las noches.

--Tanya, te lo advierto no estoy de humor. Ya hablamos de esto y espero que haya sido lo suficientemente claro esta vez, retírate a tus habitaciones y prepara tu equipaje. Sales de palacio con las primeras luces, me encargare que Seth tenga un carruaje para que te lleve donde desees y te entregue el dinero que te prometí.—le dije y sin esperar a que me respondiera, le di la espalda y volví a la fiesta.

Pude ver a mi ángel, hablando con Alice y Jasper, Alice le tenía una mano agarrada, mi ángel negaba con la cabeza mientras se mordía el labio. En cuanto Alice me vio, me dio una mirada asesina. Mi ángel siguió la mirada de Alice, para verme caminar a pocos metros de ellas, mordió su labio con más fuerza.

--Edward, lamento haberme tomado libertades que no me corresponden, no sabía que Tanya era un huésped no deseado ella se mostró muy amable conmigo, no sabía… yo no quería…--dijo mirando fijamente al suelo.

Alice dejo escapar un bufido, mientras yo tomaba el rostro de mi ángel entre mis manos.

--No tienes por qué disculparte Bella, no ha pasado nada. Solo prométeme que te mantendrás alejada de Tanya si te la vuelves a cruzar, digamos que no es una compañía que te convenga—le dije acariciando sus mejillas con mis pulgares. Se sonrojo luego asintió con la cabeza.

Me estaba dando cuenta que cada vez que la miraba a los ojos, se sonrojaba. Eso me hacia tener esperanzas que de alguna manera aunque fuera inconsciente ella retornaba mis sentimientos. Escuche alguien aclararse la garganta, era Jasper.

--Edward, ya ha llegado el momento—me dijo

Yo asentí y tome de la mano a Bella llevándola conmigo a donde estaban las puertas para el salón del banquete y mis padres en el trono. La sentí apretar su agarre en mi mano, estaba nerviosa.

--Tranquila, Bella, todo está bien son solo las presentaciones oficiales que exige el protocolo.—le dije acariciando el dorso de su mano con uno de mis pulgares.

--Cual es la tradición?—demonios ese es el pedazo complicado.

--Er…Bueno, primero hay un banquete, luego el rey anuncia el compromiso, la pareja tiene su primer baile formal, luego salen al balcón que esta allá—le dije señalando las puertas que estaban cerradas a nuestra izquierda y comparten este… un tiempo a solas conociéndose… --creo que eso se lo debí haber dicho antes, pero con la aparición de Félix y de Tanya no tuve oportunidad. Ella se detuvo en seco y me miro con miedo.

--Co…conocerse? a que se refiere con conocerse? -- me dijo

Deje escapar un suspiro y me pase una mano por los cabellos. Mire hacia el trono donde ya estaban mis padres sentados en la mesa.

--Bella, te prometí que no te besaría en los labios, no tienes de que preocuparte, sé que es la tradición sellar el compromiso con un beso pero tu caso es algo especial, pasaremos un rato en el balcón pero nadie se debe enterar que no te bese. En Volterra somos celosos con las tradiciones, me entiendes?—ella asintió levemente—Ahora vamos que nos esperan.

Llegamos al salón comedor y nos colocamos en nuestros lugares. Jasper había encontrado una laguna en la tradición cuando se comprometió con Alice, pero no tuvo que usarla porque dice que en cuanto se encontró con su mirada, se enamoro de ella, pero conociendo mi situación me la conto en el camino a Forks. El banquete dio inicio con la acostumbrada formalidad.

--Fíjate lo que hacen Alice y mi madre, una de las tradiciones es que la esposa nunca debe dejar que la copa de su marido se seque. Ellas están pendientes de que sus copas siempre estén llenas—le dije en un susurro, ella empezó a observar todas las cosas que hacían las esposas de los nobles y me complacía que prestara atención. El banquete termino no sin que antes algunas de las damas le lanzaran miradas de celos a mi ángel y la de los caballeros era como si estuvieran apreciando un caballo que fueran a comprar, cada vez que pillaba a uno mirándola, les fruncía el ceño y ellos rápidamente miraban a otro lado. Sí, mi ángel es muy hermosa, pero esa belleza, está reservada únicamente para mí.

