Los personajes son de S. Meyer, yo sólo me adjunto la historia que se me ocurrió con mis noches en vela. No lo hago con fin de lucro, aunque si me pagaran sería de lo más guay.


El aire de tu voz

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Capítulo I: Cuando llueve.

"Y cuando llueve siempre buscas un escape corriendo lejos de todos los que te amamos"

- Bella, cariño ¿puedes contestar? Sé que estas ahí ¿por favor?... bien, es como el décimo mensaje que te dejo, realmente estoy preocupado por ti, sólo llámame ¿sí? He ido a tu casa, pero no me abres, no sé si es porque no quieres o porque no estas ahí… sólo, llámame.

Había dejado una cantidad impresionante de mensajes y había ido a su casa por lo menos unas veinte veces en dos días. Aun así, ella no daba señales de vida y estaba preocupado, estaba realmente preocupado por ella, porque no sabía que clase de locuras podía hacer en aquel estado.

Iba a matarlo, iba a matar a Mike Newton, ese maldito hijo de perra ¿cuántas veces le había dicho a Bella que no me gustaba ese tipo? Ya ni siquiera recordaba el número, pero aun así sus palabras fueron exactas "Estoy enamorada Edward" lo único que quería era estrangularlo cada vez que la tocaba, cada vez que le daba un beso, cada vez que la hacía reír y ese alguien no era yo.

Le desee suerte, le dije que todo iría bien y que por favor, no me dejara; ella me dijo que jamás pasaría, que siempre seguiría siendo su mejor amigo, y eso dolía, dolía mucho.

Aunque, algo bueno salió de todo esto, yo por fin pude romperle la cara a ese imbésil y Bella no se casó con él… de la manera más cruel claro, pero no se casó. Como desee matarlo en aquel instante en que lo pille revolcándose con esa mujer, era el día antes de su boda y él ahí como si nada, no hubiera sido nada que yo solamente lo hubiera encontrado… pero Bella estaba conmigo. Esa fue la última vez que la vi, de eso hace dos días… eternos días durante los cuales lo único que he querido es estrecharla contra mis brazos.

Tomé el teléfono y marqué su número de nuevo, sonó una y otra y otra vez hasta que la contestadota volvió a escucharse.

- Bella, soy Edward… de nuevo. Todos estamos muy preocupados por ti amor, contesta te lo suplico, estoy afuera de tu edificio y esta vez voy a echar abajo la puerta y no me importa si no estas adentro, luego me disculparas… sólo necesito saber que…

- Edward… - me contestó con la voz apaga.

- Cariño… - le susurré – que bueno que…

- Está abierto… sólo intenta no vomitar cuando me veas – y me colgó.

Mi corazón comenzó a palpitar más fuerte y entré corriendo al edificio, apreté unas cinco veces el botón del ascensor y este se abrió, marqué el número 13 y comenzó a subir, agradecí internamente que nade quisiera ocupar el ascensor. La música del aparato lo único que lograba era desesperarme más ¿qué clase de locura había hecho Bella?

Llegué rápidamente al piso correcto y me lancé a la puerta número 540 y sí, estaba abierta. Me adentré en el oscuro lugar, debían ser las diez de la noche, las cortinas estaban cerradas y no había ninguna luz que alumbrara el lugar. Caminé a paso vacilante, sabía donde estaba cada una de las cosas, pero aun así tomé precauciones. Levanté mi mano y comencé a buscar el interruptor de la luz.

- No la enciendas – me susurró Bella. Miré de inmediato de donde provenía la voz y suspiré aliviado al verla en una pieza.

- Hola cariño… - le dije mientras me acercaba a ella. Tenía unos pantalones cortos que hacían lucir sus piernas y estaba ocupando mi polera azul. Sonreí como estúpido, amaba verla con esa polera. Su cabello estaba algo desordenado y caía como una cascada por sus hombros hasta casi legar a la cintura. No sonreía y sus ojos estaban apagados.

Llegué hasta ella y me quedé observándola, no me miraba a los ojos. Levanté su rostro con mi mano y me di cuenta de que estaba muy fría. Arrugué el ceño y con mi mano libre la apegué a mi cuerpo, la envolví en mi chaqueta mientras aun la tenía puesta logrando estar muy cerca de ella. Sentí como tiritaba y como comenzaba a llorar, la apreté contra mi, si es que se podía más y la levanté del piso. Caminé hasta el sillón más cercano y me senté con Bella entre mis piernas, comencé a tararearle su melodía, aquella que le había hecho hace tiempo ya, mientras esperaba que se le pasara el llanto.

