Ahora que Tori sama reveló los nombres de los androides, se me ocurrió intentar escribir algo sobre ellos. Es cortito y raro, advierto.

Gero x 18

Robótico perverso.

La perversión, después de a Sade, poseyó al doctor Gero de la manera más erótica que conoció: la ciencia.

Gero, a través de sus dedos cortos, morenos y sin gracia, destruye y construye mundos extraños que le son dictados desde más allá de su alma, más allá de su consiente y sus ojos negros; destruye con la maldad del cosmos creativo, sin sonrisas ni ilusiones. Se excita mientras las fórmulas toman claridad y se derriten en sus dedos hacia el papel, su excitación creativa lo hace gemir con los labios semiabiertos, los ojos entrecerrados, hablando en susurros obscenidades que coloca en aritmética y convierte en poemas numerales.

Sus dígitos se amasan extasiados, aparecen en el papel y brillan junto con él, su fulgor dura varios segundos y cuando todo termina, se opacan olvidados. Los engranes siguen construyéndose, haciendo el amor con su creador. Se hacen el amor mutuamente pero él, el moreno, los utiliza uno a uno para después transformarlos, esconderlos, volverlos parte de lo que después será un mecanismo vivo, se deleita haciéndolo.

Él, el mecanismo vivo, de cabello negro, vibra, está vivo mas no despierto, él, el androide, espera sin tener conocimiento a que su reconstructor lo vuelva a crear, va a llenarse de energía y cobrará consciencia ¿Qué es? Aritmética, eso es… es él.

Abre los ojos, sin emociones, sin dolor, no hay nada más que un reloj dentro de él, el alma le fue suprimida en su primera muerte y entonces sin alma podrá recrearse libremente, ya no necesita al perverso de la ciencia. Lo liquidará en cuanto averigüe de sí mismo cómo funciona la ciencia de la que está hecho.

Mira hacia un lado, hay algo que reconoce de la vida antes de la reinvención, está siendo reconstruida la que en vida -biológica, no matemática- se creó en el mismo vientre. Entonces esperará para compartir la misma no-vida con ella, su hermana. Suprimirían al creativo Gero y después, recordarían juntos sus nombres.