Volvimos a dirigirnos al salón de trono donde se llevaría a cabo el anuncio e iniciaría el baile. Conduje a mi ángel hasta el trono donde había dos lugares para nosotros. El silencio reino en la sala mientras mi padre se levantaba.

--Estamos reunidos esta hermosa noche para celebrar el compromiso de mi hijo Edward Anthony Cullen príncipe heredero de Volterra con la hermosa princesa Isabella Marie Swan de la casa de Forks.—dijo mi padre y mire a Bella quien tenía el rostro rojo y miraba al suelo.

Podía ver las caras de algunos nobles que no sabían que Bella era descendiente de los Swan, pero nadie se atrevió a emitir sonido alguno para no faltarle el respeto al rey.

La orquesta empezó a tocar dando inicio a la tradición del primer baile oficial. La tome de la mano y me acerque a su oído.

--Vamos es tiempo de nuestro primer baile oficial, no te preocupes no te dejare caer, recuerdas—le dije en un susurro cuando sentí que se puso nerviosa.

Llegamos a la mitad de salón, puse una de mis manos en su cintura y con la otra tome su pequeña mano. Ella puso su mano en mi hombro y podía sentir que estaba nerviosa porque temblaba levemente.

--Bella, mírame—le dije suavemente.

Sus chocolates ojos se encontraron con mis verdes, empecé a bailar con ella y a girarla por todo el salón, estábamos en una pequeña burbuja, no había nadie más en ese lugar que no fuéramos ella y yo. A medida que la música iba avanzando ella empezaba a sonreírme. Me alegraba que estuviera disfrutando de mi compañía. La pieza termino y las demás parejas se congregaron a la pista. Yo empecé a guiar a mi ángel hacia las puertas del balcón. Me sentía emocionado por lo que tenía planeado para sellar el compromiso. Una vez en el balcón las puertas se cerraron y las cortinas se corrieron dejándonos apartados del mundo.

--Edward…yo…no sé, estas tradiciones de ustedes y yo…--empezó a decir mi ángel. Yo la corte.

--Te dije que no tenias de que preocuparte, es cuanto a la tradición dice que se debe sellar el compromiso con besos, pero no aclara qué tipo de besos—le dije sonriendo y ella se sonrojo.

--A que te refieres con tipos de besos?—me dijo tratando de soltarme la mano. Yo no se lo permití.

--Este es un tipo de beso—le dije mientras me llevaba su mano a los labios y depositaba un beso en el dorso—Este también es un tipo de beso—le bese la muñeca—Este es otro tipo de beso—la acerque y le bese la frente—y este es otro, le bese las mejillas y la nariz—me estaba sintiendo algo extraño nunca me había sentido así, era una sensación que no sabía cómo explicar. Quería más—este es otro—le dije con voz ronca mientras llevaba mis labios a su cuello y dejaba un beso húmedo, la sentí jadear y aferrar sus manos a mis brazos, con eso no me pude contener y empecé a devorar su cuello, sintiendo como con cada beso que depositaba ella se relajaba echando su cabeza hacia atrás para darme mejor acceso, la escuchaba respirar pesadamente y la sentía vibrar contra mí, la tenía tan presionada contra mi cuerpo que podía sentir cada una de sus suaves curvas. Besaba su cuello, su clavícula, sus hombros, cada pequeño pedazo de piel que estaba expuesto por su vestido. Mis manos empezaron a vagar si darme cuenta acariciaba su cintura cubierta por la fina tela y fui subiendo hasta casi llegar a sus pechos. Ella se separo jadeando y con la cara roja como un campo de fresas.

--Edward, no creo que esto sea aceptable—dijo tratando de recuperar el aliento. –Comprendo que son sus tradiciones pero aun no estamos casados.—me dijo aun respirando pesadamente, totalmente roja y sin mirarme a los ojos.

Yo estaba realmente excitado necesitaba calmarme, no podía tomarla, bueno si podía, pero no debía, me dije una y otra vez. Pero su cuerpo había respondido a mis caricias, eso no me lo había imaginado.

--Lo siento, Bella. Me deje llevar—le dije y le tendí la mano. Ella dudo un poco aun así la tomo.—Te llevare a tu habitación para que descanses ha sido un día largo para ti.

