Hola a todos los que leen este fic, quiero decirles que es el primero que hago, en verdad espero que les guste. Para los que lo leen por primera vez, este capitulo no estaba porque creo que lo borraron pero volví a escribirlo nuevamente. DISFRUTENLO.
Disclaimer:Estos personajes no son de mi propiedad, le pertenecen a Hiroyuki Takei, a excepción de los que yo creé.
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ºUNA NUEVA AMIGAº
Ya habían pasado tres años desde que el torneo de shamanes se había cancelado, Yoh y sus amigos vivían tranquilamente esperando que el torneo se reanudara. En la escuela iban a mitad de ciclo por lo que asistían Ana, Yoh y Manta.
Una chica de cabello castaño, estatura mediana, delgada, piel blanca y ojos verdes aceitunados iba viajando en el metro, llegando a la estación donde vería a su padre, un señor alto de cabello negro. Cuando éste se detuvo, las compuertas se abrieron dejando salir a las personas que viajaban dentro. Aquella chica castaña buscaba a su padre por los alrededores hasta que escuchó que alguien la llamaba.
–¡Maria! Por aquí– gritaba su padre haciendo que la chica volteará y se dirigiera hacia él .
–Hola padre, ¿como has estado?– dice la chica que respondía al nombre de Maria mientras le daba un abrazo
–Bien hija, vamos a casa, te espera una comida deliciosa–comenta el padre
–Genial–dice la castaña entusiasmada
Maria era una chica amable. Vivía con su madre, pero en ciertas ocasiones se iba a vivir con su padre, ya que ambos eran divorciados y ella tenia que viajar de un lado a otro para poder estar con ellos. Tal vez no era la mejor vida, pero ella se había acostumbrado.
–Ya llegamos– anunció su padre al mismo tiempo que salía del coche y se dirigía a abrir la puerta principal. No era una casa muy grande, pero suficiente para ellos. Tenía un hermoso jardín que contenía un camino empedrado que conducía a la entrada de la casa, contaba con sala, cocina baño y 2 recámaras como cualquier otra.
Ambos entraron a la cocina, que estaba inundada con el olor de la deliciosa comida que la chica ya casi podía saborear.
–¡Al fin!, que delicioso se ve esto– gritaba emocionada observando sus alimentos
–Me alegra que no hayas cambiado nada–decía su padre sonriente
Dicho eso, comenzarón a comer y platicaron de todo lo que habían hecho durante el tiempo que no se habían visto.
–Sabes, me gustaría que no perdieras clases por eso, mañana mismo podrás asistir a la escuela. No está muy lejos y ya envíe tu solicitud, sólo tendrás que llevarle este documento al director– dice señalando el papel que se encontraba en la otra esquina de la mesa.
–Ay papá, se ve que no pierdes el tiempo, ¿cierto?– dice con desgano
–Ni un instante– dice para después terminar su comida y ayudar a su hija con sus cosas para el siguiente día.
El resto del día pasó tranquilamente. Se habían divertido bastante y Maria se había acostado temprano dejando a su padre preparando algunas cosas.
A la mañana siguiente Maria se levantó temprano y se arreglo para ir a la escuela. Comió su desayuno, se despidió de su padre y partió.
Al llegar intento buscar la oficina del director pero sin resultados, así que decidió preguntarle a dos chicos que pasaban por ahí.
–Disculpen ¿podrían decirme donde se encuentra la oficina del director?
