Epílogo

Hasta que la eternidad nos separe.

Yo los declaro marido y mujer, puede besar a su esposa– declaro el ministro.

El joven se acerco con una alegría desmedida en sus ojos, y es que ahora veía hecha realidad una de sus más alegres fantasías, pertenecer en cuerpo y alma a la dueña de su corazón, a la mujer que con sólo miradas y palabras poco a poco fue ganándose su ser. Lentamente comenzó a retirar el velo que adornaba el rostro de su esposa, su mano se deslizo su mejilla hasta llegar a posarse levemente en los labios de la chica quien dejaba escapar un suspiro por entre éstos. El roce de ambos fue suave, cargado de amor y ternura, pero la mano del chico ahora se dirigió al abultado vientre de su esposa que ya estaba a punto de dar a luz.

Y es que todo avanzo conforme a las normas establecidas por ambos, el tiempo y los preparativos se los llevo la pequeña de los Cullen, quien ya en su mente vislumbraba el futuro que le depararía al feliz matrimonio y a los pequeños de ambos, fruto del amor de sus padres y participes de una nueva raza.

Lentamente fueron caminando por el pasillo de la iglesia mientras una lluvia de arroz caía sobre las cabezas de ambos y es que no podrían estar más contentos al ver que todos sus seres queridos se encontraban presentes olvidando diferencias y pasados rencores. Sus amigos, hermanos y familiares veían con dicha la unión de Edward y Bella, deseándoles a su paso solo la felicidad que ellos cumplirían por mucho tiempo.

La esperada luna de miel tendría que esperar por el estado de salud de Bella, que ya estaba pronta a dar a luz a sus hijos, pero en el futuro prometía ser muy jugosa para ambos, rodeados de sol y el calor de sus cuerpos fundidos, pero para no ser menos esta noche la pasarían en la casa de Bella, por seguridad ya que al lado estaba la de Edward donde se hospedaría el resto de la familia; y es que ambos no habían querido saber con exactitud la fecha de tal magno acontecimiento, querían que fuera una sorpresa la venida de sus hijos al mundo tanto como sus respectivos sexos.

Edward tomo a Bella como la tradición lo indicaba hasta llegar a la habitación que sería testigo una vez más de todo el amor que se profesaban aquellas dos almas. Entre besos y miradas cómplices llegaron hasta la cama, la chica con manos temblorosas comenzó a deshacer el nudo de la corbata de su amado que no dejaba de mirarla. Él estaba resistiendo a la tentación de despojarla salvajemente de su vestido, pero sabia en el fondo de su ser que tendría que ser muy cuidadoso por ella y por sus hijos.

–¿Voy muy lento amor? – ese fue el detonante para Edward, quien quito suavemente las manos de su esposa y tiro lejos el saco que traía puesto, de forma salvaje se rasgo su camisa haciendo que saltaran por todas partes los botones de la misma, su esposa lo miraba atónita pero no dejaba de gustarle lo feroz que podía ser a veces.

–Me estas matando– su voz estaba más que cargada con un matiz sexual implícito en ella, como buen depredador que era se dirigió a su presa la que se giro mostrándole su espalda para que éste comenzará con la labor de desabotonar el vestido.

Uno por uno fue soltando la prisión que la que estaba sometido el cuerpo de su joven esposa y la de sus pequeños, mientras dejaba un reguero de húmedos y fríos besos por toda su espalda, de la boca de Bella se escapan sonoros gemidos los que hacían imaginarse lo que vendría más adelante.

Los dos desnudos, separados por no más de medio metro de distancia se contemplaban y se maravillaban con el cuerpo del otro, el de él fuerte, vigoroso, perfecto y sobretodo muy viril; el de ella ovalado en su vientre, con generosos senos, caderas anchas y una piel sonrojada por las caricias previas.

No hubo algún tipo más de palabras entre ellos. No hacían falta. Él la dirigió hasta la cama en donde se sentó y en su regazo coloco a la joven en la posición perfecta. Lentamente mientras con una mano la sujetaba por la cadera y con la otra masajeaba uno de sus pechos, se fue introduciendo en el cálido e intimo lugar de su esposa, la que soltó un gritito de placer al ser llenada por su hombre. Con movimientos lentos y palabras de amor susurrados en los oídos de Bella, fueron emprendiendo una danza sin igual, adentro y afuera, aumentando cada vez más la fuerza de las embestidas del joven. Y así pasaron la noche hasta el amanecer, ella a pesar de su avanzado embarazo gemía y gritaba por las diferentes posiciones a las cuales se veía sometida gustosamente por Edward, pero siempre evitando las que involucraban la parte delantera del cuerpo de la joven.