Ella me sonrió aun sonrojada. Se veía adorable a la luz de la luna.

--Si, la verdad fue un largo día, que planes tienes para mi mañana?—me pregunto mientras caminábamos por los pasillos desiertos del palacio.

--Mañana, mi madre y Alice; te explicaran ciertas cosas de las tradiciones y de los códigos de comportamiento de las damas en Volterra. Además de otras cosas para prepararte para matrimonio.—como que los bebes no se hacen con besos, para que yo pueda probar esos dulces labios, pensé para mi sonriendo.

--Gracias, Edward—me dijo y se puso de puntillas para darme un beso en la mejilla.

Mi cuerpo reacciono por instinto y la estreche entre mis brazos, no quería dejarla escapar. Baje mis labios una vez más a su cuello y le di un beso. Al sentir que mi cuerpo volvía a reaccionar , me aleje de ella antes de que la hiciera entrar a su habitación y saciar mis ansias de su piel.

--Que duermas bien, Bella—le dije abriendo la puerta de su habitación para que entrara—mandare a buscar a Ángela para que te ayude a cambiarte. Me miro con preocupación, pero luego asintió y entro a su recamara.

Camine hacia uno de los guardias que estaban frente a mi cuarto y le pedí que buscaran a Ángela para que ayudara a mi ángel. Me recosté en mi cama, cerrando los ojos. Mi cuerpo aun estaba tenso, había sido una experiencia magnifica poder probar su piel, su olor era alucinante, la manera en que sentía su sangre bombear mientras mis labios devoraban cada centímetro de su piel, la manera en la que se sentía su cuerpo contra el mío, los latidos erráticos de su corazón, la manera en la que cedió sin pensar hasta que mi toque fue mucho. Maldición si no hubiera dejado mis manos vagar, probablemente hubiera podido disfrutar más de su piel. Demonios tenía que calmarme, tenerla tan cerca era una tentación para mí en el estado en el que me encontraba, no quería perder el control y escabullirme dentro de su habitación.

Estaba fantaseando con todas las cosas que podía hacerle a mi ángel una vez estuviéramos casados, cuando sentí una mano en mi entrepierna. Cerré los ojos fuertemente no podía ser.

--Isabella—dije sin pensar.

--Puedo ser quien tú quieras mi príncipe—me dijo una voz que pensé no escucharía otra vez.

--Que haces aquí Tanya—dije sentándome en la cama. Ella seguía masajeando mis partes nobles lo que me dificultaba pensar correctamente.

--Solo vine a despedirme de ti, cariño y te encuentro solito y necesitado. Se ve que la princesita te dejo sin desahogarte. Vamos Edward solo por esta noche me voy en pocas horas, deberías aprovechar mientras puedas, van a ser dos largas semanas, cariño—me dijo con una voz cargada de lujuria.

Mi mente se nublo y la tome por cuello para lanzarla en la cama, me recosté sobre ella y deje que mi boca se apoderara de la ella. Estaba perdido en el deseo hasta que escuche un jadeo y un golpe sordo.

Mire hacia dónde provino el ruido a tiempo para ver a mi ángel parada en la puerta de mi recamara con los ojos abiertos y un grueso libro a sus pies. Trate de levantarme pero tenía los brazos de Tanya en mi cuello. Bella se salió corriendo de mi cuarto.

--Parece que la pequeña princesita, pensaba darte una sorpresa—dijo Tanya riéndose.

La mire con desprecio y seguí a Bella. Cuando llegue a la puerta de mi habitación vi a los dos guardias con miradas preocupadas.

--Que demonios paso?—les gruñí a los dos. Nadie podía entrar a mi habitación sin mi consentimiento.

--Lo sentimos su majestad, la princesa nos dijo que usted la mando a buscar porque se sentía mal, no pensamos que estuviéramos haciendo algo mal—me dijo uno de los guardias con miedo en los ojos.

Maldición, maldición, maldición decía una y otra mientras me acercaba corriendo a la puerta de su habitación que diablos había pasado, no creía que Bella mentiría, mucho menos que se metería en mi habitación de noche, seria que no era tan inocente como parecía?, seria que Seth se había equivocado con sus averiguaciones sobre ella?. Estaba empezando a molestarme quería respuestas y las quería ahora. Les dije a los dos guardias de la puerta de su habitación que se fueran y no volvieran hasta que los llamara, no quería que nadie escuchara lo que fuera que fuera a pasar dentro de esas paredes. Entre sin tocar, la encontré en una esquina, abrazando a su sirvienta.