–Claro–dice un chico bastante pequeño para su edad
–Si quieres te podemos llevar– ofrece su acompañante, un joven castaño que llevaba unos audífonos naranjas sobre su cabeza
–¿En serio?–pregunta la chica entusiasmada
–Con tal de no entrar a clases, claro–responde el castaño– por cierto, soy Yoh Asakura y mi amigo es Manta Oyamada
–Mucho gusto, yo me llamo Maria Akimoto y acabo de llegar a la ciudad justo ayer
–¿Ah sí? bueno entonces nosotros podemos ser tus primeros amigos– dice amablemente Yoh
–Suena genial– dice sonriente
Una vez se presentaron, la llevaron hacia la oficina del director. En el camino platicaron un poco empezándose a conocer. Una vez que llegaron Yoh y Manta le dieron la señal de que la esperarían afuera. La castaña se acercó y tocó un par de veces la puerta para después entrar en aquella habitación, donde encontró al director sentado en su escritorio firmando unos papeles.
–Buenos días director–saludó cortésmente aproximándose al escritorio
–Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?–pregunta sin dejar de firmar aquellos documentos
–Vengo a entregarle este documento para comprobar mi inscripción–dice dejando el escrito sobre su escritorio
–Tu debes ser Maria Akimoto, muy bien aquí tienes tu horario de clases, cada maestro te proporcionara el libro que necesitas de acuerdo a la materia, ¿alguna pregunta?
–No, señor–
–Muy bien, entonces puedes retirarte y bienvenida– fue lo último que dijo el director para después continuar con sus deberes.
Al salir, encontró a sus nuevos amigos recostados en el suelo. Al verla, se levantaron rápidamente y se acercaron a ella.
–¿En qué salón te quedaste?– pregunta Manta entusiasmado, ella le entregó la hoja que le habían dado–¡Oye que suerte!, estamos en el mismo salón
–¿Enserio?, ¡es genial!–decia la chica entusiasmada haciendo que Yoh diera una de sus típicas risitas
Después de eso, los tres estudiantes regresaron a sus aulas para comenzar las clases. Maria estaba muy emocionada pues sabía que ese año sería distinto.
…………………………
En otro lado, más específicamente, en la casa Akimoto, el señor Osamu ºpadre de Mariaº, se encontraba recogiendo algunas cosas, cuando de pronto sintió una poderosa presencia detrás suyo. Al voltear quedó en shock, no podía creer lo que estaba viendo.
–Tanto tiempo son vernos–dice misteriosamente un joven de larga cabellera castaña, que se encontraba recargado en la pared.
–¿Qué haces aquí? Creí que habías muerto Hao–comenta Osamu saliendo del shock comenzando a enojarse por la presencia de aquella persona
–Parece que creíste mal, ¿no lo crees?–dice Hao altaneramente
–¿A qué has venido bastardo?–pregunta un furioso Osamu
–Ya deberías saberlo
–Y tu deberías saber que no irá contigo, además ella no es un shaman, desde pequeña ah sido alejada de todo eso. No tiene ni la menor idea de lo que es.
–Puede ser, pero ella viene de una larga descendencia de shamanes, sólo es cuestión de tiempo para que sus habilidades despierten– menciona Hao muy seguro
–¡No te dejaré acercarte a ella!– grita muy furioso lanzando un par de cosas hacia Hao, pero antes de llegar a él, éstas se derritieron completamente.
–Es curioso, eso fue lo mismo que dijo tu anterior esposa–comenta sin dejar esa sonrisa maliciosa que tenía desde el principio
–¿De qué hablas?, ¿qué fue lo que le hiciste?
–Sólo te diré que nadie puede entrometerse en mi camino. Te daré la oportunidad de que tu mismo le digas todo, pero si la sigues alejando, no trendré más opción que eliminarte.
Dicho esto, Hao desapareció en una explosión de llamas, dejando al señor Osamu muy desconcertado. Todo ese tiempo alejándola de todo y ahora tendría que contarle la verdad. Desde ese momento, las cosas se complicarían cada vez más.
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En la escuela acababan de concluir las clases. Muchos alumnos guardaban sus cosas para salir finalmente. Yoh y Manta terminaban de tomar sus mochilas para después acercarse a su nueva amiga.
