Sé que esto estaba en el perfil de Bronzehairedgirl620, pero ambas decidimos que sería mejor ponerlo en el de Stephanie, porque es su historia. Este es el original Cigarette Burns. Asegúrense de dejar un review.

Summary: Bella es una adicta local y Edward es un artista famoso. Conoce a Bella afuera de uno de sus shows de arte y termina llendóse a casa con él. BXE.

Disclaimer: Crepúsculo no me pertenece. Y esta historia es de la mágnifica Daddy's Little Cannibal. Yo sólo tengo el honor de traducirla (:

"Las drogas le han enseñado a una generación entera de chicos Americanos el sistema métrico."
-P.J O'Rourke

Cigarette Burns

"¡Aléjate de mí!" Le grité a Mike mientras cortaba los pedazos de coca.

"Déjame hacerlo." Mike se estiró para tomar la navaja en mi mano.

"Mueve tu mano una pulgada más y te rebanaré un dedo," Salté, mientras elevaba la navaja en el aire, avisándolo. Retiró su mano. "Además, la última vez que alguien más cortó la cocaína, no lo hizo bien y una piedrita se me atoró en la ventana de la nariz. Ahora cállate o sólo conseguirás mierda."

Volvió a sentarse en el sofá y encendió un cigarrillo. Mis manos temblaban con anticipación mientras continuaba cortando la coca. La coca, o cocaína, era mi droga de elección, todo lo demás era bueno, pero nada sabía tan dulce como el entumecimiento que consigues con la coca. El minuto en el que toca tus venas, es como un golpe de adrenalina, nada se siente como eso. Ni siquiera la metanfetamina puede encenderte de la manera en la que la coca lo hace.

Una pequeña pieza se cayó al lado de la mesa junto a mí. Luché contra la urgencia de lamerla, queriendo una probadita de lo que estaba a punto de venir. Miré a Mike; me miraba con ojos de halcón. Suspiré y la puse de vuelta con las demás, con mi navaja. "Joder," susurré para mi mientras comenzaba a cortar las líneas de nuevo. Una línea larga para él y otra para mí, ese era el trato, lo compartiríamos cincuenta, cincuenta.

"¡A la mierda!" Grité, aventando la navaja a la mesa cuando las líneas estuvieron bien derechas. "Mike, escoge tu línea, para que sepas que no te estafé."

Se arrastró hasta la mesa de centro y examinó las líneas. Mantuve un ojo en el mientras buscaba en mi bolsillo por un tampón. Estaba examinando su longitud mientras lo desenvolvía. "¡Apresúrate! No tengo todo el maldito día," Lo urgí.

Apuntó al que estaba más cerca de él. Asentí y saqué en tubo que empuja el algodón dentro de la vagina. Mis manos seguían temblando.

"¿Para qué es eso?" Preguntó. Lo miré, era la primera vez que inhalaba coca conmigo. Tenía mucho que aprender.

"Vas a usarlo para inhalar." Dije poniendo el tubo de plástico en su nariz. Él lo sacó y lo miró, asqueado. "No te preocupes, no lo he usado y no planeo hacerlo ahora que ha estado en tu nariz."

"¿Por qué no simplemente usamos dinero?" Preguntó aún mirando el insertador plástico del tampón.

"Uno. No tengo nada de dinero. Dos. Es más fácil porque pedazos de coca no se quedan atrapados como cuando usas billetes. Ahora inhala tu línea o de lo contrario la inhalaré por ti."

Suspiró antes de agacharse, con el final del tubo dentro de su nariz. Reí para mí; siempre era gracioso ver chicos con tampones metidos en su nariz mientras inhalaban coca.

Mike inhaló, podía ver la coca fluir del tubo hacia su nariz, se metió la línea en un solo intento. Sacó el tubo de su nariz y sorbió ruidosamente.

"Levanta tu cabeza." Le dije. Miré dentro de su nariz para asegurarme de que no hubiera nada en las ventanas, tenían la tendencia de esconderse entre los pelos de la nariz de la gente. Me incliné sobre la mesa y puse mis dedos en el puente de su nariz. "Cuando presione hacia arriba quiero que sorbas fuerte." Asintió. Presioné y el comenzó a sorber, podía ver su cuerpo sacudirse mientras sus ojos se agrandaban.