--Que demonios fuiste a hacer a mi cuarto—le gruñí, sabía que no tenía derecho a hacerlo, pero estaba molesto porque sabía que ahora todo para mi sería mucho más difícil entre nosotros. Ella había empezado a confiar en mí y ahora todo se había ido a la borda. Además necesitaba respuestas.

Ella no me respondió solo se separo de su sirvienta y me tiro una mirada asesina.

--Respóndeme Isabella—le dije tomándola por el brazo, ella empezó a halar su brazo para liberarse de mí, pero sin decirme una palabra, sus ojos eran fríos y duros. Su sirvienta se adelanto y trato que la soltara.

--Su alteza, suéltela, no es su culpa, yo me encontré con una chica cuando venía de regreso de las cocinas para ayudar a mi señorita y me pidió que le diera un recado a la princesa de parte suya, que por favor lo fuera a ver que usted estaba algo indispuesto. Le pedí a la princesa que no fuera, esa chica no se me hacía de confianza, su alteza usted disculpe ella no quiso interrumpirlo fue mi culpa, por favor suéltela—le dijo mientras tocaba a Bella para que dejara de forcejear conmigo.

--Que chica? Yo no mande a nadie a que te dijera nada que no fuera que vinieras a ayudar a la princesa—le gruñí a ella también, si me estaba mintiendo para proteger a su ama, la mandaría de regreso a Forks. Solté a Isabella y tome a la sirvienta por el brazo.

--Jessica, se llama Jessica—me dijo entrecortadamente, la solté de inmediato, todas las piezas cayeron en su sitio. Alice y Jasper me lo advirtieron, pero yo no quise hacerles caso.

Mire a Bella, quien había tomado a la sirvienta en sus brazos. No había notado que de sus ojos caían gruesas lágrimas. Me acerque un paso hacia ella, pero ella se ájelo dos llevándose a Ángela con ella. Me miro con desprecio, eso hizo que sintiera como si se me hubieran clavado alfileres bajo las uñas.

--Bella… yo…--ella me corto

--Isabella para usted, no se atreva a volverme a llamar Bella—me dijo con un tono que jamás la había escuchado usar.

No podía hablar con ella ahora, primero tenía que arreglar las cuentas con Tanya y su sirvienta.

--Volveré en 30 minutos Isabella. Necesitamos hablar—le dije dándome la vuelta para salir de su habitación. Ella no me respondió.

--Tráiganme a Jessica de inmediato y díganle a Seth que venga también—les dije a los guardias antes de entrar a mi cuarto.

Tanya estaba acostada en mi cama, sonriéndome.

--Problemas en el paraíso cariño? Que inoportuna tu prometida, pero podemos continuar donde fuimos interrumpidos.—Me dijo, eso hizo que mi sangre hirviera

--Eres una zorra—le gruñí mientras la sacaba halándola del brazo de mi cama.

Mi madre y mi padre me criaron para ser un caballero, pero en estos momentos quería apretar su cuello.

--De que hablas cariño, porque me tratas así?

--Lo sabes bien Tanya, todo lo planeaste, no te podías ir tranquila, tenias que clavar tus ponzoñosos dientes en mi Isabella.—le gruñí con toda la rabia que contenía.

Tocaron a la puerta Seth entro con Jesica; vi que Jessica y Tanya se miraron con ojos de miedo. Ya sabían que las había atrapado.

--Que le dijiste a la sirvienta de la princesa y por qué? Jessica te doy exactamente 30 segundos para que me respondas la verdad o te espera el calabozo—le dije apreciando el miedo que mostraban sus ojos.

--No se dé que me habla su alteza—me dijo mirando a Tanya quien sacudió la cabeza diciendo en silencio que se callara. Pero yo sabía bien como romper la confianza entre compañeros ya lo había hecho con los prisioneros que capturamos.

