Olvidé mencionar que el nombre de la historia es la idea de Elianna Cullen, no mía.

Está comprobado, la traducción de 'A rite of passage' está completa gracias a Iovs Cullen. Léanla, se las recomiendo.

EPOV

Me había retrasado veinte minutos, estaba en las calles, corriendo a todo lo que podía. Alice me había dicho que Bella me necesitaba, que me fuera. La verdad es que supuse que quería que la viera. No quería ni imaginarme como lucía. Seguro que estaba más hermosa de lo normal.

Cuando giré para entrar al estacionamiento vi lleno de policías y una ambulancia. Salí del auto y caminé hacia ahí. Vi a Ángela sentada, llorando en una esquina. Me acerqué y puse una mano en su hombro. Al verme comenzó a llorar más fuerte. Me puse en cuclillas y la miré.

-Ángela, ¿Qué sucede? –dije suavemente.

-Lo siento tanto Edward, no lo vi entrar y…cuando volví…ella estaba…estaba, -no pudo terminar pero algo me decía que Bella no estaba bien. Me puse de pie y comencé a buscarla con la mirada. No estaba por ninguna parte. Vi a Charlie y me acerqué. Su estado era una mezcla de enojo y tristeza.

-Charlie, ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Bella? –dije ansiosamente.

-La llevan al hospital, -dijo enterrando la cara en sus manos. –Ella fue…violada. Ángela llegó y la encontró en el cuarto de limpieza, estaba desnuda y desmayada. La golpearon, tiene…su cara, -comenzó a sollozar. No lo podía creer. Corrí a mi auto y fui detrás de la ambulancia. Bella, no, no mi Bella. Era lo único que podía pensar. Llegamos al hospital y bajé corriendo. Pude verla, estaba envuelta en una bata. Tenía una mejilla hinchada y estaba temblando. Me acerqué y tomé su mano. Se estremeció y abrió los ojos.

-Oh Edward, -logró decir.

-Shh, no hables mi amor, todo va a estar bien. Estarás bien, -dije sonriendo tristemente. Comenzó a sollozar y mi corazón se partió. ¿Qué animal le haría esto a ella? La abracé y ella me respondió. Con cada movimiento hacía una mueca de dolor.

Vinieron los enfermeros y se la llevaron. Dijeron que tenían que hacer pruebas para enfermedades de transmisión sexual. Me quedé en la sala de espera durante dos horas. Charlie había venido pero por su trabajo se tuvo que ir de nuevo. Le prometí que le llamaría en cuanto supiera algo. Mis párpados se cerraban solos pero tenía que luchar, tenía que asegurarme de que Bella estaba bien. Alguien tomó mi hombro y me levanté. Mi padre estaba ahí, con su bata blanca.

-Papá ¿Cómo está Bella? –dije sacudiendo la cabeza para quitarme el sueño.

-Está un poco alterada y lastimada pero está bien. Solo espero que pueda sobreponerse de esto.

-¿Puedo verla? –dije rogándole con la mirada. Mi padre asintió y me guió a la habitación de Bella.

Cuando entré la vi mirando al vacío, tenía lágrimas en sus ojos. Lo único que deseaba en ese momento era matar al bastardo que le había hecho eso y también llevarme lejos su dolor. Me acerqué y ella me miró. Le sonreí y ella lo intentó pero no pudo.

-Hola, nena –dije sentándome a su lado en una silla. Tomé su mano y ella se aferró a ella.

-Hola

-¿Cómo te sientes? –era una pregunta estúpida pero no sabía qué más decir. Ella comenzó a sollozar y no sabía si acercarme. Podía sentirse amenazada y rechazarme, eso no podría soportarlo. Siguió y cada vez era más fuerte su llanto. No pude evitarlo y la abracé. Me recosté con ella en la cama y la pegué a mi pecho.

Me sentía tan culpable, si no hubiera llegado tarde tal vez hubiera podido evitarlo. Ella me abrazó y siguió llorando. Quería que se detuviera, no lo soportaba. En algún momento comencé a llorar con ella.