"¡Joder!" Gritó.

Sonreí mientras retiraba mis dedos de su nariz. Lamí mi dedo y lo pasé por la línea que acababa de inhalar, tomando pequeñas piezas de coca. Me miró. "Abre tu boca." Lo hizo y puse mi dedo en su boca, moviéndolo por sus encías y lengua. Sacudió su cabeza hacia atrás. Mike no era nuevo con esto de la coca; simplemente nunca lo había hecho bien. Yo aprendí del mejor, así que sabía lo que hacía.

"¿Dónde aprendiste todo eso?" Preguntó, temblando por el ataque de adrenalina.

Sonreí. "Años de práctica." Dije mientras me inclinaba sobre mi línea, mi tampón estaba en el lado derecho de mi nariz, presioné el lado izquierdo y comencé a sorber fuerte, la coca fluyó dentro de mi nariz y mi cuerpo se sacudió por el contacto. Terminé la línea y tiré mi cabeza hacia atrás, sorbiendo fuertemente. Presioné hacia arriba el puente de mi nariz y sorbí de nuevo. Mis hombros temblaron cuando la coca invadió mi sangre como un riachuelo. Pasé mi dedo por la mesa donde mi línea había estado y lo metí dentro de mi boca. El entumecimiento me golpeó instantáneamente. Mordí mi lengua y miré a Mike. "Joder, amo la coca."

Rió y me uní a él.

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"Fabuloso Edward, fabuloso." El Profesor Higgins me felicitó, de nuevo. Palmeó mi hombro. "¿De dónde sacas tu inspiración?"

Me encogí de hombros y miré la pintura de nuevo. No era una de mis favoritas; de hecho era mi menos favorita. Si pudiera decidir, la quemaría en la hoguera. Era simplemente la pintura del hotel en el que estaba quedándome, no había nada único o significativo en ella, pero personas alrededor de todo el mundo estaban pagando millones de dólares para colgarla en su sala. Estaba pensando en poner dinero en ella solo para quemarlo.

"Gracias, Profesor Higgins." Le sonreí, dándome cuenta de que una encogida de hombros era algo grosero. "Muchas cosas me inspiran; no es justo sólo destacar una." Rió y palmeó mi hombro de nuevo, antes de tomar dos vasos de champan, alargándome una a mí.

"Ese es mi chico." Sonrió, golpeando su vaso contra el mío y tomando un gran sorbo. Seguí su movimiento, manteniendo mis labios cerrados, no era un bebedor, el sabor del alcohol me enfermaba, pero pretendía beber el licor carbonatado para complacer a uno de mis clientes preferidos. "Carlisle, tú tienes a un chico especial en tus manos," le gritó a mi padre adoptivo cuando terminó. Miré alrededor para ver a Carlisle envolver su brazo a mi alrededor.

"Lo sé," Carlisle sonrió, dándome un apretado abrazo. Le sonreí también, antes de excusarme educadamente de su compañía. Dejé el vaso de champan en una mesa y me moví a través de la multitud. Sonriendo y agradeciendo a invitados al azar, por venir. Salí por la puerta principal cuando estuve seguro de que nadie estaba prestando atención. Necesitaba un poco de aire fresco.

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Me paré fuera del estudio de arte, con una pequeña sonrisa en mis labios. Mike me echó de su apartamento. Su novia vendría pronto. Ella no sabía sobre las drogas, así que no tenía permitido estar ahí cuando ella estaba cerca. Solía molestarme, pero ya no lo hace. Nadie quiere a un adicto a las drogas, mentimos, robamos, engañamos-lo que sea para arreglarnos. Mucha gente piensa que somos estúpidos, no somos estúpidos, sabemos lo que estamos haciendo, y tomamos ventaja de cualquiera que podamos, ese es nuestro trabajo. No estoy orgullosa de lo que soy. Antes de que comenzara a drogarme, tenía familia, amigos y un lugar donde quedarme. Pero todo eso se fue la primera vez que fumé meta.

