Epílogo.

Debido a que, según lo que le había indicado Gohan a Bulma, el famoso momento de la vuelta de la luna sería un espectáculo digno de ver, nadie le quitó de la cabeza que debía organizar una reunión, aunque con la segunda intención (muy escondida) de ayudar a los padres de la reencarnación de la diosa, que seguramente la extrañaban, y también a su propio hijo, que se comportaba bastante extraño desde que ella había muerto. Aunque no podía pedir otra cosa… todos la extrañaban.

Después de hablar con todos, Milk señaló que un mejor lugar para ver sería la montaña Paoz, ya que a diferencia que en la ciudad, las luces no interferirían en la visión. Por supuesto que Bulma aceptó encantada la propuesta.

Fue así que, durante el atardecer del esperado domingo, todos se reunieron en casa de Goku. La velada, en general, fue bastante tranquila y alegre, aunque todos miraban de reojo tanto a Krilin como a 18, que no participaban del todo de la conversación general. Pero definitivamente, el peor era Trunks, que estaba más aislado que Vegeta y Piccoro juntos, y miraba a todos enojados, como si los culpara a ellos que Marron hubiera muerto.

Fue, durante la cena, que Goku se las ingenió para quedar sentado al lado de Krilin, con la intención de conversar con él.

-¿Cómo han estado las cosas?- le preguntó, en un momento en que nadie les ponía atención.

-Mejor- contestó Krilin, suspirando –aunque no te puedo negar que ha sido muy difícil…

-Me imagino…- murmuró Goku, mirando a su hijo mayor –sólo he pensado una vez que uno de mis hijos ha muerto, ¿lo recuerdas? Por lo de Buu… y la verdad, jamás sentí nada igual… lo siento mucho, amigo… de haber sabido…

-Lo sé, Goku- lo interrumpió Krilin –pero no hay nada que nosotros podamos hacer. Fue su decisión, y aunque no nos guste… hay que aceptarla… aunque creo que nunca me acostumbraré a su falta.

-A todos nos pasará lo mismo…- Goku volvió sus ojos hacia Trunks, que estaba alejado de todo el grupo, y veía cómo Goten se acercaba a él.

-Hum… Trunks…- Goten, después de pensarlo un poco, decidió acercarse a él, un poco tímido -¿te sientes bien?- el chico Briefs lo quedó mirando, con el ceño fruncido -… ¿Trunks?

-¿Qué es lo que esperas, Goten?- le preguntó Trunks, como si de pronto perdiera la paciencia y encontrara con quien descargarse -¿qué vaya con los demás y haga como si nada hubiera pasado? ¿Qué me una a una fiesta que encuentro que es una estupidez?

-Marron quería que celebráramos- replicó Goten, su voz un tanto dolida por las palabras de Trunks –al menos nos servirá para honrar su memoria.

-¿Y de qué me sirve eso a mí, Goten?- gruñó Trunks de vuelta, mirando hacia el pasto. Sin querer Goten recordó los minutos que todos esperaban que finalmente terminaran con los Titanes, encerrándolos de nuevo –puedo honrar su memoria las veces que quiera, pero eso no hará que esté de vuelta con nosotros… ni siquiera Shen Long quiso devolverle su vida.

Hacía unos cuantos días, mejor dicho, el siguiente al que había ido a ver el templo en Delfos, Trunks sacó escondido el radar del dragón de las pertenencias de su madre, y emprendió un viaje solo en busca de las Esferas del Dragón. Le hubiera gustado que alguien lo acompañase, pero sabía que todos reprobarían su decisión, que por cierto, en esos momentos le sonaba como la mejor de las ideas.

Pero al parecer, el Dragón no estaba de acuerdo con él. Se negó a volver a la vida a Marron, simplemente porque no podía estar en contra de la decisión de los dioses. A esas alturas ya todos se habían dado cuenta que el Dragón había sido convocado, así que Goku, Vegeta y Piccoro fueron con él, y cuando trataron de pedirle explicaciones, Trunks estaba lo bastante malhumorado como para tener paciencia para responder. Simplemente se fue, dejándoles a ellos el encargo de "despachar a la lagartija gigante", como les había dicho.