Bella Swan, era una personita tan especial. Tan inteligente, tan tímida, atenta con las demás personas, estaba seguro que podía dar la vida por la gente que amaba. Era tan pequeña, tan frágil que desde siempre tuve ganas de protegerla. Era tan fácil de hacer sonrojar y adoraba hacerla enojar, amaba su risa y su sonrisa sincera, su voz, sus chistes, su todo. Bella era tan decidida, tan comprometida, tan apasionada con lo que hacía. Amaba a Isabella Swan desde… desde hace mucho tiempo.

Recuerdo que la primera vez que la vi, pensé que era un gatito mojado. Mi hermana Alice me la había presentado y yo me la quedé viendo más de la cuenta, ella levantó una ceja y me dijo "¿Se te perdió algo?" Fue entonces cuando me di cuenta que en realidad, en vez de gatito mojado parecía una pequeña fierecilla disfrazada de gatita. Me reí en su cara, le revolví el cabello y le susurré en su oído "Me gustan las chicas rebeldes" Me gané una patada donde más duele y se fue enfurruñada por el pasillo.

Después de eso, fue una batalla campal, me odiaba y bueno yo aparentaba odiarla, intentaba engañarme y lo había logrado, hasta aquel día fatal. Lo recuerdo perfectamente era 4 de diciembre y me avisaron de la fatal noticia. Mi abuela había muerto.

Recuerdo que corrí, corrí tanto que mis piernas dolían y mis pies estaban calientes. Me interné en el bosque y no me detuve hasta encontrar un pequeño claro, fue ahí donde la vi. Estaba recargada en un árbol con un block de dibujo en su regazo, levantó la vista y se me quedó viendo por unos segundos. Yo tenía la respiración entrecortada por tanto correr y me había quedado clavado en un solo lugar, mientras la veía a ella.

Se levantó dejando su dibujo a un lado, llegó hasta mí y me miró directamente a los ojos. Tenían un brillo desconocido y me sonrió sinceramente, entonces me dijo "Prefiero que me insultes y ver aquel brillo en tus ojos, a que no lo hagas y que aquel brillo no esté" Arrugué el ceño y bajé la mirada ante ella y por primera vez dejé que alguien me consolara. Me tire a sus brazos y lloré como nunca antes. Creo que ahí me enamoré.

- ¿Por qué Edward… por qué? – me dijo sacándome de mis pensamientos.

- No era para ti pequeña – le dije mientras acariciaba su cabello.

- ¿Por qué tengo que ser tan terca? ¿Por qué no te hice caso cuando me dijiste que él no era bueno para mí? – preguntó mientras se acurrucaba mejor en mis brazos.

- Lo amabas Bella… uno no decide de quien enamorarse – susurré y diablos que tenía razón.

- Es sólo que… pensé que podría funcionar – me dijo mientras levantaba el rostro.

- Simplemente, la vida tiene otros planes para ti – levanté mi mano y sequé algunas lágrimas que se resbalaban por sus mejillas. Le sonreí.

- Debo estar horrible – me dijo escondiendo su rostro en mi cuello. Su cabello rozó mi rostro y me hizo cosquillas.

- Estás hermosa – le susurré y sentí como sus mejillas se sonrojaban. Me reí por lo bajo y ella golpeó despacio mi pecho.

- Perdón – sollozó

- ¿Por qué? – le pregunté mientras la veía a los ojos.

- Por preocuparlos a todos… es sólo que quería estar sola – habló mientras retorcía sus dedos en mi camisa.

- No tienes por qué pedir perdón, es normal que quieras estar un rato a solas… pero por lo menos hubieras contestado mis llamados, tu contestadota debe estar llena de mis mensajes - sonreí mientras ella se volvía a poner roja. Pasé una de mis manos por su mejilla – No vale la pena sufrir por un hombre como él.

- Lo sé – afirmó – pero duele.

- Ya lo sé cariño, por eso estoy aquí – le dije levantándola – Ahora vamos a prepararte algo.

- No tengo hambre – susurró

- Hm… siempre puedo obligarte – le dije desordenando su cabello.

- Deja que me bañe primero – habló mientras bajaba la mirada apenada

- Okay, ve mientras yo preparo algo para dos – le guiñé un ojo mientras ella desaparecía por el pasillo. Escuché que tropezaba con algo y me reí - ¿Puedo prender las luces ahora?

- Sí, si puedes – gritó desde su cuarto.

Prendí la luz y vi que todo estaba desordenado. Algunas cosas estaban por el suelo y había un florero que estaba roto. Negué con la cabeza, agarré una pala y una escoba y me fui directo a la escena del crimen. Levanté todos los pedazos de cristal agradecí que Bella no se hubiera cortado con ellos. Comencé a revisar toda la habitación para ver si había algo más con lo cual Bella podría desangrarse. Fui habitación por habitación viendo si había algún otro destrozo, hasta que llegué a su habitación, la cama estaba sin hacer, el espejo estaba roto y había ropa desparramada por todo el suelo.