La coca se me estaba bajando. Eso siempre me hacía sentir como mierda. Pasé mi mano a través de mi cabello. El único problema con la coca es que nunca dura lo suficiente. Tienes el mejor viaje de tu vida, y en menos de una hora estás bajando de ella más rápido que un avión en 9-11.

La puerta se abrió. Salté y miré a quien estaba saliendo. Un alto hombre de cabello broncíneo salió de ella, me sonrió antes de mirar al piso. Le sonreí de vuelta y me sonrojé mientras buscaba un cigarrillo en mi bolsillo, tratando de distraerme. Saqué un Camel Frost y estaba a punto de encenderlo cuando me di cuenta de que mi encendedor estaba en casa de Mike. Maldije suavemente para mí, antes de girarme hacia el hombre que estaba pasando a mi lado.

"¿De casualidad no tendrías un encendedor?" Pregunté.

Paró en medio paso y me miró. "Sabes que fumar es malo para ti, ¿cierto?"

Rodé los ojos; no me molesté en responderle con un comentario. Siempre hay un buen ciudadano que se atiene a las leyes y tiene que poner sus dos céntimos en tu vida. Sacudí mi cabeza y caminé, alejándome de ahí.

"Espera." Me llamó.

Me giré para verlo sacar un encendedor; era uno de esos encendedores que consigues en Spencers, de los que pueden usarse más de una vez mientras tengas fluido. Le sonreí mientras encendía mi cigarrillo por mí; succioné, dejando la nicotina llenar mis pulmones.

Alejé el cigarrillo de la flama y lo saqué de mi boca, dejando que el humo entrara en mis pulmones. Mi cuerpo comenzó a relajarse. "Gracias," Continué sonriendo. Me incliné contra la pared; él siguió mi movimiento quedando a mi lado. Lo miré por el rabillo del ojo. "¿Por qué llevas un encendedor si no fumas?" Pregunté. No era una gran fan de los silencios incómodos.

Se encogió de hombros. "En caso de que alguien pida uno. Puedes conocer mucha gente interesante de ese modo." Me envió una mirada. Rodé los ojos mientras sacudía mi cabeza.

"¿Siempre das el sermón de 'sabes que es malo para ti' antes de darle el encendedor a alguien?" Pregunté, dándole otra calada al cigarrillo.

Se encogió de hombros. "Depende de la persona."

"Supongo que soy afortunada." Murmuré mientras dejaba salir el humo.

"¿Sabes qué es irónico?" Preguntó, mirando la calle frente a mí. Sonreía para él, y sacudí mi cabeza. "Vine aquí a tomar aire fresco," rió mientras me miraba de nuevo.

Reí junto con él. No era tan gracioso y si alguna otra persona me hubiera dicho eso, hubiera respondido con algo inteligente, pero en verdad era muy lindo. "Buena." Murmuré. Rió antes de deslizarse al piso. Hice lo mismo, estirando mis piernas frente a mí. "Así que, ¿eres un gran fan del arte?" Decidí alargar nuestra conversación. Se encogió de hombros. "Te gusta mucho encogerte de hombros, ¿cierto?"

Se ruborizó. "Hábito, nunca hablé mucho durante la secundaria, así que me encogía mucho de hombros. Trato de no hacerlo mucho, porque es grosero, pero es difícil romper un hábito a veces."

Asentí, mirando mi cigarro. Podía entender eso de que fuera difícil romper un mal hábito.

"Además, puedes decir mucho de una persona por cómo reaccionan a un encogecimiento de hombros."

Reí. "¿Cómo? Has atrapado mi interés."

"Cómo, tomándote a ti, por ejemplo. No tomas un encogecimiento de hombros por respuesta, eso significa que eres fuerte y determinada. La gente que sí toma encogecimientos de hombros por respuesta, normalmente lo dejan así y se dejan llevar por la corriente," Explicó y sonreí ligeramente para mí misma

"De hecho eso fue un poco ingenioso," Asentí. "Pero nunca respondiste mi pregunta."