-Trunks… quizás ya sea hora que lo empieces a aceptar de una vez- dijo Goten, y su amigo lo quedó mirando horrible –ella es una diosa, no está a nuestro alcance… por muy enamorado de ella que estés…

Esta vez el otro no replicó, simplemente volvió sus ojos al pasto. Goten lo quedó mirando con cierta lástima… siempre había sabido que ambos se atraían el uno al otro, y aunque eran los que más les echaba porras para que al fin se declararan, por como habían salido las cosas, no quería ni imaginarse cómo estaría su amigo si es que hubiera sido así.

-He hablado con Seiya, ¿sabes?- continuó Goten –él estaba enamorado de Saori, de Atenea- dijo –y nunca estuvo seguro de si ella sentía lo mismo por él, En fin, donde quiero llegar es que quizás ustedes se gustaban y todo eso, pero quizás no estaban destinados a estar juntos… ya sabes, ella es una diosa, y tú… bueno… un mortal.

-Hum…- Trunks quedó mirando unos momentos a su amigo, y luego hizo ojos al cielo –gracias, Goten, me siento mejor ahora…- dijo, con cierta ironía. Goten frunció el cejo -¿crees que eso que me estás diciendo logrará que me sienta mejor?

-Quizás no, pero al menos estoy viendo las posibilidades- replicó Goten –yo sabía que Marron te quería, ¿no has pensado que ella nunca hizo nada por estar contigo, porque sabía que ella era una diosa?- esta vez, Trunks se vio sorprendido por lo que su amigo le había dicho –tú estás sufriendo ahora Trunks, pero quizás ella también… piensa en eso…

Mientras los amigos conversaban, eran el centro de atención de casi todos los presentes, reunidos en grupos y conversando.

-Al menos lo que me tiene más tranquila, es que por fin ya se ve más tranquilo- decía Bulma a 18 y a Milk –después que decidiera sacar el radas del Dragón, pensé que tendría que poner a Vegeta a vigilarlo.

-No tomó para nada bien la muerte de Marron- dijo Milk, suspirando –aunque me imagino cómo se siente…

-Pero tú nunca te comportaste como él cuando Goku moría…- dijo Bulma, en parte extrañada por el comentario de Bulma. Milk sonrió levemente.

-No podía hacerlo, Bulma- dijo Milk, con un dejo de tristeza –tenía un hijo que debía cuidar… por él debía ser fuerte.

-Entiendo…

Pasaron sólo unas cuantas horas después del amanecer, cuando todos se dieron cuenta que algo estaba ocurriendo en el cielo. Las conversaciones callaron y muy pronto todos los presentes tenían la mirada arriba, sin saber muy bien qué esperar. Habían sentido, de pronto, tres ki muy poderosos unirse en un punto especial del cielo. Uno de ellos lo pudieron reconocer como el de Artemisa, y otro, Vegeta lo reconoció como el de Hécate.

-¿Pueden sentir ese poder?- murmuró Yamcha, sin quitar sus ojos del cielo.

-Son ellas, las tres diosas de la Luna- dijo Gohan, sonriendo levemente.

-¿Cuáles son esas?- le preguntó Milk.

-Selene y Hécate- dijo Gohan –la primera representa el lado visible de la luna, y Hécate el lado oscuro. Se supone que después, Selene legó sus poderes a Artemisa… aunque no me extrañaría que las estuviera ayudando a formarla nuevamente.

Trunks miraba enfurruñado la escena. Podía sentir a Artemisa actuando junto a dos presencias más, y eso hizo que se sintiera más malhumorado. Veía, desde su lugar, el juego de luces y energía que se formaban que hacía que ese fuera un espectáculo digno de verse, pero a pesar de ello, se sentía tan enojado con el mundo que no lo disfrutaba para nada. Fue así como vio que, después de haber reunido muchísima energía en un lugar específico, y posterior a una luz que cegó a todos, pudo verse en el cielo, por primera vez en años, la luna llena brillar con esplendor.