Así fue como pasaron las semanas, entre caricias y besos húmedos, donde solo había espacio para ellos y sus pequeños que aun no conocían. Hasta que finalmente llegaron al cuarto mes de embarazo de Bella, quien ya desde hacía dos semanas pasaba postrada en una cama y con dolores intensos en su bajo vientre, que le desgarraban el alma y el cuerpo, más solo ella no los manifestaba siempre, quería hacer como que todo iba bien pero Edward era mucho más observador de lo que ella creía.

–¿Edward crees que falta mucho aún? – la voz de Bella sonaba mucho lastimosa que de costumbre. Las contracciones se hacían cada vez más fuertes haciendo que de su pecho salieran dolorosos gemidos y es que en las ultimas ecografías realizadas a los niños, ella solo había querido saber si venían sanos nada más.

–Creo que poco, ¿quieres que intentemos con más morfina? – las palabras de él sonaban desesperadas más solo podía contemplar cómo una y otra vez el cuerpo de su amada se retorcía en las sabanas blancas de su habitación.

–Edward, Aaaa…lice, bus…cala a ella, ella de…be saber– de los suaves labios rojizos se escapan entre jadeos las palabras y es que tampoco habían querido consultar la opinión de Alice Cullen, de pronto la puerta fue abierta abruptamente dejando ver a la más pequeña de estatura de la familia.

–Bella, tú embarazo no salió como esperábamos– soltó Alice.

–¿A qué te refieres? – la voz preocupada de Bella sonaba suave, pero con un matiz de dolor. –Dime que mis hijos están bien.

–Están bien ellos Bella, pero te aviso que te prepares porque en 10 minutos más van a empezar las contracciones fuertes y hoy tendrás a tus bebes.

El rostro de Edward se crispo en una expresión de dolor, él sabia que en caso de emergencia tendría que convertir a Bella, pero no esperaba que la decisión fue tan inmenente.

Edward me puedes acompañar afuera por favor– le dijo mentalmente Alice.

–Amor vuelvo pronto– pronunció el vampiro saliendo por la puerta seguido de su hermana.

Una vez afuera Alice abrió su mente para que los recuerdos se hicieran tan nítidos como le fueron posibles.

"Sus dos bebes estaban ya grandes, corrían por toda la casa mientras escuchaban la risa tranquila de Bella que los perseguía por donde pasarán ellos. La piel de Bella poseía un tono blanquecino característico de los vampiros, pero lo que más le sorprendió fue que detrás de una de las puertas apareció otro niño, más bien una niña que físicamente era igual a sus otros hermanos, solo que poseía unos ojos chocolates iguales a los de Bella."

–¿Tres? – preguntó dudoso el muchacho.

–Si, como ustedes nunca preguntaron más cosas de los bebes que no fuera acerca de si estaban bien, bueno pues en la primera ecografía que le hicieron a Bella, Carlisle no pudo ver al otro bebe, puede de que allá sido por el hecho de que fue concebido más tarde.

–Pero, ¿puede ser posible eso? – el joven estaba lleno de dudas.

–No lo sé a ciencia cierta Edward, pero creo que fue solamente que Carlisle no lo vio en el momento dado–.

Un desgarrador grito fue el que interrumpió la conversación.

–Si Edward, llego el momento–.

–– los gritos de Bella empezaban a intensificarse cada vez más, el nombre del joven sonaba a lamento, pero debía ser fuerte. Abrió la puerta y la escena que sus ojos presenciaron lo dejaron aterrorizado.

Bella gritaba y daba alaridos poco menos, mientras se retorcía de lado a lado, su esposo se dio cuenta de que las sabanas estaban manchadas con sangre mirase donde se mirase. No sabía que hacer, deseaba ayudarla, pero ella siempre quiso que fueran sus hijos ante todo y no le importaba arriesgar su vida si con ello traía al mundo al fruto de su amor por Edward. En muy pocos segundos toda la familia Cullen se encontraba en la habitación, Carlisle observaba los signos vitales de Bella, mientras que Esme trataba en vano de limpiar el cuerpo cubierto de sangre de Bella.

–Edwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaard– otro grito más ensordecedor y el crujir de huesos provenientes del cuerpo de la joven. – Me dueleeeeeeeeeeeeeeeee– lloraba amargamente la joven mientras Carlisle le abría delicadamente las piernas.

–Bella necesito por favor que seas fuerte, es primera vez que traigo bebes semi vampiros al mundo y no sé muy bien lo que debo hacer– dijo la voz de un confuso Carlisle.

–Edwaaaaaaaaaaard, por por fa…vor ayudame– decía la joven mientras sus orbes chocolates penetraban la miraba de su esposo que no sabia que hacer.

–Necesito que salgan todos de la habitación menos Carlisle y Edward, habrá mucha más sangre de por medio– dijo la pequeña Alice.