Rió. "Sí, me gusta el arte."

"¿Ves? ¿Era tan difícil?" Bromeé. "Todo eso para un enunciado de cinco letras."

Rodó sus ojos. Terminé el resto de mi cigarrillo antes de ponerme de pie. Se puso de pie poco después de que yo lo hice. Parada a su lado me sentía como un pitufo. Medía por lo menos 1.82 m. "¿Eres fan del arte?" Preguntó, limpiando la basura imaginaria de sus pantalones negros.

Me encogí de hombros, dándome cuenta de lo que había hecho, y ambos reímos. "Soy una gran fan del arte; simplemente apesto dibujando. Un mono no entrenada podría dibujar mejor que yo."

Sonrió. "¿Te gustaría unirte a mí, entonces?"

Lo miré con ojos estrechos. "Ésta no será una de esas veces cuando me despierto desnuda en la mañana atada a tu cama, ¿o sí? Pregunté.

Sacudió su cabeza.

"¿Puede serlo?" Bromeé, sonriendo.

Rió mientras me dirigía hacia el estudio de arte. Era el tipo de persona que confiaba en todo la gente que conocía. Cuando era pequeña, casi me subo a un carro con un grupo de hombres extraños porque me dijeron que estaban buscando a su perro perdido. Estaban a punto de irse, cuando un oficial de policía me alejó de ellos y me preguntó si los conocía. Sacudí mi cabeza y comencé a llorar, pensando que era yo la que estaba en problemas.

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"¿Qué hay de ésta?" Le pregunté. Era la mujer más interesante que había cruzado esta tierra. La miré mientras sus cejas se juntaban, apretó sus labios. Sus expresiones faciales eran adorables.

"Es sólo la pintura de un cuarto de hotel. ¿Qué es lo genial acerca de ello? Puedo ver una copia de algo como esto en cualquier baño elegante." Se giró hacía mi, mientras hablaba.

La mayoría de los artistas estarían ofendidos por sus observaciones, pero yo creía que eran asombrosamente únicas. Reí cuando miraba alrededor de la habitación a las otras pinturas. Tenía que coincidir con ella, esta no era una de mis pinturas favoritas tampoco.

"Amo tus opiniones," Dije, mientras la miraba de nuevo.

Sonrió y se giró hacia mí. Tenía unos hermosos ojos café. "Gracias, la mayoría de la gente piensa que son tontos e incultos."

Sacudí mi cabeza. "Tontos, tal vez, pero definitivamente no son incultos."

Volvió a mirar las pinturas. Mantuvo sus manos detrás de su espalda. Me recordó a una niña de cinco años de visita en un museo de arte. Luché contra la urgencia de tomar su mano para que pudiera tener un compañero. Miré alrededor del estudio, Emmett, mi hermano adoptivo estaba guiñándome un ojo, levantando su vaso de champan en el aire. Rodé mis ojos y sacudí la cabeza. Se rió, cosa que, podía jurar hizo el candelabro temblar.

Se giró hacía mi. "¿Acaba de guiñarte un ojo?"

Asentí. Sus ojos se abrieron de la sorpresa, y el reconocimiento me golpeó. "¡No es así!" Añadí rápidamente.

Soltó unas guitarras. "Claro que no." Su voz estaba llena de sarcasmo.

"No lo es," Dije de nuevo, sintiéndome avergonzado. "Es mi hermano adoptivo, quien tiene una imaginación que le gusta correr con él" Le dediqué una mirada enfadada, rió de nuevo.

Sonrió y sacudió su cabeza. "Tu estilo de vida personal es eso, tuya."

Rodé mis ojos. Estaba burlándose de mí. Paró frente a una pintura, con ojos bien abiertos. Sonreí, esa era una de mis favoritas. Mantuvo sus manos detrás de su espalda mientras la admiraba. Me incliné cerca de ella. "¿Te gusta?" Susurré, estaba asustado de asustarla si hablaba muy alto.

Asintió. "Es hermosa," miró la pintura boquiabierta.