-Eso estuvo genial- sonrió Goku, animado -¿ustedes creen que si la volvemos a destruir, lo hagan otra vez?

-Yo no me arriesgaría a tener a tres diosas griegas enojadas detrás de mí, Goku- sonrió Piccoro –no te imaginas lo que son capaces de hacer.

-Fue realmente un gran espectáculo- sonrió Bulma, apagando su videograbadora –y lo tengo grabado.

-Bah, no fue nada más que un juego de luces- gruñó Vegeta, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado.

-Ah, papá- sonrió Bra –no puedes negar que estuvo realmente romántico- dijo ella, guiñándole un ojo a Goten, que rió con cierto nerviosismo, sobre todo cuando pudo sentir sobre él la mirada de Vegeta.

Todos estaban tan alegres conversando, que no se dieron cuenta que, de la luna, llegaba un rayo de luz a una zona cercana a donde estaban ellos. Sólo Trunks, que no había quitado su mirada del satélite natural, se dio cuenta de ello, y frunciendo el cejo, se puso de pie, dispuesto a ir a ver qué era.

-¿A dónde vas, Trunks?- le preguntó su madre cuando lo vio alejarse de ellos, pero él no contestó, concentrado en ir hacia donde fue a parar la luz, que en esos momentos ya había desaparecido.

Fue antes que llegara a ella que la vio, y no pudo hacer más que detenerse y mirarla impresionado.

Marron estaba en frente de él, luchando contra una rama de un árbol que tenía su pelo entre sus hojas. Estaba sentada en la hierba, tomando su pelo con sus manos, y con la misma ropa que la había visto en aquella fiesta, antes que todos se enteraran que era la reencarnación de una diosa.

Trunks no podía moverse siquiera, sólo la miraba con grandes ojos, tratando de adivinar si es que era o no una ilusión.

-Suéltame…- murmuraba Marron, notablemente molesta, a la vez que tiraba su cabello -… ¡qué me sueltes!

Antes que Trunks diera un paso hacia ella, pudo sentir que no estaba solo en el lugar. Los demás lo habían seguido, seguramente que curiosos sobre lo que pudiera hacer (y quizás, más de uno preocupado por eso mismo)

-¿Marron?

La voz temblorosa de Krilin hizo que todos terminaran de reaccionar, ya que se habían quedado mirando a la muchacha sin emitir siquiera un ruido. Ella los quedó mirando, frunciendo el cejo levemente.

-¿Me quieren decir cómo fue que llegué aquí?- les preguntó, rindiéndose por fin y dejando su cabello en las ramas del árbol -¿en dónde estamos? ¿No se suponía que iríamos a la Corporación Cápsula, papá?

-Ah…- Krilin estaba lo suficientemente sorprendido como para no poder contestarle, y al parecer, todos estaban igual, porque la miraban como si estuvieran viendo un espejismo o un fantasma. Fue eso mismo que terminó de enojar a la chica.

-¡¿Me quieren decir qué les pasa?- les gritó, perdiendo la paciencia -¿por qué me ven como si fuera un fantasma?- continuó -¿y alguien me quiere ayudar? No puedo soltar mi cabello de esas ramas, y ya me duele la cabeza…

Fue Goten el que se acercó a ella y, con paciencia, logró separar su cabello de las ramas, aunque lo hizo en completo silencio. Normalmente se hubiera burlado de ella, lo mismo Trunks y Bra… aunque ese no era un momento normal.

¿Qué estaba haciendo Marron ahí?

-Gracias, Goten- dijo la rubia –veo que eres el único que sigues teniendo modales…

El muchacho la ayudó, a la vez que todos la veían sin creerlo. Una vez que ambos se acercaron al grupo (Goten ayudándola, ya que Marron se notaba bastante mareada). Fue 18 quien se acercó a ellos, y sacando a Goten de un empujón, abrazó a su hija con fuerza, quien, por cierto, se notaba de lo más confundida.

-¿Qué haces, mamá?- le preguntó Marron, confusa y sin moverse. Definitivamente no estaba acostumbrada a esas muestras de cariños por parte de la Androide -… ¿mamá?

-No… no entiendo qué haces aquí…- le dijo 18, mirándola.

-La verdad es que yo tampoco, ¿no se suponía que iríamos a la Corporación Cápsula?- preguntó la chica, aún notándose de lo más extrañada -¿en dónde estamos?

-En montaña Paoz… Marron, ¿qué pasó con los demás?- preguntó Gohan.

-¿Quiénes?

-Los demás dioses…

-¿Dioses?- preguntó Marron, abriendo los ojos -¿y por qué tendría yo que saber sobre dioses? ¿No sería mejor que se lo preguntaran a Dende?

Todos la quedaron mirando con sorpresa. Al parecer, la chica no tenía recuerdos de lo que había con Artemisa, ni que ella misma era la reencarnación de la diosa.

-Creo que mejor vamos a la casa- dijo Milk, que sonreía feliz al ver que Marron había vuelto con ellos -¿les parece?

-Sí, por favor… y si tiene, ¿me puede dar algo para comer? Tengo mucha hambre…- dijo la rubia, caminando. Casi sin darse cuenta, Trunks llegó a su lado -¿qué? ¿Tú también vas a actuar como si me hubiera ido por meses?

-Claro que no- contestó Trunks, sobreponiéndose definitivamente a la sorpresa –no creas que te hubiera extrañado mucho de ser así…

-No me esperaba otra cosa de ti…- suspiró Marron, haciendo ojos al cielo.

-En fin… ¿qué harás mañana en la noche?- le preguntó Trunks, sin anestesia. Fue tal la sorpresa, que todos lo quedaron mirando.

-Eh… ¿quieres una cita?- le preguntó Marron.

-Tómalo como quieras…- Trunks se encogió de hombros -¿y, qué dices?

-Pásame a buscar a las siete a Kame House- sonrió Marron.

Todos iban entrando a la casa. Cuando Marron lo hacía también, volteó. Podía sentir, desde que había despertado, la mirada insistente de Piccoro sobre ella. Estando segura que nadie la observaba, lo quedó mirando. Piccoro también lo hacía, quizás tratando de encontrar respuestas, ya que definitivamente no se había quedado satisfecho con su repentino regreso.

Por toda respuesta, Marron le sonrió con picardía, y luego le guiñó un ojo, ingresando a la casa de los Son. Piccoro se quedó unos momentos quietos, tratando de digerir la información, y después sonrió también, entrando.

Podía engañar incluso a sus padres, pero él tenía dentro de sí a Kami-sama, y desde que había vuelto volver a la chica, sabía que ella continuaba siendo Artemisa, por mucho que lo intentara esconder.


Cuatro meses después.


Marron podía decir que todo estaba saliendo a pedir de boca. Desde que había regresado como una supuesta mortal, había comenzado una relación de noviazgo con Trunks (todos estaban encantados con eso), había vuelto a la escuela y a su vida normal… aunque bueno, con algunos agregados. También debía hacerse cargo de su templo mayor en Delfos y algunos menores en otros lugares, debía vigilar su culto y el de la Luna,y también, debía sacar la cara por la Diosa de la Caza frente a los demás dioses reencarnados.

La verdad era que nadie, excepto Piccoro, se había dado cuenta de la verdad, y por lo único que lo había hecho, era porque con él tenía a Kami-sama, lo que por supuesto le daba una percepción más alta de las demás cosas. Lo bueno, para ella, era que Piccoro mantuvo el secreto, al menos hasta que ella le dio una excusa decente.

"Todos estamos en la misma situación" le dijo Marron "Atenea, Apolo, Hades, Poseidón y yo ahora volvimos a la Tierra como si sólo fuéramos simples mortales. Decidimos eso porque queríamos tener una vida relativamente normal el tiempo que pudiéramos, al menos hasta que algo malo vuelva a pasar… No queremos dar explicaciones ni nada de eso, sólo queremos… vivir…"

Si lo convenció con eso, no estaba segura, pero al menos el Namek no había contado a nadie la verdad, ni siquiera a Gohan, y eso ya era mucho pedir.