Rápidamente quedaron solos en la habitación padre e hijo, ambos emocionados por este milagro, pero ambos también asustados por la vida de Bella. Otro crujido más de huesos y Bella había caído en la inconsciencia.

– "Edward tienes que romper el vientre de Bella con tus dientes, es la única forma que ellos y Bella vivan" – dijo la voz de Alice en la mente de Edward al leerle los pensamientos.

–Carlisle, hay que que… romper la piel para que sal sal…gan los bebes, Alice lo vio y si no lo hago mu…eren todos–.La voz de Edward era la desesperación misma.

El padre se hizo a un lado, dándole paso a su hijo inexperto en estos temas, pero ya no había tiempo para más discusiones, Bella estaba más que sedada con morfina y su el desmayo ayudaba mucho más.

Edward acerco su boca hasta el vientre hinchado de la joven, se deleito con el olor de la piel de su amada y en un certero movimiento enterró sus dientes en la cobija de sus hijos. El cuerpo de Bella se contrajo de dolor y un pequeño quejido salió de entre sus labios, era lógico por más que llevará a vampiros en su interior seguía siendo una humana y frágil sobretodo.

Con movimientos certeros el vampiro fue rompiendo cada vez más el vientre de la humana, mientras brotaban ríos de sangre a su alrededor dando a la escena un aspecto más que macabro, pero todo cambio cuando se topo con algo duro, alejo su cabeza mientras hilillos de sangre corrían por las comisuras de su boca y vio uno de los primeros milagros de su amor: una cabecita y unos bracitos se distinguían.

–Dámelo Edward– la voz conmocionada de Carlisle recibió a uno de los nuevos miembros de la familia.

Edward no espero más y siguió con su labor, seguía por los costados del vientre de Bella hasta hallar a otro de sus hijos, cual fue su sorpresa al ver que esta era una niña.

–Una hija Edward, una niña– seguramente si Carlisle hubiese sido humano lloraría de felicidad pero este era uno de los precios que se pagaba por ser inmortal, no llorar ni aunque con todos tus fuerzas se invocase.

El feliz padre se dirigía ahora al cuello de Bella para llevar a cabo el pacto hecho silenciosamente entre él y su esposa, otorgarle la inmortalidad ya que en las condiciones en las que se encontraba Bella no aguantaría muchos minutos más con vida, su corazón latía pesadamente mientras su piel se iba colocando cada vez mucho más fría e iba perdiendo el poco color rosado que le quedaba a causa de la sangre; pero un pensamiento nuevamente lo trajo a la realidad:

– "pero lo que más le sorprendió fue que detrás de una de las puertas apareció otro niño, más bien una niña que físicamente era igual a sus otros hermanos, solo que poseía unos ojos chocolates iguales a los de Bella–"

–Papá falta otro bebe… no puedo aun transformarla–.

–Edward date prisa, no le queda mucho tiempo de vida a Bella.

Esas fueron las palabras detonantes para usar la agilidad de vampiro que poseía Edward. Con esfuerzo termino por romper el vientre de Bella y sacar al último de sus hijos, pero para sorpresa suya también era mujer.

–Papá necesito que te lleves a los bebés de aquí y les des de comer por favor–.

Carlisle salió velozmente con los pequeños en sus brazos y el vampiro no lo dudo un segundo, inserto sus colmillos en el blanquecino cuello de la joven la cual pareció que tenía aquel lugar mucho más sensible por lo cual despertó.

–¿Edward los bebes están bien? – murmuro con voz apenas audible Bella.

–Están perfectamente Bella, son tres, un niño y dos niñas preciosas que ahora están con Carlisle–.

–¿Entonces ahora lo harás? –. Sonrió con suficiencia a pesar de la agonía en la cual se encontraba.

–Ya lo hice amor, solo trata de estar quieta que me faltan las muñecas y tobillos para que sea mucho más rápido todo–.

–Bésame– la chica quería irse con un buen recuerdo aquel mundo en el cual el dolor sería el rey ante todo.

Edward tomo posesivamente los labios de la joven en un beso fiero lleno de pasión y de amor por el ser que le había dado los regalos más hermosos que hubiese podido anhelar en todo su vida de humanos y en la que ahora llevaba como vampiro.

Bella grito en contra de los labios se su príncipe de las tinieblas mientras se retorcía un poco a causa de la ponzoña que le había sido entregada por Edward, él se separó de ella y mordió alternadamente las muñecas de la joven y luego se dirigió a sus tobillos lentamente las convulsiones del cuerpo de la joven se fueron sosegando esta alcanzar un estado de tranquilidad que era reflejado en su cara.

Esme entro sigilosamente a la habitación a limpiar todo de rastros se sangre, mientras que desde la habitación continua se podían sentir las risas del resto de la familia.