-Bella, lo siento tanto, si pudiera me llevaría lejos tu dolor. Pero no puedo, amor. Esto es mi culpa, no debí dejarte sola, -decía entre lágrimas. Bella levanto la mirada y la fijó en mis ojos.

-Nada de esto es tu culpa Edward, no te sientas culpable, -dijo tomando mi rostro en sus manos.

-Sí lo es, no puedo evitar pensar que si hubiera llegado temprano quizá esto no hubiera pasado, -tomé su rostro en mis manos y limpié sus lágrimas con mis pulgares. Enterró su cara en mi pecho y yo la abracé. -¿Quién fue? –susurré en su oído. La sentí estremecerse y la presioné más contra mi pecho. –Dímelo Bella.

-Prométeme que no harás nada, -dijo, como si eso fuera posible. Ni en un millón de años dejaría que un bastardo así se saliera con la suya.

-No puedo prometer algo que no voy a cumplir, tiene que pagar por lo que te hizo Bella.

-No tomes venganza por tu propia mano.

-Solo dilo, -le dije más como una orden.

-Mike, -susurró muy bajo. Casi estuve seguro de que no lo dijo.

-¿Mike? –sonó más como un gruñido. Ella asintió y me apretó con sus brazos.

-Por favor, no hagas nada. Deja que mi papá se encargue. Él puede meterlo en la cárcel.

-Tienes que estar bromeando, voy a matar a ese maldito hijo de p… -Bella me besó. Me separé suavemente y la miré a los ojos. –Por más convincente que un beso tuyo pueda ser, voy a matar a Mike a golpes, así sea yo quien termine en la cárcel.

-No, si vas a la cárcel que quedaré sola, te necesito conmigo. No te vayas, -volvió a esconder su rostro en mi pecho y me abrazó con fuerza.

-No me iré, por ahora. Pero él necesita pagar y yo lo haré arrepentirse de haber nacido, -Bella se estremeció. –Ya nena, no te preocupes, tú solo duerme.

Después de unos momentos de acariciar su cabello, escuché su acompasada respiración. Dejé que la ira me envolviera en ese momento. Por mi vida que ese idiota iba a pagar. Se suponía que era nuestro amigo. Mientras pensaba sentí que Bella comenzaba a moverse. L a miré pero seguía dormida.

-No… -comenzó a susurrar. –No, Mike. Por favor, -las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y aferraba mi camisa con fuerza entre sus dedos. -¡Edward! –estaba sollozando cada vez con más fuerza. La apreté contra mí.

-Calma Bella, aquí estoy, -susurré en su oído. Dejó de sollozar pero aun se aferraba a mí. Besé su frente y dejó de fruncir el ceño. Me alegraba enormemente que no me rechazara, mi corazón no podría soportarlo. Mike tendría que pagar.

Bella salió del hospital dos días después. Mike la había golpeado y la había tratado con tanta brutalidad que aun tenía dificultades para caminar. Su mejilla estaba mejor, pero aun tenía un horrible color verde. El día que salió Charlie se la llevó a su casa y yo iba detrás con mi carro. Se acomodó en su habitación y yo me estuve con ella hasta que se durmió. Bajé las escaleras y estaba dispuesto a irme pero Charlie me llamó. Fui a la sala y él estaba sentado en el sofá.

-Siéntate, -me dijo con tono precavido. Lo obedecí. –¿Bella ha…hablado contigo?

-Me dijo quién fue.

-¿Quién? –dijo Charlie, preparándose para cualquier cosa.

-Mike Newton, -dije el nombre como si fuera una grosería. Charlie suspiró y enterró la cara en sus manos.

-He tenido problemas con él últimamente, -quería contarle lo que había pasado, pero no podía sin revelar lo que Bella y yo habíamos hecho.