Pero bueno, en esos momentos, estaba concentrada en algo "mucho" más importante… al menos para ella.

Lanzó los dados, y celebró cuando, al hacer avanzar su ficha (que era la imagen de una luna menguante), quedó en el espacio de "Corporación Cápsula"

-¡La compro!- exclamó, feliz. Los demás muchachos que estaban ahí reunidos hicieron gestos de desencanto -¿por qué esas caras? ¿Temen que los quiebre?

Los cuatro dioses restantes (entiéndase, Atenea, Apolo, Poseidón y Hades) la quedaron mirando picados, mientras que Míster Popo se las daba de banco y vendía la propiedad a Artemisa. Eso de que los cinco dioses Olímpicos buscaran terreno "neutral" para satisfacer sus sentimientos de competencia con sus hermanos hacía la vida de Dende y Míster Popo bastante más animada, ya que solían juntarse bastante seguido a competir.

Piccoro estaba con ellos, más que nada vigilando. Sabía de lo que ellos podían llegar a ser capaces de hacer por ganar una competencia, y la verdad no le interesaba tener a seres como las Furias, o Némesis metidas en el Templo Sagrado si es que las cosas comenzaban a salirse de control.

-Sigue así con el hijo de la dueña, y la Corporación Cápsula será tuya tanto en la vida real como en el juego...- le dijo con tono pícaro Kirano, Marron se largó a reír.

-Me toca- dijo Shun, y después de lanzar los dados, su ficha de casco quedó en la Fundación Graude, propiedad (en la vida real) de los Kido –lo compro…

-¡Oye, no! Esa la quería yo- dijo Saori.

-Yo también soy Kido, también me corresponde. Gracias- le dijo a Míster Popo, a la vez que recibía el título de la propiedad.

-Aún no entiendo cómo fue que aceptaste que jugaran acá- gruñó Piccoro a Dende, cuando sintió que se ponía a su lado.

-No se enoje, señor Piccoro, está bien que tengamos con ellos una alianza, o al menos contacto… además, Marron me lo pidió, no podía negarme…

Piccoro hizo ojos al cielo, dirigiéndose al borde de la plataforma.


Mientras, en la Capital del Oeste, Trunks estaba sentado en una de las mesas de la terraza, bebiendo un jugo. Goten y Bra, sentados con él, se dedicaban a coquetear, supuestamente sin que el otro se diera cuenta. Lo que por supuesto, no era así.

-Trunks- Bulma llegó con ellos, y miró a su hijo mayor con extrañeza -¿qué haces aquí? Pensé que saldrías con Marron, aprovechando que es fin de semana.

-Sí, yo también había pensado lo mismo- dijo el otro, suspirando –pero Marron tenía esa reunión con unos amigos, a la que nunca estoy invitado.

-¿No conoces a sus amigos?- preguntó esta vez extrañada. Trunks se encogió de hombros, bebiendo un poco más -¿es que no te molesta que te deje de lado?

-Antes sí- contestó Trunks, sonriendo un poco esta vez –hasta que me di cuenta que esa "reunión de amigos" no es otra cosa que una reunión mensual con los otros dioses para competir entre ellos. La verdad, la quiero mucho y todo eso, pero cuando se pone a discutir con Atenea, no hay quien la aguante…

-Ah, entonces las sospechas de papá son ciertas- sonrió Goten.

-Sí, el otro día la vi revivir a una planta- contestó Trunks –no le quise decir nada al respecto, pero ya vendrá el momento…

-¿Y qué estás esperando para hablarlo con ella?- le preguntó Bra.

-Sólo el momento propicio, nada más…


Ufff, por fin. No se imaginan todo lo que me costó terminar el fic, escribí más o menos cuatro finales y ninguno me dejaba satisfecha (me costó escribir eso de los "cuatro meses después"). Pero por fin, está hecho, y espero que les haya gustado.

Gracias a los que siguieron la historia, este final está dedicado a ustedes. Y saludos a Marby, Tomoky, 18 Girl, JhungYuki, Shaoran-Sagitario, por sus comentarios.