--Tienes 20 segundos Jessica, puedes salvar tu cuello o si lo prefieres mantente callada y vete al calabozo con Tanya—le dije encogiéndome de hombros—la verdad me da igual, ya sé lo que paso, solo quiero escucharlo de la fuente

--Yo…yo..No quería—me dijo con un susurro ahogado.

--Cállate!!!—le grito Tanya quien se deshizo de mi agarre y llevo sus manos a los hombros de Jessica para zarandearla.—No te atrevas, no hemos hecho nada, ninguna de las dos.

--Diez segundos, Jessica—le dije

--Fue ella, ella me pidió que le dijera a la criada que hiciera que la princesa vinera a su habitación y los encontrara en la cama, yo no quería—me dijo con lagrimas en los ojos, señalando a Tanya.

--Como te atreves a traicionarme estúpida—le dijo Tanya dándole de cachetadas.

--Te dije que no era buena idea, pero como siempre tenias que ir de perra vengativa—le dijo Jessica para mi asombro devolviéndole el golpe—te dije que lo dejaras por la paz, no es un empresario o un noble, es un príncipe. Si te metes con un príncipe te cortan la cabeza y yo quiero la mía atada a mi cuello—con esto la empujo.

Tanya tenía los ojos abiertos de par en par. Seth miraba silencioso el enfrentamiento esperando alguna señal mía.

--Te he dado de comer todos estos años maldita, debí dejar que murieras de hambre como tus padres—le escupió con rabia.

--Y tú me has tenido como tu criada, hermanita. Te he servido en todo lo que me has pedido te he ayudado a engatusar a todos tus amantes y luego tenía que limpiar el desastre que dejaban—le dijo iracunda, me quede en una pieza, no sabía que eran hermanas—Yo puedo hablar con la princesa, yo le puedo explicar—me dijo esperanzada.

Dejar que alguna de ellas hablara con mi ángel seria lo último que haría. Levante la ceja y con esto Seth se acerco y tomo a ambas mujeres. Ellas se sorprendieron.

--Seth, no quiero a ninguna de las dos en Volterra, si alguna vez vuelven a poner un pie en mi reino, pondré precio a sus cabezas.—les dije dándoles la espalda y pasándome la mano por el cabello.

--Edward, no puedes hacerme esto!!—Chillo Tanya—te he complacido en todos tus caprichos de cama, esa mojigata no te dará lo que yo te di—me dijo gritando. Maldición Isabella la podría escuchar.

--Sácala de aquí ahora, Seth—dije sin voltearme. Tenía tanta rabia que si la miraba, me olvidaría que ella era una mujer. Escuche los sollozos de Jessica y las quejas de Tanya. Por suerte las habitaciones de mis padres y mi hermana estaban alejadas de la mía. No se darían cuenta de este lamentable espectáculo.

Pero por otro lado, estaba seguro que Isabella, había escuchado con toda claridad las palabras de Tanya. Maldición, volví a pensar, mientras estrellaba un florero contra el piso. Qué demonios iba hacer, como diablos le iba a explicar las cosas para poderlas arreglar.

Camine pesadamente, hacia su habitación, recordé que no habían guardias porque les dije que se fueran. Tome una profunda respiración mientras estaba parado en la antesala de su habitación. Toque la puerta, pero no obtuve respuesta. La abrí lentamente, preparándome para la rabia que vi en esos ojos que siempre me parecieron tan cálidos. Pero no había nadie en la habitación, entre a paso presuroso, observando el vestido dejado en el suelo, el pánico se fue apoderando de mi cuando vi su alhajero volcado sobre el tocado, como si hubieran tomado lo que contenía con premura, abrí la puerta del baño, esperanzado de que se encontrara allí. Me maldije mentalmente por haber enviado lejos a los guardias, corrí hacia el pasillo.

--Toquen la alarma, la princesa ha desaparecido. Encuéntrenla ahora—les gruñí a los guardias que estaban en mi puerta. Mientras corría en dirección a las puertas del castillo.


Sorry no me maten, la verdad no sé como acabe con dos Bellas desaparecidas, bueno nunca se a donde va mi historia hasta que escribo un capitulo. En verdad trate de actualizar el fin de semana pero se me complico. Prometo actualizar este fin sin falta.

No sean malos y denle al botoncito del mismo color de los ojos de mi Edward lol