Me fui a mi casa sintiéndome pésimo. Quería arrancar esa situación de la vida de Bella. Lo único que me quedaba era matar al estúpido de Mike con mis propias manos, de esa forma vengaría lo que le había pasado a Bella.

Pasé una semana tratando de localizarlo, había huido como todo buen cobarde. Planeé todo con cuidado, sabía que necesitaba de la policía o haría algo de lo que me arrepentiría. Caminé por el callejón, esperando verlo aparecer. Ahí estaba, el muy maldito. Tomé mi teléfono y marqué.

-Charlie, lo encontré, está en Port Ángeles, en el callejón de la calle 14.

-Edward, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir. Vamos para allá, solo relájate. Prometo que Mike pagará pero no lo hagas tú. ¿De acuerdo? –colgué sin decir nada. Apagué el teléfono y caminé detrás de él, silenciosamente.

Llegamos a una calle sin salida y lo acorralé por fin. Mike me vio y primero se puso en guardia. Cuando me identificó quitó su postura de ataque.

-Cullen, ¿Qué quieres?

-Matarte, solo eso. Eres un imbécil, ¿Cómo te atreviste a dañar así a Bella? Era tu amiga.

-Sí, como has dicho. Era, pasado. Así como también es pasado el hecho de que la quería, yo la quise incluso antes que tú.

-Eso es porque estabas aquí antes, al igual que ella. Yo la quise en cuanto la vi, -dije con los ojos entrecerrados.

-Eso no me importa, lo que importa es que ella no me hizo caso ninguno de los años, pero llegas tú. Con tus autos caros y tu cara de niño bonito a robarle el corazón. Entonces sí que perdí toda esperanza, -dijo con tono irónico. -¿Sabes porque accedí a que fueras el primero? Porque creí que no la querías. Que si lo hacían y después la dejabas ella vendría conmigo. Pero resultó que sí la querías y que decidieron estar juntos. Entonces sí que me molesté. Cuando la vi sola supe que era mi oportunidad, así que simplemente la tomé, -se encogió de hombros y mi ira aumentó. Tomé fuerza y lo golpeé en la cara. Se hizo para atrás y tapó su boca.

-Eres un malnacido Newton, me encargaré de que te refundas en la cárcel. Ahora todos saben lo que le hiciste a Bella, no serás muy bien recibido en Forks. -Él se rió y limpió su sangre.

-Respóndeme algo Cullen. ¿Qué es lo que más te molesta, el hecho de que no fuiste la única en tocarla o el que ella lo disfrutara? Porque lo disfrutó de verdad, oh sí, gritaba como la perra que es, -eso fue todo, mi mente dejó de funcionar y lo ataqué. Se cayó y me puse sobre él para golpearlo en el rostro. No había nada más que quisiera hacer más que matarlo. Logró propinarme unos golpes, en el labio, en la mejilla. Pero nada comparado con lo que yo le ocasioné.

De pronto sentí que me tomaban de los brazos. Miré alrededor y estaba lleno de policías y patrullas. Charlie me miraba algo asustado.

-Basta Edward, lo tenemos, -dijo jalando mi brazo. Tomé aire profundamente y me alejé de Mike. Tenía razón. –Bella está preocupada por ti, deberías ir con ella.

Sabía que lo hacía solo para que me calmara, pero aun así tenía razón. Bella me necesitaba. Subí a mi auto y fui directamente a su casa. La luz de su habitación estaba encendida, vi su silueta y en cuanto me notó desapareció. Caminé en dirección a la entrada y antes de poder tocar ya estaba abierta y Bella estaba sobre mí, abrazándome.

-Me tenías tan preocupada, -dijo escondiendo su cara en mi cuello. La tomé por la cintura y la llevé a la casa.

-Lo siento Bella, él tenía que pagar, -me senté en una silla de su comedor y acaricié suavemente su espalda. Comenzó a sollozar y tomé su rostro. Negué con la cabeza. –No llores, no llores mi vida.

-No puedo evitarlo, me tenías tan asustada.

