Disclaimer: Ninguno de los personajes de Naruto me pertenece. Éstos son exclusivamente de su creador, Masashi Kishimoto.
N/A: Bien, algo totalmente salido de la nada, tras leer una frase en el Mensaje Personal de un amigo. Hace mucho que no subía algo, aún estoy terminando de escribir capítulos para mis fics, pero aquí hay algo que ha salido de mi cabeza en un momento de ocio :3 Disfruten... lo que sea que es esto .__.
El Arte de la Persuasión
¿Yo? ¿Abusar del arte de la persuasión? Para nada.
Sin embargo, es algo evidente el porqué él dice que yo abuso de tan complejo arte. Ante los ojos masculinos, las mujeres somos expertas manipuladoras de las personas, persuasivas chicas que sólo de esa manera logran lo que se proponen.
¿Y de dónde han sacado semejante idea? Muy simple, es que nosotras siempre obtenemos lo que queremos.
No obstante, semejante idea es tan estúpida, que es evidente que los hombres realmente no comprenden a las mujeres. Uno no necesita trucos baratos para poder conseguir lo que desea, sólo se emplea el ingenio y se saca provecho a las cualidades que uno ya posee. Mas los hombres, una vez más han demostrado una inteligencia soberanamente inferior a la de nosotras, ya que éstos sólo piensan en artimañas que de algún modo poco probable les otorguen aquello que anhelan, mientras que nosotras no nos centramos en aquel plano, sino que simplemente analizamos nuestras propias ventajas y les sacamos el mayor provecho.
Si sólo supieran que son tontos como puertas...
–Etto... ¿Temari? –me hago la de oídos sordos y sigo jugueteando con el pequeño abanico que tengo en mis manos–. Vamos Temari, deja de ignorarme –olvídalo, sé lo que tratas de hacer y no va a funcionar. Te oigo bufar–. Que problemática...
A pesar de que acaba de pronunciar aquella palabrita que ya me tiene harta de tanto escucharla en el día, mantengo mi ley del hielo. Nada va a hacerme cambiar de opinión, o, mejor dicho, casi nada.
–Mujer problemática –murmura entre dientes antes de suspirar. Por supuesto, ya sé lo que viene–. Está bien, iré a Suna aunque sea muy problemático, pero ya párale ¿bueno? –sonrió realizada, pero disfrazando mi gesto tras una sonrisa altanera.
Y ya sé lo que se están preguntando nuevamente: ¿Yo? ¿Abusar del arte de la persuasión? Para nada, créanme.