La furia se apoderó de mi ¿cómo Newton pudo haberle hecho eso a Bella? Cuantas veces había soñado con tenerla entre mis brazos, besarla y hacerla mía y ese maldito hijo de puta que la tenía para el la deja sin más, acostándose con otra. Avancé por la habitación y pisé algo en el suelo, mis vista se dirigió de inmediato hacia el suelo y pude ver la foto de Newton y Bella en el campo. Apreté el puente de mi nariz mientras respiraba profundamente. Iba a matarlo.

La puerta del baño se abrió con una espesa capa de vapor. Mi mirada se clavó en la esbelta figura que atravesaba la puerta. Estoy segura de que mis mejillas se pusieron de un rojo profundo cuando me di cuenta que el cuerpo de Bella sólo lo tapaba una pequeña toalla de color verde. Tragué rápidamente y me di vuelta mi rostro antes de que ella se diera cuenta.

- Oh Edward… - dijo unas octavas más altas de su tono.

Lo siento... sólo estaba... – traté de explicar avergonzado.

- Está bien, creo que el verme con traje de baño implica menos ropa que esta toalla – dijo riéndose.

- Claro – dije estúpidamente mientras me quedaba viéndola… de nuevo

- Veo que la encontraste –habló mientras avanzaba hacia mi, de forma natural retrocedí algunas pasos.

- ¿Qué cosa? – pregunté de nuevo sintiéndome patético.

- La foto… estuve desquitándome con ella por unos minutos – me dijo mientras se encogía de hombros – voy a botarla.

- Yo lo hago por ti – le dije rápidamente, no quería que se acercara tanto a mi, sino el maldito autocontrol se iría al demonio.

- Como quieras – me sonrió – lamento que hayas visto todo esto.

- Yo no – susurré viendo su escote – digo… voy… yo la comida.

- ¿Estás bien? – me preguntó mientras arrugaba el ceño.

- Sí, te dejo para que te vistas – hablé. Salí de allí lo más rápido que pude. Vi el retrato en mi mano y lo apreté con fuerza. Hijo de la gran puta.

Caminé hasta la basura de la cocina y boté el portarretrato allí, más tarde tiraría la basura.

Subí las mangas de mi camisa y me puse a cocinar algo para Bella y yo. Pelé algunas verduras para sofreírlas con aceite vegetal. Luego puse a hervir un poco de agua, iba a hacer pasta a Bella le encantaba la pasta. Cuando el agua estuvo hervida puse a cocer la pasta mientras revolvía los vegetales. Unos minutos después ya estuvieron cocidos, los puse en un colador y los comencé a poner en el plato, para luego ponerle los vegetales.

- Mh… huele delicioso – dijo Bella mientras la veía adentrarse en la cocina.

- Muchas gracias Bella mía – le dije en un pésimo acento italiano. Ella sólo rió.

- No debiste molestarte, enserio – habló al momento que se sentaba al frente mío

- Quería hacerlo, así que ahora ¡a comer! – le sonreí mientras ponía el plato en la mesa.

Tomó el tenedor y llevó un bocado a sus labios. Lo saboreó con cuidado y luego tragó. Me miró fijamente y me sonrió al tiempo que yo hacía lo mismo.

- Delicioso, igual que siempre – me dijo feliz, al tiempo que volvía a comer.

- Lo sé – le guiñé un ojo y ella rodó los ojos. Detestaba esa parte de arrogancia que tenía a veces, y yo adoraba verla enojada.

Comimos en silencio, sólo se escuchaba el choque de nuestro cubierto sobre los platos. De repente ella levantó la mirada hacia mí y arrugó el ceño.

- ¿Qué? – le pregunté confuso.

- ¿Quieres casarte conmigo? – me preguntó.

Jamás comas tallarines cuando la chica de tus sueños te pida matrimonio.

PLAY: When it rain – Paramore.


Me dije a mi misma que no iba a subir una nueva historia hasta que terminara con "Porque todo hay que terminarlo con esperanza" pero ¡esto fue más fuerte que yo! – diablos – en fin.

Es una de las historias que estaba en mi perfil como posible historia, así que me puse las pilas y en una noche logré hacer nueve capítulos – lo que hace el insomnio - sólo tengo que pasarlo al ordenador y ya estamos. Espero que les guste, a mi si me gustó la idea y bueno la quise combinar con canciones que me gustaban, así que espero les sea agradable. Y debo confesar que me es fácil narrarlo del punto de vista de Edward, no sé, es agradable.

Cualquier cosa aprieten el botón verde de abajo y me dejan un lindo comentario. Es el primer capítulo así que no se estresen porque después se pone mejor. Saludos.

PD: Pásense por mi perfil, ahí están mis otras posibles historias.

Elena.