-No pasó nasa, mírame. Aquí estoy sano y salvo, -me miró a los ojos y asintió. Bajó su rostro suavemente y me besó. Respondí su beso y sentí que llevó sus manos a mi cabello.

Después el beso se tornó más profundo y bajó sus manos a las solapas de mi camisa. Comenzó a deshacer los botones. Tomé sus manos y me separé.

-¿Qué estás haciendo? –dije en un susurro.

-Quiero estar contigo, ¿Qué acaso tú no… -su mirada cambié a ser una de terror. –No me deseas ¿cierto? Ya no, ahora que estoy usada y maltratada.

-No digas tonterías Bella, -dije tomando su rostro. Pero ella no se calmó. Se puso de pie y se alejó. Corrió a su habitación y antes de que pudiera entrar y encerrarse la tomé por la cintura. La giré para que me mirara. –Te deseo, igual o más que antes. No me importa lo que haya pasado, no fue tu culpa.

-Entonces demuéstralo, -dijo con tono duro y los ojos llenos de lágrimas. La besé y la tomé en brazos. Cerré la puerta de detrás de nosotros y la llevé hasta la cama. Esto era un cuento de nunca acabar. Y sabía que nunca me iba a cansar.

A la mañana siguiente desperté con Bella en brazos, desnuda. Mientras mi mente volvía a funcionar, algo pasó por mi cabeza. Charlie. ¡Mierda! Si había venido anoche y me había visto, estaba muerto. Me moví sin despertar a Bella. Me vestí y salí por la ventana. No quería morir aun.

-No huyas, -dijo una voz de hombre. Tragué sonoramente y me giré. Charlie estaba frente al carro patrulla con su uniforme. –¿De verdad creías que siendo policía no me iba a enterar? –dijo con tono serio. Mi vista se fue automáticamente a su arma. ¿Cuánta oportunidad tendría de salir ileso? –No voy a matarte Edward, de ser así lo habría hecho hace dos meses, cuando te vi por primera vez. ¿Recuerdas? Ese día Bella no fue a la escuela, vino Jacob en la tarde. Tú subiste en la noche y te quedaste ahí hasta el amanecer, cuando oíste mi carro. Parece que habían estado ocupados como para darse cuenta que llegué antes, pero no podía soportarlo, sabía lo que estaban haciendo y solo me fui. No quería que tener que responderle a tus padres por tu muerte, -mi boca se abrió varias veces para decir algo pero mi cerebro aun no funcionaba.

-Yo la amo Charlie, desde la primera vez que la vi.

-Lo sé, y también sé que eres responsable y un buen chico. Solo quiero que ella esté bien. Ella sabe lo que hace.

-Yo la cuidaré, se lo prometo, -comencé a relajar un poco los tensos músculos. Al menos había dicho que no me iba a matar. Se acercó y me encogí, esperando el golpe en la cara. Pero en lugar de eso me abrazó. Yo no lo respondí sino unos segundos más tarde.

-Eso sí, trata de ser más precavido porque si un día los encuentro… en mi casa, no respondo la reacción que pueda tener, -asentí y así quedó sellado nuestro arreglo. Él no me mataría, yo no lo haría en su casa.

Después de eso todo se arregló, Bella logró salir adelante con ayuda y comprensión de todos. Mike fue metido en la cárcel y cuando los demás reos se dieron cuenta de lo que había hecho, le hicieron como quien dice lo mismo.

El tiempo pasó rápido y de pronto estaba en el altar, esperando a que Bella viniese a mí. La vi y el aliento se quedó en mi garganta. Caminaron juntos, Charlie y ella, hasta llegar a donde yo estaba. Me entregó su mano y me dio su mirada de 'cuídala bien o te mato'. Le sonreí y él me la devolvió.

Era el hombre más feliz del mundo. Y pensar que todo había empezado como un experimento.

Muchas gracias por sus reviews, favoritos, alertas, etc. Espero que les haya gustado este mini, mini fic jaja.