Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda
En este capítulo vemos qué sienten Luffy y Nami...
CAPITULO 1. Sentimientos descubiertos
¡Qué mal había dormido esa noche! Nami se paseaba por el camarote después de estar dando vueltas en la cama durante horas. Echaba de menos el compartir camarote. Desde que la arqueóloga se había liado con Zoro unas semanas atrás ya no dormía con ella, y Nami se sentía sola a pesar de estar rodeada por sus nakamas. Quizá un paseo por cubierta la relajaría para poder dormir.
Aún intentaba descubrir que había visto Robin en Zoro, si era la persona más desquiciante que había en el planeta. Pero lo cierto era que parecía que no podían estar separados más de cinco minutos. Al principio le resultaba muy raro ver al espadachín besar a su amiga, pero después de verlos durante dos días seguidos así ya le era de lo más normal. Y Robin parecía feliz.
Con el pijama a cuadros que llevaba en aquel momento salió afuera. A pesar de ser de noche, el tiempo era cálido. Subió a la cubierta más alta y vio que Luffy se encontraba allí, apoyado en la barandilla mirando el mar oscuro. Iba vestido con su chaleco rojo, los pantalones azules y su inseparable sombrero de paja… parecía que aún no se había ido al camarote a dormir.
- Luffy – lo llamó Nami acercándose.
- Oi, Nami – la saludó el capitán girándose y sonriéndole. - ¿Qué haces aquí?, ¿no puedes dormir?
- No. ¿Y tú?
- No me apetecía meterme en el camarote aún. Hace una noche muy bonita.
Nami miró a Luffy, que había vuelto toda su atención al mar, y notó que el corazón le daba un vuelco. ¿Desde cuándo le parecía su capitán guapo? Tenía que ser el cansancio. Pero lo cierto era que viéndolo de perfil tenía un sex-appeal que le hacía no poder desviar la vista de él.
- Dentro de unas horas llegaremos a una isla – le dijo Nami, nerviosa ante aquel súbito silencio.
- ¡Uooo! – exclamó maravillado - ¡una isla con muchos restaurantes! – y rió feliz.
Nami sonrió sin poderlo evitar. Le daba gracia que sólo pensara en comida y en aventuras. Parecía que el interés en el sexo femenino no estaba aún en su lista de prioridades… o eso creía ella.
Permanecieron en silencio mirando el mar. Nami no podía dejar de mirar a Luffy de reojo… ¿qué le estaba pasando?
- Creo que iré a ver si logro dormir algo – murmuró la navegante dirigiéndose hacia su camarote.
Luffy se giró y la contempló en silencio, aún mantuvo la vista clavada en el lugar por el que había marchado Nami durante un buen rato. Llevaba tiempo pensando en Nami en algo más que su navegante, pero su timidez antes eso, su falta de experiencia y el miedo de perderla en caso de rechazo hacía que siguiera comportándose de manera alocada, que era más su manera de esconderse que su verdadera forma de ser. Luffy era alocado e inconsciente, era algo que reconocía, pero no tanto. Sonrió algo triste con la imagen de Nami en pijama clavada a fuego en su retina y volvió su atención al oscuro mar, perdiéndose en sus pensamientos.
Cuando Nami abrió los ojos, había logrado dormirse pero le había costado lo suyo, vio que un intenso sol entraba por la ventana de su camarote. Se sentó de golpe. ¡Era tardísimo y nadie la había despertado! También notó que el barco no se movía, ¿acaso ya habían llegado a la isla? Sin pensárselo dos veces y en pijama, salió a cubierta.
- ¡Buenos días, Nami! – la saludó Luffy alegre como siempre, enmascarando sus verdaderos sentimientos.
- ¡¿Cómo me habeis dejado dormir tanto?! – exclamó algo malhumorada.
- El mar estaba en calma y necesitabas descansar. Además, ya hemos llegado a la isla – y su sonrisa se hizo más grande.
Nami miró hacia la isla y descubrió una inmensa vegetación que hacía que pareciera una selva, por un momento recordó Skypiea y las aventuras que habían vivido allá arriba.
- A Usopp ya le entró la enfermedad de en-esta-isla-no-entro – interrumpió los pensamientos de Nami, Sanji, que preparaba en una mesa que habían colocado en cubierta recipientes con comida para todos ellos.
- ¡Usopp, que tu enfermedad no tiene cura! – le gritó Chopper aprovisionándose de vendas y medicinas.
Estaba visto que se estaban preparando para una expedición, aunque a Nami no le apetecía en absoluto ir. Hubiera preferido quedarse con Luffy en el barco, pero el capitán era el primero en querer ir a explorar. Casi daba saltitos de impaciencia.
- oi, Nami, que no vamos a estar esperando por ti todo el día – le dijo Zoro pasando por su lado y echándole una mirada de reojo.
Frunció los labios, irritada, y aunque le apetecía decirle cuatro cosas al espadachín, prefirió morderse la lengua y dando media vuelta entró en su camarote para arreglarse. Estaba visto que tendría que esmerarse en intentar conquistar a su capitán, porque las aventuras absorvían toda su atención.
Bajaron a la isla dejando a Brook de guardia en el barco, éste encantado de no tener que lidiar con bichos, que era algo que le repugnaba ligeramente.
Y se adentraron en la isla sin saber qué les esperaba tras aquella frondosa vegetación.
Continuará…
Espero que os haya gustado. Sé que me ha quedado algo corto, espero que los próximos sean más largos XD.
Dejad reviews, porfi.