Los 3 días pasaron de forma lenta, como nunca antes la eternidad se presentaba mucho más dolorosa para Edward quien en ningún momento se había despegado del cuerpo de Bella, que en este tiempo de espera no había hecho más que moverse algunas veces o uno que otro quejido escapaba de sus labios.

–Edward, está a menos de un minuto de despertar Bella– dijo la vidente de la familia. Los segundos pasaban mucho más rápido para la familia Cullen pero no así para el esposo que anhelaba que su mujer despertarla para agradecerle la vida entera por sus preciosos hijos.

–Hijo mejor te dejamos solo para que tengas más intimidad con Bella y puedan conversar– el padre salió seguido por la familia nuevamente, dejando al joven solo con la incertidumbre de que iba a suceder en los siguientes segundos.

–Edward– susurró la voz de su amada, ahora mucho más suave y con un matiz sensual que se acrecentó al convertirla.

–Bienvenida a la vida Bella– dijo seductoramente el vampiro a su esposa quién descansaba en su cama con un vestido de gasa azul que hacia relucir mucho más sus acentuadas curvas.

–Bésame esposo– tan solo esas palabras bastaron para dejar atrás todo el dolor que había en el pasado en el cuerpo de la joven, dejando solo a su dicha producto de la eternidad que se presentaba delante de sus ojos. Unos labios suaves y ardientes se apoderaron de la boca de Bella haciéndole perder la noción del tiempo.

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Un año después.

Ambos observaban como sus hijos corrían por toda la casa y sus hermanas detrás de ellos jugando a las escondidas, llevaban horas ya en ello que para cualquiera que fuese humano estaría agotado, pero tanto Edward como Bella disfrutaban de los días jugando con los pequeños y de las noches entregándose al amor de sus juveniles cuerpos.

–¿Crees que estamos educando bien a nuestro hijos Edward? – pregunto la joven vampira mientras se acordaba de los momentos felices compartidos con su hombre.

–Claro amor, si lo estuviéramos haciendo mal, ten por seguro que Carlisle y Esme nos ayudarían en cualquier duda– fue la respuesta segura del principiante padre.

Y es que no era fácil seguir con la vida normal dentro de lo anormal que poseían antes de que llegaran los pequeños a su vida. Tanto las niñas como el niño seguían al pie de la letra las instrucciones dadas por sus padres, tíos y abuelos.

–Niños vengan– dijo suavemente Bella para contar con la presencia de su pequeño equipo de vampiros.

–Si mamá– repitieron los tres al unisonó y es que era imposible negar el parecido de los trillizos Cullen, Edward Anthony era idéntico a su padre, profundos ojos esmeraldas, piel pálida con mejillas sonrosadas a causa del reciente alimento, cabello cobrizo y rebelde como lo era el de su padre, y voz aterciopelada que era como el canto de los querubines; mientras que la primera de las niñas Nessie Carlie era una mezcla de ambos, pelo color cobrizo y ojos color chocolate y en último lugar Alice Rosalie, una niña de pelo color chocolate y de ojos verdes, que había sacado un gusto por la moda digna de sus tías.

–Necesitamos que pasen la noche con sus tíos y abuelos, ya que con su papá debemos irnos de caza y no los queremos dejar solos– dijo Bella con una voz cargada de seducción que fue solamente notada por su esposo.

–De acuerdo mamá, nos vemos mañana entonces – dijo el pequeño Edward para tomar de las manos a sus hermanas y dirigirse hacían donde los esperaban sus tíos y abuelos.

Dos vampiros solos con demasiado tiempo libre por delante era algo excitante para ambos.

–¿Qué sugieres hacer Bella? – dijo Edward padre para tomar de la cintura a su esposa.

–¿Qué te parece si nos vamos al lago donde comenzó nuestro deseo? Para que empecemos a acortar desde ya la eternidad de una forma entretenida– le dijo provocativamente Bella mientras Edward la cargaba en su espalda y corría rápidamente hacia el camino que los conduciría hacia el bosque y posteriormente al lago.

Al llegar ambos se arrancaron la ropa con el deseo de los que se aman por primera vez, aguantaron las ganas mientras cada uno se observaba dándose placer a sí mismo para gusto del otro y una vez que el autocontrol llego al límite, sus cuerpos se fundieron para comenzar un rítmico baile de amor donde las notas las daban sus gemidos y gritos, los que luego de una ronda siguieron en una danza mucho más pasional y eufórica dentro del lago.

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Muchas gracias a todas las que pasaron a leer alguna vez mi fic y dejaron su comentario, me agregaron a alertas, favoritos y todo, en verdad estoy muy agradecida y ahora con pc nuevo podre seguir con mi otra historia Despertando a la Vida, visítenla y si gustan denme su opinión.

Felices Fiestas.