–¿Regresarás a tu casa?– pregunta Yoh colocándose a un lado
–Sí, tengo que ayudar a papá con la comida– responde Maria cerrando su mochila
–Si quieres podemos acompañarte, la tienda está de paso y necesitamos comprar algunas cosas
–Yoh…–llama Manta tratando de llamar su atención–no sabes donde está su casa
–¿Eh?–Yoh reflexiona y mira a sus amigos– tienes razón, ¿dónde es qué vives?–pregunta haciendo que ambos cayeran al estilo anime por la ingenuidad de su amigo
–Tal vez otro día–comenta la chica retomando su postura –tengo la impresión de que podrían perderse al regresar
–Ese no es problema, si nos perdiéramos Amidamaru podría encontrar el camino a casa–menciona Yoh tranquilamente.
–¿Amidamaru?–cuestiona Maria sin entender
–Es . . . es su brújula– dice rápidamente Manta haciendo que Yoh lo volteará a ver algo confundido.
–Es un nombre algo extraño para una brújula
–Si jeje, bueno ya nos vamos, adios–dice Manta saliendo rápidamente del salón casi llevando a rastras a Yoh. Una vez afuera Manta se calmó un poco.
–¡Estás loco!, no puedes decirle abiertamente lo que eres Yoh, recuerda que muchas personas no pueden ver fantasmas o espiritus–reclama el pequeño a su amigo.
–Lo sé pero … tengo la sensación de que podremos confiar en ella, ya verás que todo saldrá bien–comenta un sonriente Yoh
–Eres muy despreocupado–comenta haciendo que Yoh de una de sus típicas risas.
Más tarde, Maria llegaba a su casa. Al entrar, dejó sus cosas en uno de los sofás de la sala y se dirigió a la cocina para saludar a su padre. Cuando llegó, lo encontró recargado sobre el refrigerador como si estuviera pensando seriamente, estaba tan sumido en sus pensamiento que ni siquiera se había dado cuenta que su hija estaba a un lado suyo.
–¿Papá, estás bien?–pregunta algo preocupada por su actitud
–¿Maria?–pregunta volteándola a ver–Lo siento, no me di cuenta cuando llegaste. Prepararé la comida de inmediato.
–Papá…
–Tranquila, sólo tengo mucho trabajo, estoy bien
Esa respuesta la dejó insatisfecha. Conocía bien a su padre y sabía que algo le ocurría, pero decidió no decir nada por el momento, hasta que él decidiera decírselo.
Después de comer, Osamu se fue a trabajar dejando a su hija sola en la casa. Al cabo de un rato, ella estaba muy aburrida, no tenía nada que hacer, así que decidió dar una vuelta por el parque.
Cuando llegó, caminó por un buen rato hasta que divisó una banca dónde sentarse. Apenas se había acomodado, un extraño ºperroº se acerco a ella. Era muy diferente a los comunes pues era completamente negro y tenía algunos mechones rojos en su lomo y sus ojos eran igualmente rojos. Maria comenzó a acariciarlo pues, a pesar de su apariencia, le parecía muy lindo.
–Que extraño perrito, tal vez sea de algún peluquero o algo así. Sus dueños deberían estar por aquí, debería buscarlos, tal vez se haya perdido–decia mientras seguía acariciando al animal –Amiguito, yo te llevaré con tus dueños, no te preocupes–dice al mismo tiempo que se levanta y comienza a caminar.
–No es necesario– dice una voz que hace que se detenga en seco y observará a su alrededor tratando de ver a alguien, pero no había nadie.
–Muy bien, creo que empiezo a alucinar–comenta para sí misma
–No estás alucinando– vuelve a escuchar y voltea hacia donde se encontraba aquel perro–Deberías tranquilizarte porque…
–Un, Un, Un ¡PERRO QUE HABLA!– fue lo último que pudo decir la chica antes de desmayarse.
–Esto será difícil …
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Bueno aquí termina el primer capitulo del fic, esperoque les haya gustado y si es así dejen mucho reviews.
HASTA EL PROXIMO CAPITULO.