"Es una pintura de mi madre, antes de que muriera. Es una de mis favoritas." Se giró tan rápido que casi me tira. Sus ojos seguían abiertos con asombro.

"¿Tu madre?" Preguntó.

Asentí.

"¿Eres Edward Cullen?" Casi gritó.

Asentí. "El mismo," Sonreí malignamente.

Su rostro se volvió rojo y su mandíbula cayó. "¡Tienes que estar jugando!"

Reí. "Ahora que sabes quién soy, ¿quién eres tú?" Pregunté. Había olvidado preguntar su nombre antes, y me lo había preguntado por toda la noche. Sentía que este era el tiempo perfecto para preguntar, para que no tuviera que llamarla 'esa chica'.

"Bella, Bella Swan." Alargó su mano.

Sonreí y la estreché. "Gusto en conocerte, Bella Swan."

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Pasé la noche con Edward Cullen. Una parte de mí pensaba que estaba teniendo un flashback ácido. La otra parte no le importaba una mierda que fuera Edward Cullen. Era un niño prodigio, para decir menos. No sé la historia de su vida. Sólo sabía que era bien conocido y podía tocar el piano tan bien como podía pintar.

La gente nos miraba, pero la mayoría de ellos guardaban su distancia. Sabía que probablemente no querían hablarme. No me veía muy bien hoy. Mi cabello estaba sucio, mi ropa olía gracioso, y tenía cardenales corriendo en el lado de mi cuello. Palabra de aviso, nunca llames a tu vendedor de drogas un mono fumador rajado. Parece que no les agrada mucho.

Me guió hacia afuera cuando todos evacuaban el edificio. Sacó su celular; miré el silver razor, envidia penetrando mis venas. "Se está haciendo tarde…" Arrastró.

Asentí, sabiendo que el tour terminaba aquí. "Gracias por el tour. Fue muy agradable conocerte."

Arrojé mi capucha sobre mi cabeza y comencé a caminar, no queriendo gastar más tiempo. "¡Espera!" Me llamó.

Me giré para mirarlo. "¿Sí?" Pregunté, asustada de que se hubiera dado cuenta de que robé su encendedor de su bolsillo cuando no estaba mirando.

"Es peligroso caminar por aquí sola. ¿Quieres que te lleve?" Preguntó.

Suspiré aliviada. No quería devolverle su encendedor, era demasiado genial.

Sacudí mi cabeza. "No gracias, no estoy segura de donde voy a pasar la noche, de todos modos." Cómo dije antes, no éramos estúpidos. Sabíamos cómo actuar para dar lástima. Lo tenía envuelto alrededor de mi dedo, ahora todo lo que tenía que hacer era tomar el cebo y tendría un lugar donde quedarme para pasar la noche. Aunque no estaba segura de cuáles serían las consecuencias. La gente no es tan generosa estos días.

Comencé a girarme cuando me gritó que parara; sonreí a mi misma antes de mirarlo, de nuevo. Suspiró. "¿Quieres quedarte conmigo esta noche?" Preguntó.

Asentí lentamente; años de práctica me habían hecho la reina en este juego. "Si está bien contigo…" Arrastré.

"No es un problema." Sonrió. Mi corazón saltó hasta mi garganta. No bote de basura con fuego para mí hoy, y aún tenía una línea de coca que le robé a Mike en mi brasier. La noche estaba mejorando.

End Chapter.

Recuerden que nuestra familia lee los reviews, así que manténganlos limpios. :)

Jo

Por cierto: Si son parte de Twilighted . net, vayan a la sección de "all human." Cigarette Burns tiene su propio espacio.

N/T: Pues aquí está el original Cigarette Burns (: Es un HONOR poder traducirlo y la historia es completamente genial. Estoy teniendo muchísimo cuidado con la traducción, porqué quiero hacerle justicia y que sea perfecta. Actualizaré seguido, honrado a la memoria de Stephanie. Todos los capítulos ya están en inglés. En caso de que no lo sepan, Cigarette Burns significa: quemadas de cigarro. Un beso a todos y dejen un review (: